Partida Rol por web

Max mira a Whigham y asiente, él sabía bien lo que decía.

-Eso suponía, que no se podría salir... Yo trabajaba en la planta. La planta no es lo que parece, pertenece al gobierno y por eso no les interesa dejar salir nada. Es cierto que el accidente y la explosión fue algo que no estaba previsto, pero se están aprovechando de ello para usar a toda la zona en cuarentena de conejillos de indias- explicó para sorpresa de todos.

El sheriff le había soltado una grosería, pero ella era mas lista que eso. No iba a caer en debates, no era momento. El tal Max, como resultó llamarse, parecía bastante cuerdo y hablaba en propiedad. Eso la termino de convencer para adentrarse en la cabaña. 

La última intervencion de Max llamó más su atención. 

- ¿Que estaban haciendo en esa planta...? - preguntó, con ojos entrecerrado. Usar el condado de conejillos de indias...

Max les explicó lo que pudo, o supo. Él trabajaba para el gobierno y la planta de fertilizantes no era sino una tapadera para varios estudios con químicos. Pero algo había salido mal y había explotado, extendiendo un agente de efecto desconocido por todo el condado. Por lo que él había comprobado que la mayoría de los infectados morían y el resto no se sabía.

Vosotros sí sabíais qué efectos tenía sobre los otros. Había visto aquel acceso de rabia homicida en la granja de Bontemps, que había acabado con la vida de algunos de vuestros vecinos, enterrados. Eso habíais hecho, enterrar muertos y ver gente volviéndose loca mientras estabais en la granja. Qué sino se podía hacer por respeto a los fallecidos.

Nunca sabríais que la mayoría de los afectados por aquel tóxico no estaban muertos sino paralizados, enterrados en vida sin saberlo. Tampoco que ese tóxico no se había escapado sin querer por accidente, alguien lo había redirigido para extenderlo por el condado y probar sus efectos. Así como nunca supisteis que la zona de cuarentena iba a ser erradicada, hasta que oísteis los aviones sobre vuestras cabezas y supisteis que era demasiado tarde. No había lugar para huir.