Partida Rol por web

Lyann esboza una suave y enigmática sonrisilla...

- Muy bien pues... si mis valientes compañeros están tan dispuestos a salir en ayuda de una dama, yo no voy a ser menos...

Aunque no pienses ni por un segundo que te has ganado mi confianza...

- Iremos y le traeremos esa... misteriosa reliquia... - ...sobre la que sigue guardándose las respuestas...- para que la ponga a salvo en buenas manos- en las de la desconocida baronesa para ser más exactos...- y por supuesto... para recoger la recompensa que nos habremos ganado...

Porque pagarás... eso tenlo por seguro... a mí no se me da esquinazo...

Con una deslumbrante sonrisa, que sin embargo no alcanzaba a los ojos, se levanta del asiento despreocupadamente y añade...

- Y bien... ¿alguna cosa más, o ya podemos empezar las pesquisas?...

Al menos, quedaba la esperanza de que aún no tuvieran al señor de los filos tras sus pasos... si era así... igualmente convenía moverse deprisa... porque ese "aún" puede que no durara mucho...

-Pues, sí hay algo más- dijo, escrutando el rostro de todos y cada uno de los presentes. -Sin el diario de Bonal, no puedo decirles la ubicación exacta de la forja. Casualmente, como creo haber dicho, el pobre ya no tenía el mismo en posesión, y según tengo entendido, ustedes estuvieron algo más que presentes durante los últimos momentos de su vida- aseguró, bebiendo el resto de vino de su copa.

-Si mis suposiciones no son incorrectas, son ustedes quienes se hicieron con las notas de Bonal. No los culpo, pero apuesto a que se han encontrado con un libro en blanco...- agregó, con una pequeña sonrisa burlona.

No se que a qué os referís esactamente con que estuvimos "más que presentes" pero lamentablemente no encontramos ningún diario. ¿Tal vez la forjado lo robó y lo escondió en algún sitio? Si es así podemos encargarnos de recuperarlo por un dinero, señora. Como vereis pasamos por una mala racha de recursos...

Lo digo en un tono ambiguo para que no sepa si le estoy diciendo que lo tenemos pero que queremos dinero por el o si digo la verdad.

Elaydren posa sus ojos perspicaces sobre Apoyo cuando este comenzó a hablar. Él intentaba imitar costumbres humanas al adoptar cierta ambigüedad en el tono de su voz, pero no logró más que teñir sus palabras de transparencia. La mujer entrecerró los ojos, y  esa pequeña sonrisita se borró de su rostro.

-Miren,- interrumpió con cierta dureza en la voz -sin ese diario no llegaremos a ningún lado. Tanto a mí, por su información, como a ustedes, por la recompensa que obtendrán sin llegan a destino y regresan, nos favorece que pueda ver ese diario- aseguró, hasta que se ve en sus facciones que recordó algo que se le había pasado estúpidamente. -Por supuesto, es mi culpa no haberlos motivado. A cada uno de ustedes se les pagará 1000 piezas de oro si traen la reliquia. ¿Acaso eso no es suficiente?-

La mujer atinó a beber de su copa, para darse cuenta que la había vaciado momentos antes. Frunció el ceño y les devolvió la mirada a los aventureros, exhalando un sonoro suspiro.

¡Ah, vale, os referís al CUADERNO! Como estaba en blanco pensamos que era un simple cuaderno de viaje y le pedí a Borstion que lo guardara para mi por si necesitaba tomar notas de algo...

Si fuera un humano, me pondría rojo como un tomate pero yo simplemente me siento decpecionado con la expectativa de conseguir algo de dinero que nos vendría como caido del cielo.

¿Mil monedas? No es una mala oferta, desde luego. Por mi parte acepto.

Puede que tenga poca vergüenza pero no me atrevo a regatear después de que me hayan enganchado mintiendo como un bellaco.

Lyann sofoca una risita divertida ante el torpe intento del mago para engañar a la mujer...

- 4000 monedas de oro, ¿eh?... ¿y usted sólo quiere la reliquia no es así?... muy bien... - la verdad es que la recompensa era grande... lo que por otra parte significaba que el peligro también- ... bien.... tan sólo querría puntualizar dos cosas....

La mira a los ojos repentinamente seria...

- Lo primero... la recompensa serán 4000 monedas de oro para el grupo... no 1000 por cabeza... si alguno de nosotros cae, al menos lo demás podrán repartirse su parte... qué menos tras perder un compañero, ¿no le parece?...

Tras estas palabras observa detenidamente a sus compañeros... sus ropas, equipaje y armas... y se dirige de nuevo a la mujer...

- Si vamos a emprender una empresa tan peligrosa como parece ser ésta... me gustaría que pudiéramos ir bien equipados... hay algunas cosas que me gustaría comprar, pero no tengo el dinero necesario... como por ejemplo, pociones de curación... entenderá que allí abajo no podremos adquirirlas... así que lo que llevemos desde aquí será lo único con lo que podamos contar para mantenernos con vida...

Mientras observa cuidadosamente la expresión de la dama termina su petición con suavidad...

- Por lo tanto, me gustaría pedirle humildemente que nos dé un pequeño adelanto de dicha recompensa para poder comprar al menos una poción por cabeza... o si quiere dénoslas usted misma al comienzo de nuestro viaje... si regresamos sin la reliquia le pagaremos el valor de las pociones... en cualquiera de los dos casos restantes, que volvamos con ella... o que no volvamos... bueno... ambos lo ganaremos o lo perderemos todo... Pero a todos nos interesa ganar, ¿no es cierto?...

Las facciones de Elaydren se relajaron, casi divertidas ante tal respuesta por parte del mago.

Los forjados y sus modos...

Su semblante se volvió serio al voltear hacia Lyann, atenta a los negocios como una buena orfebre. -Me parece razonable. Les daré la mitad del dinero a cada uno ahora. Eso será suficiente para que consigan lo que crean necesitar,- y para que vuelvan por más -pero mi oferta fue de mil piezas por cabeza, ni una más ni una menos- agregó, con una firmeza en su voz que parecía querer hacer desistir a cualquiera de sus regateos.

Sin esperar una respuesta por parte de la muchacha, o reproche alguno del resto, se volvió hacia Apoyo. -¿Y bien?- inquirió, extendiendo una mano.

Mmmmm... la mitad del dinero no está nada mal... Lyann no se había atrevido a esperar tanto, así que estaba bastante satisfecha aunque su expresión de fastidio no lo dejaba traslucir... No había accedido a las 4000 monedas de oro totales... y eso no le gustaba... de todas formas, algo es algo...

Se mantuvo en silencio... sin dar las gracias ni quejarse... tan sólo cavilando, en qué gastaría parte de ese dinero... y en que no se le olvidara nada importante...

Observó sin inmutarse como la mujer extendía la mano hacia el mago exigiendo claramente que le entregara el diario...

Por fin sabremos qué pone en ese dichoso "cuaderno"...

Me quedo mirando a Borstion.

Dáselo, Bors.

Borstion se haía mantenido en silencio en su asiento, disfrutando de los deslices de su hermano de metal y madera. Al verse aludido, alzó la vista de repente, para luego asentir ante el pedido de Apoyo. Rebuscó en su bolso, que apenas contenía sus monedas, y rápidamente sacó el viejo cuaderno que había recuperado del cadáver del preboste.

No dudó un segundo en extendérselo a la dama Elaydren, que se volvió hacia el forjado para tomarlo.

Cuando la mano de Elaydren que portaba el anillo se posó sobre el diario de Bonal, el símbolo en la portada. tejido con finos hilos de mithril, resplandeció débilmente, al mismo tiempo que el símbolo del anillo. Gracias a ello, los cuatro pudieron reconocer la insignia de la casa Cannith en el cuaderno, cuyo brillo no cedía.

La dama abrió el diario, y las hojas continuaban en blanco. Pero en un parpadeo, el papel comenzó a inundarse de escrituras en una cursiva elegante, de dibujos y esquemas intrincados, e incluso de runas y sellos irreconocibles. La mujer pasó las hojas durante varios minutos, con tal apuro y fervor que hasta llegó a cortarse en cierto momento.

Luego de unos largos minutos de lectura apresurada, y unos gruñidos malhumorados de parte de Borstion, la dama se sobresaltó al hallar lo que encontraba. -¡Aquí está!- exclamó, señalando las anotaciones. -La ubicación de la forja abandonada está en lo más profundo de la torre Dorasharn, unos 57 niveles debajo del sistema de alcantarillado actual del edificio. ¡Amira!- exclamó. -¿Podrías darme algo de papel por favor?-

La matrona del Yunque Roto se acercó presurosa con un rollo de pergamino, un frasco de tinta y una pluma, dejando todo frente a la dama. -Gracias- dijo, sonriente. Amira se retiró, no sin antes dedicarles a los cuatro una mirada penetrante. A continuación, la dama comenzó a trazar las líneas que conformaban lo que parecía ser un plano de cierta zona de la ciudad, copiando del diario. Al terminar, les extendió la hoja enrollada.

-Este mapa les muestra el camino hacia los desagües de la torre Dorasharn. Más allá de la sala de válvulas...- Miró el diario -... E-213 encontrarán una puerta sellada con la insignia de la casa. Abran el sello con esto- dijo, devolviéndoles el diario -y el túnel que hay detrás les llevará a las ruinas olvidadas de la torre. Allí hallarán la forja- explicó, mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro.

Echo un rápido vistazo al mapa antes de pasárselo a Lyann. Seguro que ella era mejor con los mapas que él.

Nunca he descendido a los subterráneos de Sharn pero he escuchado que pueden ser peligrosos. ¿Teneis alguna información de lo que podemos encontrarnos por alli?

- Peligro.... y mucho.... eso es lo que nos encontraremos sin duda.... y más peligro añadido si el señor de los filos se entromete....

Recoge el diario que le tienden y le dedica un minucioso repaso... 57 niveles son muchos niveles...

 Escuchó con atención la conversación entre Apoyo, Lyann y la mujer. No le gustó para nada la actitud del mago con respecto al diario, aunque entendió que cada uno se tenia que buscar la vida como podría, y que no todo el mundo pensaba como él. Al fin, el diario llegó a las manos de la mujer, la cual les explicó donde podría encontrar lo que buscaban.

La suma que recibirían por encontrar la forja le convencía, seria un dinero complicado de conseguir, pero una suma importante. No dijo nada,únicamente se limitó a asentir cuando así lo requerían sus compañeros y a observar a los allí presentes. El don de la palabra no era su mejor baza.

La dama se encogió de hombros, como preguntándose por qué ella habría de saber sobre lo que acechaba en las profundidades de la ciudad.

-Aparte del Señor de los Filos, que seguramente tendrá a algún otro agente en busca de la reliquia, ¿quién sabe que acecha en los lugares ocultos bajo los cimientos de Sharn? Ahora que lo pienso, Bonal dijo algo sobre que sería imperativo llevar fuego a la expedición. Me pregunto que tendría en mente...- dijo, cavilando. Sus ojos miraron al techo, mientras su mente divagaba. -En todo caso, les recomiendo sean precavidos, pero confío en que están a la altura de lo que sea aquello que les espera-

- Bien! – exclamó el hombretón intentando dar por zanjada la conversación. – Le traeremos lo que nos pide mi lady. -  se levantó de la silla intentando parecer lo menos brusco posible. – Cuanto antes nos marchemos, antes estaremos de vuelta. – comentó mientras dibujaba una leve sonrisa de complicidad en su rostro. Se dio media vuelta, y observó a sus compañeros, - ¿Nos vamos?. -

Lyann ojea interesada el mapa... no parecía demasiado complicado... esperaba que fuera fiel a la realidad...

Al oir a su compañero levantarse tan bien dispuesto a afrontar lo desconocido, sonrió a la mujer antes de añadir...

- Claro.... previo paso por un par de tiendas para pertrecharnos adecuadamente... ¿verdad mi señora?...

Fuego... bien... compraré también unas antorchas extras por si acaso....

Mientras la dama les entregaba la mitad de la recompensa prometida, Lyann recordó un último detalle...

- Una última pregunta... cuando volvamos de las entrañas de la tierra... ¿cómo contactaremos con usted para hacerle entrega de la reliquia?... ¿alguna indicación que dabamos seguir?...

-Por supuesto. Asumo que lo prometido les alcanzará perfectamente. Aunque, creo que quinientas monedas para cada uno... es demasiado que cargar. Espero que no les moleste que las pague en lingotes. Pueden cambiarlos en cualquier banco de la casa Kundarak, no se preocupen. Cada lingote vale cincuenta piezas, así que tendrían que llevarse diez cada uno. A menos que prefieran llevarse un poco menos. No hay de que preocuparse, al final obtendrán la recompensa prometida. Como deseen- La dama habla con seriedad, como si quisiera dejar en claro que no intentaba embaucarlos.

-Nos encontraremos aquí nuevamente cuando hayan obtenido el esquema. Amira me notificará de su regreso y acudiré lo más rápido posible. ¿Hay algo más de lo que quieran hablar?-

Estaba dispuesto a sobrepasar el umbral de la puerta hasta que las palabras de la Dama Elaydren lo hicieron detenerse. Tenia parte de razón en sus palabras, los lingotes eran muy pesados como para llevarlos durante toda la búsqueda, pero la intención del clérigo era la de utilizar el dinero para ir lo mas pertrechado posible en la misma.

- Lady Lyann, ¿conocéis en la cercanía uno de esos bancos de la casa Kundarak que comentaba la señora? No deberíamos recorres mucha distancia con tal cantidad de oro encima, seriamos un blanco muy suculento, sin hablar de la lentitud con la que caminaríamos… -

La Dama hizo un gesto para llamar la atención de Galen.

-Disculpen la interrupción, pero el barrio financiero más cercano se encuentra en las zonas altas de Meseta Central. Necesitarán acceder a los niveles altos de este mismo barrio y desde allí pagar una aerocalesa. No son de por aquí, ¿verdad?- preguntó, algo divertida.

-Respecto al dinero, será de una dificultad mayor transportarlo antes de poder disfrutarlo. ¿Por qué no llevan un poco menos? Dudo que quieran gastar la mitad de su recompensa en espadas y cueros. No hay de que preocuparse. El oro les esperará hasta su regreso-