Partida Rol por web

Me fijo en que un pequeño paquete le ha pasado desapercibido a Joh. Lo cojo y lo coloco en el carro con donaire.

- ¡No te vayas todavía, aún hay más! -digo, soltando una risilla.

Antes de partir Erikand exclama:

- Esperad, ahora vuelvo. -entra dentro de la cueva.

Erikand empieza a mover los cuerpos con la maza. Intentando separar a los engendros de los cuerpos humanos. Cuando ya tiene a los humanos apilados observa si estan demasiado manchados de hedor. No le gustaría morir él por contraer una enfermedad. Si lo ve seguro, los sacará fuera y dirá de quemarlos, o enterrarlo, si no procederá con el msmo ritual dentro de la cueva. Agachándose, tocado con una rodilla al suelo, se despide de las pobres almas.

- Tengo asuntos que atender... Los he pospuesto ya demasiado. Lamento anunciaros que ha llegado el final. - Erikand se levanta - Ahora me iré. Os dedico mi más sentida despedida

Swen se queda mirando hacia el camino que les espera con la mirada perdida en el infinito.

- Este no es el fin, ni tan siquiera es el fin del principio, es el fin del principio*. Un Pies Fríos siempre paga sus deudas... **

Las lágrimas afloran en sus ojos y se deslizan suavemente por su mejilla. Sus ojos se fijan en las figuras etéreas que sólo el puede ver y su mente les habla a ellas.

- "Escuchad mis palabras, sed testigos de mi juramento ... El caos nos cerca, ahora empieza mi guardia. No terminará hasta el día de mi muerte. No tomaré esposa, no poseeré tierras, no engendraré hijos. No llevaré corona, no alcanzaré la gloria. Viviré y moriré en mi lucha. Soy la espada en el diluvio. Soy el vigilante del Muro. Soy el hielo que atenaza al enemigo, el viento que trae la tempestad, la brisa que guía a las almas durmientes, el escudo que defiende los reinos de Orlanth. Entrego mi vida y mi honor a esta causa, durante esta tormenta y todas las que estén por venir."*** Esa promesa os hice y esa promesa cumpliré.

Pienso en el largo viaje que nos espera y en los peligros que sin duda deberemos afrontar en tierras de trolls... Miro uno a uno a mis camaradas y luego dirijo la mirada hacia las nubes. Sin motivo aparente, recuerdo entonces a Loranda y Kilder y me pregunto si su propio viaje les depara tantos peligros como a nosotros. ¿Qué estarán haciendo ahora mismo...? ¿Se habrán cansado ya de hacer todo lo que les dicen esos perros lunares...? ¿Estarán en una situación mejor que la nuestra...? Sea como sea, sigo prefiriendo nuestro camino, porque los trolls podrán quitarnos la vida, ¡pero jamás nos quitarán la libertad!*

Por cierto, aun me duele un poco la pierna, espero que se cure pronto...