Es una noche fresca de invierno. Corre el año de Nuestro señor de 1621. Numerosas personas se encuentran en la famosa taberna "Barril de Oro", cerca de los astilleros de Cartagena. En esa taberna, numerosos hombres vacían vasos de vino, juegan las últimas cartas y sus últimas monedas o intentan atrapar en sus brazos a la preciosa moza de abundantes pechos que sirve las mesas, con el fin de jurarle amor eterno...
El ambiente es bullicioso, pero no hay tensiones, tan sólo los más pícaros entre los juegos de cartas parecen mirarse con recelo entre ellos.En la barra siguen sirviendo. Parece que es una tranquila velada.
Vosotros (los personajes), os encontráis en la taberna, descansando, bebiendo o apostando sin cesar con piratas y comerciantes. Os hospedáis en una posada cercana. Estáis allí por diferentes motivos: viajes, negocios, huida... ¿quién sabe?
Situación:
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EMPEZAMOS YA. Por favor, acabad vuestras historias o datos del personaje.
Podéis interactuar en la taberna. No os conocéis entre vosotros. Si necesito alguna tirada por vuestra parte os lo comentaré.
A lo largo del día, Rudolph ha intercambiado tamarindos, cocos y zapotes por leche, huevos; pan y una cacerola. Antes de marchar a su cueva, le gusta embriagarse de vino y enterarse de las novedades de la urbe: el comercio, los sucesos etc.
Ahora mismo está tanteando un posible negocio con un contrabandista, el cuál ha organizado un saqueo a una embarcación de la nobleza española. El contraventor todavía no sabe cuál será su botín, pero está seguro de que encontrará alguna reliquia interesante, además de copiosas riquezas. Rudolph le anima y ofrece su apoyo con tal de hacer justicia y despojar a los que más tienen. Cierran la conversación y quedan mañana en el mismo lugar.
Su interlocutor sale de la taberna y Rudolph se queda observando el personal: abundan comerciantes y oportunistas. Los conoce a casi todos, o bien de tratar con ellos, o bien de oidas. No se había percatado, pero estaba situado cerca de personas que no le sonaban ni de vista.
Afina su oido con el fin de entrar en la conversación de al lado.
-Por suerte sorteamos los contratiempos - comenté mientras compartia una pinta de cerveza ligera con mi contramaestre en aquel bar portuario de Cartagena.
La escala en la ciudad de Indias era un favor privado que le hacía a mi buen amigo, Luis Ponce de León, Duque de Bazán, por el nacimiento de su primogénito. Desde lo más profundo del continente transportaríamos perlas, especias y artesanía en madera de ébano.
El incidente en el Mar de los Sargazos nos había detenido más de lo necesario, pero la estadía en La Española fue más corta de lo previsto; carga y descarga. Port Royal fue harina de otro costal. Allí los aspirantes a nobles son más delicados con la mercancía. Los hombres se merecían un descanso en tierra y la compañía de alguna meretriz que rondase los burdeles del puerto.
Realmente no está permitido este tipo de comportamiento, mas tras una travesía de muchos meses en el mar, la soledad acaba por desquiciar a muchos y al final prefiero hacer la vista gorda y darles ese capricho.
- La cerveza es como la del viejo continente - digo apurando el vaso - Amarga y con cuerpo.
Habíamos fallado en encontrar el tesoro oculto en el mar de Santo Domingo y me encontraba molesta porque el maldito pirata Remus se me había adelantado una vez más. Por otro lado, me reconfortaba la idea que cada vez que esto pasaba, me encontraba un paso más cerca de él, y mi tripulación sentía ese hervor de venganza en la sangre, deseosos de combatir con ese tipo.
Asimismo, ahora era momento de relajarnos y provisionarnos y todos ellos deseaban la compañía de una mujer que no fuera su capitana. Todos entran cantando al unísono y sólo les alcanzo a gritar -Caballeros, nada de peleas...Al menos dentro del lugar. No quiero pagar otro bar!!- y me siento en una mesa vacía, a tomar algo con mi contramaestre, pues debíamos planear la ruta que tomaríamos a partir de ahora.
Me vuelvo al cantinero y le digo -Ya sabes, lo de siempre- y miro cómo mis hombres se divierten un poco.
El hombre con harapos (Rudolph) parecía estar hablando con muchos de los presentes, pero uno en especial le causaba gran impresión. Aquel con quien "comerciaba" (o cerraba un oscuro trato) tenía pensado proponerle un saqueo a una flota del mismísimo virrey español, con un cargamento lleno de oro. No obstante, hoy habría que divertirse.
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Muchos piratas se daban cita en compañía de comerciantes, jugadores, farsantes y gente de a pie en tabernas de ese tipo. La bella y temida Cross había mostró un ápice de formalidad, con lo que se deducía que aquella noche la deseaba pasar en completa tranquilidad, sin ningún percance. "Aquí tiene" -le dijo el hombre de la barra. Luego le sirvió al tiempo que se escuchaban piropos poco acertados y algo blasfemo dirigidos a ella, procedentes de cada una de esas mentes obscenas.
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Como la del viejo mundo no..., navegante -dijo el hombre de la barra tras servir una copa a una mujer-, ¡es mucho mejor! Muchos de los marinos a las órdenes del almirante estaban allí, tomando unas cervezas o jugando su poca fortuna la pocha con algunos indeseables. Otros miraban a algunos saqueadores asentados al extremo de la taberna con malos ojos... No obstante, la fiesta continuaba de la misma manera.
Estoy creando ambientación (a ver si se anima los que quedan por dar señales).
Rudolph, puedes hacer una tirada de carisma para conocer algo más sobre el plan del hombre con el que has negociado. (con 1d20).
Iñigo, estaba como siempre al final de la taberna, sentado en las penumbras de aquella maloliente taberna portuaria, no le gustaba demasiado, pero podia encontrar alguien que necesitase un espadachin o un guardaespaldas, pero ese dia estaba desistiendo de su empeño y se iba a largar de aquella maldita posada cuando vio entrar un marino vestido como un oficial de la Corona española, eso no le gustaba... Los problemas de casa me siguen hasta aqui... pensó, aun asi decidio tantear el terreno, se acercó al marino y su contramaestre para saber de que hablaban y pido al tabernero un vaso de algo no alcoholico, jamás bebia alcohol, entumecia sus sentidos, y cuando tu vida depende de ellos es mejor no tentar a la suerte.
Tabernero por favor, un vaso de algo sin alchol... siempre habia lamentado desde que llegó hace 2 meses a la ciudad su acento claramente aragonés pero en ese momento aun más, podria delatarlo y no le apetecia intercambiar aceros con un marino de la armada española.
Podemos interactuar entre nosotros?
por supuesto, puedes hablar con quien quieras. pero no conoces a nadie.
En un principio, Rudolph tenía planeado marcharse a casa pronto. Debía elaborar la mercancía con la que al día siguiente comerciaría. Sin embargo, aquella noche en "el barril de oro" se respiraba un ambiente de regocijo bullicioso que le retenía. Sin apenas advertirlo, la conciencia de Rudolph había llegado a un estado altamente despreocupado, a causa del alcohol. Rudolph se entrometía alegremente en conversaciones ajenas y fisgoneaba en los quehaceres de los demás con preguntas educadamente indiscretas.
Tirada: 1d20
Motivo: conocimientos del plan de saqueo
Resultado: 20
Oye!! Porqué no te metes en tus asuntos!!- digo molesta al ver que un viejo borracho se encimaba a nuestra mesa; lo aparto con mi pie para que tome otro rumbo y continúo en mi charla -Verás, entonces deberíamos tomar una ruta alterna si queremos adelantarnos al mal...- y veo que mi bota está un poco sucia debido al extraño que recientemente había hecho aparición -Demonios! Ese tipo ensució mi bota!- y, queriendo esbozar una sonrisa, digo a mi contramaestre -Bueno, creo que continuaremos esto en el barco; los ánimos se están yendo de más y esta noche será más movida que la última- luego busco con la mirada a mi tripulación, la cual estaba algo controlada, y me vuelvo a mi contramaestre -Parece que se comportarán esta noche. Iré a revisar unos mapas; no debemos perderle el rastro a Remus. Tú puedes quedarte un poco más- y procedo a levantarme para partir a mi barco, cuando escucho a un joven que pedía un vaso sin alcohol; no toleraba novatos en estos lugares y ese niño debía ser educado. Sin embargo, no iba a ser brusca en el trato, por lo que me acerco a su mesa y, colocando mi pie en la silla vacía de su lado, inicio una charla -Eres demasiado joven como para iniciarte en el alcohol, deberás tomar un vaso de leche, pero en tu casa. Aquí sólo vienen los hombres y mujeres de verdad-
(Rudolph, percepción fallada).
El tipo con el que el ahora alcoholizado Rudolph hablaba, se perdió de entre la taberna. Mientras tanto, una mujer pirata y un joven espadachín parecían comenzar una conversación interesante, entre esa amalgaba de pereza y gente despreocupada.
La fiesta continuaba. Pintas de alcohol eran llevadas a las diferentes mesas. Una camarera derramaba su bandeja por el miedo a un viejo marino que estaba apoyado al fondo. Otro comerciante arrojaba sus cartas con desesperación, pues había perdido la ganancia de él y su socio en una sola mano... La noche, continuaba siendo fría.
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ABRO ESCENA NUEVA. No obstante, os dejo que interactuéis u os respondáis entre vosotros, os respondáis, pues parece que comenzáis a hablar entre vosotros. (no es obligatorio).
Perdona, pero no tomo alcohol, no por ser joven, si no por unos principios personales, por cierto, es de buena educacion presentarse al apelado o apelador en cuestión, me llamo Iñigo, espadachin, natural de España... y tu eres??
A Rudolph no le importó recibir el rechazo físico de la pirata, en el fondo sentía compasión por una mujer con un físico que irradiaba pesamientos libidinosos a cincuenta metros a la redonda. Simplemente recuperó la compostura y prestó sus oídos al diálogo que ésta mantenía. Escuchó algo sobre unos mapas, dichos en un tono austero, y que no debían perder el rastro a un tal Remus - mmm... Remus... no se referirá a... - Rudolph inició una búsqueda en su memoria.
Se limpió la huella marcada en su hombro mientras decía con suavidad- Señorita, no sea tan adusta. Este es un lugar para pasarlo bién, si se comporta así no encontrará nada más que desgracias en su camino. Deje al chico en paz, seguro que, aunque joven, sabe muchas cosas de las que deberíamos aprender- Saludó con una sonrisa al mozo armado.
Tirada: 1d20
Motivo: conocimientos sobre Remus
Resultado: 16
Eso es bueno, joven. No se ven demasiados hombres que se mantengan en sus principios- digo bajando la pierna de la bota y lo miro fijamente -Sólo llámame Cross, como lo hacen todos aquí- digo al señalar toda la taberna -Un espadachín, eh? No se ven demasiados por estos tiempos y menos en estos lados. Qué lo trae por aquí, señor Iñigo?- pregunto con cierta curiosidad. Pocos espadachines se dedicaban al océano y su arte no era demasiado apreciado por estos lugares; sin embargo, siempre es bueno tener uno en un barco.
¿es compatible la trama dos con la 1?
La pregunta es, si estoy corriedo en la trama 2... si puedo socializar en esta. Si es antes o despues
Hasta donde tenía entendido, no.
Supongo que esto es antes de lo sucedido.
Lo puse más arriba. Esta trama va antes que la del sombrero (las escenas están numeradas). No hace falta escribir aquí, es básicamente por si alguien quería rolear e interactuar con el resto antes de comenzar realmente la aventura (con el detonante del sombrero). No es obligatorio continuar, de hecho espero que no se alargue mucho. Digamos que es para los "tardones" jejeje.