Se aleja del camino que lleva a Bellevue en dirección a la pequeña arboleda. Mientras avanza puede percibir los olores característicos de la vida campestre unidos al olor desprendido por los animales de granja que evolucionan en sus pequeños cercados de madera.
Mientras se aleja del camino va dejando atrás las granjas y multitud de conejos marrones se cuzan en su camino, a unos cuantos metros de la diablesa con forma humana. Al verla llegar, las pequñas criaturas salen huyendo. Después de un rato caminando, llega a la arboleda.
Los árboles son de tronco estrecho, altos y con ojas verdes y marrones. Mientras se adentra en el paraje, vuelve a escuchar la voz que el habla en su cabeza. Aqui Gremoryy, aquí, ya estás cercaaaa. Estoy aquiii, veeeeenn.
Sin saber por qué, ahora sabe otra vez hacia dónde debe dirigirse dentro de la arboleda. La diablesa continua siguiendo esa dirección y llega a un pequeño claro. En el claro hay una cabaña y ningún sonido de hombre o animal puede oirse en el paraje.
Curiosa por saber quien es el propietario de esa voz en su cabeza, se adentra en la arboleda siguiendo un camino que no conoce pero que tiene la certeza que es el correcto. Algo en su interior la está guiando hacia la voz, si no es la voz misma quien lo hace manipulando sus pensamientos para guiarla hacia donde quiere que esté...
Con ese pensamiento se solapa otro... ¿y si es una trampa? Pero nadie, salvo aquellos que la vieron exiliada, saben que está ahí y Dremora no les dejará ayudarla sin enterarse él antes. ¿Quién la está llamando? ¿Quién sabe quien es? Debe centrarse y mostrarse cauta con sus pasos...
Ante Gremory se alza una solitaria cabaña. La voz ha dejado de escucharse en su mente y a su alrededor todo es silencioso. De la chimenea de la cabaña sale un hilo constante de humo.
Por extraño que parezca, ningún ave o animal terrestre parece encontrarse en la zona.
Se mantiene donde está, mirando la cabaña, estudiándola detenidamente. Es un lugar extraño. Los animales parecen no querer acercarse y no se escucha el canto de los pájaros que a esas horas ya debería estar sonando. En cambio ese lugar se mantiene en perfecto silencio, como a la espera de que algo mayor pase. ¿Ese lugar es al que tiene que ir? ¿Qué clase de brujería es esa?
Con cautela inicia su camino y se acerca a la cabaña, preparada para saltar en cualquier momento en el que alguien se acerque con intenciones hostiles.
La diablesa se acerca a la cabaña y comprueba que la puerta está entornada. Se puede oir la brisa intermitente meciendo la vegetación que rodea la modesta construcción de madera y paja.
Hay una ventana cerca de la puerta por lo que puede atisbar una modesta habitación, con una mesa central y algunas sillas, también se ven algunas estanterias con varios frascos de cristal.
El olor que desprende el humo de la chimenea evoca algún alimento cociéndose con verduras y varios condimentos.
Frunce el ceño al ver el panorama que tiene frente a ella y es que no le gusta ni un pelo lo que ve. Todo eso, a parte de a comida, huele a trampa. Descuelga el hacha de su soporte y se acerca a la puerta con ella por delante para abrir la puerta con el arma y ver lo que han dentro sin acercarse mucho.
-¿¡Hola!?
Por los frascos y esas cosas, quizá sea una bruja la que vive en ese lugar... ¿y si la ha atraído hacia allí solo para quedarse con su poder?