-Si está limpia como tu ropa interior, vamos a tener que usar muchas balas para poder salir.
Agarro otra lata de refresco, y mojo un par de trozos de tela.
-Esto nos servirá de mascarilla improvisada, por si acaso hay polvos mágicos.
Me ato la mía, y acto seguido la de HEK. Lo llevo dando un paseo, hasta que llegamos a la puerta que da a los jardines, y nos asomamos.
-Hek, si quieres mirar, puedes usar los prismáticos.
Estas de broma?
Apenas puedo mover mis ojos, decir algunas palabras e intentar no ahogarme con ese pañuelo mojado que me puso en la cara...
Gasto todas mis fuerzas en intentar moverme... nada... pero... Otra vez, lo logro, puedo... Muevo... SI! logro levantar un dedo
Esto alegra mi día...
-Que es para filtar el aire tontorrón, que no te quiero ahogar, además, si quisiese, no me resultaría muy difícil.
Le tapo la nariz y la boca con la mano:
-Ves que fácil.
Luego le pongo la mascarilla, y le comento:
-Veo que vas moviendo los dedos, eso nos irá muy bien si has de disparar.
Cruzáis la habitación que hacía las veces de comedor (3) , entráis en la siguiente habitación (1) los trozos de los podridos que liquidásteis con la granada siguen ahí. Ahora escucháis el rugido del motor (o de lo que quiera que haga ese ruido) de la nave espacial.
No hay ni un sólo podrido en los alrededores.
Los dos, cone l bozal improvisado puesto, asomamos un poco la cabeza por la puerta, y le doy unas palmadas en el hombro a HEK, mientras le digo:
-Bueno, muchacho, sólo podemos hacer una cosa, así que agárrate bien a tu nueva silla, y aguanta la respiración. Vamos a tener que salir zumbando fuera del recinto.
Comienzo a concentrarme para comenzar la carrera.
-¿Algo que opinar antes de que salgamos disparados? -le doy un beso a la HEKA- esta vez, espero que nos traiga suerte.
Reedito para que quede mejor, ahora que no puedo entrar por el tubo :)
-Solo hazlo Jacky, ya no pienses...- Que mas puedo hacer?
Doy unos golpes en el hombro a HEK, y le digo:
-¿has visto la película "El ultimo starfighter"?, pues yo haré de la tortuga humanoide que conduce, y tu del chico que dispara, así que si paro de golpe, y comienzo a dar vueltas con tu silla, significa que estamos haciendo el ataque especial de la nave, no se si era el ataque de la rosa o una mierda de estas, bueno, tu dispara y no pares si vemos algún zombie.
Le doy la vuelta a la silla, le clavo la rodilla a HEK entre sus piernas, guardo mi pistola en el el paquete del pantalón de HEK, cojo aire, y comienzo a darle a la silla como si de un patinete se tratase intentando pillar la máxima velocidad posible.
-Jacky, por favor: solo no te detengas-
-Y no. No he visto esa película. Prométeme que cuando volvamos me la mostraras. Y yo prometo presentarte a una chica que le gusta jugar juegos de rol, esas cosas te van no?...-
Aunque los únicos juegos de rol que conozco son: "hola vengo a cobrar la renta" y "Pegame y decime Marta". Espero darle una buena motivación al chico.
Corre desgraciado, corre!!!
La escena era dantesca: un tipo mediomuerto atado a una silla era empujado por otro armado hasta los dientes , con cara de loco y riendo sin parar, lástima que no hubiese nadie allí para verlo.
La extraña pareja salio del complejo a toda prisa, el platillo volante seguía allí arriba con el tubo pegado al lado, intentando absorber más agua, cosa que ya era imposible. Parecía que esos aliens se iban a llevar rocas, yerbajos y pequeños animalitos.
Nuestros protagonistas siguieron y siguieron, hasta llegar a la garita de entrada al complejo. A lo lejos vieron un par de podridos a un lado del camino, ni cortos ni perezosos, Jack sacó una granada y la lanzó con todas sus fuerzas. Los dos podridos volaron por los aires, una vez más...
La silla, su ocupante y el empujante continuaron a través de la carretera, durante más de hora y media no se toparon con nadie, empezaba a oscurecer y decidieron detenerse.
Se internaron a un lado de la carretera, encontraron uno de esos árboles milenarios cuyas raíces habían quedado al descubierto y formaban un habitáculo bastante confortable, Jack introdujo a Hek en el interior y montó guardia, parece que después de todo, esos dos tipos no se odiaban...
Aún no había amanecido cuando se pusieron de nuevo en marcha. Poco tiempos después llegaron a los restos del camión, dónde el jamaicano loco y el pobre Avery habían caído, dejaron los restos y continuaron, a media mañana divisaron a lo lejos los edificios de Cruz Bay.
Al mirar al cielo los dos se detuvieron, Jack soltó el respaldo de la silla y dejó los brazos colgando. Sobre la ciudad había un platillo idéntico al que estaba sobre el Lago.
El platillo proyectaba un haz luminoso sobre la ciudad, el haz diseminaba sobre la ciudad una ingente cantidad de polvos rojos. Hek y Jack se miraron: sabían lo que eso significaba...
FIN