-Me alegro su compañia nobles viajeros - dijo el posadero- son los unicos visitantes que he tenido en tres dias y me temo que me volveré un vago por la falta de trabajo - Sonrie y suelta una breve carcajada al mismo tiempo que pone sus manos en su barriga-. Que le aprobeche. En seguida vuelvo con mas- regresa a la cocina con una reverencia, dejandore con tu sopa.
-jrr...
El samurai solo contesta al posadero con un imperceptible carraspeo, tomando los cubiertos y comenzando a ingerir la sopa con lentos y metodicos bocados. Su mente parece distante de su cuerpo, mientras cosas que no deberian ser pasan por ella...
*Y eso paso alli... lo sabra el? por eso debere volver... O no... que estoy pensando? Vuelvo? Continuo? El deber y la obediencia son lo mismo o no? Lo que debemos a nuestro Daimyo, a nuestro Clan y al Bushido, conceptos que definen a un samuray... Cual es la diferencia.. cual?
Finalmente, cuando el plato esta vacio, y espero el siguiente, mascullo algo para mi. La desicion esta tomada.
Nashiko recoge el testigo del daimyo y lo guarda con cuidado entre sus pertenencias. Las Fortunas guian su camino y ella no es quién para contrariarlas. Regresa al calor del fuego y desde allí solicita al posadero.
- ¿Podría sacarme algo de arroz? No creo que nadie nos movamos hasta que amaine la tormenta.
El posadero salio de cocina con cuencos de arroz, tras una reverencia se retira a la cocina, el fuego se avivava con ayuda del hijo del posadero.
podeis rolear entre vosotros
- Gracias - comenta amable la Fenix cuando le traen el arroz, luego presta su atención en los Cangrejos - ¿Entonces he de suponer que me escoltareis en vuestras tierras? ¿O me dejareis campar a mis anchas?
Deja la pregunta en el aire, el cual se ha cargado con cierto tono burlesco y empieza con el arroz.
Yu se permitió una sonrisa sesgada.
-Yo no necesito escolta, pero si un salvoconducto. No creo que a los cangrejos les gusten que los ronin merodeen por la zona sin una guerra en ciernes.- Le hizo un pequeño gesto con la cabeza a la samurai-ko. -Pero sin duda que os acompañaré en el camino, para que no os aburrais, demasiado... Conozco algunos chistes verdes, ¡que os harán enrojecer!- Y siguió riendose con fuerza.