En viendose cada vez más solo, et con lo fiero que habíase demostrado aquel juglar del demonio que tras matar a tres robustos hombres armados de un solo plumazo aún habría de tener hambre para más, et no habría de dejar allí a nadie mas con vida, el goliardo no se lo pensó dos veces et lanzara la botella de aguardiente restante contra Glancio, más con la idea de soltar lastre para facilitarse la inminente huida que de hacerle verdadero daño. Que difícilmente habríase de combatir al fuego con el fuego.... mas nunca se sabía. Lo que sí estaba claro es que ya no hubiera allí mercenarios suficientes, ni las carnes del cura fueran lo bastante anchas, para cerrar el camino al gallego ni convencerle para no poner ya tierra de por miedo.
Pues lanza la botella y zafa del combate para salir huyendo en el turno siguiente. Lo siento Aleixo XDDD Pero me imagino que tú ya sospechabas que Calisto siempre ha sido un poco cabrón XDD
Y bueno, me imagino que ya no hay para mucho más. Había escrito un poco más adelantando mi próxima acción, si no ocurre nada, en la huida. Si vas a cerrar la partida la puedes usar como cierre de Calisto.
[En su huida sólo se detendría un momento ante el cuerpo moribundo del viejo Aleixo, en su último et valiente esfuerzo, no para desearle una buena mejora que no habría de llegar, ni darle la extremahución, que el gallego tampoco deseaba quitarle sus competencias al señor cura, sino para arrancarle del cuerpo todavía caliente los bolsillos llenos de contante y sonante dinero, que él ya no habría de necesitar más ahorrillos a donde iba. Como se suele decir, el vivo al bollo y el muerto al hoyo, et ancha es Castilla, et a cada cerdo le llega su San Martín...]