Partida Rol por web

El abogado us ayuda a bajar dando la mano para que no resbaléis. Al llegar al embarcadero notáis la fuerza de las olas contra la base de madera. Os sentís un poco mareados después del largo viaje y tenéis ganas de sentaros un rato así que cuando Tesheck os dice que hay comida en la casa lo recibís con suma alegría.

El embarcadero parece pequeño aunque hay un pequeña grúa de madera lista para descargar cajas y en la pequeña playa dónde estáis parece que hay una caseta. Estáis dentro de una cala rocosa con poca vista al resto de la isla, intuís que al fondo, al lado de la caseta hay un sendero que quizás os lleve a vuestra preciada mansión.

- ¡Por fin en tierra, creí que no llegaríamos nunca! - digo mientras ayudo con los equipajes y los bultos - ¡Gracias por todo capitán! ¿Va a regresar a tierra? ¿No preferiría quedarse hasta la mañana?

Menos mal que habíamos conseguido llegar a la isla, por un momento sospeché que el marinero había perdido el rumbo - ¡Aleluya, tierra firme! - al igual que el abogado, pero con más cautela salgo del bote con mi equipaje - está poco iluminado, ésto en un futuro habrá que mejorarlo, sino da un aspecto lúgubre - al menos unos faroles que identifiquen el embarcadero en la oscuridad.

Ayudo a los demás a salir del barco y coger sus pertenencias - ¿Sr. Tesnek, va usted delante para guiarnos hasta la casa? - cualquiera se aventura camino adelante sin luz con esta oscuridad - tengo ganas tanto de estirar las piernas, caminando, como de sentarme en un lugar más cómodo que los asientos del pequeño pesquero - Antes de marcharme por el camino, saludo al marino y le comento que posiblemente en dos días tenga noticias nuestras, para que nos vuelva a buscar a la isla.

Al poner los pies en el suelo Henry notó la falta de maboleo y lo desorientó, hizo un gesto como si perdiera el equilibrio momentaneamente, aunque solo fue eso un gesto momentáneo.

- Hay razones por la que las personas caminan por el suelo - Bromeó.

El abogado se pone el primero de todos y se acerca a la caseta de la playa. De dentro saca una linterna de aceite que enciende. Se gira para veros a todos y con una sonrisa os invita a seguirle.
El camino discurre por el lado de la caseta y se eleva unos metros hasta que llegáis a una gran claro de arbustos. A la izquierda veis lo que parece ser un pequeño bosque y a la derecha hay el camino que lleva a la única elevación de la isla, un pequeño monte. 
La luz de la luna os deja ver al final del camino, a unos cien metros, lo que parece ser la mansión.
Avanzáis bajo la luz de la linterna del abogado durante unos diez minutos hasta que llegáis a la puerta. Enfrente tenéis una casa de dos pisos, tiene grandes ventanas en los dos pisos y, aunque estaán sucios, parece que durante el día crearan un ambiente muy agradable en el interior. Es de madera pulida, se ve vieja pero en perfecto estado. De la chimenea veis como sale un fino hilo de humo.
 

-Pasad a vuestro nuevo hogar - dice con una sonrisa -, antes he venido y he encendido un poco de leña para encontrar el hogar más calentito.

Apañado, muy apañado sr. Teschek - comento cuando veo que de la caseta de playa saca la linterna de aceite. Nos guía a través de la espesura, la noche y lo siniestro del lugar no invitan a alejarse de la luz. Sigo al abogado hasta lo que es la mansión - me alegra saber que la ha acondicionado, nunca está de más hablar al calor de las brasas - La casa de dos pisos posee unos grandes ventanales, supongo que mañana se podrá ver todo con gran claridad.

Bien, pues entremos - espero a que abra la puerta y una vez que pase la familia, accedo.

A medida que nos fuimos acercando a la casa vi algo que no terminó de desagradarme. Había árboles por los alrededores, por lo que no nos faltaría leña para el fuego. La casa, por lo que parecía según pude adivinar por el tacto, era madera sin duda. Madera pulida, y además bien tratada.

Si no cambia la situación, esta casa puede durar siglos en pie- murmuré. Tras eso, le pregunté al abogado-. Sr. Teschek, si necesitásemos leña y no quedasen reservas, puedo cortar cualquiera de estos árboles?. ¿Y hay por casualidad herramientas de carpintería? Si la casa sufre algún desperfecto, podría intentar arreglarlo...

Os deja entrar y enciende varias lámapas de aceite que hay en sitios estratégicos de la casa. No hay otra luz que la que provocan estas fuentes de luz y la chimenea. Os encontráis con un comedor espacios con un par de butacones, una gran mesa parada y sillas de madera. Las paredes carecen de ningún cuadro y una gran alfombra domina la habitación. Encima de la mesa hay platos, fruta, pan y una caja llena de latas y otros alimentos.

-He dejado algo de sopa preparada de pescado que un momento os serviré. - dice mientras se dirige hacia la cocina.- Hay habitaciones aquí abajo y arriba. Yo dormiré en la última a mano izquierda del segundo piso (Bedroom C). Quizás la familia Brisby podría quedarse con las dos de abajo y el resto para Jane y vosotros.

Se quita el abrigo y lo deja encima de unos de los butacones que rodea la chimenea.

-Herramientas creo que hay en la caseta de la playa. Aunque seguro que en algún armario, tenga cosas básicas de carpitenria.

-Perfecto- dice mientras acompaña a su mujer a la primer habitación de la casa. Brad, con su maleta, entra en la segundo habitación del primer piso.

-Vaya, me esperaba un poco más de glamour. Esta casa es muy antigua... -dice mientras abre la puerta de la habitación.

- El glamour lo aporta la privacidad y lo exclusivo de tener una isla. - Respondió al muchacho -  Y yo que esperaba una aburrida sesión leyendo un testamento y documento de ultimas voluntades. En cambio, una isla... - Reconoció.

La humedad y el viento frío del mar le espabilaban. Le encantaba el mar por las pocas veces que lo había visto de cerca.

- Aunque es extraña esta última voluntad. - Añadió recuperando se de la fascinación que le despertaba.

- Sin duda es acogedor irse a dormir con el murmullo del mar - dice lance quitandose la gorra y dejandola con su chupa en el respaldo de otro sillón - ¿a ver el piso de arriba?  - subo arriba para inspeccionar las habitaciones, excepto la del abogado para respetar su intimidad y observo en qué dirección miran las ventanas y qué se ve desde cada una.

Muchas gracias, sr. Teschek, todo un detalle la sopa - había que reconocer que el abogado había preparado la casa, tanto el tener la estufa encendida, como la sopa para cenar eran gestos a tener en cuenta - Ahora bajamos entonces, vamos a dejar las cosas en la habitación - subí las escaleras en compañía de Lance, las escaleras son igual de viejas que la casa, una vez arriba miramos un poco el estado de las habitaciones, dejando la del abogado aparte, al final escogí la primera a mano derecha (D)

Revisaría la habitación por dentro, curiosidad, tanto el armario, como las vistas, así como debajo de la cama por eso de evitar sorpresas.

- Estoo, Jane. ¿Querrías que ocupara la habitación que hay junto a la tuya? No se si... por los viejos tiempos... - dice Lance al cruzarse con Jane después de visitar las habitaciones libres y viendo la rápida decisión de ésta.

Por un momento dudé acerca de lo que Lance me comentaba - ehmm, sí, claro. No hay ningún problema, de acuerdo tú en la habitación contigua - Me decanté por escoger la primera de la derecha porque no quería estar al lado del baño, igual las conducciones eran ruidosas y lo último que pretendía era pasar una mala noche, también descarté dormir al lado del abogado por si roncaba, entre la habitación que había escogido y la de enfrente fue puro azar. 

- Bajemos a probar esa sopa y ver cómo es el salón. 

Henry asistió a un movimiento torpe e evidente por parte del piloto. Lo obvio de forma que no lo avergonzara y sacó un asunto a discusión.

- Creo que no han contado bien, pero tenemos un problema de aforo, una habitación para el matrimonio Brisby, otra para el chico... otra para Jane, por supuesto.... - Extendía los dedos de la mano  Ya había extendido 3 dedos. - Hay 6 habitaciones y somos 8. - Dijo divertido. - Nos toca dormir por parejas a nosotros 3 y a el Mr. Teschek. - Era lo evidente.

Sonrió

- Además habría que preguntarse quien quiere dormir abajo.... - Añadió mientras bajaba al comedor tras Jane

Henry, creí que ibas a sugerir que durmiera contigo - dejé caer aquel comentario con una mueca graciosa. Era un hombre atractivo aunque por negocios siempre habíamos mantenido ese respeto mutuo. 

- Igual la habitación de abajo es más grande y posee cama supletoria - y luego estaba el tema del baño , uno arriba y otro abajo, dispersando a tantos que éramos. 

Henry sonrió a Jane con mas curiosidad que otra cosa. Contesto con calma, disfrutando del juego.

- Bueno, eso, seria pretencioso por mi parte. - Reconoció siguiendo la broma con un doble sentido un instante más - Yo no soy dueño, ni anfitrión como para disponer a los invitados como me plazca. - Explicó tras mantener un instante prudente la tensión, aclarando a por qué sería pretencioso por su parte.

Quizá en otro momento o lugar hubiera recogido el guante, pero delante de sus dos colegas y del matrimonio con el chico(y sobre todo teniendo que pasar una semana allí) no le pareció un lugar donde jugar a aquellos juegos.

- Una vez leí una historia en una isla como esta tenía una cala a la que no se podía llegar por tierra, solo en bote y allí había una gruta o almacén donde un pirata guardaba un botín. -  Dijo en general - Mañana podremos explorar la isla como si buscáramos tesoros. HOHOHO- Ríó como un pirata