La idea de Joy pareció no importar demasiado a todos los presentes, que se miraban unos a otros como si les extrañara ese tipo de petición; pero siendo un chaval y con la protección diseñada por Eloise y Six no parecía que tuvieran ningún problema.
-Que venga un día, pero ya cuando estemos todos -contestó Bror al final a lo que todos acabaron por aceptar y Joy parecía ser la chica más feliz del mundo.
La tarde continuó y dio paso a la noche sin demasiadas cosas. Jugar en la piscina cansaba más de lo que uno querría admitir, pero era algo normal, y más aún si era jugar con esa panda de energúmenos que no se sabía quien era más cafre, si la pareja Caín-Fenrir o la formada por Kate-Mykaela que habían hecho piña para contrarrestar el intento de dominio del agua por la parte masculina.
La cena fue tranquila y ligera después de una sesión de ducha en la que hubo overbucking en los baños de cada planta y cuando se terminó todos decidieron irse a descansar, pero Bernadeth buscó con la mirada a Eloise para guiñarla un ojo y hacer el gesto de pronunciar "ahora os veo" solo moviendo la boca, sin decir las palabras en sí.
Habían pasado unos cinco minutos y Bror parecía sonreír en plan "no va a venir" cuando, sin avisar ni nada, Bernadeth entró por la puerta con una gabardina de cuero hasta los gemelos y unas botas negras de tacón alto. El pelo lo llevaba suelto y sonreía divertida. Se apoyó de espaldas a la puerta y echó el cerrojo.
-Bueno, ¿cómo lo hacemos? -dijo divertida mientras se desabrochaba la gabardina y la dejaba a un lado. Vestía con unos pantalones de cuero que parecían más un culot que otra cosa, las botas que llevaba subían hasta medio muslo y tenía un corset negro que acentuaba su cintura y a duras penas conseguía cubrir el generoso pecho de la cocinera. Se cruzó de brazos para realzar más el busto que amenazaba con salirse y miró con una sonrisa provocativa tanto a Bror como a Eloise.
-No deberías estar tan contento, si se raja es menos diversión para...-estaba regañando a Bror cuando Bernadet entró en el cuarto y Eloise se echó a reír, peinándose la larga melena castaña con los dedos hacia atrás. No había nada en su risa que indicase burla sino que era un sonido cálido que descargaba el ambiente.
Cerró bien la puerta y las persianas y devolvió la mirada a la voluptuosa cocinera. Eloise sólo estaba con unas bragas y una camiseta de tirantes pero cuando se acercó a la peliblanca su presencia era inconmensurable y se arrodilló frente a ella, llevando las manos a las cremalleras de las botas. Con la nariz acarició la parte interna de los muslos de Bernadet acompañada por el susurro de la cremallera al bajar.
-No necesitabas esto-murmuró quitándole las botas sujetándole la pierna con una mano y sacándole el calzado con la otra, mirando hacia el rostro de la chica sin levantar el rostro. Cuando se incorporó parecía reptar por el voluptuoso cuerpo de la chica y ambas se sostuvieron la mirada un instante, suficiente como para que a Bernadet se le escapase un jadeo al respirar. Tenía las mejillas coloradas como si hubiese estado corriendo durante un largo periodo de tiempo.
Eloise rodeó a la chica bajo la mirada de Bror y las miradas de ambos se encontraron cuando la súcubo asomó tras el hombro de él, apartando los largos mechones blancos del pelo suelto de Bernadet, que se estremeció al notar el aliento en el cuello. Los dedos de Eloise jugaron con los cordones del corset con una experiencia envidiable y se aflojó considerablemente la prenda, que reveló el pecho de Bernadet al ceder por el considerable peso de éste. Fue entonces cuando Eloise hizo avanzar muy despacio a Bernadet hacia Bror, que estaba sentado al borde de la cama, besando el cuello de su amiga y cubriendo la suave piel del pecho con las manos al acariciarla.
Bernadet se inclinó hacia Bror para cubrirle con sus ardientes besos y Eloise ayudó a éste a librarse de los calzoncillos antes de recoger el largo pelo de Bernadet en una mano, enrollando en ella la mano, e inclinarla sobre su erección haciendo que se la metiese en la boca, manteniendo la súcubo y el eterno el contacto visual. A ella no se le había olvidado la revelación de él sobre el particular fetiche de ver a una chica hacer que otra practicase una felación a un hombre y se lo entregaba en bandeja de plata y, cuando el deseo de él fue demasiado, fue ella quien se arrodilló junto a Bernadet y ambas lamieron el pene de Bror al tiempo que sus labios coincidían en besos.
Bror se había mantenido sentado mientras Eloise se entretenía con Bernadet, y la peliblanca se dejaba hacer sin ningún tipo de problema, como si supiera que en el mismo instante que había puesto un pie en esa habitación se había convertido en una presa o en un juguete de la pareja.
Bernadet simplemente suspiraba y jadeaba ligeramente mientras era empujada por la súcubo en dirección al Eterno. Siguió el juego de Eloise mientras ella preparaba Bror y el hombre simplemente se dejó hacer mientras mantenía la mirada penetrante en la súcubo y esbozaba una sonrisa.
Cuando se unió Eloise al juego de Bernadet, el hombre simplemente apoyó una mano en la cabeza de cada una para acompañar el ritmo. Iba alternando quien era la tenía su miembro en la boca de forma tranquila, pero llegado un momento en el que era Bernadet la que trabajaba, cogió el pelo con la mano y comenzó a aumentar el ritmo bruscamente e introduciendo todo su miembro en la boca de ella durante un rato hasta que la sacaba cuando apenas podía respirar. Mientras hacía eso, había acercado a Eloise para besarla con pasión y en un momento engancharse a uno de los pechos y mordisquearla el pezón entre lametones.
Apartó un momento a Bernadet para que fuera la súcubo la que se introdujera su miembro en la boca y acompañó a la cocinera para que fuera ella la que le hiciera un trabajo a Eloise, lamiendo su punto más sensible con tranquilidad y sensualidad mientras que Bror introducía dos dedos en el interior de cada una de las jóvenes. Tras un par de minutos de esa forma, Bernadet comenzó a alcanzar su orgasmo y cuando terminó, Bror sacó la mano de la peliblanca para sujetar la cabeza de Eloise y follarla la boca con fuerza, que en realidad solo fueron cuatro o cinco embestidas antes de empezar a correrse mientras que movía los dedos en el interior de la súcubo y la cocinera aumentaba el ritmo de sus lametones a la vez que el Eterno.
Cuando terminó, apoyó una mano en la barbilla de Eloise y la alzó para besarla y sentarla sobre una de las piernas del eterno situando ésta entre las piernas de ella. La ternura con la que invitaba a Eloise a seguir sus movimientos no tenía nada que ver con el como guiaba a Bernadet, que la cogió con brusquedad, la situó en una posición parecida a la de la súcubo, pero en lugar de cara a cara la puso de espaldas a él. Guió a Bernadet para que se enganchara a uno de los pechos de Eloise mientras él se inclinaba hacia el otro, con una mano aferraba el culo de la súcubo y con la otra masajeaba una de las tetas de la cocinera y la pellizcaba el pezón y la cocinera se balanceaba sobre la pierna de Bror, rozándose contra ella sin parar en ningún momento.
Si Bernadet no hubiese estado ahí nada habría cambiado. Era una buena compañera y estaba claro que tanto Bror como Eloise se centraban en la peliblanca para complacerla pero las interacciones entre ellos eran tan íntimas que parecían pertenecer a su propio mundo en el que estaban a solas.
El climax de las dos mujeres llegó propiciado por la esencia de la súcubo y una ola de energía barrió la habitación y empujó a Bror contra la cama mientras Bernadet acompañaba ese movimiento y se recostaba en el colchón y Eloise se quedaba sobre Bror con una sonrisa maliciosa en los labios. Esa energía indució a Bernadet a un sueño dulce y casi instantáneo por el agotamiento mientras que Eoise recorrió con besos el torso de Bror,dejando que el pelo le acariciase el abdomen y los pectorales en su camino a los labios del Eterno.
-Va a dormir como un lirón-murmuró contra la boca de él, mirándole a los ojos antes de sonreír.
-Sí, puede que mañana nos toque hacer el desayuno -sonrió mirando a los ojos a Eloise un instante antes de apoyar una mano en su cara y besarla con suavidad.
Lo que empezó como un beso suave, comenzó a aumentar en pasión a cada segundo por parte del eterno, cambiando la posición de las manos para apoyarlas en la cintura de la súcubo un momento y hundir los dedos mientras la aferraba con fuerza. Con un movimiento más fruto de la práctica con la súcubo que de otra cosa, la movió para que se encajara sobre él y la penetró de forma lenta para imparabale. Una vez en su interior empezó a moverse con intensidad y fuerza mientras la seguía besando.
Una de las manos se soltó de la cintura de la súcubo para cogerla de la parte posterior de la cabeza y tirar de ella para que arqueara la espalda, momento que Bror aprovechó para lanzarse a devorar los pechos de la súcubo como si no lo hubiera hecho en semanas, cuando en realidad solo hacía unos instantes que lo había hecho.
Subió al cuello de Eloise y la mordió ligeramente, pero después con algo más de firmeza en el momento en que empezó a terminar en su interior. Ambas manos estaban de nuevo en su cintura y ayudaban a no que el eterno no parara mientras terminaba en su interior con intensidad, como era de costumbre.
Cuando terminó, se incorporó de nuevo un momento para besar a Eloise en los labios.
-Nunca me cansaré de ti -sonrió de nuevo y, abrazándola, se tendió en la cama de nuevo haciendo que ella se tumbara sobre él- buenas noches.
No sé si quieres añadir algo más o prefieres que pase al día siguiente
Por mí podemos pasar al día siguiente, Eloise también va a dormir chachi xD