Eloise levantó un instante la cabeza del libro para mirar a Stacy.
-Una vez intenté jugar al fallout el 3 o algo así.... no, el que hay entre el 3 y el 4, a los dos minutos de jugar me salió un sanguinario y decidí que no era lo mío-reconoció-¿Y está bien?-hizo una mueca cuando le comentó sobre la saga de libros de Geralt de Rivia-siempre me ha parecido bastante siniestro cómo le pusieron en el 1 y el 2 así que preferí quedarme con cómo era en mi imaginación-suspiró-pero si vas a jugar avísame y me voy a echar un ojo cómo están.
Se humedeció los labios y miró hacia la piscina con cierto disgusto al notar la boca seca y con un sabor indefinido que odiaba después del sexo.
Tendría que haberme lavado los dientes o haber cogido algo de comer.
-Me gustaba el dragon age con sus templarios virginales y troleables-asintió levemente- en general los rpg me gustan bastante porque puedo escoger qué tipo de personaje hacerme... a los que no puedo jugar es a los survival, soy peor de lo usual y acaban haciéndome sentir vergüenza por el género del miedo. Hm, ni a los shooter. No me gustan nada-arrugó la nariz- yo ya he vivido guerras, no necesito ver como cuatro críos se emocionan fingiendo que están en una.
Volvió a leer en silencio, de vez en cuando escuchando algún comentario de la piscina y echando un vistazo a la brillante piel de la cicatriz como si dudase si se iba a quedar ahí para siempre o no.
-¿Cuándo juegas?
-El New Vegas, está bien; pero el cuatro es mil veces mejor. Los sanguinarios del cuatro son... mejor los ves algún día, te vienes a jugar y te encuentras con uno a ver que pasa.
Rió ante el comentario de Geralt en los dos primeros juegos.
-Nah, en el tres es como es, no un palidicho. Tiene la piel de color carne y el pelo blanco, unas cicatrices brutales... perfecto podría decirse, no hay comparación con los dos anteriores. Suelo jugar las noches que no hay bar, así que pásate por mi habitación cuando quieras después de cenar y te pongo alguno.
Asentía ante lo que decía, confirmando lo que había dicho.
-Pásate cuando quieras, ¿de acuerdo?
-Perfecto es como yo me le imagino-bromeó hablando de Geralt.
-Bueno, si no te importa-sonrió a medias- me pasaré algunas noches a jugar juntas a no ser que estés ocupada-suavizó las últimas palabras dándoles un significado bastante evidente. Cuando todos hubieran cenado (ella desde luego lo que era hambre no tenía ni rastro) y estuviesen a solas Bror y le hablaría de las noches de videojuegos, por si quería probar él también.
Aunque no me le imagino jugando.
Siguió leyendo junto a Stacy hasta que los demás empezaron a moverse y la luz natural se fue apagando en la piscina, haciendo casi imposible que siguiese leyendo la historia de la enfermera de la Gran Guerra que viajaba sin querer al pasado por un ritual druídico y conocía a un clan de escoceses que la protegían del antepasado inglés de su esposo, un hombre cruel y violento tanto con los puños como con el pene.
-Va a tocar ir recogiendo-con lo interesante que estaba ahora. Cerró el libro y esperó a que los bañistas se replegasen antes de hacer mutis por el foro.
-Cuando quieras -dijo la chica castaña sonriente antes de ponerse a leer. No molestaba, no hacía ruido, solo leía junto a Eloise, lo que la convertía en una compañera de lectura perfecta.
Cuando la luz se fue acabando, todos se fueron a secar y vestir para cenar. Había sido una tarde tranquila en la que absolutamente todos habían estado en la piscina, como si quisieran hacer presencia grupal y sentirse todos unidos. La cena fue como siempre, con bromas y chanzas, aunuqe la mayoría iba a Mykaela y el que andase "sueltecita" en comparación a como iba siempre.
La cena terminó y todos se fueron hacia sus habitaciones. Todos salvo Bror, que se dirigió hacia el cuarto de Eloise.
-Sigue en pie lo de dormir juntos, ¿no? -dijo sonriente mientras entraba en la habitación de la chica- ¿qué tal te encuentras?
Eloise no tocó el plato pero nadie se lo reprochó, dejándola a su aire a favor de Mykaela y su falta de corset para alivio de la súcubo.
Tras ayudar a recoger como todas las noches, Eloise volvió a su cuarto, encontrando a Bror en el pasillo. Por un instante temió que fuese a retractarse sobre lo de dormir juntos pero pese a la pregunta entró con ella en la habitación.
-Físicamente no me duele nada-dejó su libro en la mesilla, dejando claro cuál sería su lado de la cama-¿Tú estás bien? Ella estaba un poco violenta esta tarde y a lo mejor nos hemos excedido-miró a Bror y, dejando atrás las sandalias, se subió a la cama para comprobar el estado de la runa de curación que el hombre llevaba oculta.
-Stacy y yo hemos hablado sobre videojuegos. Algunas noches me pasaré a jugar con ella antes de dormir. ¿Te interesa? Aunque puedes aprovechar y cumplir con tus visitas de antes de aparecer yo-rodeó el cuello de él con los brazos aunque no había ni rastro del humor juguetón con el que lo hacía normalmente-o lo que sea que hagas normalmente antes de irte a dormir solo.
Le soltó y se dejó caer sobre la cama, rebotando sobre el colchón y rebotando sus curvas bajo la camiseta.
-¿Qué es lo que haces cuando no vas a ganar dinero con cosas siniestras y sospechosamente poco legales?-preguntó mientras gateaba por la cama para tirar de la sábana y recuperar su libro para leer un poco-... estoy hablando un montón. Lo siento,mo chridhe- abriendo el libro se tapó la mitad inferior del rostro, mirando a Bror ocupar casi todo el espacio del cuarto sólo con su presencia.
-Tranquila, estoy bien, no estoy más afectado que normalmente -esbozó una sonrisa ligera- no te preocupes -el notsr como ella buscaba la runa que le ayudaba a poder soportar la alimentación de la súcubo.
Alzó las cejas divertido.
-¿Cumplir con mis visitas? -soltó una risotada mientras se sentaba en el sitio que le había dejado- yo no estaba todas las noches en diferentes camas, muy de vez en cuando -negó con la cabeza- quiero decir, a lo mejor una vez a la semana o dos; pero no todos los días como algunos y algunas que yo me sé -señaló la habitación de Jezz divertido- la verdad es que nunca me han llamado demasiado los videojuegos; pero puede que sea por que no los he sabido jugar.
Se frotó la frente y se tumbó en la cama, quitándose las zapatillas, calcetines y la camiseta- Depende del día. Veo la tele, leo, hablo con los miembros de la familia, voy al pueblo a comprar cosas o solo a ver que tal van las cosas por allí -rió divertido y comenzó a acariciar un mechón de pelo de la chica con una mano- no hablas demasiado, solo estás nerviosa y para eso estoy aquí, para que descanses, te sientas protegida y vuelvas a ser tú, tardes el tiempo que tardes.
Tardó un rato en reaccionar pero, a medida que hablaba, se dio cuenta de algo terrible. Miró a Bror por encima del libro, dejándole jugar con su pelo.
Habla como los personajes de mis libros.
La revelación le cayó como una peso en el fondo de laa tripas. Con un pequeño rictus en los labios dejó el libro de lado, sin ganas de leer más.
-Bror, no tienes por qué ser tan perfecto. Es... frustrante. Yo no... tú... no tienes que dormir aquí si esto es una tarea de vigilancia-dijo a media voz con desconfianza-cuando quieras estar conmigo mi puerta estará abierta pero sólo si se cumple esa condición.
Examinó el rostro de Bror, encogiéndose sin pretenderlo en su borde de la cama.
-Siendo tan perfecto sólo me confundo más y ya no soy una novata que se pueda permitir el lujo de deslumbrarse con el primero que no se la tira como si fuese una muñeca hinchable-entornó los ojos y se frotó la nariz, que empezaba a picarle intensamente- y ya sé que estoy nerviosa y que no quiero confiar otra vez en vosotros ni daros tanto como para poneros en peligro y hoy todo ha sido una mierda desde el momento en que me pusieron esas esposas hasta el polvo del taller y es culpa mía por ser así y no como las demás súcubos porque yo no quiero saber qué haces pero siempre sé dónde estás cuando te tengo cerca y... y... -se tapó la cara-y no puedo evitar hacerlo pero quería que fueses a por mí y me protegieses, que sólo estuviera tu olor en mi piel y que me llamases en voz baja por la mañana. Porque soy una súcubo tonta que lee historias imposibles y creía que había encontrado un sitio al que pertenecer y...-se tapó la cara con la almohada-y tengo miedo de morirme ahora que te he encontrado porque un cura siniestro tiene poder sobre mi alma y tengo miedo de seguir siendo una súcubo tonta diciendo tonterías delante de un cachorro inconsciente.
Sin levantar la cabeza de la almohada (que estaba sospechosamente húmeda) tanteó a ciegas por la mesilla, tirando el libro de los escoceses cachas cachondones que se enamoran de viajeras en el tiempo,buscando el interruptor de la luz para apagarlo todo de una vez por todas, como si así terminase con el día.
-¿Perfecto? -dijo con tono sorprendido- creo que te estás equivocando de persona, no soy perfecto. Hice que Six investigara un libro sin supervisión que podía haber causado un gran problema, hice que Six y tú fuérais atacados por algo y eso desembocó en que todos necesitáramos tatuajes, te hice una marca en el muslo bastante fea, un cura loco quiere hablar contigo sobre mí... Creo que estás obviando los problemas que causo.
Envolvió a Eloise con sus brazos y no la quiso separar de su almohadón-escudo, pero sí hizo que se tumbara encogida como estaba a su lado, apoyando los pies de la chica sobre su pierna y la cabeza de Eloise en su hombro.
-Nadie en este edificio va a hacer algo por obligación. Todo lo que hacen es porque quieren hacerlo, por le motivo que sea, así que no pienses lo contrario -inspiró profundamente mientras pensaba en cómo decir lo que quería exponer.
-No quiero ni confundirte, ni molestarte ni nada de eso, solo hago lo que creo que es necesario y cuando es necesario. El polvo del taller ha sido algo necesario, supongo que para curarte las heridas y recobrar energía -soltó una carcajada- hasta yo como a disgusto cuando tengo hambre pero no hay nada que me apetezca, entiendo que tú hagas lo mismo para alimentarte.
-Veamos, eres diferente a las súcubos como las chicas son diferentes de las guarrilas de las concentraciones. Saben donde está el límite, qué es agradable y qué pasa a ser grotesco. Lees historias y esperas algo más de la vida, ¿y quién no? El que decide que tiene suficiente y se estanca, muere en vida, tú aspiras a ser algo más a tener algo más y a través de los libros lo alcanzas o sabes qué quieres alcanzar.
Abrazó algo más fuerte a la súcubo.
-No vas a morir, no pienso permitirlo y tengo un libro de magia que seguro me permite hacer algo para evitarlo, ¿seguir siendo una súcubo tonta? Si siendo así es como has sido estas últimas semanas, por favor, hazlo. A todos nos gusta tu personalidad, tu carácter, tu forma de ser, y no me gustaría que la cambiaras por culpa de un grupo de monstruos.
-¿ves como tengo razón? De perfecto eres irritante-bufó dejándose abrazar- te haces el tonto muy bien-siguió refunfuñando por lo bajo, dejando frases sueltas e inconezas entre sí.-yo ya tuve un padre, no necesito que tú ocupes un lugar así-dijo, cogiendo aire en varios tiempos de forma que se estremeció ligeramente- La única forma de matar a un demonio es poseer su verdadero nombre, no hay libro que cambie eso, ni siquiera el tuyo-cuando estaba a punto de quedarse dormida todo el cuerpo se relajó, dejando la cabeza caer laxa sobre el hombro de Bror, dejando las motitas de las lágrimas en él.
-Ya no sé si realmente no tienes ni idea o no te interesa enterarte-murmuró con la voz ronca-ha sido un...error, no lo repetiré-donde alguien pueda oírme.
Cerró los ojos y suspiró por la nariz. Se conformaría con lo físico, de eso al menos jamás le faltaría y a Ethiel la tendría contenta.
Mientras que Eloise se acurrucaba a él, Bror mantenía el abrazo como si quisiera evitar que ella se fuera a algún sitio.
-Pero hay otras formas de evitar eso -dijo sonriente cuando mencionó lo del nombre- eso lo sé hasta yo. Créeme.
-Nunca ha sido un error, y no es que tenga ni idea ni que no me interese enterarme -apoyó una mano en la mejilla de ella, quitándola con suavidad los restos de lágrimas que aún había- lo que pasa es que ha sido un día muy largo y te has sentido muy vulnerable, y no quería pensar que fuera porque estás de aquella mantera -giró la cabeza para apoyar su cara sobre la cabeza de ella- nunca pienses que han sido errores tus decisiones, porque ahora mismo eres quien eres por todas las buenas y malas, y a mí me gusta como eres -movió la mano que acariciaba la mejilla de ella y la apoyó en su barbilla, haciendo que levantara el rostro para que lo mirara directamente a los ojos.
Un segundo que parecieron diez meses mantuvo la mirada a la chica antes de esbozar una sonrisa.
-Te mereces lo mejor y yo no quiero ser tu padre ni el de nadie -esbozó una sonrisa ligera- de ser algo, me gustaría ser otra cosa -acercó su rostro hasta apoyar su nariz en la de ella- a no ser que sientas que ha sido un error de verdad.
Guardó silencio un momento.
-¿Ha sido un error? -susurró pronunciando cada palabra con gran lentitud.
-Ha sido un error porque ahora me estás haciendo chantaje y eso hace llorar al niño Jesús-rezongó con un tono vergonzoso-claro que me siento vulnerable pero pasa siempre que estás cerca-movió ligeramente la cabeza para darle un toque en la nariz con la suya, obligándose a mirarle a los ojos aunque no podía evitar hacer algún mohín con los labios.
-Deja de mirarme-escondió la cara en su cuello, abrazándose a él con un murmullo apagado que no era más que una retahíla de palabras ininteligibles de las que sólo de distinguió un "no lo ha sido" cuando separó lo suficiente la mitad inferior del rostro para hablar sin que los labios diesen en la piel de él.
-...-se apretó contra él, enredando los dedos en la espesa melena de Bror como si así le dificultase el marcharse en cualquier momento y evitar que se fuese sin que ella se diese cuenta.-mo chridhe, voy a dormirme antes de que te arrepientas de todo, así no podrás retirar nada mañana.-pestañeó varias veces, haciéndole cosquillas, antes de cerrar los ojos manteniendo el hueco entre cuello y hombro de Bror como almohada.
Entre ligeras risas, se dejó acariciar por la nariz y pestañas de Eloise.
-No me arrepiento nunca de mis decisiones ni de mis palabras -frotó con la barba a la chica para hacerla cosquillas- así que no temas. Descansa.