Partida Rol por web

Matt aún no se había recuperado del sabor a cigarro de la boca del capellán de modo que, cuando leyó el mensaje de su esposa no hizo falta que sujetase ningún cigarro antes de evitar caerse. El mensaje de Daphne era claro. Demasiado claro. Sin poder evitarlo palideció aún más que en aquella repugnante ciudad, más que cuando despertó e el hospital o incluso más que cuando vio a Roderick sobre él. De pronto se sentía muy mareado y, todas sus esperanzas se vinieron abajo. El motivo era claro: Recordaba muy bien los grabados.* Temblando, extendió la nota a sus compañeros, incapaz de responder.

Dios...no... no puede ser...Hijo...– Matt esperó a que el resto leyese la nota antes de hablar, en voz muy baja y que parecía querer controlar un temblor– Tenemos que darnos prisa. Joder, daría lo que fuese porque Highway... El sabría a quien romper la cara.

Mat estaba en lo cierto, no había tiempo que perder. Las últimas noticias eran lo peor que podían esperar. Así que tenían que reaccionar...ya!

- Ójala estuviera el sargento con nosotros, siempre estaba en los momentos difíciles para ayudar y solucionar las cosas...como partirle la cara a cualquier cretino que se lo ganase a pulso- dijo Ab recordando a su amigo.

- Venga, vayamos a ver lo que nos tiene que decir Redentor, hagamos las maletas y volvamos a por los niños- propuso Colt.

El cigarrillo del capellán casi se había consumido entre sus largos y delgados dedos, aquella pesadilla no tenía fin ni pinta de terminar adecuadamente para su integridad física... ni mental por supuesto.

- Siempre puede ser usted quien le rompa la cara a alguien, señor Greywood- sugirió Craven al tiempo que apagaba el cigarrillo en un cenicero y comenzaba a buscar otro, a él no se le había perdido ningún niño y lo cierto es que tampoco sabía como había terminado en aquel embolado pero sólo continuaba por el dichoso tatuaje del brazo... y porque había visto demasiado como para pasarlo todo por alto, no obstante le empezaba a preocupar seriamente tanto su salud mental como la del resto de sus compañeros, reprimió un escalofrío ante el recuerdo de la muerte de Highway- Bueno... volvemos, ¿pero a donde?

El telegrama os dejó noqueados, pero poco más podíais hacer, vuestra única opción era seguir hacia delante, tratar de encontrar una nueva pista a la que agarraros ahora que teníais claro que el tiempo se os estaba agotando de una forma inexorable.

Sin perder un minuto volvisteis una vez más al archivo general donde os esperaba Luis Redentor delante de unas notas.-Buenos días, tomen asiento, por favor.- Se le veía visiblemente emocionado por su descubrimiento.- Encontré esta referencia en el necronomicon.

De los primeros Engendrados, escrito está que esperan siempre al umbral de la Entrada, é la dicha Entrada se encuentra en todas partes y en todos tiempos, es Ellos non conocen tiempo ni lugar, sino existen en todo tiempo é todo lu­gar, a la vez é sin parecer, é los hay de Ellos que tomar pueden diferentes formas é Mane­ras, é revestir una Forma dad é un Rostro sabi­do; é las Entradas de Ellos están en cualquier, más la primera es aquella cuya fize avrir, a sa­ber: Irem, Cibdat de los muchos Pylares, Cibdat so el Desyerto, más sy orne alguno dixere la Palabra prohibida avrirá allí una Entrada é po­drá aguardar a Los Que Atravesaren dicha En­trada. que asy podrán ser: Dotes é el Mi-Go, é el pueblo Cho-Cho, é los Profundos del Mar, é los Gugos é las Descarnadas Anima has de la noche, é los Chogotes é los Vornis, é los Santacos que fazen custodia de la Kadat del Desyerto de los Yelos é la Meseta de Leng. Que todos por igual son fijos de los Dioses Primeros. Pues aconstesció que, la Grande Rraza de Yit non aviedo conzierto con los Primigenios, nin estos con aquella, nin ambos com los Dioses Pri­meros, é separados todos, dexaron a los Primigenios el selorio del Universo Mundo, ca tornando de Yit la dicha Grande Rraza, tomó la Su Morada en un tiempo de la Tierra por venir, é todavía non conoscido de los que agora cami­nan por sobre della. E aquí mesmo aguardan Ellos fasta que tornen otra vegada de los vien tos é las Vozes que antes los lie barón é Lo Que Caminó sobre los Biéntos del Mundo é de los espazios vacíos fecía, sólo los que han sido ele­gidos que están entre las estrellas por especial­mente por los dioses del mal siempre.

Estaba escrito en castellano antiguo, había palabras que no entendíais o que tenían difícil traducción pero captasteis lo suficiente como para que un escalofrío recorriera vuestra espalda.

Estuve buscando sobre Irem, la ciudad de los pilares - prosigue el señor redentor.- y lo que he encontrado es que fue comida por Shedad, el último de los déspotas de la tribu sureña de Ad. Se la conocía también cómo la Ciudad sin Nombre, o la Ciudad de los Pilares. Algunos afirman que se encuentra cerca de Hadramaut; otros, que se encuentra enterrada bajo las ardientes arenas del desierto de Dana. De todos modos, ninguno de los que han parti­do en su busca han regresado jamás.

También encontré que según dice una antiquísima profecía, solo los que han sido ele­gidos especialmente por los dioses del mal pue­den llegar hasta ella.

Un resorte se activa en tu cabeza al escuchar las palabras desierto de Dana. Es algo relacionado con Al-Hazred que has leído en el archivo en los últimos días y aunque en un principio no lo encuentras fuerzas a tu mente a recordar hasta que puedes visualizar el párrafo.

Abdul Al-Hazred era originario de Sana, en Yemen. Era un estudioso que visitó las ruinas de Babilonia, y los subterráneos secretos de Menfis. Asimismo se dice que pasó diez años de su vida en el llamado Roba-el-Khali, también llamado Dhana, el desierto escarlata un lugar habitado por espíritus y monstruos malignos.

El texto estaba acompañado de un mapa de la actual Arabia.

Ab negó con la cabeza sin saber que decir. Todo aquello le parecía un galimatías y los lugares que había nombrado el profesor no le sonaban de nada.

- Como no sea usted más específico creo que no sabremos dónde buscar o qué hacer -dijo un poco nervioso el cabo al ver que todo se les escapaba por momentos.

- Si volvemos por donde hemos venido no habremos conseguido nada... Deberíamos de probar en Dhana, según he leído en el archivo, Abdul Al-Hazred era originario de Sana, en Yemen. Era un estudioso que visitó las ruinas de Babilonia y los secretos subterráneos de Mengua y se dice que pasó diez años en Roba-el-Khali, también llamado Dhana, el desierto escarlata habitado por espíritus y monstruos malignos... No es que tenga especial interés en esto último pero puede ser un rastro a seguir-sugirió Craven no muy convencido de la información que acaba de rebelarse, no deseaba por nada del mundo volver a ver a ningún monstruo y aquel viaje se antojaba complicado...

Para aseverar sus hipótesis, Craven extrajo de su bolsillo un mapa que había obtenido del archivo y lo mostró a los presentes.

En ese momento, las únicas palabras salidas del cilindro que ahora contiene el cerebro del doctor Zarramenov vuelven a vuestra mente.

-Id a la ciudad en el desierto, siguiendo los pasos del viejo loco. Encontraréis a vuestros hijos detrás de la puerta.-

La idea de tener que hacer otro largo viaje no me agradaba nada teniendo en cuenta lo que había costado llegar hasta éste país tercermundista. Pero la imagen de mi pobre hijo sometido a aquel extraño ritual hizo que me derrumbase. - Hay que encontrarlos cuanto antes. - Acerté a decir entre sollozos. Me senté en el suelo y pasé unos instantes sollozando. 

–No. No.No. No. No.–dijo frotándose el lugar donde le había golpeado el rayo–No, no vamos a permitir que esto ocurra. Nadie va a utilizar a mi hijo para que un insecto le utilice de algún modo, por Dios Santo. Ni al mío ni a ninguno de los demás.

Matt apoyó la mano sobre el hombro de de Nick, sin saber muy bien que más decir. No estaba acostumbrado a andar consolando soldados, pero todos aquellos hombres eran sus hermanos de armas.

–Ahora hay que pensar en como llegar y conseguir armas para acabar con todo.

-Pienso lo mismo. Cuanto antes nos pongamos en marcha mejor -dijo corroborando lo que sus compañeros habían expuesto.

-Lo malo es que no sabemos si allí los encontraremos, pero no debemos demorarnos. Antes habría que ver cuál es el medio de transporte más rápido...¿barco?, ¿avión?, ¿coche?
 

Luis interviene para responder a alguna de vuestras preguntas.- Pues desde aquí, el viaje más rápido probablemente sea llegar en tren hasta Gibraltar y desde allí coger un barco hasta Bombay. Pasan por el canal de Suez y seguro que harán escala en algún puerto en la península arábiga.

A Roderick no le gustaba Africa, era un continente de clima complicado, lleno de animales y salvajes. Y después todo lo que había visto y leído se le antojaba aún más siniestro... le dieron ganas de apearse del proyecto... en realidad quería apearse desde el principio y aún no sabía como había llegado tan lejos en aquella desventura. Pero lo cierto era que al recordar la cicatriz y su dolor punzante en el brazo fue suficiente para convencerlo... no había marcha atrás, muy a su pesar.

- Pues entonces habrá que ponerse en marcha- suspiró echando un ojo a su paquete de tabaco... iba a tener que comprar más

–Tardaremos una eternidad– objetó Matt frotándose el pecho donde había recibido el impácto eléctrico. Diantres, usarían aquella arma contra cualquiera que se pusiese en su camino. Sí o sí.–Y la Península Árabiga es enorme. Tardaríamos semanas en llegar, y no quiero ni pensar en encontrar esas ruinas. Hasta Gibraltar pase pero después... Un barco rápido no nos dejaría en muchos puertos que serían interesantes, y uno que haga más paradas sería infernalmente lento. Si pudiésemos conseguir una avioneta...Quizás en Argel o en Túnez, no están muy lejos. O incluso en Casablanca. Son territorio francés y los franceses nos deben una buena con lo del Troinoir ese. Estoy seguro que con un par de llamadas lo arreglarían... Y seguro que tienen algún Douglas, un PN-12 o algo así. Suficiente para todos nosotros, el tarro parlanchín y un buen equipaje.

-...un buen equipaje a abase de armas y otras cosas igualmente dañinas -continuó la frase de Matt.

-Pero estoy contigo. Debemos encontrar un avión que nos lleve, pues sin duda será la forma más rápida de movernos -aseguró el cabo recordando como la aviación había bombardeado zonas en un visto y no visto.

Al fin me repuse de aquel bajón momentaneo. Me incorporé y escuché a cada uno de mis compañeros teorizar sobre el mejor modo de llegar a donde estaban los niños y me mostré de acuerdo en que lo mejor era llegar cuanto antes a Africa y buscar un avión que nos llevase hasta Arabia.

- Bueno, ¿qué?¿Nos vamos o estamos esperando algo? - Pregunté con los brazos apoyados en las caderas. Esta vez estaba dispuesto a lo que fuese para dar con los niños. Hasta mi vida si eso sirviese para salvarlos.

–Mandemos el telegrama. Se lo dirigiremos a Keeper o a Leighton. – decidió Matt sacudiéndose las manos.– No creo que haga falta dar muchas vueltas en esta ocasión. Al fin y al cabo no hablamos de hacer nada... raro. O bueno. Como veáis. Un telegrama fingiendo que son maniobras militares estaría bien. Al fin y al cabo, lo son.

"Tenemos noticias de movimientos sospechosos en zona desértica. Solicitamos medio de transporte surtido para exploración aérea de la zona. Puntos aliados cercanos: Casablanca, Tunez, Argel.  M.Greywood."

Un día después de enviar el telegrama a Keeper llegó la respuesta usando el mísmo método.

Destinatario: Mattew Greywood.

Remitente: Francis Campos.

Disponible avión desde Gibraltar. -Stop.- Os esperan en 7 dias.- Stop.-