Partida Rol por web

La lluvia febril de golpes con efecto gravitacional estaban empezando a cobrar efecto. La arena se juntaba flotando en el aire, se comprimía incomoda y tratando de volver a formarse resultando en una total falla. Pero por mas extraño que sonase, un eco retumbaba de la arena, una voz se hacia sentir intimidante y aun mas en la situación en la que se encontraba. 

-​Vaya Stand tan amenazante chico, que poder tan brutal. Es una total pena, una miserable desgracia que tus sentidos te oculten la verdad... 

Pero la verdad era, que la voz no provenía de las particulas encerradas. Una mirada hacia el techo del sitio y un rostro sonriente observaba. Su piel jo sabia decidir si era arena o tejido, sus ojos recien se empezaban a formar y daban una vista enfermiza. Y en un acto de milisegundo se desprendió de la superficie plana, una lluvia de arena directa que abrazo al irritado Alexander por todo su cuerpo. Del suelo surgia mas arena, un bucle polvoroso que se expandía sin control y cubria las piernas del irascible Alexander. En un instante y una guardia bajada, el polvo rodeaba al joven y le sostenía con fuerza, tanto arriba como abajo. 

-¡No puedes huir del polvo! Nada ni nadie, eres polvo y al polvo volveras ¡Dancing With Myself, aprieta cual vibora constrictora! 

Y el abrazo de las particulas se incrementaba, aumentaba su masa y con ello su fuerza. Habia tierra tanto arriba como abajo, tanto polvo que habia creado un territorio donde dominaba. 

Jocelyne lo oyó, y como era obvio me lo tuvo que preguntar -Grr... si, quizás un poco, lo normal cuando vez caer a alguien inconsciente...- respondí algo molesto, ya que esa respuesta era el resultado del maldito comentario de mi stand femenino -Eso es por asustarme al casi extinguir mi ascua- dijo Paradise mientras, al final, se evaporaba... Dios, menos mal que se había ido por fin, ya no podría decir más cosas sobre lo que sentía realmente -La reñiré lo que quiera, que para algo es mi alma- dije ante su petición de que no me enfadara con ella. Vi que ella se colocó bien la ropa que se la había movido un poco por haberla llevado, y se puso ha hacer pequeños estiramientos para comprobar si estaba de verdad bien o no. Luego me respondió que estaba bien por suerte y que si creía que había sido una trampa -En parte si lo creo y en parte no... me parecía raro que solo se cayeran las columnas cercanas a nosotros; pero no encuentro explicación de como lo habrían hecho, ya que según Dagon, el stand del Tormento ese podía despedazarse y lanzarse... no echar abajo columnas- le expliqué mis dudas a Jocelyne.

Me fijé en que Jocelyne no paraba de fijar mi mirada en mi cicatriz... creo que el haberme quejado cuando sonreí ha hecho que se preocupase de que me doliera o no mi cicatriz. Era verdad que entre que me escocia por el agua de ese lago subterráneo y que casi se me saltan los puntos al hacerle el boca a boca, que menos mal que de eso parece que no se dio cuenta ya que creo que entonces lo habría nombrado, me dolía bastante, era la vez que más me dolía desde que estoy en esta rara ciudad. Ella dijo que teníamos que ir a buscar a ese loco, y tenía razón, aquí quietos no íbamos a encontrar a ese idiota... todavía quiero darle una paliza por haber dejado inconsciente a mi compañera -Tienes razón, si ya estás bien no tenemos porque quedarnos aquí- le di la razón esperando a que ambos empezáramos la marcha en búsqueda de Dario... pero parecía que no íbamos a hacer eso.

Ya antes estábamos cerca, pero ella quitó todavía más distancia y quedó muy próxima a mi persona a mi lado, mirándome el rostro y sonriendo. Noté como su mano rozaba sus dedos por mi cuello, al igual que los de su stand que parecía emular sus movimientos -Jocelyne... ¿que estás...?- pregunté algo confundido. No estaba entendiendo demasiado lo que estaba haciendo, ¿quizás era algo normal entre amigos?. No lo se bien... pero... era algo agradable, aunque no lo fuera a expresar.

Ella dijo que quería ayudarme, y me dio una caricia en la cicatriz antes de posar la palma -A-auch- me queje un momento ante la caricia ya que me dolía una barbaridad, pero cuando posó la palma... era raro, no me dolía en absoluto, era más una sensación cómoda. Por un momento, no se porqué, recordé como mi madre me curaba las heridas que los matones me hacían y me hizo cerrar los ojos para recordarlo con más claridad. Esa sensación, aunque me gustaba, duró poco. Abrí los ojos cuando paró, y lo siguiente que vi fue que en la mano de Jocelyne descansaban los restos del hilo que mantenía cerrada mi herida. Rápidamente lo primero que hice fue llevarme la mano a la mejilla y pasarme la lengua por el interior de esta. Estaba... cicatrizada del todo, tanto por fuera como por dentro. Podía notar que el relieve de ésta era bastante grande, pero ya para nada estaba abierta, y eso para mi ya era lo importante. Mi mirada era algo alucinada, y la dirigí derecha al rostro de Jocelyne y a sus ojos azulados mientras ella se apartaba... pero... ¿estaba bien ella?. Noté que estaba algo roja, se movía algo mareada y sus ojos no estaban tan claros como antes.

Antes de que pudiera decir nada, ella dijo eso de que me quedaba bien y que fuéramos a por Dario de una vez -Vale... vamos... a por él- le dije todavía algo conmocionado pensando en que había pasado en mi cara -Primero abramos la puerta... a ver si aún seguimos estando en el ayuntamiento o al menos cerca de él...- dije mientras me iba acercando a la puerta a abrirla. Aunque antes de eso, me dirigí a Jocelyne mirándola -Jocelyne... gra-gracias...- le dije antes de coger el pomo. Me costaba decirlo, ya que hacía mucho que no tenía que dar las gracias a alguien, ya que nadie solía hacerme favores, y menos uno tan grande como este... no sabía si ese gracias iba ha ser suficiente.

La verdad, es que quizas he sido un insolente al pensar que atrapando parte de la arena, lograria descifrar lo que necesito para derrotar a este Stand de polvo, mi habilidad es poder controlar la gravedad a mi antojo teniendo un gran abanico de posibilidades, pero, ¿Como podria este enfrentarse a algo tan... Molesto? ¿Simple? Si pudiera controlar el agua, o crear fuego, o controlar el aire... Quizas esas habilidades sean mas eficaces para luchar contra esta cosa, pero no. Controlo la gravedad.

-¿Que mis sentidos me oculten la verdad? -Empece a pensar en eso rapidamente, ¿Que quiere decir con eso? Intente pensar en eso durante unos segundos, ¿Significa que uno de mis sentidos tiene la llave para enfrentarme a este Stand? Vision, audicion, olfato, gusto y el tacto... ¿Cual de estos me llevara a la victoria? -Oh, no puede ser... -Dije al observar como desde el techo se abalanzaba en cantidades industriales una tormenta de polvo que no me dejaba manera de escapar, tremenda fuerza... Maldita sea, estoy en problemas, mi Stand no podra soportar demasiado con su poder, debo de concentrarme... Intento utilizar la fuerza gravitatoria haciendo circulos como si fuera una sierra alrededor de mi cuerpo para intentar mantenerme a salvo, aunque me concentraria en zonas vitales como las arterias, el cuello o la nariz para mantener mi respiracion por si intentaba sujetarme en esas zonas.  -¡U-urghh... Que poder mas problematico...! -Debo de salir de aqui, ¿Pero como? Estoy completamente en su territorio, el escape es mi prioridad en este momento, ugh, maldita sea... -¡No comprendo porque desean matarnos... ¿¡Que demonios les hemos hecho a ustedes, malditos?! -Gritaba de manera furiosa mientras intentaba resistir el agarre poderoso de "Dance with Myself", debo de pensar... ¿Como demonios derroto al polvo? Agua. Necesito agua. ¿Las cañerias funcionaran en estas casas tan antiguas...? No, no lo creo, pero... Debere de intentar algo o llegare a mi fin muy pronto. 

Casi íbamos los dos de salida aunque me detuve al percatarme que Kouhei quedaba más cerca, llevando las manos al pómulo de la puerta, después de aquella interacción en la que yo misma me había sorprendido descubriendo gran parte de mis poderes latentes. De alguna forma supe, instintivamente, que aquello era solamente la punta del iceberg, el ápice que apenas vislumbrada el poder de sanación latente que dormía en mi interior canalizado gracias a la presencia de Shooting Star. Como un tren golpeándome, la realización de mis pensamientos ordenándose unos detrás de otros, finalmente comprendiendo que tipo de stand precisamente materializaba mi alma.

Sonreí como ya era mi costumbre, después de un instante de sorpresa pues en realidad muy pocas veces desaparecía aquel rictus de mi feliz esencia,  mirando mis manos, satisfecha de lo que acababa de hacer al  haberme simplemente dejado llevar por  el instinto que me impulsó a cuidar de Kouhei. Dejando atrás aquella momentánea sensación de mareo, donde había sentido el dolor de la herida como si fuera mi propia carne la que hubiera sanado, la fuerza en la convalecencia restableciendo mis propias fuerzas.

-¿Gracias? Debería darlas yo entonces mejor. Deja que mi padre se entere que me salvaste en el subterráneo. De cualquier forma considérate advertido a modo de agradecimiento te atiborrara de todos los platos del menú. Cuando sobrevivamos todo esto y mi padre nos reciba en su restaurant, tengo que prepararte alguna de sus mejores especialidades. Reí un poco llevando un dedo sobre los labios imaginando la escena. Pero de inmediato mirandolo de soslayo añadi un poco más pensativa, parpadeando suavemente en un gesto calmado.-Además pienso que deberíamos dejar eso de los agradecimientos atrás, es lo que hacen los amigos, dar por el otro sin esperar nada a cambio ¿o no? Levanté la mirada de mis manos cruzándola con la de mi interlocutor, en realidad yo le debía más pero no quería que nos pusiéramos a contar favores, no cuando lo que habíamos vivido nos había acercado de una forma tan personal o que pensara que lo había hecho para “devolver” el favor. No había precio con el cual fijar una amistad que comenzaba a florecer.

-Kouhei... Lleve mi mano sobre la suya aguantando el pómulo antes torcerlo deteniendo que la puerta fuera abierta. De cierto modo sentía que una vez diéramos ese paso se rompería un poco de la complicidad que habíamos logrado, quien sabe que nos depararía el futuro. Por cual razón, incomprensible para mí, pero quise que conociera un poco más de mí, tal vez fuera la última vez que hablaríamos; quien sabe y no fuéramos tan afortunados en el próximo enfrentamiento. Tragué en seco un poco nerviosa, tal vez se riera de mí, tal vez cometía un error al contarle pero... si mi stand era mi propia alma entonces que mejor forma de conocerme en un voto simbólico al extender la mano buscando de reforzar el vínculo que comenzábamos a crear, que exponer para mi amigo el tipo de Stand que era se desplegaba en mis espaldas.

-Creo que mi poder es protección y sanar. Veras al caer en el agua supe que tenía la habilidad para protegerte pero la duda y la culpa cuando caímos no me dejo reaccionar. Me sentí muy culpable de llevarte a esa trampa  y el escudo no se activó debido a mis miedos. Aunque lo mire algo ansiosa, esperando una reaccion de su parte baje un poco la cabeza avergonzada. -Sin embargo no estaba segura de poder lograrlo hasta que vi tu sufrimiento, tu herida lastimada al sacarme del agua. En realidad también te debo las gracias porque gracias a ti acabo de descubrir mi propio potencial. Sé que poco a poco tanto Star como yo ganaremos en habilidad creciendo en poder juntas y eso será posible solamente por  ti,  cuando todo esto termine quiero ayudar  mucha gente a sanar y te lo debo a ti Kouhei, me inspiras y me das la fuerza necesaria para poder hacerlo

Me encontré a mí misma asombrada, en tan poco tiempo y debiéndonos tanto, dos completos extraños. Concluí con una sonrisa aun con la mano sobre la suya, ambas sobre el pómulo de la puerta que todavía no girábamos. Pronto comenzaría otro capítulo en esta aventura, pero este que finalizábamos se me antojaba uno de los más bonitos que había experimentado en mi corta vida. Alla afuera cuando esa puerta se abriera la vida proseguiria ccargando con momentos felices y otros en oposición llenos de dolor, la aventura con sus altos y bajos, pero este que acabamos de vivir lo recordaría siempre. Finalmente levante el rostro, olvidando aquella inestable emocion de verguenza y temor por su reaccion hacia unos segundo, en realidad no importaba si volvia  a salir con alguna de las suyas, eramos amigos y eso era lo que importaba. Amigos para siempre.