Partida Rol por web

Algo incomodo por el silencio de Jorandash y aún mirándolo de soslayo mientras se acerca a los restos, Swen se para un momento junto a Erikand, recoge la daga, mira a Aldar asintiendo y se la entrega por la empuñadura a la mujer.

- Ellos tienen razón, tú le puedes sacar más partido que yo. Randan dice que los hombres no podemos hacer dos cosas a la vez -una extraña mueca que pretende ser una sonrisa delata una pequeña broma-.

Cuando recoge la daga Swen susurra a Erikand unas palabras rápidamente.

- Tenemos que hablar de Jorandash. No te resistas si notas que alguien se adentra en tu mente esta noche.

Las palabras de Aldar y Swen me animan y recupero la compostura. Con cierta timidez alargo la mano y asiento mientras cojo la daga que me ofrece. 

-Estoy orgullosa de vosotros. Sois buenos compañeros, me alegra saber que formo parte del equipo aunque a veces no sirva de nada mi presencia- una sonrisa sincera aparece en mi boca- Gracias, usare esta daga para protegerme tanto a mi como al resto.  

El gesto de Swen me demuestra que cuentan conmigo, el podria usar la daga perfectamente y ha preferido darmela a mi. Por un momento me siento bien entre ellos, protegida y segura. Los recuerdos de los dias que pase recluida en la celda se van difuminando y poco a poco vuelvo a ser yo misma. Me siento cansada y tengo frio. Es hora de descansar un poco. 

Erikand observa a Aldar intentar ponerse las grebas. Estaba claro que le iban enormes. Sonríe un poco.

-Está claro que no están hechas para los de tu especie - Aludiendo, evidentemente, a los enanos. Después de la frase empieza a reír a carcajada limpia. Cuando termina. Mira a Kenvent, ya que Jorandash no parece tener absolutamente ningún interés en los objetos, le mira de arriba a abajo. Y se las ofrece.

Cuando Swen se le acerca, le devuelve la mirada. Ha entendido.

Aunque Kenvent ha sufrido mucho frente al espectro, la traumática experiencia le ha servido para empezar a superar un poco su miedo a los espíritus. Aun así, no comenta nada cuando todo termina, ya que no le apetece que nadie le recuerde la vergonzosa cobardía que ha demostrado al principio.

Simplemente le da una palmada en la espalda a Erikand, Swen y Kilder, y se retira a descansar.

Cuando Erikand le ofrece las grebas, Kenvent le contesta:

-Muchas gracias, amigo, pero creo que es mejor que las lleves tú. No solo te las has ganado en el combate contra el espíritu, sino que creo que con mi cota de anillos acolchada y mi escudo ya tengo suficiente protección. A ti te vendrán mejor -concluye con una sonrisa afable pero breve.

Jorandash se recuesta contra la pared, cerca de Kilder y se tapa con una manta. Afuera, la tormenta continúa, aunque con menos violencia que antes, y parece que mañana podreis continuar.

- Este símbolo es la runa muerte, a la que vosotros llamais Humakt. En el imperio es representada por Yanafal Tarnils, que ensalza el honor, la justicia y la palabra más que el combate y la muerte en sí... aunque supongo que en el fondo, solo son dos formas de ver una misma cosa.

Jorandash da por concluida la explicación y se recuesta para dormir.

- Yana... algo había oído de él. ¿No era un héroe humakti? -Swen asiente con cierto respeto a sus comentarios-.

Es entonces cuando responde a la palma de Kenvent con un gesto similar. En sus ojos subyace una pregunta. ¿Habrá su compañero deducido lo mismo que él al saber de las creencias de Jorandash?

Luego se retira a descansar.

Tras llamaros para vuestra guardia, al poco de que Swen y Jorandash vuelvan a sus mantas para dormir, algo se adentra en la mente de Erikand.

- No te alteres, soy yo -al mirar al lugar donde se acostó Swen ves que, aunque acurrucado, te mira fijamente-. No hace falta que me mires, sólo piensa lo que me quieras decir. Tenemos que hablar ahora que Jorandash duerme.

El brujo espera unos momentos antes de continuar hablando, como para evaluar tu reacción.

- Somos varios los que pensábamos en eliminar a Jorandash y huir -en su tono se nota cierta duda-. Tras la conversación de la taberna y lo que nos acaba de mostrar ya no lo tengo tan claro. Empiezo a pensar que es de fiar pero... ¡quiero mi libertad y quiero volver a mi tierra! -un suspiro se transmite antes de que continúe más clamado- El caso es que algunos hemos hablado del tema y queríamos saber tu opinión. ¿No apoyarías si decidiéramos cargárnoslo y volver a Broilia o buscar a Arrhya?

Swen se adentra en la mente de Erikand y le habla. - Es impresionante lo que llega a hacer Swen. Aveces me aterra- una vez que finaliza la primera parte de su comentario.- Que solo tengo que pensar?- Erikand escucha con atencion-Yo os seguire a dónde haga falta y cómo haga falta. Pero creo que nos estamos precipitando. Antes de nada... Jorandash no parece un mal hombre. Pero si que es verdad que no sabemos a qué nos enfrentamos pero... Pasearnos por toda carmania como fugitivos? Me parece una mala idea. Aunque si vosotros me decis que ataque, lo hare.

- Me agrada saber que tenemos tu apoyo. Ahora yo también tengo mis dudas, la conversación en la taberna y esta muestra de su devoción un antiguo héroe humakti están haciéndome pensar que se puede confiar en él, que quizá no sea nuestro enemigo y que podríamos atraerlo a nuestra causa.

Swen hace una pausa por unos momentos.

- Estoy contento de saber que contamos con tu apoyo para lo que se haga. Estoy de acuerdo contigo, a mi tampoco me gusta la idea de deambular como proscrito por toda Carmania. Veremos que se hace. Te pido no obstante que evites comentar nada con Kilder, no nos fiamos de él, sólo desea el poder y es capaz de todo por conseguirlo. Si no quieres decirme algo más, ahora que sé que podemos contar con tu apoyo, trataré de descansar un rato.