Ailush mira a la dama de los bosques.
- Así pues proseguiemos nuestro viaje hacia Melvont, que Silvanus os guarde. Vadania de los bosques.- Dicho esto retoma la marcha de su montura en dirección a Melvont.
Mientras me entretengo en ir soplando detrás de las orejas a mi montura, la druida nos interrumpe, pero no nos dá ninguna ayuda tangible. Que derroche de tiempo... Aunque hoy no tenía nada mejor que hacer, pero hablar con druidas no era lo que más me apetecía. Y más que me dijese que esto está lleno de orcos... Si cada vez que levantamos una piedra salen 300... En fin.
Sigo soplando alegremente a mi montura detrás de las orejas, mientras continuamos la marcha.
Reanudamos la marcha y al pasar junto a la elfa la miro con cara de pocos amigos
Aenghus mira a la elfa con reflexión. Elfos, su vida pasa tan lentamente que nuestra impaciencia por llegar al destino es algo que nunca entenderan.
Ailush, quiza deberiamos movernos en paralelo al camino, parece que pueden emboscarnos.
Ailush mira el entorno, viendo el paisaje bastante denso de verde follaje.
- Tardaríamos mucho si tenemos que abrirnos paso por esa vejetación... además vamos montados. Que encontremos salteadores no significa que tengamos que plantarles cara, podemos escapar de su alcance.- Se gira para sus compañeros- Que decís gente?
Despues de la discusion proseguis el camino hacia la ciudad de Melvont. Una parada en el camino para dormir y al dia siguiente retomais la marcha. Pasadas varias horas de camino, cuando el sol se encuentra en el punto mas alto, observais a lo lejos la ciudad de Melvont.
Seguimos en "La Ciudad de Melvont"