Ese tipo sabía demasiado sobre mí... ¿qué perseguía, qué motivos? acaso conocía a mi...?
Cristóbal de Amaranto es... -resoplé mirando hacia abajo.
... es mi abuelo... ¿qué quiere usted de él? No ha hecho mal a nadie...¡se lo aseguro!... Angus es su criado.
Válgame el cielo... De Amaranto dices? Es ese tu abuelo, jóven?
La miré esperando su respuesta un poco sorprendido.
- No debeis temer nada. De veras. ¿Por qué habéis llegado hasta esta taberna, Doña Lucía?
Comenzaba a desembrollarse el asunto. A alguien venía siguiendo la muchacha, si había dado con el portador del sombrero con tanta prontitud.
Parecía que todos me escuchaban con atención.
Si, Amaranto... ¿le conoce usted señor? -pregunté al tipo entrado en años.
No venía siguiendo a nadie... más bien... era justo al contrario. Verán...
Mi abuelo me hizo saber hace pocos días que era amenazado. No se por quién ni porqué. Supongo que se preocupó de mi... cough cough... -comencé a toser..., así que me dijo que viniera a su casa, pues yo también corría peligro en mi ciudad, Cura
çao. cuando llegué aquí fui directa, y de incógnito vestida como un hombre, a casa de mi abuelo, pero.... me percaté que alguien me seguía.
Sin dilación y presa del pánico me interné en esta taberna para despistar a aquellos que me rastreaban... y resultó que me tope con...
-tras pensarlo un momento abrí los ojos mirando al Almirante- ... ¡con usted! ¡usted tiene mi sombrero!! ¡Mi montera blanca! ... ejem... bueno... tras salir por la puerta trasera salté el muro y me escondí en las sombras para intentar despistar a mis captores... fue entonces cuando el tipo que me atravesó con la espada lo encontré saltando también.... Ahora... ¿podría devolverme mi sombrero blanco... y su contenido?
- Bueno, mi señora, creo que los destinos se han cruzado y al igual que vos os dejásteis este sombrero, vos misma sustrajísteis mi montera. Una montera de almirante, hermosa si cabe decirlo. ¿Dónde está? Es un trato justo, que es menester hacer.
El semblante de Enrique era bastante duro, quizás suavizado por el hecho de referirse a una mujer, aunque la buena señora decidiera portar vestiduras de hombre.
- Os daré la gorra y lo que en ella hubiere, cuando me devolvais lo que es mío. No por ser vos una hembra, el honor es menor. Y hablando de justicias y gañanes. ¿Conoceis por ventura a un tal Straham?
Durmió toda la noche igual que lo hacen los perros: con un ojo cerrado y el otro abierto para reaccionar cuando se presente. Al despertar la joven y los demás, él seguía en la misma postura sentado, no abrió los ojos, pero sí los sentidos.
Tome, Almirante, -dije. Tomé su sombrero cuando a ésta se le cayó tras yo defenderme... Tenga.
y se lo dió.
No conozco a ese a quién nombráis. No soy de esta ciudad, señor... me gustaría saber su nombre, si es posible, y recuperar lo que es mio...
Tosí después...
Después... debo llegar a casa de mi abuelo. En su misiva parecía preocupado... no se cómo agradecerles el cuidado... aunque creo que necesitaré algo de protección en este emplazamiento.....
chicos, haced (si queréis) un último post para esta escena. Os adelante que Lucía irá a buscar a su abuelo, el tal Cristóbal de Amaranto. Haced cábalas para lo que queráis hacer al respecto. Mañana nueva escena.