Se desencadenó un poder brutal en la cubierta del barco. El aire empezó a girar muy fuerte en torno a Ayan; olía a ozono y cierta electricidad estática hacía que el vello de Radovick se erizase. Pero la hechicera parecía ajena a esto, concentrada como estaba en desarrollar la pequeña tormenta. Zarek y el otro marinero, que acababa de levantarse, la miraron con ojos aterrados. Era la mirada que casi todos ponían cuando descubrían sus poderes. Y no fue para menos. El aire tomó forma invisible y, de algun modo, se afiló. Cuando Ayan lo dirigió sobre sus enemigos, una herida gigantesca brotó del pecho del líder y de ella sangre y trozos de carne. Zarek soltó un alarido de dolor y sus piernas se doblaron. Soltó la espada y cayó de rodillas. El otro sólo pudo morir mientras intentaba huir de la magia.
Por el rabillo del ojo, Radovick y Ayan vieron que en el barco enemigo había tres hombres con espadas que habían intentado cruzar para matarlos... pero que ahora se lo pensaban mejor.
Tirada: 1d100(+204)
Motivo: ayan tir abierta
Resultado: 31(+204)=235
Tirada: 1d100(+45)
Motivo: esquiva zarek
Resultado: 19(+45)=64
Me quedé observando lo que sucedía, como si todo fuera incluso a cámara lenta, incluso me dio el tiempo suficiente como para comprobar lo que la electricidad almacenada hacía en el pelo de Radovick mientras el golpe aún no llegaba a aquellos dos hombres. Satisfecha por el resultado, sonreí, ya que había sido muchísimo mejor de lo esperado y en definitiva, para eso estaba en ese momento a bordo del barco, para ayudarles.
Hice un gesto a Radovick para que rematara a los hombres o hiciera lo que tuviera que hacer, no iba a gastar más energía para hacer algo que levantando una espada se podía lograr sin esfuerzo, ya que la magia era algo más costoso.. algo bastante más costoso.
Aprobeché el momento para acercarme a la borda y lanzar la escala a Rembrantd, esperando que estuviera lo suficientemente bien como para subir, mientras comenzaba a concentrar mi zeon de nuevo, esta vez, dispuesta a sanar al menos parte de sus heridas, ya que hacerlo requería muchísima de mi energía.
Ya de paso, aprobeché para pegarles un grito a los de abajo, ya que yo no solía intimidar, pero creía que después de ver cómo había caído su líder quizás se lo pensaban antes.
- YO QUE VOSOTROS COMENZARÍA A VIRAR Y ME MARCHARÍA ANTES DE QUE ME CABREE Y OS HUNDA EL PUTO BARCO.. CON EL PRÓXIMO QUE LO INTENTE NO SERÉ TAN AGRADABLE!
Como no creo que se resista a que lo curen, uso este turno y dos más para acumular y lanzar un curar heridas. 100 puntazos de Zeon menos.. y le curo 40 PV. ( ya me lo borré xD ).
El novel a duras penas consiguió agarrar la escala y subir por ella, no sin cagarse en toda la Corte Celestial debido a el tremendo escozor que sentía en las costillas debido a la sal sobre sus heridas. En cuanto subió arriba del todo Rembrandt se tiró de rodillas al suelo, jadeando por los dolores mientras notaba como Ayan sanaba parte de sus heridas. Todavía no tenía fuerzas suficientes para agradecérselo como es debido.
- Al...final...pen...sarán que tú er...es Ran... - aún su demente cabeza era capaz de bromear en un momento como aquel - Rayan Kroes... vaya nombre, suena a nom...bre de... tío. -
Me alegró ver que la pesca se me había dado bien en aquel momento y que el joven seguía vivito y coleando a pesar del buen golpe que había recibido. A pesar de que mi esfuerzo curativo no era todo lo que necesitaba, al menos, esperaba que le sirviera para poder continuar adelante, aunque sabía que la fuerza de voluntad no sería algo que faltaría en él..
- No quiero desanimarte, pero si yo puedo hacer eso no quieras saber lo que puede hacer esa mujer.. - Fue toda mi respuesta mientras trataba de ayudarle a ponerse en pie.
Me he quedado asombrado de la capacidad destructiva que la chica es capaz de desplegar en mitad de una pelea. Sin decir nada, y mientras tengo el cabello erizado debido a la corriente ha pasado por la cubierta hace escasos momentos, observo como el conde recibe un impacto brutal que le hace una herida en consonancia a la fuerza del golpe.
Mientras Ayan se afana por poner orden, y haber amedrentado eficazmente a los restantes marineros que quedaban en el otro navío, observo la sangre y los cuerpos que se amontonan sobre la cubierta de nuestra nave. Suspirando un poco, tiro por la borda y sin muchas reverencias a los marineros... no estoy para bromas y estos tipos no se merecen ninguna clemencia.
Cuando observo que Ayan ha conseguido sacar a Rembrandt del agua, me acerco sin demora a ellos. Mientras observo con detenimiento como la chica sana a mi hermano, le comento al último con aire bromista
Me parece que estás perdiendo facultades, hermanito... pareciera que ese tipo ha conseguido pillarte dormido como a una anciana.
Aún hablando con éste tono uno puede adivinar, tras mirarme a los ojos, que estoy en verdad preocupado por su estado.
No me he olvidado de Zarek... simplemente lo dejo para el siguiente post, para que quede más literario y 'logrado' ^^
Radovick comprobó que los cuerpos de los marineros que arrojaba por la borda eran bastante respetables. No lucían pendientes ni tatuajes. Eran hombres corrientes, casi aburridos. Estaban todos muertos por heridas en el pecho o el vientre. Zarek los había hecho entrar para engañarlos, pero no parecían de su tripulación.
Éste los miró desde la cubierta, tratando de taponar su hemorragia con una mano. El suelo necesitaba una buena fragada, a decir verdad.
Miró a Radovick con cara agria y contestó: - Empezaba a tener demasiado protagonismo y temía que te pusieras celoso, de haber querido ni me habría tocado, ¿qué crees? - dijo, aunque no pudo evitar sonreir levemente.
En cuanto su hermano se alejó para empezar a tirar cadáveres al mar como si se aquello fuera un barco que quisiera viajar más rápido y para ello se quitara el peso innecesario, se levantó y miró a Zarek con asco, pero luego dirigió su mirada a Ayan. Se lanzó a los brazos de la mujer, alzándola unos centímetros del suelo mientras no cesaba de darle besos en la mejilla derecha. - ¡Gracias, gracias, gracias, gracias! - dijo incansablemente hasta que un tirón en sus heridas, que no estaban del todo curadas, hizo que bajara a la chica al suelo y pusiera cara de asco. Encima se había puesto en evidencia. Qué asco... así que se quitó las arrugas de la ropa y volvió a mirar con asco a Zarek para después dirigirse a él.
- Vamos a ver... ¿nos has atacado porque alguien te lo ha pedido, para robarnos o simplemente por que eres tonto y no sabías con quién te estabas metiendo? -
Sonreí al ver que ambos hermanos se tomaban todo esto con humor, a pesar de la situación, a pesar de que tenían a su hermana.. era un buen ambiente hasta cuando les herían y eso me hacía sentirme agusto. Si salíamos de esta seguramente echaría de menos todas sus ocurrencias.
La reacción de Rembrandt me pilló totalmente por sopresa y lo único que hice fue agarrarme a él para no caerme al suelo mientras me zanrandeaba y me daba las gracias. Mis mejillas se pusieron totalmente rojas, casi hasta más de lo que estaba el suelo del barco, ya que a pesar de todo, la cercanía y efusividad de un hombre tan apuesto aún era una tarea pendiente en mi vida, ya que no solía tener demasiado tiempo para relaciones sociales.
Cuando me soltó, pude ver cómo hacía un gesto con la cara. Las heridas, a pesar de que yo había intentado mitigarlas, le seguían doliendo y me acerqué a él por si necesitaba ayuda, pero al ver que no era así, le miré de reojo aún coloradísima y luego miré a Zarek, esperando la respuesta mientras intentaba que la sangre desalojara mis mejillas.
Ya he acabado de lanzar los cuerpos del resto de infortunados que tuvieron la osadía de alzar sus armas contra nosotros... pero el aspecto de los desgraciados no era ni de lejos lo que uno esperaría de un bucanero, más parecía gente común, de a pie de calle
¿? Otro detalle raro más para la 'colección', y ¿que querrá decir esto?
Pensando estoy hasta que las palabras de Rembrandt me hacen volver a la realidad. Cuando me doy la vuelta veo una escena divertida; el miserable de Zarek siendo interrogado por mi hermano, y sin olvidarme de su labia y humor afilados como un estoque, y Ayan cerca de él, extremadamente colorada... una escena que me arranca una parca media sonrisa.
Sin embargo, para enfatizar la pregunta de Rembrandt y presionar aún más al Conde, le digo a éste último desde fuera de su rango de visión y con voz irritada
Respódele ahora mismo o por lo más sagrado que te paso desde un lateral de la quilla del barco a la otra tirándote de una soga enganchada por las orejas...
Que conste que al hablar lo hago de forma lenta y desalmada... ni gritos ni nada parecido ^^
Zarek puso mala cara. Echó un último vistazo al barco que se iba y suspiró. Luego miró a sus captores sin dejar de jadear.
-Digamos que estaba dando una vuelta por el océano y me entraron ganas de abordaros. Je. Estas aguas son territorio de piratas. Cualquiera que acepte ayuda de desconocidos se merece que lo pasen por la quilla. Sois idiotas.
Chascó la lengua y sonrió.
-Se nota que no sois de por aquí. Cualquier marinero con un mínimo de sesera sabe que el conde Zarek tiene por lo menos cuarenta años. Supongo que mi padre tenía razón: quien mucho abarca poco aprieta. Debí haberme conformado con la pecera de Zarek...
Ese hombre definitivamente no me caía nada bien y cuando habló incluso se me olvidó lo sonrojada que estaba. Me parecía que aún no había captado en la situación que estaba o al menos, no parecía importarle ser un hombre muerto.
- Sí, somos unos idiotas por intentar ayudar, pero nosotros seguimos vivos y tú estás casi muerto, así que si no quieres estar muerto del todo, quiero que me digas donde encontrar a esa mujer y todo lo que sepas de ella.
La prepotencia de Zarek o de como se llamara me estaba poniendo casi mala, pero para los escarmientos ya teníamos a Radovick así que no pensaba llenarme entera de sangre para hacer que le doliera más..
Instintívamente, como si estuviera viendo la acción de otra persona, 'observo' como mi mano se mueve veloz hasta la espada que me cuelga a la espalda y escasos segundos más tarde la punta de la misma se clava en la madera de la cubierta de nuestra nave, tras haber atravesado el gemelo del fanfarrón pirata.
Con voz acerada
No estás en situación de proferir baladronadas, maldito. Vuelve a torearnos y lo próximo que sienta el aguijón del metal atravesando tu carne será algún músculo MÁS importante...
Desclavo la espada con un gesto seco y pococ cuidadoso, quedándome apoyado en ella como si fuera un bastón.
Leches, ni que fuera un torturador inquisitorial ^^
El pirata soltó un horrible alarido cuando la espada de Radovick penetró en su carne. El dolor hizo que se estremeciera y cayera sobre la cubierta, lo que le causó más daño aún. La sangre corría por la madera filtrándose por las grietas de ésta de un modo que hizo pensar a los hermanos que haría falta Dios y ayuda para limpiarla.
-Yo... Está bien... -El hombre se enjuagó el sudor del rostro, mezclándolo con la sangre-. Encontrareis a Ran en una isla a unas diez o doce millas en dirección noreste. Es muy pequeña, pero tiene una fortaleza donde vive ella. Y está vigilada por no menos de diez hombres, todos buenos guerreros. Y además está su brujo, Van Geert... Un cabrón escurridizo para el que ese truco que me has hecho no le hará ni cosquillas. En cuanto a Ran... bien... Si tiene el nombre de la esposa del dios del mar no es por nada, ¿hmm?
- Todos coincidiréis conmigo en que hemos oído suficiente. - dijo Rembrandt, sin reaccionar (o sin querer hacerlo) ante las palabras de aquél piratilla de tres al cuarto. No le importaba quién demonios era. Así, como estaba, lo arrastró por la cubierta hasta llegar a la borda y lo tiró sin mayor miramientos. ¿Rematarle? Já.
- Todos estamos bien... - haciendo de menos completamente sus heridas, que seguían siendo moderadas. - Seguimos en nuestro barco y tenemos indicaciones. Joder, ¿a qué estamos esperando? ¡En marcha! -
Sonreí al ver como Rembrandt echaba aquel despojo de hombre por la borda, y luego miré como había quedado el suelo. Estaba lleno de sangre, aunque esperaba que no tardara demasiado en secarse, sino igual acabábamos rodando por cubierta en algún momento.
- Me parece que debemos continuar y confiar en que nos haya dicho la verdad.. - Respondí a las palabras del joven, aunque luego me quedé observando como una estátua ya que yo de barcos tenía más bien poca idea, hasta que al cabo de unos segundos, opté por preguntar, así quizás podría hacer algo útil ya que estaba despierta y se me habían quitado totalmente las ganas de volver a dormirme. - Chicos, yo no entiendo nada de como llevar un barco así que si me decís lo que tengo que hacer os echo una mano..
Mi cara era todo un poema, sobre todo, porque no estaba acostumbrada a tener que decir que no sabía nada sobre algo. En este caso, era total y absolutamente verdad que me costaba saber lo que era hasta palabras como " estibor "..
- Creo que algún día debí prestar atención a los marineros cuando no hablaban de fulanas o de cartas..
No varío de expersión al ver como mi hermano lanza por la borda a aquel miserable que hacía escasos momentos había intentando abordarnos zafias mentiras. No es que yo fuera una persona carente de humanidad y sentimiento alguno, pero aquellos felones que asesinan a otros por el simple afan de lucrarse no merecían nada de piedad.
Así, una vez con la cubierta 'limpia' de canallas, pero no por ello de sangre, oigo a Rembrandt y a Ayan sobre lo de darnos prisa por marcharnos. Con voz seria y grave
¡Ceñid la nave al viento! ¡Soltad los juanetes de la vela mayor! ¡Virad a sotavento! ¡Adelante, compañeros!
Aunque doy esas voces para que los demás se 'activen', yo estoy el primero subiendo al palo mayor para variar la disposición de la vela, para que, alcaptar mayor cantidad de viento, la nave gane algunos nudos más.
¿Se supone que vamos sólo los tres? ¿No hay nada más de tripulación?
Las expresiones marineras la saque de una parte de 'Las aventuras de Tom Sawyer', no seáis muy duros conmigo ^^
Y así, la nave de los De Graff se encaminó a su destino: la isla de Ran. Allí esperaban encontrar a su hermana Adelheid, aunque las posibilidades de que fuese entera mermaban a cada hora que pasaba. Por eso mismo hicieron lo posible para lograr la máxima velocidad.
Pero no era posible negar que sus recursos eran escasos y que se enfrentaban a un gran número de enemigos. ¿Quién sabe lo que pasaría en unas horas?