Partida Rol por web

 Ausàs alza los hombros en señal de que no le importa.

 - Mi trabajo no es meter las narices donde no me llaman, con tal de que al final del trayecto me aguarde la bolsa con los croats que me faltan me basta.

 El soldado tiene tras de sí un pequeño atillo con sus escasas pertenencias, de su hombro cuelga el escudo. Del lado izquierdo del ancho cienturón, cualga una vaina con una espada corta y un carcaj de cinturón con pivotes para ballesta. Apozado en su hombro transporta la ballesta, en estos momentos descargada.

Miro al hombre con suspicacia. Aunque nos lo pinte muy bonito, puedo notar el miedo en sus palabras. Seguramente, tenga enemigos por todas partes. Lo más seguro, es que le asalten en el primer camino que veamos. Ser avaro es lo que tiene. No obstante, debemos estar atentos, o puede darnos esquinazo en el primer despiste que tengamos.

Lo mejor ser... -Empiezo a decir mientras sigo mirando con recelo al tipo- que no separar de caminos principales. Ser peligroso... Y mejor tampoco meter narices donde no llamar. Ahora, seguir con marcha...

Proseguís el viaje.

Ramón es la persona más tacaña que ha parido madre. Os hace dormir cada noche en la peor posada de cada aldea, pide lo mínimo. Las comidas y cenas son paupérrimas. Os da el peor vino, el más peleón y el que peor sienta. Siempre está intentando ahorrarse dinero...

En un momento dado, Ramón se arranca a hablar:

Mi hermano me escribió para decirme que mi padre había muerto. Su último deseo fue que no le enterrasen hasta que no estuviésemos los dos hermanos. Así que por eso mi prisa por llegar. Aunque apuesto que si no ese cabrón que tengo por hermano no se habría preocupado en avisarme...

Parece recordar algo:

Veréis, yo soy el hermano mayor y por lo tanto la herencia me corresponde. Las relaciones con mi hermano nunca han sido buenas, él siempre ha sido el favorito de mi padre.

Ahora es el momento de resarcirme y tener lo que me corresponde. Pero mi hermano es codicioso, muy codicioso y temo que prepare o tenga preparada una treta. Por eso también necesito hombres de armas como vosotros.

 Ausàs mira con curiosidad al hombrecillo. Una vez avanzan por tierras menos vigiladas, un cuadrillo se halla alojada en la ballesta, y esta bien atendida entre sus manos.

 Ramón es un tipo sencillo dado a una vida sencilla, y su forma de andar y tratar a los demás es desenfadado y directo.

 - ¿Tanta tírria te tiene como para mandar hacerte daño? Una cosa es darte una paliza para quitarte las ganas... pero estaría dispuesto a llegar más allá?

Poco a poco voy atando cabos y empiezan las cosas a tener sentido. En verdad la gente no exagera en exceso al hablar de la tacañería de este personaje. En peores posadas me he guarecido y habitado, sin embargo el caudal del momento así lo indicaba, mas teniendo otra posibilidad, las condiciones en las que pasábamos nuestros días me parecían merecedoras de resquemor hacia nuestro pagador particular.

¿Qué tipo de persona es vuestro hermano?...pregunto intentando conocer el poder de aquiler de espadas que pudiese llegar a tener para acabar con Ramón. Directamente mi persona se ve afectada y no creo estar dispuesto a morir por ayudar a un avaro.

Como dicen por aquí... ¿Cómo era?. Maldito idioma... Era algo como "Le dijo el cuervo al grajo, apartate que me ennegreces"... Habría que ver cuál de los dos es más avaro. El desierto del Sáhara es mucho más cómodo que las dos últimas posadas... Incluso dormir al raso es mucho más cómodo... maldito avaro...

Miro como los demás preguntan, mientras estoy sumido en mis pensamientos. Normalmente, no suelo hablar mucho a menos que lo considere necesario. El idioma no ayuda, y a menos que tenga que hablar, prefiero permancer callado...

Con monedas de por medio, mi hermano es capaz de hacer cualquier cosa. No podría asegurar que no me hiciese nada y prefiero prevenir. Es un sucio codicioso.

Como ya sabéis, Ramón no es el más indicado para hablar de codicia.

Durante cuatro días remontáis el curso del río Segre hacia el norte para el quinto día tomar dirección Nordeste.

El séptimo día llegáis a una pequeña población. Según Ramón es su pueblo, Pobla de San Llorenc.