...Un ángel poderoso alzó entonces una piedra, como una gran rueda de molino, y la arrojó al mar diciendo: «Así, de golpe, será arrojada la Gran Ciudad, y no aparecerá ya más (..) Porque tus mercaderes eran magnates de la tierra, porque con tus hechicerías se extraviaron todas las naciones; y en ella fue hallada la sangre de los profetas y de los santos y de todos los degollados sobre la tierra...
Apocalipsis, 18; 21, 24
Cuarta y última parte de la campaña LA BESTIA NO DEBE NACER