Partida Rol por web

-Espera, no puedo resistir más...Debes curarme la herida aquí mismo o buscar ayuda. Mientras habla, la sangre corre por el brazo de Rockefort. Parace que este no tardará mucho en perder la consciencia.

Frente a la pareja, los aldeanos observan la escena y cuchichean.

Ashgrad observó como su nuevo amigo se desvanece poco a poco - no te vayas todavía intentare estabilizarte - exclamó con tranquilidad, el gladiador se agachó suavemente acompañando el cuerpo de Rockefort hasta que toco el suelo. Una vez allí sacó su aguja e hilo para cocer heridas, no tenía mucha experiencia en esto, sin embargo, esto no lo detendría para ayudar a su rescatista. Ashgrad se tomó el tiempo y despacio comenzó a tratar de sanar a su amigo - todo estará bien, solo respira - exclamó con seguridad.

El gladiador adquirió algunos conocimientos para sanar heridas observando a los médicos que suelen tratar a los gladiadores. Lamentablemente, estas autoenseñanzas no parecian ser suficientes para tratar las fuertes heridas de Rockefort y éste seguia desangrándose. 

Por fortuna, se encontraban muy cerca del pueblo y tal vez allí el gladiador encuentre a alguien que pueda ayudar al espia. 

Ashgrad observo que pese a sus esfuerzos su amigo no mejoraba en nada - no te preocupes intentare buscar alguien que pueda curar tus heridas - exclamo mientras se levantaba del piso, el gladiador sabía que era un riesgo dejar a Rockefort solo, pero era la única opción que tenia por el momento. Comenzó a caminar en dirección al pueblo - volveré enseguida Rockefort - dijo mientras fue en busca de alguien que pueda asistir a su convaleciente amigo.

El coliseo se encontraba al suroeste de Bellevue. Un camino de piedra partia del edificio en dirección este. El gladiador pensaba donde encontrar alguien que pudiera sanar las fuertes heridas de Rockefort antes de que fuese tarde. 

Cuando llevaba media hora de camino en dirección al pueblo, llega a un pequeño puente sobre un arroyo. A cada lado del pequeño puente se erige un guardia con uniforme azulado y marrón. A ambos lados del camino de piedra, el suelo está cubierto por hierba corta y fresca. De vez en cuando, el suelo verde y florido es salpicado por alguna gran roca. La suave brisa mece la hierva y trae un aroma a campo y a flores.

Si Ashgrad no estuviese pensando en curar al espia con urgencia, podria permitirse el lujo de disfrutar de los placeres del campo. Hace años que lo más agradable que puede oler es la tierra arenosa cubierta por el sudor y la sangre de los gladiadores.

Al parecer las únicas personas a las que podría pedirles ayuda eran aquellos guardias, pero me ayudarían? Era un gladiador que había escapado del coliseo, olía a sangre y batallas, tenia una leve herida en el brazo y parecía desesperado.
Aunque si Rockefort era realmente un espía del rey entonces quizás podría explicarles todo y no tener problemas, pero estaría vivo tras el tiempo que había pasado? Lo mas normal era que hubiera muerto desangrado, después de todo no era un hombre con entrenamiento marcial.

Al final decidí dirigirme hacia los guardias:

-"Guardias, hay un hombre herido en el mercado, se esta desangrando, hace ya un rato que esta así, por favor necesito su ayuda!"- dije esperando su respuesta.

-Saludos, Amon-shi. Nosotros no podemos ayudarte, pues no podemos abandonar el puesto de guardia. Pero sí puedo darte indicaciones. Entonces el guardia le pregunta algo a su compañero, susurrando. Después vuelve a dirigirse al gladiador.

-Si cruzas el puente y sigues por la calle principal llegarás a una estrecha plaza. Después tuerce a la derecha hasta que veas un molino al sureste. Cerca del molino se haya la vivienda de un sanador que podrá ayudarte. 

Haciendo caso a las indicaciones del guarda al que le habia preguntado si podria echarme una mano con las heridas de Rockefort, su respuesta, para mi pesar, fue negativa, aunque me dio ciertas indicaciones acerca de un curandero que vivia en un molino hacia el sudeste. Sin esperar ni un segundo mas, le agradecí las indicaciones y me puse en marcha tan rapido como mis piernas me permitia.

la vida del hombre que me habia ayudado a acabar con mi antiguo mentor estaba en juego, y era lo minimo que podia hacer por aquel moribundo. Corria rapido, pero debido a mi corpulencia y a que a esas horas las calles estaban abarrotadas de gente, se me hacia un poco dificil pasar entre la muchedumbre. Finalmente llegue a la pequeña plaza que me habia dicho el guardia, y, haciendo caso de nuevo a sus indicaciones torcí a la derecha.

El cansancio de las batallas anteriores, junto con la maraton que me estaba pegando en este momento hacian mella en mi resistencia, pese a ser un hombre entrenado.

La visión del molino me lleno la boca de esperanza, pues no habia tardado tanto en llegar como yo creía, y rapidamente pregunté al primer lugareño que ví acerca del sanador que vivia en alguna de esas casas

-Disculpa! me han dicho que podria encontrar por aquí a un sanador,es urgente! mi amigo...se esta desangrando- dije apresuradamente entre jadeos de cansancio

El gladiador atraviesa la zona sur de la población siguiendo apresuradamente las indicaciones de los guardias. A su paso los lugareños quedan asombrados al verñe. Su atuendo imponente y verle correr hacia un punto fijo llena de preocupación a las tranquilas gentes de Bellevue. Algunos niños le siguen corriendo y diciendo cosas como -Señor fuerte señor fuerte! Dónde va tan deprisa! Parece que los niños de estos pueblos son más osados que sus mayores.

Trancurriendo un tiempo, divisa el molino y pregunta a un lugareño sobre la vivienda del sanador.

El hombre se asusta al principio, cuando Ashgrad se detiene jadeando ante él pero luego le contesta.-Sí, justo en esa casa. El humilde lugareño señala una de las casas de madera y paja que tienen enfrente. 

agradecí la ayuda que me habia prestado el lugareño mientras aprovechaba pra tomarme un respiro de unos pocos segundos antes de reanudar la marcha. Observé con determinacion la casa donde aquel hombre me habia indicado y vi la tipica casa de madera y paja de aquella ciudad. las gotas de sudor emanaban por mis poros, hacia un calor horripilante...lo primero que haria una vez finalizado este asunto seria beber un poco de agua bien fresca. Volví a prestar atención a la casa

-Me esperaba mas al ser un sanador...pero si puede ayudar a Rockefort...con eso me bastaria-

Decidido, empezé a remontar mis pasos hacia la casa para llamar a la puerta

A los pocos instantes de llamar Ashgrad a la puerta, le abre un hombre de mediana edad. 

-Sí...hola...*coff, coff*. -¿Qué es lo que queria Amon-shi? *coff, coff*. El sanador no parece muy capaz de sanarse a si mismo, pero como se suele decir, en casa de herrero cuchillo de palo.

Ashgrad puede disntinguir el interior de la casa mientras habla con el hombre. Hay diversos frascos esparcidos por estanterias, plantas y muchos elementos que le son completamente extraños. Todo ello bastante desordenado.

Finalmente, encontré a ese hombre que se suponia que iba a ayudar a mi compañero, pero al verlo a simple vista, me decepcioné un poco. era un hombre de avanzada edad y un poco decrépito. Realmente el seria capaz de sanar a Rockefort? "En fin, es mi unica via para salvar a mi compañero, así que confiaré en el...no hay otra"

-Disculpe las molestias, pero necesito su ayuda urgentemente. mi amigo esta herido y temo que si no actuamos inmediatamente, su vida se desvanezca, necesito su ayuda- le dije apresuradamente y con nerviosismo -Ha sido herido con una espada-

Esperé impacientemente a la respuesta del sanador, pues esto era como una contrarreloj, el tiempo pasaba y las esperanzas de que su amigo se recuperase menguaban a cada segundo

-Mmm vaya vaya. ¿Así que es tan grabe? Mira te diré lo que podemos hacer Amon-shi. Para tratarte bien tendré que disponer de todos mis recursos así que habrá que traerle aquí. ¿Puedes cargar con él hasta aquí? Entonces empieza a toser y está unos minutos tosiendo, después vuelve a hablar.

-En cuanto a mis honorarios...si quieres que le ayude tendrás que pagarme 1000 piezas de oro.

El rostro del sanador se vuelve alegre mientras mira al gladiador. -Vamos, un hombre tan fuerte no deberia tener problemas en traerlo hasta aquí *cof, cof*. ¿Qué me dices? *cof*.

Escuche la oferta del sanador, y el precio por la curación me pareció bastante desorbitado, pero claro, el sabia que estaba desesperado por salvar a ese hombre, asi que para el, este trato sería una ganga. En cuanto a mi...acababa de salir de la arena, no tenia ni una maldita moneda para pagarle.

"todo este camino...y para nada? para que un estúpido sanador me robe? pero que se creerá...Llevo toda mi vida ahorrando la pequeña parte de dinero que me correspondia por cada combate, y ahora este hombre me va a pagar tal tarifa? Espero que rockefort valga la pena..."

-No es el cargar con mi amigo lo que me preocupa, si no el precio que demandas. 1000 monedas de oro es todo lo que tengo. Ahí van todos los ahorros de mi vida a cambio de que consigas salvar a Rockefort. Pero si Rockefort muere, me los devolveras. Trato hecho?-

-Mientras nosotros hablamos, tu amigo quizá esté expirando. En cuanto a mis honorarios, *cof* cof* los cobro por adelantado. Extiende la mano para recibir su pago. 

-Ve a por él y haré todo lo posible *cof*. 

Miré con cierto desprecio al sanador, parecía que le interesaba mas el dinero que salvar un hombre moribundo

-Si, aquí esta tu dinero, haz que valga la pena- Le dije con voz tajante y cortante mientras posaba sobre su mano las 1000 monedas de oro que me habia pedido por sus servicios

-Iré a buscar a mi compañero y te lo traeré aquí en un momento-

La verdad es que ese hombre no me agradaba en absoluto, pero era el unico medio para salvar la vida a Rockefort, así que no me tocaba otra que pasar por el aro

El gladiador parece apreciar más la lealtad de un compañero que las piezas de oro así que entrega su dinero al sanador y se pone en camino hacia Rockefort. Se dirige a la plaza donde los niños corretean detrás de tan imponente figura y después toma la calle principal que se dirje al oeste, allí los niños le van dejando tranquilo viendo que se aleja demasiado del centro de la población. 

Vuelve a cruzar el puente y encuentra el cuerpo de Rockefrot. El hombre está tumbado en el suelo, con los ojos cerrados. Cerca de él hay un corro de gente que no para de murmurar cosas en la lengua común. -¿Quién será, ¿quién le habrá matado? Cada vez hay más aldeanos que se acercan a observar la escena.