Al recibir la patada, Megan suelta un leve gemido cuando es lanzada al sofá, encima de Nessa... se levanta rápidamente escupiendo la mano que tiene en la boca y mira a Talon con agresividad, y teniendo en cuenta su boca, ensangrentada, no debe de hacer mucha gracia, aunque no le gruñe (aún). Vuelve a mirar a HHH.
Sin embargo, Megan se gira y se larga corriendo del salón... pero no pasan ni cinco segundos que ya vuelve a estar allí, vestida con una simple camiseta de los Lakers y con el arco y las flechas entre sus manos, las flechas que había hecho fabricar su padre para ella... era la primera vez que las dispararía contra otro ser de sus mismas condiciones... si se podía llamar así a un Daimon.
Tensa el arco con la flecha, la camiseta le va enormemente grande, así que no le importa levantar los brazos y que se vea algo más de muslo, con un poco de suerte esto va a servir para tenerlo entretenido.
Y suelta la cuerda. Precisa, rápida y eficaz, se prepara otra flecha con la misma rapidez para apuntar, de nuevo, al cuello del Daimon. No sonríe. No habla.
La flecha de Megan sale rauda hacia el cuello del Daimon, mientras en menos de un segundo, ya tiene otra preparada con la cuerda tensada.
La saeta se clava con un sonido sordo en la garganta del enemigo, mientras este trastabilla y da unos pasos hacia atrás, sorprendido por la llegada de la Guardiana.
Después, el Daimon sonrie mientras se toca con la punta del dedo la flecha que le sobresale por la nuca y de un tirón, se la arranca, dejando toda la pared de detrás, manchada de sangre roja oscura.
¿Eso es todo lo que sabes hacer, bonita? Te dice mientras se abalanza sobre ti, dando un tremendo salto por encima de los muebles.
No... por eso tengo esta flecha preparada, idiota.
Responde en voz queda, sonriendo y tensando hasta el máximo la cuerda... luego solo tiene que soltarla, justo cuando el grandullón está cayendo en dirección a ella, una vez más, apuntando la garganta.
Una de las flechas más poderosas que le dio su padre... que explotan al travesar algo, cualquier superfície, por eso Megan aparta la mirada al ver que la flecha traviesa con precisión el cuello del daimon...
Y pasó lo que tenía que pasar...
¿Qué pasa cuando algo que explota al contacto choca con algo?
Pues claro... explota... y con la explosión hace explotar lo que toca... en este caso, la cabeza y el cuerpo del Daimon...
El grandullón vuela en mil pedazos, haciendo que todo el salón y los allí presentes queden salpicados de su sangre. Una fina llovizna sanguinolienta comienza a caer sobre todos mientras escucháis como Talon y Wulf comienzan a aplaudir vuestro excelente desempeño.
Os giráis, para mirarlos seriamente, y veis como Talon se está chupando un dedo y como Wulf saca la lengua para saborear la fina lluvia de sangre que cae sobre él.
Pero en ese momento, ambas sentís como una fuerza trementa os atrapa con sogas invisibles...
Ambas caéis con ambos brazos junto al cuerpo y con las piernas inmovilizadas, sin posibilidad de salir del atolladero.
Es en ese momento, cuando una nueva figura hace su aparición en la escena, con una sonrisa que os hiela la sangre.
Veo que lo que dicen de vosotras es cierto. Dice mirándolas sonriente.
Pero esa sonrisa desaparece cuando levanta la cabeza y ve las sonrisas de medio lado de los dos Hunters... que ahora si parecen dispuestos a dar la talla.
Iba a cambiar la alarme del móbil para ponerla a las nueve de la mañana, si tenía que arreglar toda la casa y fregarlo todo iba a necesitar muuucho más tiempo... ya se podía ir olvidando de hacer ejercicio... o al menos de hacer ejercicio como toca.
Pero al levantar la mirada al sentir aquella brisa... y encontrarse con aquel hombre. ¿Un Daimon? Pues no estaba nada mal, sin duda, se queda un momento helada, pues su sonrisa hace que la idea de Megan de que es un Daimon se afirmara... su móbil cae al suelo cuando es atada de repente, y su cuerpo cae como un pesado saco de patatas... recordando la patada en el costado y el dolor que está empezando a hacerle.
¡Eh...! - intenta como mínimo sentarse al ver que todo el suelo está lleno de sangre... y que una vez más se está llenando completamente de líquido rojo, con movimientos pausados y muecas disimuladas - Qué asco, por Dios...
Ahora es ella quien mira expectante a los dos hunters... ella ya se sentía cansada, y además tenía lo del costado... aunque intenta disimularlo mirando a Wulf y Talon, esperando que peleen con aquel tío... hasta que cae en algo.
¡Al menos no me ha destrozado nada! - exclama de repente, esbozando una leve sonrisa... pero mira a Nessa, que está a su lado - ¿Qué dicen sobre nosotras?
Ya no le extraña estar atada, ni ver su salón lleno de sangre... ¿estará empezando a volverse ella rara también?
Sonríe con suficiencia al levantarse y ver como Megan va a acabar con el otro daimon... lo que no se esperaba era que éste explotara en mil pedazos y terminada bañada de sangre. Otra vez. Se sacude las manos poniendo una mueca de asco... pero no tiene tiempo de quejarse ni de maldecir al maldito daimon que ha explotado, que nota como una fuerza la ata de pies y manos y termina por caer al suelo.
¿Pero qué...? **PLOF** Cae al suelo de cara y rueda para quedar bocarriba e intentar sentarse. Podías tener más cuidado... dioses, que asco...
Levanta la mirada y ve al nuevo "visitante". Mira a Megan luego y tras su pregunta, espera respuesta. Y ¿quién lo dice?
Talon y Wulf dan un salto y pasan por encima de vosotras, quedando entre medio del Daimon y las chicas atadas. Rápidamente, Wulf se gira y se agacha, para intentar quitaros las sogas mágicas, mientras que Talon pone su pose más chula y se coloca frente al nuevo enemigo que acaba de aparecer.
Esta no es una buena forma de tratar a dos bellas damas. Dice con una sonrisa el hunter mientras comienza a tensar cada uno de los músculos de su cuerpo.
Mi viejo amigo Talon. Volvemos a vernos. La verdad es que no me esperaba este recibimiento, pero bueno, son cosas que pasan. Tu sabes que yo siempre trato bien a las bellas damas. Sobre todo a una Guardiana y a su amiga, que... Dice el Daimon mientras que al ver a Nessa se queda callado.
Ajá. O sea que es verdad. Continúa mientras cruje sus dedos. Veo que te juntas con buenos especímenes, rubito.
Se acaricia las muñecas mientras Wulf la desata... sin apartar la mirada del Daimon y de la espalda de Talon.
Gracias Wulf. - se acuerda de decir.
Sin embargo, Megan coge su móbil, que aun estaba tirado al suelo y se lo lanza a Talon con algo de fuerza, rebotando en su espalda y cayendo al suelo de nuevo.
¿Quieres dejar de hacerte el chulo piscinas y cargarte al Daimon éste? - impaciente, como siempre.
Intenta ignorar lo que dicen de Nessa... pero la mira de reojo, y por la cara que ella está poniendo adivina que tampoco tiene ni pajorela idea de qué están hablando: - Luego hablamos con Wulf.
Nessa no sonríe a Wulf agradecida... todavía recuerda su "pasotismo" anterior, por el que ha acabado recibiendo una buena patada en el hombro. En lugar de ello, se pone en pie todo lo dignamente que puede, levantando la barbilla y girando la cara hacia otro lado.
Al menos hasta que escucha las palabras del daimon. Mira a Megan con el ceño fruncido y luego vuelve a mirar al daimon, dando un paso adelante para ponerse detrás de Talon y descansar una mano en su hombro.
No, Megan... quiero saberlo ahora. ¿A su amiga que...? ¿Te importaría acabar la frase? Pregunta con el ceño aún fruncido mirando al daimon.
En ese momento las cosas se pusieron bastante feas...
En un abrir y cerrar de ojos, Talon y el Daimon desaparecieron de vuestro campo de visión. Pero aún seguían allí. Ambas podiais escuchar los golpes y también como se iba destrozando un poco más la casa de Megan, pero no podían ver nada.
Wulf seguía con la mirada la veloz batalla que ocurría en el salón y al darse cuenta de la cara de pasmarotas que teniáis, os coloco su mano sobre vuestros hombros y ahora si que las cosas se tornaron mucho más claras...
Talon y el enemigo luchaban a una velocidad pasmosa. Vuestros ojos, inexpertos, sólo podían ver el 20% de lo que estaba sucediendo... pero algo es algo.
Wulf sonrió cuando se dio cuenta que ahora estaban siguiendo la pelea junto con él.
Los golpes se sucedían como relámpagos, veloces. Uno, dos, tres, diez en sólo dos segundos. Vuestras caras de asombro son dignas de colgar en la pared.
Pero algo ocurrió...
Talon trastabilló...
Y el apuesto Daimon clavo su mano en el abdomen de Talon, haciendo que sus dedos sobresalieran por la espalda del Hunter.
Pero Talon sonrió.
Se giro un segundo para guiñarle el ojo a Megan y volvió a sonreir.
Wulf creo un escudo transparente con su mente, que apareció justo delante de ambas mientras que Talon se aferró al brazo del Daimon con fuerza.
Ni siquiera el Daimon, con su inteligencia, podría saber lo que se le venía encima.
Vosotras lo estabáis viendo en directo y en primera fila.
Lentamente, el cuerpo del Daimon comenzó a ponerse rojo... más y más rojo...
De cada agujero de su cuerpo, comenzó a brotar sangre... mucha sangre mientras se ponía más rojo...
Lentamente, toda la sangre de su cuerpo se iba escapando, y regaba el suelo del salón de Megan, dejando un charco carmesí bajo los pies de Talon y del demonio.
El cuerpo del Daimon iba lentamente, secándose. Literalmente. Como una uva pasa.
Hasta que todo termino. El cuerpo del Daimon cayó sin sangre al suelo y se convirtió en cenizas.
Las sogas mágicas habían desaparecido y ahora, estabáis libres para moveros a vuestro antojo.
Wulf bajo la barrera protectora que había erigido para ambas, mientras Talon cayo de rodillas al suelo...
Megan abría los ojos sorprendida... y cuando vio a Nessa dirigirse a Talon y que él y el daimon desaparecían, ella misma cogió el brazo de su amiga y la llevó hasta su lado... mientras intentaba ver lo que sucedía alrededor. Pero era demasiado rápido... pero lo más importante lo habían conseguido ver claramente, gracias a Wulf.
Abre la boca y deja escapar un chillido de dolor al ver el fallo de Talon... lo que vino a continuación era... lógico. Cuando uno falla el enemigo se aprovecha del fallo. Lo que no se esperaba era toda aquella inundación de sangre y aquella extraña muerte del Daimon. Ahora tendría que cambiar también todos los muebles. Pero eso no era importante.
¡Talon! - parece que de su mente desaparece cualquier duda... incluso parece romperse poco a poco el muro que había construido ella entre los dos, se acerca hasta él corriendo y se arrodilla a su lado, sus movimientos son torpes y vacilantes.
Él era inmortal, ¿no? No podía morir por un simple agujero en el estómago... ¿verdad...?
Voy a... voy a llevarte hasta la cama, ¿sí? - mira a Wulf y a Nessa, y vuelve a mirar a Wulf. - Se pondrá bien, ¿verdad?
Aunque no llora, sus ojos brillan levemente, pasa el brazo de Talon por los hombros de Megan y con cuidado intenta levantarlo... espera que él ponga de su parte, porque tiene serias dudas de que ella solo pueda, y encima con el suelo resbaladizo como está... y yendo descalza.
Nessa nota el tirón de Megan justo a tiempo, pues su mirada ya estaba perdida buscando a Talon y el daimon... Sin encontrarlos. Al menos hasta que Wulf consigue que pueda atisvar al menos los grandes detalles. El no poder verlos por si misma, la fastidiaba. El saber que no llegaba ni a una milésima parte del poder que tenían los que estaban luchando ahora, también la fastidiaba. Pero sobretodo, odiaba no saber de qué estaba hablando ese daimon. Que se hablara de Megan, la guardiana, era entendible. Pero ella no pintaba nada allí. Simplemente era una buena amiga que quería ayudar. Nada más.
Y tal como Megan había dicho, tendría que preguntarle después a Wulf. Porque ni él ni Talon se habían extrañado al escuchar esas palabras. Así que debían saber de qué iba la cosa.
Pierde el hilo de sus pensamientos tras la herida que recibe Talon. Ladea un poco la cabeza, entrecerrando los ojos, para no recibir la imagen de frente... pero sigue sin perder detalle.
Cuando todo pasa, iba a avalanzarse sobre Talon, pero ve la reacción de Megan... y sonríe unas milésimas de segundo sabiendo que fuera el problema que fuera el que tenía con el hunter, ya se había solucionado. Pero la seriedad y la preocupación vuelven a su rostro viendo el estado en que ha quedado.
Se ve incapaz de contestar a la pregunta de Megan, aunque estaba segura de que iba a ser afirmativa. Claro que iba a ponerse bien... ¿verdad?
Levanta la mirada hacia Wulf para buscar una confirmación. Si ve que Megan no puede ayudar a Talon a llegar hasta el dormitorio, ella misma irá a ayudarla por el otro lado.
Megan se abalanza sobre Talon para intentar ayudarlo, pero este pesa mucho y vence la resistencia de la chica en cuanto lo quiere levantar.
Sin embargo, Wulf no se hace rogar esta vez y sale de un salto hasta donde esta el rubio, al cual coge de la cintura y se lo carga en el hombro.
Ambas veis como Wulf comienza a buscar algo con la mirada, hasta que por fin la encuentra.
El lobo entra corriendo a la cocina y abre la nevera con su pie, mientras que con su mano comienza a quitar todo lo que allí hay, arrojándolo al suelo sin importarle manchar o romper nada.
Después, mete el cuerpo de Talon dentro, y cierra la puerta, girandose hacia vosotras.
Lamento el destrozo, Megan. Te lo compensaremos, no te preocupes. Él ahora necesita descansar... y yo también. ¿Tenéis algún lugar donde ir a pasar esta noche?
Wulf mete la mano en su bolsillo y saca un manojo de llaves, las cuales le arroja a Nessa.
Id a mi casa. Allí estaréis seguras. El código es 453451. Yo me quedaré por aquí, en el sótano.
Todo sucede rápido ante los ojos de Megan. Pero cuando Wulf se está quieto, la chica frunce el ceño.
¡Me da igual la casa, ahora! - exclama, enfadada, mira hacia la nevera, donde está Talon... y se cruza de brazos volviendo a mirar a Wulf, sin cambiar la expresión de su cara... algo sonrojada - Me quedo aquí.
No vamos a empezar a ponernos chulos unos y chulos los otros, por que así, no llegamos a nada. Si digo que os vayáis a mi casa, es por que aquí no estaréis seguras. Yo me quedaré en un estado de letargo hasta mañana por la noche y vendrá alguien a esta casa a limpiar. Normalmente lo hacen a solas, protocolo de la empresa, por lo que os pido, con-toda-la-amabilidad-que-puedo-tener, que os vayáis a casa. No quiero que la palméis por inhalar algún producto raro. Dice Wulf mientras saca un movil y marca un número de teléfono.
¿Sí? ¿Alice? Sí. Vale. Ven pronto que esto es un desastre. ¿Cinco minutos? Vale.
Después, Wulf cuelga el movil y se os queda mirando, esperando que os vayáis.
Nessa se queda con la boca abierta al ver como Wulf comprime a Talon en la nevera. ¿Eso era normal? Supongo que sí... Pero no tiene más oportunidad de analizar la situación, pues ya tiene las llaves de la casa de Wulf en sus manos y no se ha enterado de la mitad del discurso que ha dado.
Antes de intentar averiguar qué es lo que les ha dicho, sólo un pensamiento cruza su mente. ¿Nos está echando? ¿Cómo si estorbáramos?
Frunce el ceño y coge a Megan del brazo, devolviéndole las llaves a Wulf de un solo lanzamiento al pecho.
Yo también tengo casa. Vámonos, Megan.
Empieza a andar llevándose a Megan del brazo y con el ceño fruncido. Se pone el abrigo en la puerta, guardando el movil y las llaves en los bolsillos y sale por la puerta, no sin antes despedirse de Wulf sin girarse a mirarlo, con un tono frío y distante de voz.
Que vaya bien con tu gran salvadora Alice. Pronuncia la última palabra con rintintín antes de salir por la puerta y esperar a que Megan coja algunas de sus cosas, desatando mientrastanto la correa de Hunter para llevárselo.
Evidentemente, Megan se pone unos pantalones y la ropa de abrigo, pues no es plan de ir por Nueva Orleans en invierno con una simple camiseta de los Lakers. Coge las llaves del coche y de la moto y se despide de Wulf con un:
Tsk.
Sale de la puerta con Nessa, y le da las llaves del coche, mirándola a los ojos.
Una sola rallada al coche, y te mato... celosilla ^^
Sonríe divertida, más por lo último que ha dicho que por lo primero y se pone el casco. No iba a dejar a sus hijos (el coche y la moto) en una casa donde estaba Wulf y Talon... aunque éste estuviera metido como un pollo en una nevera. No. Sus hijos se iban con ella.
Nos vemos en tu casa.
Arranca la moto y se aleja a alta velocidad, dirección a casa de Nessa... hace días que no ve a Sean, ni a Wallace, le daría un toque al móbil y le contaría las últimas movidas... eso es.
Al llegar a casa de Nessa, antes que ella, empieza a colocar todos los candados de la moto.