Me adelanto a Kenvent y al resto, ante esos misteriosos "ellos".
- Trolls -digo, sorbiendo la sopa ruidosamente- Ellos cazaron la segunda wywerna y nos dijeron que había una torre a donde iban los muertos. Una torre mágica.
Mientras hablo, me doy cuenta de lo tonto que suena todo.
- Una torre... erm... invisible, excepto al amanecer. Nos explicaron que allí fueron unos hombres armados, probablemente vuestra vexilla lunar, y nunca volvieron.
Me recuesto en la silla, satisfecho, mirando a los demás con aire de disculpa.
Erikand mira a Loranda sorprendido.
-Bueno... un ejército? No sabemos aún nada, si las resurrecciones sólo afectan a esta aldea... Cuantas personas pueden morir en 50 años en una aldea de ese tamaño? Si afecta a toda la región... bueno, no sabemos cuantas aldeas hay por los alrededores, ni siquiera sabemos cuanta distancia abarca esta... maldición. Tampoco si se necesita el ritual de ayer noche para que se levanten o si los muertos son una buena caza para las wyvernas, hasta cuánto están de saciadas... Demasiados cabos sueltos y el viejo ese no creo que supiera nada mas. Definitivamente, si queremos saber la magnitud de los muertos solo nos queda buscarlos y ya sabemos dónde y cuándo.- Erikand siente un escalofrío. Se había enfrentado a un espectro, pero ir a buscar una horda de muertos vivientes eran palabras mayores
Al entrar, he dejado la piel del dragón blanco al lado de la de Aldar. Sonrío al ver la humeante sopa de Loranda y escucho lo que han descubierto mis compañeros por la aldea mientras echo mano de la comida. Todo este asunto de los muertos andantes ya era bastante grotesco de por sí, pero cuando oigo lo de la vexilla lunar, me queda claro que hay algo que huele a podrido en todo esto, y no son solo los resucitados.
Me quedo mirando de reojo a Jorandash, tratando de discernir sus pensamientos.
-Swen, Swen, Swen, con el cráneo te puedes hacer un yelmo, y a ti te quedaría genial -le digo muy animado al ver los recuerdos que han traído.
No te quedaría genial por los cuernos, sino por la naturaleza de tu personaje, y al no ser de metal, no debería interferir en sus ritos, no vayamos ahora a malinterpretarme ;P
Una vaga sonrisa se desdibuja en la comisura del chamán ante el comentario de aquel que, después del lunar, menos le agrada de sus compañeros.
- Lo importante no es lo que hagamos con estas cosas. Es entender que pasa. Lo que nos contaron los uztrolls* es ambiguo y deberíamos tratar de interpretarlo entre todos -mira a Jorandash interrogativamente tratando de evaluar si el será capaz de interpretar mejor los datos-. Según ellos estos bichitos -dice irónicamente indicando la calavera- disfrutan devorando a los muertos andantes, les atrae. Aunque a ellos no... lo cual me hizo pensar que no dudarían en devorarnos a nosotros. Eso quiere decir que ese "ejercito" debe estar algo más mermado de lo que cabría esperar. Ellos, los uztrolls, se alejan de la torre que mencionó Aldar para que sus muertos no caminen. ¿Le tienen miedo... respeto? Aunque creo que, Aldar -mira al cazador- no es que sea invisible y aparezca al amanecer. Recuerda sus palabras "Torre de hielo... llama a los muertos... invisible. Pero su sombra es larga cuando amanece... torre aparece con el primer sol". Yo creo que lo que pasa es que, al amanecer, cuando el maligno Yelm emerge de los infiernos, su sombra delata su posición.
Hace una pausa sopesando sus palabras.
- En algo si coincido contigo, aquellas palabras: "Una vez venir humanos, como vosotros. Mi padre contar. Utilizar magia poderosa, escudo y metal. Armas de hielo y fuego. Ir a la torre pero jamás regresar." Seguro que hacían referencia a la vexila lunar -la última palabras las pronuncia con desprecio mientras mira fijamente a los ojos de Jorandash-. ¿Que sería eso de armas de fuego y hielo? ¿Y por qué ese tipo de armas?
- Pero recordad que estas gentes no volvieron y que los uztrolls nos advirtieron del peligro de la torre. ¿Superstición? ¿Realidad?
*Lo he mezclado a posta ya que se presentaron dando ambos nombre seguidos. Y bueno, asumo que Swen no conoce trolls o, por lo menos, trolls de las nieves.
Me recuesto pensativo, no hay mucho que añadir después de eso. Finalmente, me encojo de hombros.
- Tal vez sea mágica, tal vez de hielo, o de cristal... sólo hay una manera de averiguarlo. Ahora bien, Jorandash -miro al guerrero directamente- ¿no sabías nada de esa vexilla? ¿Nadie te habló nunca de una patrulla lunar de élite desaparecida justo en el lugar que nos has enviado a encontrar? No es que me importe demasiado, pero... me gustaría saber a qué estamos jugando. Si hay algo que nos pueda servir para destruir esa cosa y recuperar nuestra libertad, me gustaría saberlo. Si una vexilla entera fue destruida... ¿qué podemos hacer nosotros?
Desde hace un rato, Jorandash está sumido en sus pensamientos, con la barbilla apoyada sobre sus puños cerrados, hasta que Aldar lo devuelve a la realidad dirigiendose a él.
-Conozco una historia. Se dice que hace muchos años, cuando el imperio llegó a norte y decidió acabar con el culto a Vivamort, señor de los muertos, una vexilla compuesta por ex-miembros de la guardia personal del emperador lunar desapareció sin dejar rastro en una región norteña sin determinar. Por lo visto la noticia fué una gran impacto para el imperio y se enviaron varios regimientos para tratar de localizarles. Pero nunca aparecieron. Los años pasaron y las búsquedas activas terminaron, así como la esperanza de encontrarles. De hecho, nosotros estamos aquí como consecuencia de una ley que surgió a raíz de esos hechos y que dictaba que la frontera con el norte debía ser vigilada para evitar cualquier resurgimiento del culto oscuro.
Una sonrisa se dibuja en el rostro de Jorandash y sus ojos brillan como nunca habíais visto hasta el momento.
-Esta es nuestra oportunidad. Encontraremos la torre, descubriremos qué pasó con la vexilla y acabaremos con cualquier resto del culto. Si tenemos éxito ni todos los condes de Carmania juntos podrán volver a encerraros y yo... podré regresar a la guardia d ehonor sin que nadie se atreva a cuestionar mi honor y mi valía. En unos dias partiremos, cuando esta ventisca nos dé un respiro.
Y así termina este capítulo. POdeis seguir charlando si quereis. Recordad que yo hasta el lunes no aparezco por aqui.