Cuando Beran intentaba descifrar los mensajes ocultos del entorno, encontró en Glóin un sentimiento de preocupación palpable en sus ojos. Comprendió en ese momento la difícil situación en la que se encuentran. Tan solo una mirada hacia el pequeño Trotter le bastó para confirmar lo que luego el enano mismo haría: aquellos desaparecidos eran sus familiares.
Después de ser presentado, decide hablar. Inclinándose respetuosamente con una mirada firme y una voz llena de resolución, Beran rompe su silencio:
—Honorable Glóin, somos un grupo de valientes viajeros. Estamos aquí para ofrecer nuestra ayuda y no tememos enfrentar los peligros que puedan surgir en el camino. Comprendemos la importancia de esta misión y estamos dispuestos a arriesgar todo para encontrar a los desaparecidos y cumplir con la entrega de la carta. —Beran toma una breve pausa, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros—. Confíe en nosotros, honrado Glóin, somos viajeros experimentados y estamos guiados por la voluntad de hacer el bien.
Beran se endereza, mostrando determinación y confianza en sus palabras. Estaba decidido a llevar a cabo esta tarea con éxito y devolver la esperanza a aquellos que esperaban noticias de los mensajeros.
Cuando la conversación concluyó, volvió a inclinarse como muestra de respeto para despedirse.
Beli no pudo evitar abrir la boca como si fuera a hablar, pero no consiguió emitir ningún sonido. Si los mensajeros eran Óin y Balin no cabía duda de la importancia que Glóin daba a la misiva que debía ser entregada al Señor de las Águilas. Además Balin y Óin eran otros de los supervivientes de la Compañía de Thorin Escudo de Roble y de la batalla de los Cinco Ejércitos, un símbolo para la toda comunidad enana de la Montaña Solitaria. Era necesario hallarlos a cualquier coste.
Escuchó como Glóin revivía las viejas rencillas con el Reino del Bosque y miró a Caranthir de soslayó, esperando que el elfo tuviera la flema suficiente para no iniciar una discusión, era evidente que Glóin hablaba nublado por el dolor y además, no había dicho nada que no fuera cierto. Aunque parecía molesto su respuesta fue bastante contenida.
Lo que no le hizo ni la más mínima gracia fue saber que deberían descender el Celduin en barca, no por nada lo llamaban el Río que Corre, y el enano temblaba ante la perspectiva de abandonar la estabilidad que le ofrecía la tierra firme. La pesadilla de Glóin no ayudó a aliviar ese sentimiento.
Tanto Beran como Trotter se mostraron dispuestos a ofrecer su ayuda a Glóin, por lo que se daba por entendido que la Compañía aceptaba la propuesta de Glóin. En especial las palabras optimistas del hobbit hicieron crecer el afecto que Beli sentía por él, sin duda era bueno tener a alguien así con ellos, ahora que empezaban a entrever a que peligros tendrían que enfrentarse.
Se levantó para tomar de las manos de Glóin la carta y el mapa que les ofrecía, agarrando con un gesto afectuoso el brazo del enano.
- Más allá de la recompensa, podéis estar seguro de que haremos todo lo que esté en nuestra mano para traerlos de vuelta y honrar vuestra confianza.
- Vamos amigos, partamos sin demora!
Ni siquiera las viejas rencillas entre elfos y enanos, aunque contenidas por el bien de la misión, pudieron ensombrecer ni el empeño ni la voluntad de la compañía para ayudar a Glóin encontrando y devolviendo con vida los enanos desaparecidos. El grupo se despidió del emisario enano y este mismo en persona insistió en acompañarles a la salida de su residencia.
Los aventureros se habían ganado la confianza del enano y les había sido encargada oficialmente la empresa del rescate de los dos enanos que partieron de la Montaña Solitaria con aquella tarea diplomática de tanta importancia para esta nueva era de los Pueblos Libres del Norte.
Aunque sabían que el viaje no sería ni mucho menos un paseo, estaban más que dispuestos a enfrentarse a los riesgos con tal de cumplir con su palabra.
Cerramos este episodio de nuestra aventura con el objetivo de dar con la expedición de Balin y Óin. El viaje no será fácil, pero la recompensa seguro que merecerá la pena para nuestra pequeña compañía de aventureros.
Continuamos en...