Debemos partir cuanto antes. Me arrodillo al lado de Astrid y paso mi mano por la frente de la chica.
Lo siento Astrid, se que tu lo entiendes perfectamente. Al ver a los demás haciendo un trineo para llevarla decido darles una hora para montar el artilugio.
Si nos retrasa tendremos que dejarla atrás, y aquí por lo menos tenía las hogueras para protegerla de las alimañas, si avanzamos y lo que estáis construyendo no funciona o se rompe, no tendrá nada para protegerse y la tendremos que dejar allí sin nada. ¿Estáis seguros de querer hacerlo?
"Por lo menos debemos intentarlo, no quiero dejar a nadie a su suerte de esta manera"
- Entonces pongamos manos a la obra señores con ese trineo, cv omenzare por improvisar una pequeña forja con unas piedras sobre una fogata y forjare las cuchillas del trineo con las armas de la mujer, ya que no las usará - . Dijo Brunilda mientras revisan as las armas y comenzaba a diseñar la estructura en su cabeza
"Pero Brunhilda, Astrid se va a cabrear mucho si se recupera y ve que ya no tiene armas para pelear, tendría que luchar a puños e igual eso no es buena idea" Por un momento me resulta gracioso imaginarme la situación, Astrid peleando con el trineo como arma, pero sigue estando enferma y eso ya no me hace tanta gracia.
- Tal vez le alegre seguir viva. Con nosotros y no despertar sola aquí, pero si tú o alguien más quiere ofrecer su arma o propone una mejor idea soy toda oídos! . Responde Brunilda mientras que toma el arma y busca más material metálico cercano
En la torre hay bastante hierro, la chimenea, por ejemplo, tiene varios elementos decorativos metálicos. Hay sartenes y demás en lo que eran las cocinas, ¿Se podría hacer algo con eso?
"Que lo decida Brunhilda, yo ya estoy consiguiendo madera" mientras corto algunos trozos con el hacha *tass..tass*
- Entonces regreso sola s la torre, si quiere acompañar me alguien que me espere en la entrada - . Dijo la mujer pelirroja
Voy contigo, ese lugar no debe ser visitado solo.
Me levanto, sacudo mi ropa y sigo a la pelirroja.
Tendremos que llevarla turnándonos, habéis tomado la decisión emocional y eso puede que sea malo a la larga, llevarla con nosotros es lo sencillo, pero ser líder a veces es tomar decisiones duras. De todas formas, Brunhilda, tenéis una hora para volver y una hora más para preparar el trineo. No podemos esperar más para seguir el camino.
Empiezo a montar la estructura de madera con Rio, si nos da tiempo a mejorarla con algo de metal seria estupendo, pero si al final no podemos, con lo que estamos construyendo nos podría bastar.
Démonos prisa no quiero estar más tiempo del necesario en ese lugar lleno de alucinógenos y sustancias venenosas; pero si la vemos pienso tirar a matar, nada de medias tintas.
Se me ve una sonrisa muy macabra y retorcida, como si desease encontrármela para dispararla.
Me dirijo en dirección a la torre, para volver a la estancia de la chimenea que destroce.
. - Por si acaso hay más alucinógenos entremos de manera escalonada por favor Nebur! - . Le responde Brunilda al cazador de camino hacia la torre, tras un silencio incómodo la vikinga prepara la cuerda para bajar de nuevo para subir a las ruinas, no sin antes decir: Si te parece bien yo entro primera y tú unos minutos después, así si comienzo cv a ver alucinaciones, sabré que no eres tú y atacare s matar y de inmediato quitaré los alucinógenos de la chimenea para que no te afecten ti para que no me ataques! - . Tras descenderá unos metros se detuvo para susurrar le a Nebur una última idea que le ocurrió de repente: Si hay otra trampa te gritaré para pedirte ayuda, pero si uso la palabras de auxilio o despejado, sabrás que alguien más te tiende una trampa conmigo para que no te sorprendan! - . Entonces la joven pelirroja bajo por la cuerda y con la lanza por delante entro sola a la torre tan pronto como pudo para tratar de llegar rápido al cuarto con la chimenea
No parece pasar nada raro dentro de la torre, no te ocurre nada raro en forma de visiones ni nada por el estilo.
Llegas hasta la sala de la chimenea y ves a una mujer de pelo negro, una extraña mirada de sorpresa en sus ojos azules y un llamativo collar con una gema roja. Ves que está poniendo alucinógenos en la chimenea de nuevo y justo cuando has entrado estaba a punto de encenderla con una antorcha que lleva en su mano derecha.
Pasamos a campamento IV.
Helga, Brunhilda y nebur pasan a la escena Hogar del cuervo III