Artur llena los pulmones de aire y entra, sin darse cuenta había arrastrado a Nemesio con sigo, entrando los dos muy juntos
Cuando la gente iba entrando, en el interior de la torre, se topaban con una estancia poco iluminado por no tener las ventanas abiertas, antorchas encendidas y pegada al muro del fondo, una escalera que sube a la torre.
Esta escalera se ilumina de golpe y parece toda ella estar en llamas y una figura baja los escalones quedándose parada en los últimos.
Entrar, entrar en mis dominios -Me quedo mirando a los pueblerinos - Soy Vhan Kaüshen, también conocido como el Conde Dawler. Una vez cada cien años reúno el poder necesario para materializarme y así reclamar lo que es mío. Hace cien años un grupo comandado por un Gnomo llamado Kurekates, metieron la pata y desgraciadamente me hicieron fracasar, esta vez haré las cosas de otra manera, Sí eso es; haremos las cosas de otra manera, síi.
- Hay dejame -Proteste al verme dentro de la torre con Artur. -Este parecía medio ocultarse en mi espalda- A Nemesio no le gusta la cara tan palida de ese hombre de la escalera, parece enfermo y da miedo.
Mientras comento esto saco al igual que Artur mis mejores armas, Artur hace esto ocultándose entre mis espaldas, "Tal vez piense que no le he visto, si es así, Artur es más tonto que Nemesio".
"Espero que distraígan al tipo, mientras lo hacen yo oculto en las espalda mal olientes de Nemesio, prepararé un ataque que de un solo golpe lo dejaré frito, esto será más rápido de lo que piensan, pronto estare de retorno en el pueblo, pronto esto terminara. "
Entré rápido detrás de Nemesio, me caía bien ese hombrecillo aunque, paré en seco al ver la extraña figura que estaba en las escaleras. Magia, porsupuesto que hay magia.
Así que Kuretakes ha defendido esto una vez, por qué no nos lo ha dicho, ¿lleva vivo más de 100 años?. Después vi las intenciones de Arthur, solo pensaba en que iba a ser el primer muerto de la batida, pero por qué no iba a dejarle hacer, al fin y al cabo alomejor lo conseguía.
Conde, ¿por qué solo puedes materializarte cada siglo?
Mientras brisa le hablaba Artur sacaba su daga.
Hace 300 años estas tierras pertenecían a mi familia, los Condes Dawler, dejábamos que los vasallos y el campesinado se ocuparan de nuestras tierras, nuestra familia no consentía el desorden, la vagueza ni los levantamientos, Son leyes sencillas ¿NO?.
Artur hace un ágil giro y pirueta ayudado por la espalda de Nemesio y le lanza la daga.
Esta le da en el hombro y comienza a sangrar, la hoja de la daga al contacto con la sangre se desace como mantequilla.
EL Conde alza su mano y sale de esta una oleada difuminada de barro, que cubre a Artur por completo, se seca este barro en unos segundos y queda Artur en apariencia trasformado en una de esas estatuas de adorno, que hay en los grandes palacios, pero de barro.
Di un salto hacia atrás cruzando mis brazos frente a mí al notar la distorsión causada por la invocación de barro del conde.
- Pero qué demonios... - susurré cuando abrí nuevamente los ojos y pude ver a nuestro compañero transformado en una estatua de barro. Mientras espero a ver cual es la siguiente reacción del conde me dispongo a prepararme para lanzarle un ataque...
No ataco... me preparo por si fuera necesario en el próximo turno.
Si que son normas sencillas, pero, si todo el pueblo siembra, recoge y cuida, ¿por qué son tuyas?, En mi aldea no existía la propiedad privada, y en el bosque con Shioban tampoco decíamos nunca cosas como "estos frutos son míos", simplemente compartíamos por que esas cosas no son de nadie.
Al convertirse Arthur en piedra, corrí a mis compañeros cogiendo a Nemesio por el pescuezo para que fuera más rápido, y me puse delante de ellos, con la espada en la mano. Chicos, ¿alguna idea?, yo solo sé clavar espadas, y no veo que sea una buena idea.
Pestañeo un momento al ver lo que ha sucedido con Artur...eso es lo que pasa cuando atacas sin pensar. Luego se me escapa una sonrisa mientras razono lo que acaba de decir el "conde". Mi sonrisa se vuelve más ancha al escuchar a Brisa, y con tranquilidad tiendo el arco y busco una flecha en el carcaj. Por si las moscas. Al final suspiro mientras escojo una de las flechas "especiales" de Mycka. Me pongo justo detrás de Brisa, dispuesta a cubrirlo.
-Vamos, que básicamente...- Comento con un tono de tranquila sorpresa.- Lo que tu familia hacía era tocarse las narices mientras el pueblo trabajaba para vosotros.- Me encojo de hombros, no soy la persona más diplomática del mundo pero sé como van las cosas en mi aldea.- Estamos mejor como estamos ahora, gracias...
No creo que en 300 años la cosa haya cambiado tanto, pero es lo que pasa cuando tienes que pagar a un ejército para proteger tus tierras de apestados como los goblin y dar protección al campesinado. Esta era una zona protegida y próspera por los Dawler.
Se escucha en el subsuelo ruidos, gemidos y jaleo de ir y venir de gente o de seres.
Esta vez mi ejercito sera de arcilla y de muy variada forma, pronto marchare sobre el pueblo. Esta vez si que saldrá todo bien.
-Actualmente nos protegemos solitos, gracias.- Lo quiero fuera de mi hogar, no me parece buena idea que se quede semejante tipo aquí. Deberíamos ir a hablar con el gnomo para saber cómo lo echaron aquella vez. Con cuidado agarro la parte de atrás de la camisa de Brisa y me giro para que todos me oigan.- Hay que salir de aquí, pensar y avisar.- Murmuro en voz muy baja, y luego vuelvo a girarme hacia el tipejo, quizás se atenga a razones.- No hay gobos apenas, los que hay los liquidamos y nos cuidamos unos a otros, vivimos bien. -Hincho el pecho, orgullosa de mi gente y nuestra vida.- No necesitamos caciques.
- Nemesio pensar que abajo pasan cosas raras, mucho alboroto. Antes decir que queda poco tiempo. Nemesio no querer ser estatua. - y toco con el dedo a Artur.
Antes del alba todo volverá a ser como antes, esta vez sí. Solo tengo una oportunidad cada cien años y hoy lo conseguiré, y vosotros ... vosotros ...me vais ayudar. Necesito mano de obra para modelar. Ya tengo a unos pocos, los curiosos y otros que vinieron como vosotros, para ver que pasaba. Están abajo ,en el sótano, cargando barro y moldeando. Haciendome mas fuerte en medios y soldados.
Miré a mis compañeros, conde de tu calla Brisa, no es el momento. Ejem, perdón. Te propongo un trato, si llegamos al sótano, y conseguimos destruir eso que llamas ejército, soltaras a la gente, y lo volverás a intentar el siglo que viene. Si no, no tendrás a nadie que te pare en el camino.
Es un buen trato, al fin y al cabo aunque salgas de aquí con esas piedras, si no pueden con nosotros volverás a estar como hace un siglo.
Solo danos un rato fuera del castillo, al fin y al cabo somos nosotros los que tenemos una hora límite.
Tenemos que preguntar a Karetakes cómo se libró de él hace un siglo.
¿Un trato?... ¿cómo que un trato?... pienso al oír la proposición de Brisa al conde. Creo que es un error, pero prefiero no manifestarlo. Tal vez consigamos una oportunidad para ver realmente que es lo que ocurre.
- ¿Y qué pasa con él? - pregunto señalando la estatua de barro que antes era Artur...
Me encojo de hombros al escuchar la última pregunta de Halrin. El salir del castillo nos permitirá ir a buscar información.
-Podemos dejarlo aquí por el momento...no creo que le pase nada peor, ¿no?
Amigo mios, me temo que sois mis invitados. la entrada es tapada por los dos guardiánes y del sotano, se escucha como suben pesadamente las escaleras otros dos de esos seres de barro. Me temo que no saben de la importancia de todo esto y hasta que lo comprendan hay una larga pausa. Y hasta que lo comprendan no les puedo dejar marchar; es, es por su bien.
Viendo las intenciones de mis camaradas, corro hacia la salida. Los dos guardianes de barro me cogen uno en el lado izquierdo y otra del Derecho. Comienzan a estirarme con intención de arrancarme los miembros.
- Nemesio ya los tiene, poder escapar los demás correr.- les grito, sabiendo que era al revés ellos me tenían a mi y me podían partir en dos.- Nemesio tener todo controlado HUIR. - En cuanto se alejaran a mi me partirían el espinazo.
Afuera se estaba formando una niebla oscura y sobre natural. No se podía ver mas que a un palmo, esta niebla que se condensaba al rededor de la torre parecía pesada y negra, de tanto en tanto una ráfaga de luz como un relámpago rompía esa oscuridad, dejando ver pequeñas figuras humanas con formas poco definidas en la densa y oscura Niebla.