Partida Rol por web

La sangre pringó el curioso artefacto de piedra, así como su saliva y Berethor acercó este a la hendidura en la pared. Esta vez no opuso ni la mitad de resistencia y resbalando lo introdujo hasta el fondo. 

Un chirrido comenzó a sonar y la pared misma comenzó a temblar hasta que finalmente ocurrió:

Una obertura doble se abría revelando a ambos un paso por el que seguir avanzando.

Una curiosa biblioteca se extendía ante sus ojos, varios pasillos de estanterias repletos de libros y en varios puntos diferentes plantas en sendas macetas. 

Interesante acertijo, ya lo habia escuchado anteriormente, pero no era con un lobo y nua cabra, si no con una elfa una orca y una ninfa, que entre ellas hay unas conexiones de odio, posiblemente pueda ser parecido.

-escuche buen ser, el acertijo es: hay orilla A y Orilla B, todo de momento esta en A y la voy a llevar a B

primero cojo la oveja y la llevo a la orilla B, despues vuelvo a A y cojo a lobo, lo llevo a B y cojo a la oveja, la llevo a A otra vez, alli cojo a la Lechuga y la llevo a B con el Lobo, despues desde B voy a buscar a la Oveja y la llevo a B otra vez, y asi lleve a los 3 sin haber conflictos.

es correcto?

La puerta se abre, no me asombro demasiado. Pero me alivio y camino con cuidado no sin antes hacerle un gesto a Scarlet; a fin de cuentas era ella quién empuñaba un arma.

Me desconcierta comprobar lo poco que sé de este castillo, no entiendo nada de este lugar ¿Qué era? ¿Una biblioteca? También parecía un aula de botánica. 

Adentrándome con cuidado trato de hacer el menor ruido posible, asegurándome de que la hermosa Scarlet me acompaño. No obstante, tenía bien presente que en cualquier momento podría clavarme la daga y correr. No hay señor en este castillo, no debería dar por sentada la lealtad hacia él. 

- No sé de este lugar... ¿Sabes dónde estamos, Scarlet? -Mascullo con voz baja y cautelosa-

- Tengo que nadar, tengo que nadar, no quiero que me coman.- Me dije en voz alta con cada brazada que daba, nadando para poder sobrevivir ya que no sabía que monstruos habian ahí abajo.

Son serpientes, pero que hacen en un lugar como este?. Esto es como una cloaca..

Pensaba darle un manotazo o patada a cualquiera de ellas si llegaba a acercarse.

Exactamente como me imaginaba: La estatua tenía ahora una expresión de felicidad en comparación a la de miseria que tenía antes... Y ahí estaba mi llave. Una llave roja, como la cerradura de la puerta. La agarré con los dedos algo empapados de fluidos y caminé hacia la puerta, algo acalorado. Quizá si la situación fuera distinta...

La cerradura cedió ante mi insistencia y... Me encontré en un pasillo realmente similar al anterior. No es que haya mucho espacio para originalidad en los pasillos de un castillo, supongo. Limpiandome los dedos en el pantalón, me dispongo a recorrerlo.

Ya había tenido mucha suerte con esto de no toparme con nadie, pero estaba claro que la suerte no era algo eterno y en algún momento, como aquel, la cosa iba a cambiar. Además, no me podía haber encontrado a algún borracho guapo, no, me tenía que encontrar a dos que daba asco sólo mirarlos.

No me dio tiempo a decir nada, pues apenas me vieron saltaron a por mí como si hubiera sido su día de suerte, aunque pensaba defenderme, estaba claro.

- ¡Alejaos de mí! - No había tenido que golpear a nadie con el bastón en mi vida pero el primer golpe que le di al más próximo hizo que cayera al suelo, aunque alguno de sus dientes cayó primero.

El único problema fue que al encararme con el segundo, el bastón resbaló de mis manos y me quedé indefensa ante él.

Perfecto. Ahora a ver cómo me quitaba eso de encima.

Siempre me había gustado el sexo, la verdad, pero si tenían que ponerme la mano encima hombres como aquellos iba a terminar dándome mucho asco.

El orco podría haber creído que estaba bien, pero apenas sale del agua siente un dolor en su pierna y... En eso que parecía otra pierna. Era difícil que no le hubieran mordido ahí por lo fácil que era alcanzarle, pero ahora fuera del agua el joven camina un poco intentando alejarse más del agua y cae ante el dolor arghhh aunque estaba acostumbrado al dolor su parte íntima era sensible y por mas grande que fuera ahora estaba sangrando un poco. Cuando se quejó de l dolor la daga que tenía en la boca se le cae y solo le quedq buscar con la mirada a eu slavadora.
-ah... Argh.... Gracias... Me salvaste...-

La aparición de la llave no me sorprendió en exceso, si lo hizo la forma en que aparició y la petrificación posterior de la estatua. Resultó obvio que la estatua masculina abriría la puerta azul, -¿cuál me llevará a mejor destino?- me preguntaba sin encontrar respuesta...

Mi prioridad era salir cuanto antes, así que, con la llave roja, me dirigí a la puerta del mismo color, la introduje en la cerradura, y abri...
 

Cristal no lleva gran cosa, unas braguitas y un sostén ahora mojados de nadar que hace que se le marque la piel contra la ropa.

Cuando ve que han salido se da cuenta que ese chico no es un chico. ¡Joder!. Es un orco omedioorco. Nunca ha entendido de razas. 

- Te han mordido. Son serpientes, pueden haberte inyectado veneno!. Le he dicho al ver su mordisco en la pierna.

- Espera, hay que actuar deprisa antes de que se extienda. Mi tio decía que hay que expulsar el veneno,La idea le daba un poco de asco pero lo hizo, se agachó y apretó sus labios contra la herida en el muslo, Succiónó con fuerza y escupió una flema de sangre. Esta amargo.

- ¿Estas mejor?.¿Funciona?. Se ha dado cuenta de que esta desnudo y del gran pollón que tiene, henchido por la mordida, pero de momento hace como que no lo ve, solo se fija en la herida de la pierna.

El pasillo giró de nuevo en zig zag, y antes de darte cuenta llegabas a un callejón sin salida, estaba tapiado. Tan solo en ese pedazo de pared de apenas 2x2 había la marca en lo alto, testigo que ahí había habido colgado algo de forma cuadrada. Bajo la marca, a la altura de vuestra cintura había una hendidura en la pared, semicircular de unos tres centímetros de diámetro y con una profundidad que no abarcabais con los dedos. Pero nada mas.

Era curioso que toda esa zona de un ala lujosa de palacio, llena de cuadros que adornaban sus paredes acabara de aquella forma. 

En los últimos metros habías visto tres cuadros a tu izquierda y otros tres a tu derecha. Cuatro de ellos representaban escenas de sexo explícito, Hombres y mujeres dÁndose placer. Los otros dos eran, mas que cuadros, pequeñas vitrinas donde en su interior descansaba una especie de reliquia de piedra. 

Nimthiriel manejo con maestría su bastón y le partió el cráneo de un golpe al primero que se le acercó. Este calló al suelo como si fuera una piedra inerte, tal vez el golpe lo habría matado, pero desde luego no tardó en mancharse en suelo con la sangre que salía de la herida.

Contra el otro sujet no tuvo nada de suerte, le dió a una pared al tomar impulso para golpearlo y perdió el bastón además de sentir cierto dolor en la mano que lo empuñaba.

Acabaron ambos en el suelo pues el hombre se le había lanzado encima, haciendo valer su mayor tamaño y peso.

- Nenaz vamos a ver que escondes aquí.- Nimthiriel sintió el apestoso aliento de ese maldito al tenerlo tan cerca. Había comenzado a manosearla, en especial buscando la redondez de sus pechos gracias a la escasa ropa que la cubría. En cuanto los notó apretó uno con sus manos, buscando su cúspide con el dedo corazón.

El pasillo siguió durante muchos metros, girando a la derecha hasta morir en una sala abierta, sin puerta de entrada.

Era una sala circular donde al fondo, su única salida es una puerta donde lo mas reseñable es el grabado en el forjado de tres leones rampantes. Es grande, de dos metros de ancho por tres de alto.

El resto de la sala es de paredes lisas y suelo embaldosado. En lo alto, a una altura que no se llega con la mano hay tres candiles de aceite encendidos y tras estos, en cada uno de ellos un espejo, similar a un prisma que proyecta un débil rayo de luz en un punto al azar en esa habitación.

El resto de la sala esta prácticamente vacía, tan solo una caja de madera de un metro cuadrado de volumen. Si abres su tapa su interior esta hueco y vacío.

Anaisse ganó metros a nado, dejando distancia con los seres que la estaban siguiendo. Era buena nadadora, pero entonces tuvo un tirón en la pierna y se hundió perdiendo tiempo hasta salir a flote.

Esas especies de serpientes llegaron a ella. (Turno 3 y 4)

Eran dos de gran tamaño, se enroscaron en su cuerpo desnudo reptando por el resbaladizas hasta que una oprimió sus pechos y la otra que subía por su muslo rodeó su entrepierna pasando entre sus nalgas. (Turno 3)

Con muy poca movilidad Anaisse siguió a flote, no podía quitarselas pues ya le costaba nadar y avanzar.

La boca del ser viscoso tomó un pezón y lo chupó, haciendo ventosa y succionando con fuerza mientras apretaba su pecho.

La otra que habia rozado el exterior de su vagina, palpando su entrada empujó con su cabeza redondeada hasta penetrarla. De tal forma que medio cuerpo de esa serpiente se metió en su vagina, entrando y retrocediendo en un rítmico chapoteo.

El anciano se frota los pelillos de su barba, sonrie ante la respuesta y entonces toma su cayado de madera y le da en la cabeza al juglar.

- ¡Casi pero error!.  Así como lo has dicho mientras rema, al ir en la barca la oveja aprovecho y se come a la lechuga!. Le dijo riendo mientras el monstruo con forma de serpiente le atrapó por las piernas, donde se enroscó dejando inmóvil. tirando de su ropa hasta dejar al pequeño hombre desnudo.

- ¡JA!. Vuelve a intentarlo, y mientras te lo piensas mi amiguita jugará contigo. Esa cosa viscosa ensanchó su boca y atrapó el pene flácido de Klok en su interior. Pero el juglar no encontró dolor si no mas bien placer. Aquel bicho succionaba con fuerza...

William siguió corriendo por el corredor, había superado la primera prueba aunque aun temblaba temiendo que esas cosas volvieran a morder su carne.

El pasillo seguía la misma temática; Paredes lisas de piedra, techos altos y estrechez para pasar para mas de dos personas.

Nada mas torcer en un recodo cayó sin verlo bien por un pequeño agujero, del tamaño de una baldosa hasta el piso inferior.

Aterrizó y se pegó un buen golpe pero en seguida se puso en pie. Estaba en un pasillo muy similar al de arriba.

Escuchó voces y al acercarse a la esquina vió a una mujer elfa y a un hombre que la tenía atrapada, ambos en el suelo tirados. Forcejeaban entre ellos, así que no podían ver o saber que un muchacho, escondido en un recodo del pasillo les observaba.

Me acerco a la vitrina y con el mango de mi espada la golpeo con fuerza hasta romperla. Cojo la reliquia y camino mirando atentamente el suelo para no cortarme con los restos de cristal, intento introducirla en la hendidura de la pared -quizás es una especie de puerta secreta...- pensé.

rascandome en la cabeza:

-en la barca? mencionaste que solo podia llevar una cosa, no dos, es imposible que se la comiese, al posar la oveja y cojer la lechuga. me hice entender mal, repito exactamente lo que dije ...cojo a la oveja, la llevo a A otra vez, alli cojo a la Lechuga y la llevo a B con el Lobo, despues desde B voy a buscar a la Oveja... porque cuando coji la lechuga habia dejado a la oveja... ehhh quieta, no.... NOOOO....O?....OOHHH??!!!. PERO QUE???MMMMMMM!!!!!!!!-

Despues de que empezase a succionar el ser viscoso, por poco mas lo mato atragantandose con lo que va siendo con mi interior... escupe y continua, parece que le interesa, por poco mas es mas pequeña que mi amiguita. aun asi... no le voy a decir que no, eso si, despues no te arrepientas chiquilla, que doy guerra para mucho.

la pena es que para poder hacer esto, ha tenido que reventarme lo que va siendo el pantalon, ahora sera mas facil ir de aguas.

Las curvas de Cristal eran impresionantes y llamativas, de solo admirarla su sexo crecía un poco, la tendría muy dura pero el ser salvado y ayudado... Era algo que nunca nadie habia hecho por él por lo que estaba algo desconcertado. -N-no no es nece-- La hermosa pelirroja no se cansaba de ayudar y a pesar de que el orco dijo que no y apenado intentó interponer su mano antes de sentir su tibio aliento y luego sus tiernos labios para succionar el veneno de su muslo. Por la posición que tomaba para hacerlo tuvo la mala fortuna de que el sexo del orco respondía a los estímulos de su cuerpo sus venas gordas se fueron marcando más mientras iba tomando más cuerpo y poniéndose más grande, en su camino para alzarse toca el hombro de ella y palpita con fuerza, el orco se queja dolia mucho mas su pene ahora que la sangre se iba concentrando tanto ahi en su gorda y larga polla que parecía mas hinchada por la mordida.

¿Porque la gente actúa de esta forma?.¿Estarán todos locos?. Recupero el aliento y miro mi pierna, la que me duele. Esa cosa me mordió en el muslo y puedo ver los dos puntos rojos que me dejaron sus colmillos. Sale un hilo de sangre, espero no sea nada y que no me inyectara veneno.

Hay una pareja tirada en el suelo. Me recuerda cuando pillé a Sam y Joana en el pajar. Estaban así y no sabía el porqué. Entonces ella se le puso encima, y comenzó a montarlo como si estuviera galopando. Se levantó su falda y oh cielos, se había metido su..ahí dentro y...En fin, parece que la cosa va de lo mismo.

Asomo mi cabeza, un poco mas mi cuello y saco el cuerpo. Avanzo por el pasillo, es que estan en medio.

- Ah..no quiero interrumpir nada, lo siento. Tan solo estoy de paso. Sigan con sus juegos, sigan. Tengo en la mano la honda y una piedra preparada. Recuerdo que Sam al verme me dejó un ojo morado de un puñetazo. 

Perdí el bastón y ya no pude golpear a aquel orangután, por lo que cuando se acercó a mí tuve que oler ese aliento a bocharro, a rancio, que por poco me hace tener nauseas.

- ¡Agggg! - No pude reprimir una expresión de asco al sentirlo.

La mano del hombre se apoderó de mi pecho y lo apretó, a lo que inquietantemente, mi pezón reaccionó y se puso pudo. Por suerte, no era el momento de plantearme el motivo de que me hubiera gustado que me tocara, aunque lo hiciera alguien a quien me daba asco mirar.

- ¡No me toques! - Me revolví bajo su cuerpo.

A estas alturas el escaso vestido que había encontrado se me había subido hacia arriba y debía estar a la altura de mi estómago, dejando claro que no llevaba nada debajo de la escueta prenda que no escondía absolutamente nada. Y sí, era totalmente cierto eso de que los elfos no teníamos pelo alguno cubriendo nuestros cuerpos.

Intenté soltarme del agarre de aquel hombre, pero lo único que conseguí fue restregarme más contra su cuerpo y que encima, una de las tiras de mi vestido cayera por uno de mis hombros, dejando descubierto uno de mis pechos casi en su totalidad.

Escuché la voz de alguien diciendo que no quería interrumpir.

- ¡Espera, por favor, ayúdame!