11 de marzo de 1938. Martes. 16:36. Nueves y claros. Sin viento. 9ºC. Oulu (Provincia aOulu) Finlandia.
Eres chofer de personalidades y estás designado a una en concreto. Has traído, desde Helsinki, a tu VIP a una reunión. El Generla Menjkilji es el único mando de toda la nación de carros de combate. Desde las 11 de la mañana esperas y esperas. Marchaste a comer donde te habían designado, pero enseguida regresaste. Hace tres minutos ha venido una asistente, con unas pastas y bebidas calientes para los 9 chóferes que estáis allí. Tambien portaba un mensaje. Podíais retiraros a las instalaciones de la Guarnición del Canal. Era el cuartel local del ejército. Este, no solo disponíade un batallón de infantería, sino de dependencias, cocinas, enfermería, galerías de tiro y algunas cosas más. Allí fue donde comiste a medio día.
Tras la "merienda" aparcáis en esas instalaciones. En unas caballerizas que no se usaban desde hacía tiempo. Al salir del edificio de madera escucháis unas detonaciones. Eran tiros. Salisteis corriendo a ver que pasaba y una docena de soldados disparaban sobre una garrafa que bajaba, navegando tranquilamente, por el canal, con sus fusiles M28 Pystykorva. Parecía más un pasatiempo que una misión militar o unas prácticas de tiro. Pero aún así el sargento les indicaba por turnos quién disparar.
Antti se había asustado, viendo como el sargento ordenaba disparar y como la mayoría de ellos fallaba sacó un cigarro de su pitillera y lo encendió. Durante un segundo pensó que los rojos atacarían, había escuchado de la guerra de España donde los comunistas trataban de hacerse con el poder.
Espero que cuando vengan los rojos apuntéis mejor.
Si gira uno de ellos hacia ti, y con toda la paciencia que puede dar alguien ofendido pregunta: - ¿Qué pasa? ¿Tú lo harías mejor?
El resto de soldados secunda el comentario. Todos menos el sargento y el que ahora mismo está tirando...que por cierto falla. Uno de los otros conductores te comenta por lo bajo: - Tio, no te metas en problemas.
Motivo: disparar
Dificultad: 11
Tirada base: [5], 6, 8
Resultado: 19, Fracaso
Tranquilo, se lo que hago. Extendiendo el cigarro al mismo conductor que le había susurrado, Antti se acerca al sargento. Sargento si no es un problema me gustaría disparar, para añadirle más emoción me apuesto 5 cigarros a que puedo darle. Sabía que podía sacarles algunos cigarrillos, lo cual siempre estaba bien.
El sargento mira a los soldados que habían retado y aquellos no dudan en aceptar la apuesta:
- Hecho, pero serán 5 cigarrillos a cada uno de nosotros.
El soldado que estaba disgustado por haber fallado no duda en quitarse del medio y aunarse a la apuesta. - Yo también me apunto a los 5 cigarrillos. El sargento asiente y comenta: - Haré de garante de la apuesta. Eso hacía que en automático el no pudiera participar, ni por un bando ni por el otro. Toma el arma de las manos del disgustado tirador y se lo presenta a Antii.
Te presenta el arma, y en tu favor hace un añadido. Para su gusto eran muchos cigarrillos, y tenías que tener alguna posibilidad.
- Tres cartuchos chofer. Si al tercero no le has dado … habrás perdido, pero se ha de hundir. Ya no valía darle. Se complicaba la "cosa". Tenías tres oportunidades, pero estas no solo incluían el darle. Se tenía que hundir el puñetero trasto.
Te importaba poco. El "órdago" ya estaba lanzado. Eran 4 soldados los que apuntaban a la apuesta, pero había varios más, por detrás, que aprovechaban la ocasión para hacer sus pequeñas apuestitas, del suceso. Incluso uno decía (sólo uno) que se hundiría a la primera.
511 metros.
Sin viento.
Poca luz por la hora y nubes.
El arma es una versión finlandesa de Mossin-Nagant. (Pystykorva M27)
No tiene visor, pero si alzas típicas del soldado de infantería.
Según la descripción de tu post, usaré más o menos modificadores … y las tiradas serán ocultas. Tras cada una, te actualizaré.
SOLO UNA TIRADA POR POST.
Eso hacen 20 cigarros. Se tumbó mientras agarraba el rifle, lo ajusta en su hombro ojo a la mira de hierro. En completo silencio ajusta las alzas tras calcular a ojo la distancia al objetivo y tras una larga respiración aprieta el gatillo como su abuelo le había enseñado. Levanta la cabeza unos centimetros del rifle para observar el resultado del disparo.
Tirada oculta
Motivo: Disparo 1
Dificultad: 10
Tirada base: [1], 2, 10
Resultado: 13, Fracaso
El tiro estaba muy bien enfilado, pero era corto. El proyectil, aún con la poca luz se pudo ver como rebotaba en tres ocasiones por encima del agua, dejando extrañas ondas, como si hubieran tirado una piedra. En uno de los rebotes, en su cénit, quedaba justo debajo el objetivo.
La garrafa había sobrevivido. Ya sabías realmente la distancia a la que estaba. Este disparo te valía para cerciorar datos. Ahora, paciente, sabías que tenías que apuntar mejor, concentrarte más … y hacerlo … bien.
Vittu.* Espera poder al menos alcanzar el objetivo en el primer disparo pero al menos ahora sabía la distancia exacta. Reajustó el alza del fusil desplazó el cerrojo para extraer el cartucho. 20 cigarros, no puedo fallar o en las siguientes dos semana estaré sin tabaco. De nuevo una profunda inhalación y un suave roze al gatillo, tras esto alzó de nuevo la cabeza con la esperanza de un mejor resultado.
Tirada oculta
Motivo: Disparo 2
Dificultad: 10
Tirada base: [4], 2, 5
Resultado: 11, Fracaso
*La traducción es "coño" se usa exactamente de la misma forma en finés que en castellano.
La bala se clavó en el agua como medio metro antes. No rebotó. Casi ni salpicó, y si no fuera por unas ondas en el agua, nadie sabría el punto de impacto.
Durante unos instantes, los soldados respiraron … mentira; no lo hicieron. Luego reventaron a carcajadas. Alguno incluso se palmeaba la pierna. Tu compañero, el otro chofer, desde lejos, jugueteaba con la nieve con la punta de su bota, mirando al suelo, y mucho más atento a tu entretenimiento que a lo que sucedía.
El sargento hizo un gesto, inclinando, casi imperceptiblemente, su cara, y medio guiñando un ojo. - Ultimo tiro muchacho.
Las risas de estos hijos de puta no se reiran tanto si acierto este tiro. De nuevo tira del cerrojo esta vez de muy malas maneras, alzó de nuevo el fusil recalculando la altura para no cometer errores esta vez. Respiró hondo y notó el corazon acelerado. Calma, recuerda lo que te enseño el abuelo. Tras esto inspiró profundamente y acaricio el gatillo. Esta vez dejo su rostro apoyado contra el rifle, observando el cielo. Solo espera la reacción de los soldados.
Tirada oculta
Motivo: Último Tiro
Dificultad: 10
Tirada base: [7], 9, 4
Resultado: 20, Fracaso
Justo cuando tiras de la palanca disparadora, estornudas. El fusil baja de tal manera que no llega ni a un cuarto del camino.
Las risotadas se esturrean por doquier y empiezan a hacer cuentas de lo que corresponde a cada uno. El suboficial toma el fusil y comenta: - Otra vez será chico. Se arremolinan sobre ti.
Mascullando entredientes deja caer su rostro contra la humedad hierba durante unos segundos. La voz del sargento le hace levantar la cabeza se incorpora y entrega el fusil al sargento. Sacando la pitillera se dedica a entregar los cigarrillos apalabrados a cada uno de los soldados haciendo caso omisos a sus chascarrillos y comentarios. Se había quedado sin cigarrillos, se dirigió de vuelta a las caballerizas con suerte alguno de los chóferes podría ofrecerle un cigarrillo.
La voz del sargento os paró de inmediato: - Espera, espera.
Las risas y los comentarios se congelaron de inmediato. Las miradas atónitas, hacia el agua, te sorprendieron: - ¿Han visto un fantasma? Pero no te importó. Uno de los cigarrillos había caído al suelo, y tú, sin pensarlo, te agachaste a recogerlo.
Guardando el cigarro en el bolsillo de mi chaqueta, me acerco apoyandome en los hombres de uno de los soldados y trato de ver que es lo que ha llamado la atencón del sargento en el agua.
Tirada oculta
Motivo: Descubrir
Dificultad: 10
Tirada base: [7], 3, 2
Resultado: 12, Fracaso
Deja una tirada de descubrir en oculto por si acaso
Estaba claro.
No era lo que veías, sino lo que no veías. La garraba ya no estaba. Ya nada bajaba flotando por el agua, así que, los soldados alucinaban. Alguno le dio la risa, que controló bastante.
Los otros chóferes, que habían estado, ya pagándose la apuesta, retornaron al principio. El perdedor, con energía, y casi mala leche, pagó sin chistar. Los rostros eran de perplejidad.
El sargento, tan sorprendido como el resto, y tras colgarse el fusil al hombro, te dio un palmadita: - Muchacho, le habías dado. No se en que tiro, pero se estaba hundiendo poco a poco. Te felicito. En su rostro también se veía escrito, o al menos eso pensabas: - "... y esto lo tendrán que saber tus superiores". También brillaba una pizca de alegría o incluso de ilusión.
Empezaron a "recolectar" la "paga" por las apuestas, y según aportaban, se lo daban al sargento. Este, tras recopilar el montón de cigarrillos, encendió uno, y te lo pasó: - Anda, fúmatelo con nosotros "cazador". Tomó otro en su mano, y tras darle dos golpecitos en el filtro, hizo un gesto, a ver si tenía suerte y le invitabas. Este suboficial lo tenía todos, y, excepto el que parecía que quería que le invitases, te los entregó todos. 51 cigarrillos en total, para tu cuenta persona.
Perfecto.
Entre 51, no están el que te ha dado para que te fumes, y el que desea él. Serían 53 la "recolecta".
Sacando la caja de cerillas que llevaba siempre en el bolsillo inquierdo de la camisa enciende la cerilla y la acerca al ciarro del sargento. Gracias señor, si le soy sincero o tampoco se en que tiro le he dado pero como decía mi abuelo. El tiro no siempre es cosa de calcular y pensar, a veces tienes que seguir tu instinto y nada más.
Dando un larga calada al cigarro continuó Admás tenemos que estar todo lo listo que podamos los comunistas andan revueltos mira la que tienen liada en España. Y la Unión sovietica esta aquí al lado acechandonos. Con paciencia fue metiendo los cigarros en la pitillera pero naturalmente está se lleno por lo que simplemente guardo algunos cigarros sueltos en el mismo bolsillo con las cerillas esperaba llegar a su habitación para guardarlos en un lugar más seguro.
El sargento se puso rígido y dio la voz de atención: - Firmés, ¡Ar!.
Llegó un vehículo pesado. Un coche mercedes, con unos banderines sobre los focos. Era todo un deportivo, y en él viajaban el chofer, también de uniforme alemán, igual que el general a que transportaba. El gerifante casi saltó estando aún en marcha, y un furriel salió a recibirlo todo apresurado.
A la orden del sargento Antti se puso firme. Se sorprendió al ver aquel oficial alemán el uniforme era precioso, impráctico como el demonio pero bonito. Posiblemente les esperara un buen rapapolvo por el jaleo que habían montado disparando de aquella manera. Con terror descubrió que aunque estaba firme todavía colgaba el cigarro entre sus labios con un rápido movimiento de de su mano izquierda lo retiro de enetre sus labios dando una profunda calada y puso la mano izquierda en la espalad a la altura de sus riñones.
El vehículo era precioso completamante negro desde luego de mucha mejor calidad a los que estaba acostumbrado a conducier el mismo mira al conductor con cierta envidia. Conducir está joya debe ser una gozada.
El coche quedó en la puerta, con el motor encendido, y el chofer listo para marchar.
Tras los tres primeros minutos, todos quedaron en firmes, luego, ya cansado, el sargento ordenó: - De a dos. Todos formaron en una doble columna, y a su voz, marchasteis al cuartucho de conductores, donde pudo continuar con el trasiego de cigarrillos. Ya más relajados, el sargento se pudo encender el que le habías regalado, y tú descubriste que se había consumido solo el que estabas encendiendo.