La partida no quiero abandonarla, me gusta mucho. Lo que pasa que ya no entro en Umbría con tanta periodicidad como antes.
Bueno, entrar sí, porque lo tengo permanentemente abierto en el navegador, pero actualizar algo, lo que sea, no, por falta de tiempo y motivación.
Con cualquier cosa te avisaré, no tengas problema.
Y muchas gracias por el apoyo y por la preocupación ^^
Comienzas a sentir que fuera del edificio se desarrolla una tormenta, llueve con mucha intensidad.
Cuando faltan 5 minutos para las 3 de la tarde, un criado te manda a llamar. “señor, mi señor lo espera en la segunda plata, sígame por favor” cuando lo haces puedes notar un poco la estructura del edificio, mm es extraño pareciera tener una decoración árabe, o oriental, es una mezcla poco común.
Sigues caminando un poco asombrado de lo que vez y oyes.. por un momento piensas que estas en el otro continente.
El criado te hace subir al segundo piso y puedes ver a Victor esperándote en una especie de plazoleta exterior cubierta protegiéndolos de la lluvia. Esta lloviendo a cantaros, desde donde estas vez que las calles están inundadas.
Queria que viera bajo sus propios ojos lo que le digo y sepa que no le estoy mintiendo, te señala un par de hombres tratando de corren desesperados por la calle la cual está llena de agua
Escuchas el sonido de un reloj antiguo, tres campanadas. Las tres de la mañana
En ese momento escuchas esa melodía que te ha acompañado todas las noches, la canción de esas mujer. Miras a Victor, pero algo te dice que el no la escucha mientras te habla y te señala los dos hombres en la calle. Las aguas cambian de color a rojo sangre, y comienzas a persibir el olor a sangre podrida, sabes bien que eso es veneno para cualquier vampiro, y rápidamente comienzas a ver como los hombres que corrian caen arrodillados sangrando por los oídos, boca y ojos, y de repente una ola de vitae envenenada los cubre... y se vuelven espuma.
Pasa la maldición, pudiste hablar telefónicamente con Amparo y le advertiste que no le hicieran daño al criado. El señor Stanford te dice: Puede invitar a los miembros de su organización a mi dominio... esta es la casa de San Pedro Alejandrino, le doy mi palabra que la vida de sus hombres será respetada. Traiga el material del que me hablo, tendré el gusto de recibirlos, quiero conocerlos a todos.
Partes hacia el refugio en un auto con chofer que te dio el antiguo.
Postea nuevamente en la noche de la sangre.