Partida Rol por web

Se estaba volviendo a vestir con minuciosidad cuando se dio cuenta de que se habían quedado sola.

-Me lo preguntaba. Serenity me dijo que realmente sois uno con uno, no un pasatiempo-se encogió de hombros- si yo tuviese algo así no querría estar lejos jamás- se acercó arropada por el susurro de la falda al caminar y se sentó a su lado, inclinando la cabeza hacia el hombro de Versadiel hasta tocarlo con la sien.

-He estado muy sola- resumió- pero he mejorado con todo un poco, haciendo las cosas a mi manera, cogiendo un poco de aquí, otro de allí y me he hecho más o menos a mi gusto-cerró los ojos- aunque es difícil.-guardó silencio un instante- hoy estaba pensando en ti-reconoció- la familia tiene un libro en la Lengua Antigua y si le pido a Liothel que me consiga el códice para traducirlo tendré que darle el libro...así que esperaba llamarte y apelar a tu instinto maternal para que convencieses a Liothel de dármelo a cambio de... no sé, una copia del libro o algo porque si no lo traduzco son capaces de intentar algo por su cuenta y hacer volar este sitio-se echó a reír por lo bajo- pero ahora que estás aquí sigo teniendo miedo de decepcionarte o de pedirte demasiado. Como si no hubiese pasado tiempo y me pregunto cómo ha conseguido mi madre, la que regalaba el aire que respiraban sus seguidores, atarse a alguien. Y me pregunto cómo has acabado en esta colonia de niños perdidos, ¿es tu nueva versión de salvadora?

Estuvo en silencio un rato, se le acababan las palabras y seguía con el constante sentimiento de presión normal en presencia de Versadiel.

-Cassidy seguro que también te echa en falta.

-Querida, sí, es cierto, tenemos una especie de trato de exclusividad, pero traer a Ethan aquí... sería poco práctico. No controla el efecto que provoca en los demás, ellas se pondrían demasiado... retozonas, puede que hasta Mykaela, y ellos se pondrían agresivos y a la defensiva; por lo que no se conseguiría nada.

Asintió levemente mientras sonreía de forma coqueta.

-Ya he visto que has mejorado, y eso me alegra. Yo os pongo en el camino; pero sóis vosotras las que tenéis que caminarlo, y si no os despegáis de mis faldas nunca llegaréis a ningún sitio por vuestra cuenta.

Se quedó un momento callada, como si pensara en algo.

-Los motivos de por qué me he atado a alguien son personales, querida; pero te aseguro que hay muchos motivos y razones para que lo haya hecho -inspiró un momento con elegancia- encontré este lugar por Bror, ¿un ser inhumano que no sabe que es inhumano? Eso hay que investigarlo, y bueno, vi como eran y no sabía como hacerte saber de este lugar, por lo que cuando me informaron de todas las cosas extendí mi influencia y dejé caer aquí y allá que tú podrías volver este lugar a nuestra causa; pero ese no es el motivo de que estés aquí, solo es la excusa -sonrió de nuevo- siento haberte metido en esta telaraña.

Se quedó pensando un momento en el caso del libro. Parecía ligeramente preocupada aunque no lo mostrara, solo lo notaba por la cantidad de tiempo que pasaba.

-Perder a gente que representa tan bien lo que queríamos hacer de este mundo sería una desgracia, ¿no crees? -se puso en pie un momento- ¿podrías enseñarme ese libro? Me gustaría saber con qué tratamos.

Hizo un gesto para que la acompañara y llevara a donde fuera que tuviera el libro.

-Yo también echo de menos a mis mejores chicas, tú, Cassidy y otras; pero tenéis que volar por vuestra cuenta, y estar bajo mi sombra no os favorece; pero no me olvido de vosotras -se quedó delante de la puerta para que fuera Eloise la que la abriera- ¿Has pensado anidar aquí? Ethiel se nota menos tensa y más relajada que nunca.

Anidar. Esa palabra venía a significar una antigua tradición de las súcubos de quedarse en un lugar y alimentarse de la pasión de todos los habitantes. Se puso de moda en los sesenta con las comunas hippies, y eso demostró que aunque fuera la esencia repetitiva de una misma persona, al ser tantas y normalmente tan repetidas veces, padían solventar cualquier problema que hubiera, además de que evitaba miradas suspicaces y toparse con Cazadores.

-¿Es un inhumano? ¿Qué?

Acompañó a Versadiel fuera del bar dejando que la puerta se cerrase a sus espaldas.
-Sí que lo he pensado... hasta se lo dije a Serenity, que había encontrado un lugar para mí-dijo con una alegría queda- son... es como... no sé, si hubiese existido esto antes de que tú me encontrases seguro que habría acabado aquí.

Hizo una pausa.

-No sé si es Six o Bror quien tiene el libro, Six me lo trajo esta mañana para que le echase un vistazo y después se lo devolví. Aguarda, ¿vale? y... y acuérdate de contarme lo de Bror cuanto antes mejor porque estoy muy cerca de pegarle con un periódico por inconsciente y me estoy jugando el alma, literalmente, por meter las narices en su vida.

Salió en busca de Six y le hizo la petición del libro para regresar poco después con Versadiel.

-Sí, aunque él no lo sepa, ahora te cuento -esbozó una sonrisa y se sentó de nuevo en una de las mesas, con las rodillas juntas y las piernas ligeramente inclinadas.

Six asintió y se fue a la tienda a por el libro, se lo tendió y luego lo retiró rápidamente- Al final no has venido a verme a la tienda -dijo volviendo a ofrecer el libro a la súcubo- tendrás que ir a verme y me cobraré algún favor o algo más. Me lo debes -esbozó una sonrisa y se volvió con las demás, que habían optado por reunirse cerca de la piscina.

Cuando volvió con el libro, Versadiel frunció el ceño mientras rozaba la cubierta con su mano enguantada.

-Esto es mucho más poderoso de lo que creíamos -apoyó un dedo de forma firme- éste libro es un Legado. Es un libro que siempre vuelve a su linaje, y esto me hace comprender algo más lo que sucede aquí. 

Con movimientos delicados se quitó la redecilla de delante del rostro y y se quitó el sombrero que llevaba con tanta gracia. 

-Querida, cuando me topé con Bror la primera vez opté por investigarlo y ahora me alegro de haberlo hecho. Ese hombre estuvo muy unido a una bruja y ésta le fue convirtiendo sin que él se diera cuenta. El problema es que en la sangre de Bror había un linaje muy antiguo y muy peligroso para la gente de nuestra condición. Más peligroso que la Inquisición o cualquier fanático. Él es de los pocos seres de toda la creación capaz de salir ganando al hacer un trato con un demonio, lo hizo y aquí está -paseó los dedos por la cubierta de nuevo y abrió con veneración ese libro- por el motivo que fuera vendió su alma; pero ya no es solo el hecho de que la vendiera por hacer algo bueno, que siempre hace que sea más ventajoso el trato para él, sino que además podía sacarle ventaja, y lo hizo sin darse cuenta.

Paseaba las páginas con delicadeza y miraba la escritura.

-Hacía siglos que no veía escritos de este tipo. Creo que podré hablar con Del Castillo para que te haga llegar una forma de traducirlo; pero tenéis que tener cuidado -alzó la vista- si se descontrola será el foco de Cazadores, Demonios, Ángeles y todo tipo de criaturas que quieren entrar en este mundo. Ethiel sabe bien como puede controlar la magia, siempre ha existido en su interior, por lo que tenéis que andar con cuidado y ver lo que hacéis con él.

Cerró el libro y se quedó pensando un momento.

-Se le nota que está a la defensiva, puede que por ti, puede que por otras cosas; pero ahora mismo tienes que andarte con pies de plomo, por que si te vincula a ti con Del Castillo puede que crea que el diablo quiere romper su trato y todo cambiaría para ti -empujó el libro hacia la joven de nuevo- piensa que no solo tu identidad está en peligro, sino que el hogar que siempre has deseado y has conseguido también -se quedó callada un momento antes de continuar- tienes que seguir como lo estás haciendo. Él es la punta de una pirámide, así que ves poco a poco -se encogió de hombros- aliméntate de la energía que hay aquí, puedes hacerlo sin peligro y seguro que aquí -dio toquecitos en el libro de nuevo- hay algo que permita que los demás no estén en peligro al alimentarte, he notado que Jezz está algo más débil que las demás. Hazlos más fuertes y serán una mayor fuente de poder, hazlos más fuertes y podrán resistirse a los poderes de otros inhumanos. Hazlos más fuertes; pero no porque quieras que defiendan el mundo conocido, sino por que son importantes para ti.

Esbozó una sonrisa y dedicó una caída de párpados a Eloise.

-Aún hay una pregunta que no me has hecho y estoy esperando que me hagas.

-La moto me ha distraído, Six, perdóname. Te compensaré-aseguró a la chica mientras la observaba alejarse.

-Ah, qué maravilla. Así que encima de dejarme la piel para conseguir una forma de que no salten todos por los aires la mascota de la bruja es un desagradecido y me la va a liar-maldijo por lo bajo- me...-se calló una palabrota- estúpida mascota inconsciente y desagradecida.

Enarcó una ceja, mirando a su antigua tutora.

-No sé a qué te refieres, dime qué pregunta no te hecho y respóndela, madre, estando así... a medias ninguna de las dos vamos a ninguna parte.

-Te voy a decir la pregunta; pero no te la voy a responder, al menos todavía -volvió a colocarse el tocado y la redecilla con movimientos minuciosos y medidos, en un silencio que pareció alargarse eternamente.

-¿Por qué no estaba en la reunión que convocó Lilith? Y ya de paso, ¿de verdad te puedes fiar de la palabra de Liothel y de un diablo contratista? Sería como fiarse de los políticos mortales -se puso de pie con suma elegancia y se dirigió hacia la puerta.

En ese momento se detuvo y se giró de nuevo hacia la chica.

-Yo soy algo que va contra lo que espera de mí el mundo infernal. Primero, ya sabes que no necesito un cuerpo vivo para poseerlo y, segundo, ahora estoy unida a un solo ser inhumano -esbozó una sonrisa amable- sigue como eres, se tú misma e ignora a aquellos que te quieren encauzar en un carril concreto. Sabes lo suficiente como para sobrevivir y eres cuidadosa, lo que es muy importante -miró hacia la puerta, como si tocar el pomo para abrirla la fuera a exorcizar en el acto- además, si encuentras un ser inhumano con la suficiente potencia, no necesitarás alimentarte de otro, créeme, lo sé de primera mano -y la mirada que lanzó a Eloise venía a significar que estaba respondiendo a la pregunta de por qué se había atado a uno solo.

Agachó la cabeza e hizo un mohín.

-Ya sé que no puedo fiarme de nadie.-y con "nadie" se refería a ningún hombre. Recordaba lo traicionaba que se había sentido cuando, ingenuamente, había pensado que Liothel era especial para ella y ella para él sólo era una novata a la que adiestrar. Los penes no le habían traído absolutamente nada bueno pero disfrutaba de ellos aunque jamás se quedaba cerca cuando terminaban... y esa desconfianza se extendía también en las relaciones laborables, acentuándose en inhumanos.-Por eso te he pedido a ti el cómo traducirlo y no he convocado a otros. 

Cubrió de nuevo el libro, y lo abrazó contra sí misma. Versadiel tenía el don de hundirla en la miseria rompiendo sus ensoñaciones para devolverla al mundo real.

-Yo no encontraré nada. Hasta la próxima, madre.

Dejó que Versadiel saliese antes de seguir sus pasos para verla marcharse sin soltar el libro contra su pecho. Le fastidiaba que tuviese razón siempre. Le molestaba tener que trabajar siempre demasiado duro para otros en vez de para ella. Y le molestaba sobremanera que Versadiel tratase con más afecto a otros que a su ahijada porque eso le recordaba algo muy importante: ella, al igual que con Liothel, tampoco era la única "protegida" de la súcubo.

Puedo aplazar indefinidamente cualquier encuentro con la mascota desagradecida.

Rodeó la piscina hasta el aparcamiento y se quedó aparte mientras Versadiel se despedía. No se acercó a ella, sólo la siguió con la mirada hasta que se marchó. Entonces se dio la vuelta y buscó a Six para devolverle el libro.

-Nunca se sabe -dijo la Súcubo mientras se despedía- y sigue así, desde que llegaste aquí parece que Ethiel y tu estáis más unidas -esbozó esa sonrisa de madre que tenía para Eloise- Espero que nos veamos la próxima vez que estemos aquí -se fue a ir del todo; pero entonces se dio la vuelta- si necesitas cualquier cosa. Lo que sea -clavó los ojos negros en la joven- me llamas. Me da igual que sea hablar, dinero, ropa, lo que te apetezca. Sabes que Serenity y yo te ayudaremos en todo lo que podamos, recuérdalo, y a diferencia de otros no te pediremos nada a cambio.

La mujer salió del bar cuando Eloise abrió la puerta y se fue despidiendo una a una de todas las chicas. Los chicos estaban sentados encima de los vehículos, y cuando Versadiel se acercó a ellos, todos bajaron y se apartaron para que Jotun y Bror pudieran llevar de vuelta a Miss Brenton de vuelta a donde fuera que la hubieran recogido.

-¿Puedo preguntar de qué conoces a Miss Brenton? -preguntó Six mientras recogía el libro- ¿Conoce a algún coleccionista que sepa algo de este libro?

Tenía una mirada ilusionada, como si al fin fuera a obtener alguna respuesta a las infinitas preguntas que tenía.

Casi todas miraron con curiosidad a Eloise, como si todas quisieran saber la respuesta a esa pregunta; pero ninguna hizo nada para presionar más allá. Allí todos tenían una historia y pocos habían contado algo a la recién llegada súcubo.

-Vosotras la llamáis Miss Brenton, yo la llamo madre-dijo lacónica- no biológica, pero madre, al fin y al cabo.

¿Cómo conseguía Versadiel siempre saber lo que iba a pasar? O al menos actuar como si lo supiese...

- Cree que puede conseguir una forma para traducirlo.-sonrió cansada- así que podemos apuntar esto en el calendario y esconder bien el libro y no mencionárselo a nadie de fuera de la familia nunca.

Se cruzó de brazos bajo el pecho y empezó a hablar con voz dura, como si en vez de contar una historia estuviese redactando un discurso militar.

-Para que no haya ningún tipo de dudas de dónde vengo... mi familia vivía en una comunidad muy religiosa por Massachussets. Mi padre era un borracho y nos molía a palos a mi madre y a mí-tenía que empezar a modificar cosas-en la familia de mi madre hubo brujas. No, no eran brujas de verdad pero los juicios de Salem se hacían en otro pueblo y de ahí era la familia de mi madre... y ahorcaron a varios ancestros míos. En la comunidad éramos poco más que un demonio dispuesto a pudrir a los catetos de a pie y el gordo vino cuando mis hermanas pequeñas, gemelas, sufrieron ataques de epilepsia en la guardería.-Hizo una pausa, recordando a las dos niñas que habían sido sus hermanas. No, ellas no tenían epilepsia,sólo no sabían hablar-yo tenía cinco años pero recuerdo que se presentaron en mi casa el pastor y la mitad de la congregación diciendo que mis hermanas estaban poseídas. Ellas no tenían más de tres años. Durante días no pude verlas pero podía oírlas y cuando preguntaba lo que me llevaba era la paliza de mi padre por si me oían... y vaya si me oyeron. Yo era la siguiente porque siempre estaba con ellas, era la única a la que habían abierto su estrecho cerco de gemelas y había conseguido entender lo que decían en su extraño idioma de gruñidos y risas.-Se mordió el labio y cambió el peso de pie- me escapé. Me metí bosque adentro. Caminé escondiéndome de carreteras y caminos sin saber a dónde iba con los pies tan heridos que no sabía qué era carne y qué tierra con sangre que se me había quedado pegada-Miró a las chicas- y entonces ellos me encontraron. 

Cerró los ojos y cuando los abrió habló mirando el agua ondulante de la piscina.

-Me cuidaron los pies y les supliqué que no me llevaran a casa... y no lo hicieron. No pero a cambio me convertí en un juguete. He sido golpeada, cortada, violada por uno y por varios. También tenían mujeres adultas, prostitutas contra su voluntad, claro, pero no era igual que con una niña... estuve siete años sin dormir una sola noche tranquila y entonces me encontré con Madre. Ella era una madame y había mandado a sus chicos para que las mujeres de la banda no hiciesen la competencia donde no debían y les seguí a saber por qué. Cuando sus chicos se encontraron con ella me vio como si esperase que estuviera ahí y me escondió.

Inspiró hondo e hizo una pausa, acariciando los recuerdos de un país casi en pañales y la brutalidad de sus gentes frente al colorido paraíso del placer de Versadiel.

-Me enseñó a ser como ella porque me haría fuerte. No tenía nada que temer, yo no estaba mal... no había nada malo en mí y no merecía ser tratada como un animal. Me educó para devolverme parte de lo que me habían quitado y para que me comportase para hacer pensar a los demás que antes de coger nada de mí tienen que merecerlo y yo tengo que querer-miró a Chiqui y a Joy- y fin. Me busqué un rincón del mundo con lo ahorrado, trabajé de dependienta, aprendí mecánica para no tener que pedirle jamás ayuda a un hombre con mi moto... aunque pronto me pasé a la bicicleta y abrí una herboristería mientras aprendía sobre religiones, cultos y supersticiones para comprender que no es malo creer en algo sino quien cree.

Dio una palmada en el aire, rompiendo el hechizo de la historia.

-Y ahora que ya lo sabéis... esta noche me retiro pronto.

-¿Que desciendes de las acusadas de brujería de Salem? Perdona, sé que puede sonar "turbio"; pero mola tener ancestros así, no lo que les pasó, solo que... son fuera de lo normal -Stacy había hablado por puro ímpetu y luego se había dado cuenta de que todo sonaba bastante mal- Vale, olvídate de que he abierto la boca, ¿de acuerdo? Mejor para todas...

-Te fugaste, como yo -dijo Joy con una sonrisa, como si el hecho de vincularla a alguien la hiciera feliz, lanzando lazos para unirse a las personas de ese lugar a diestro y siniestro.

Ante la mención de la prostitución forzada Eloise pudo ver que todas asentían con gesto grave y que Chiqui miraba al suelo y se mordía el interior de las mejillas, como si intentara contener algo en su interior.

Las palabras de Fenrir entraron en la cabeza de Eloise como si las estuviera pronunciando en ese instante.

"En este lugar las historias desgraciadas suelen tenerlas ellas, ya sabes, los tíos tenemos historias; pero no son tristes, simplemente salimos mal parados de ellas"

-A todas nosotras nos han tratado así en mayor o menor medida, más o menos personas, familiares o desconocidos, gente en la que creíamos que podíamos confiar y gente en la que no -la voz de Leona era fuerte y firme, se había acercado mientras Eloise contaba su historia y se había mantenido en silencio.

-Todas hemos pasado por esa etapa de miedo y terror a los hombres, aunque muchas de nosotras también sufrimos de manos de mujeres, lo que es peor, porque esperas que sean más comprensivas al ser del mismo sexo; pero luego te das cuenta de que te usan de escudo para que las dejen a ellas en paz -entrecerró los ojos y miró hacia el suelo, como si estuviera recordando algo muy desagradable.

-Pero eso era antes. Hemos sufrido, nos han roto; pero ahora estamos juntas y juntas somos fuertes -señaló a los chicos- nos hemos hecho con un grupo de chicos que no solo nos valoran y están de buen ver -esbozó una sonrisa mientras asentía- sino que nos respetan. Nos ayudan y nos defienden aunque no tengan motivos para hacerlo porque nosotras también sabemos hacerlo; pero están ahí y muchas de vosotras sabéis lo que son capaces de hacer si creen que alguien nos ha molestado un poco.

Mykaela rió ante ese último comentario; pero Joy se removió inquieta.

-Joy, Chiqui, mañana por la tarde estaréis liadas porque Mykaela y Morduk van a empezar a enseñaros a defenderos de los más comunes de los problemas -alzó la vista a Eloise- cualquiera de vosotras se puede unir; pero recordad que tenéis otras labores que hacer, que mantener esto requiere de trabajo.

-Yo os quiero a todas... y a ellos también-se encogió de hombros como si nada malo ocurriese- mañana tengo que compensar a Six  pero estaría bien al menos ir a mirar cómo se desenvuelven y a darles un poco de apoyo -indicó a Joy y a Chiqui-les hará falta.

Porque la única forma que tengo de protegeros está fuera del alcance de los mortales.

-Nos vemos en el desayuno.