Partida Rol por web

Puntanegra, un asentamiento humano no lejos de la gran ciudad de Argluna (también llamada Lunaplateada y Silverymoon en iluskano, aunque muchos la conocen como Lunaplateada). Bien, pues ese lugar Puntanegra, que no tiene otro nombre en otros idiomas, que tu sepas, es un pequeño asentamiento minero. Unos 50 humanos trabajan en una mina de hierro.

No sabes mucho más del lugar, salvo que durante el otoño, tu maestro tuvo como invitado a un elfo llamado Celahir, un mago espadachín (aunque no un filo del ocaso) y unos días antes de las primeras nieves se fue al sur. A la ciudad de Aguasfuertes. Sin embargo, nunca llegó. Su primera parada en el camino era el asentamiento de Puntanegra, así que allí te dirijes para tratar de averiguar qué le ha pasado.

La nieve derretida por la llegada de la primavera ha convertido el camino en una pista de barro, por donde resulta difícil caminar. El viaje, aunque sucio y agotador, transcurre sin incidentes.

No sabes lo que falta para llegar al poblado, pero no será mucho, cuando encuentras algo insólito a un lado del camino. Rodeado de pinos jóvenes, un pino más grande y viejo ha sido quemado y hay algo encadenado a él. Parece un cadáver. Como si hubiesen encadenado a alguien al arbol y luego le hubiesen prendido fuego.

Puntanegra. Un pueblo de humanos. Menuda diversión. Por qué querría parar Celahir en este pueblacho de mineros... Seguro que en su vida han probado un buen vino elfo, sólo esa amarga bebida amarilla que parece gustarles tanto... Puag! De repente, hago un alto en el camino. Con un rictus de pesar, observo un venerable pino muerto. Quemado. Un momento, ¿qué es eso?, pienso al reparar en lo que parece un cadáver encadenado, calcinado. Me acerco con cautela, mirando alrededor y con la mano posada en el pomo de la espada. Me acerco para examinarlo y comprobar si efectivamente es un cadáver lo que ven mis ojos...

Despacio, atento a cualquier señal de peligro, te acercas al arbol quemado. Efectivamente lo que hay encadenado a él es un cadáver. Es muy dificil identificarlo debido a lo quemado que está, pero llegas a la conclusión de que es una mujer, y definitivamente no es elfa. ¿Será una mujer humana? Es probable.

Humana o elfa, ninguna mujer ni ningún hombre merecen morir así. Desencadeno el cadáver y lo entierro ahí mismo, a la sombra quemada del árbol. Después rezo una oración por su alma...

No es difícil soltar las cadenas. El cierre está hecho para que el encadenado no pueda llegar a él, pero cualquier otro no tiene dificultad en soltar el mecanismo. Sin embargo, está más complicado puesto que hay ceniza incrustada en el mecanismo, pero consigues abrirlo. El cuerpo cae al suelo y se hace pedazos.
Cavas una tumba y lo entierras. Una breve oración a tus dioses (pues desconoces cuales son los suyos).

Una vez enterrado y después de ofrecer una oración por su alma, echo un vistazo por los alrededores, antes de retomar mi camino hacia Puntanegra...

No ves nada especial en los alrededores. La zona inmediatamente circundante al arbol quemado muestra signos de quemaduras dispersas, como salpicaduras. Sin embargo, la vegetación apenas se ha visto dañada, aparte del árbol donde estaba atada la mujer quemada. Si alguna vez hubo huellas que puedieses encontrar la nieve semiderretida que aún perdura del invierno las habrá ocultado.

En ese caso, continúo mi camino hacia Puntanegra. Tal vez allí, le pregunte a alguien si tengo tiempo. Ahora lo importante es encontrar a Celahir...

Decidido pues a proseguir tu camino y encontrar a Celahir, sigues andando hacia Puntanegra. Es ya el crepúsculo cuando alcanzas la aldea. Desde tu posición ya puedes ver las casa que forman el poblado minero humano. Son casas sencillas, casi burdas, construidas principalmente de madera.
Sin embargo, lo que llama la atención es la ausencia de movimiento. No se ve a nadie. Las casa tienen las ventanas aseguradas, como si prepararan para un temporal de nieve, aunque la primavera ya ha entrado. Tampoco se ve humo salir de ninguna chimenea.

¿Qué es ésto? ¿Un pueblo fantasma? Con la mosca detrás de la oreja y la mano sobre el puño de la espada, busco lo más parecido a la posada del pueblo. Mirando a un lado y a otro... ¿Hola? ¿Hay alguien?

Cruzas el pueblo sin ver a nadie. Ni siquiera ves señales de que alguien viva aqui, al menos durante algún tiempo. Por fin ves movimiento. Delante de la que debe ser la casa más grande del pueblo, una con una rueda de carro colgada sobre la puerta, hay tres carretas, con sus mulas, detenidas. Hay varios hombres (probablemente humanos) tras las carretas. Uno de ellos, que parece haberte visto, se sitúa detrás de una de las carretas y prepara una ballesta.

Instintivamente te detienes y buscas refugio tras el edificio más cercano.

Después de ocultarme tras una esquina, digo en voz alta ¡No busco problemas! ¡Sólo estoy buscando a alguien!

Parece que alguien sale de la casa. Lleva armadura y las manos a la vista, como dando a entender que no tiene intencion de usar sus armas.

Nosotros tampoco queremos crear problemas,sal y habla conmigo,no te hare ningun mal.

Saldré cuando el que está detrás de la carreta deje la ballesta tranquila. No quiero que nadie sufra ningún daño. ¡Mucho menos yo!

La misma voz te contesta:

No pienso pedirle que se muestre pues eso depende de el,pero le pedire que baje la ballesta.No te preocupes vale.

Otro hombre con armadura sale de detrás del carro, guarda su ballesta y habla.

Entiendo tu inquietud, sal, si tus intenciones son buenas, antes me atravesaria con mi propia arma que hacerte daño, sal y habla, ya que supongo que enteras que nosotros tambien desconfiamos de todo esto

La primera voz vuelve a hablar.
No te lo tomes a mal. Es sólo una medida de precaución. Como comprenderás solo buscamos protegernos. Si no haces nada para que te disparemos no dispararemos. No soy un asesino. Si no haces nada contra nosotros no haremos nada contra ti. Acércate y habla.

Quizás sea el momento de decidirse. O te arriesgas a salir y hablar con ellos. O te vas por donde has venido. O...

¡Está bien, voy a salir! Salgo con las manos por delante, en un claro símbolo de paz. Me acerco a ellos con cuidado. Mi nombre es Elessar

Cuando te acercas, uno de los humanos se acerca a tí y te tiende la mano.
Mi nombre es Steel.Perdona nuestras precauciones pero no pensabamos encontrarnos un pueblo fantasma.
¿En que podemos ayudarte? ¿que es lo que buscas?.¿Que es lo que ha pasado por aqui?.

Otros humanos van saliendo de la casa, al ver que no eres una amenaza inmediata, todos con las armas cerca pero sin empuñarlas. Uno de ellos, que no lleva armadura, tiene un libro en la mano.

¿Eres el autor de este libro?

El libro no tiene marcas distinguibles y no lo reconoces. La verdad es que tampoco has escrito nunca un libro.

Le estrecho la mano al humano. Curiosa costumbre esta de los humanos...

Yo tampoco esperaba encontrarme un pueblo fantasma, y nunca antes había pasado por aquí. Vengo buscando a un elfo, llamado Celahir. Lo último que supe fue que se dirigía a Aguasfuertes, pero nunca llegó allí. Esperaba averiguar que le había ocurrido. Supongo que no sabréis nada, ¿verdad?

Mirando al otro humano y examinando el libro: ¿El autor de ese libro? ¿Qué te hace pensar eso? Lo cierto es que nunca he escrito un libro... Y ese no lo había visto nunca.