Partida Rol por web

Aaron había estado todo el rato rezando como condenado a muerte transitando la milla verde de camino a la silla eléctrica, tan arrepentido de sus pecados que no eran otra cosa que nimiedades. Hasta que los golpes de Brannagh lo espabilaron.

-¡Virgen santísima! ¡Sí, señor! – responde a las ordenes de movilización, y de inmediato reúne sus pertenencias para unirse a sus compañeros.

-Deberían dejar toda esa porquería. Nos han encomendado algo que ningún hombre hizo jamás. Sigan así y solo irán a parar al infierno. Yo quiero volver a ver a mis seres queridos, vivos de ser posible, o a los demás que ya no están entre nosotros – habla para todos aunque es evidente que se refiere a Walter y los demás que pese a todo aun persisten en sus actitudes.

Marcus habiendo recogido su equipo y limitándose a encabezar la columna solo se molesta a girar de vez en cuando para responder lo justo y necesario. Tampoco es un hombre de muchas palabras, de las cuales fluyen cuando es absolutamente necesario.

-No Billy. Mejor háblame de tu novia y de ese taller que deseas. – responde primero al soldado pro demócrata, que últimamente parecía contagiado de agresividad oculta. O tal vez de temor por la simple incapacidad de asimilar todo lo sucedido.

-Conozco tanto del futuro como tu Frank – contesta rápidamente sin mirarlo, porque su atención se centra en la lejana línea de arboles en la distancia y que la luna llena permite iluminar.

-Pues descúbrelo tú mismo. Cógelo -  arroja, sin detenerse, un bollo de papel a Walter. Este lo desenrolla, lo estira para que sea legible y descubre que es un informe militar de alguna oficina de asuntos alemanes. El águila en la cabecera del documento advierte su contenido en idioma germano.

- Aun nos quedan varias horas de marcha nocturna por aquel bosque. Por allí es más seguro. – finaliza luego de mirar su brújula y consultar un mapa que era de Richards.

El profesor marchaba en silencio. Ajeno a los ataques hacia el centurión, los ángeles y las grandes verdades que les han impuesto. El solo quiere volver a ver a su esposa. Lo demás es tan solo un añadido, una barrera más entre él y sus seres queridos.

-Entiendo que esto es importante ¿Pero como haremos luego para volver a nuestras líneas? Realmente necesito esos días de permiso pendientes para ir a Inglaterra…allí me esperan… - termina abruptamente su lamento porque acelera la marcha. Se estaba quedando atrás.

-Pues no perdamos más tiempo. Si ha de ser, que sea-Frank cogió sus pertenencias y se dispuso a reemprender el camino-Como a cualquier otro, lo último que le apetecía era salir de nuevo al frío, pero era de los que pensaba que si había de enfrentarse a una penuria, mejor hacerlo cuanto antes. Además, se sentía descansado y reconfortado gracias al efecto del aura del arcángel. Que Dios guíe nuestros pasos ¿Qué sitio es ese al este, donde debemos fabricar las balas?

Frank se acercó un momento para ver el mapa que consultaba Ocon intentando buscar algo reconocible en esa dirección.

Por un momento, Walter considera calificar las palabras de Tala como de insubordinación, pero la diligencia de Brannagh al azuzar a la tropa evita que se decida. Mejor así, piensa, estamos todos bastante alterados. Quizás es posible que hasta el artillero se haya percatado de ello y haya actuado tan rápido para evitar conflictos.

Mejor mantenerse en movimiento. Están inmersos en una situación que desafía las convicciones de todos ellos.

Yo quiero volver a ver a mis seres queridos, vivos de ser posible, o a los demás que ya no están entre nosotros – habla para todos aunque es evidente que se refiere a Walter y los demás que pese a todo aun persisten en sus actitudes.

 -Por Dios y toda su gloria Walter, no seas tan cínico.

Hace una mueca al recordar las palabras de Tala. Maldita sea, con la religión hemos topado. Walter perdió la fe hace mucho tiempo y ni siquiera cree haberla tenido alguna vez. 

-Y echamos a andar sin conseguir arrancar a Ocon una respuesta -masculla para sí mismo... y entonces Ocon responde de la peor manera posible arrojándole un papel arrugado. Walter lo recoge, los estira entre sus manos y trata de leerlo a la luz de las estrellas de una noche que no parece acabar nunca (*).

¡¡¿¿Qué??!! ¿Cómo coño sabes tú…? - y callé, mirando con gesto serio ante la respuesta que me dio Ocon… ¿Acaso nos había estado vigilando a todos los que íbamos a formar su unidad? ¿Podía leernos los pensamientos?

Joder… pues nada, andando… solo espero que puedas, en tu poderosa influencia, suministrarnos unos calcetines limpios y secos.

Y contrariado comencé a andar, luchando por un lado con la frustración y por otro con la impotencia de considerarme un jodido títere en manos del titiritero. Y daba igual que quien manejara los hilos fuese Dios, Tyrael, o el puto Orson Welles.

Era una sensación asquerosa. Esperaba entender, poder entender… joder, solo… solo le había pedido algo de información, no porque me interesara, sino como forma de romper el hielo, establecer algo, alguna especie de relación entre el Ocon de antes y el Longinus de ahora… pero si hasta eso era mucho pedir, pues a la mierda, dispararemos cuando nos lo ordenen y nos moriremos cuando lo digan, al fin y al cabo, esa parecía ser la situación.

Tala tenía razón, había verdades que les habían sido reveladas a ellos, ahora creyentes o no sabían que existía otro mundo, y tenían una misión. Ahora Ocon marcaba el ritmo y les diría a dónde ir.

O Connor, a su manera, animó al grupo a moverse pero Mike ya estaba en camino, con decisión, y motivado por haber sido elegido por fuerzas divinas. Sentía curiosidad por Ocon, hasta dónde llegaban sus poderes pero no estaba siendo demasiado comunicativo, algue que frustraba visiblemente a Walter.

-Oye Ocon,  a parte de tener casi 2000 años, ¿de qué más eres capaz?- Inquirió Mike con curiosidad.

- ¡VALE YA! Dejadle en paz de una vez y caminad. Estar atentos a si sale aguien, emboscadas, minas o algo y ya está bien de darle la lata. Ya nos irá contando cosas cuando le apetezca. Ya se estaban pasando, ya se había ordenado que lo dejaran estar y a Mike le dio un empujó "que lo puso a andar". Todos queríamos saber cosas, pero, excepto que no envejecía y que no se moría, creía que poco más podía hacer diferente a cualquier otra persona. Tal vez hubiera acumulado algunos conocimientos, pero, poco más. - Seguro que es capaz de hacer una llave de esas, como los japoneses, y tiarlo al suelo. A ver si lo hace y lo dejan en paz de una vez.

.-Vamos Randall, somos lo único que se interpone entre el apocalipsis y la humanidad y sólo piensas en volver, sabes que no eres el único en hacerlo verdad? Todos aquí querríamos volver a casa pero no es una opción.-le repliqué al profesor por su comentario mientras avanzábamos por el camino. 

-Sin que sirva de precedente, Brannagh tiene razón. Dejad de joder y emprendamos camino de una vez.-dijo Franklyn recuperando al fin su talante habitual.

-Venga, va. Ya voy yo.

Dicho esto se acertó al exterior con cuidado y luego de asegurarse de que no había nadie esperando que saliesen, comenzó a caminar en dirección al lugar en el que supuestamente, podrían hacer las balas.

Poco a poco la noche termina, justo con la llegada al bosque. Allí, en una hondonada segura entre dos colinas, el grupo monta guardia para descansar un momento y calentarse un poco. Entre Marcus y Aaron cavan un agujero en donde hacen una fogata exploradora, sin humo y donde pueden calentar las últimas latas de comida enlatada del jeep. En especial dos latas de guisado.

-El documento de suministros nazi habla de una especie de fábrica de munición de bajo calibre, para armas de infantería y esas cosas. Debe estar en algún punto del otro lado de este bosque. – responde a Franklyn, quien le había preguntado poco antes.

-Deja O´connor. No tengo mucho para contar. Ven, come algo caliente. Todos necesitaran reponer fuerzas porque las van a necesitar pronto. – invita a Brannagh a probar la comida caliente.

Vincent, Aaron y Randall no pierden tiempo y reciben una porción del guiso caliente. Eso y algo de café cedido por Vincent hacen de todo esto un desayuno ideal. Uno que no disfrutaban hace mucho.

La información sobre el documento* habla de unos camiones de suministros hacia una fábrica de trabajos forzados en un punto intermedio entre este bosque y el siguiente. Tal como Marcus lo explicaba antes al soldado de Montana. Según la información el sitio fue emplazado luego de la ocupación de Bélgica y utilizado como campo de reclusión, trabajos forzados y “estación de medio paso” hacia algo llamado “destino final”.

No hay información sobre las fuerzas allí apostadas pero considerando la ofensiva sobre las Ardenas es posible que este en los mínimos ahora.