Una de las primeras civilizaciones en alzarse tras la estela del Earthfall, Osirion es también uno de los mayores imperios humanos en la historia de Golarion, una nación de gran conocimiento, riqueza y poder. Esta antigua tierra alberga pirámides, momias, maldiciones terribles y arena interminable, así como una cultura impregnada de tradiciones: devoto respeto por los dioses, dedicación a servicios para la comunidad y la devoción inquebrantable a sus gobernantes.
Hoy en día Osirion está saliendo de milenios de gobierno Keleshita y recuperando el legado de los faraones suplantado por estos opresores extranjeros. Su pueblo pretende restablecer su propia identidad en un mundo moderno volviendo miles de años atrás y proclamando- y a menudo redescubriendo- los logros de sus antepasados.
El Faraón Khemet III, el Príncipe de Rubí, es el tercer descendiente de la dinastía garundi Forthbringer que reina en Osirion después de 3.000 años de la dominio de los Keleshitas. La autoridad del Príncipe Rubí es absoluta, como la de sus distantes faraónicos antepasados y establece todas las cuestiones de política exterior y doméstica. En concesión a los acontecimientos políticos de los tiempos modernos, sin embargo, los miembros de la dinastía están asesorados por el Consejo del Sol y Cielo, una legislatura de 100 personas conformada por ricos comerciantes, miembros importantes del clero, nobles menores y otras personas congraciadas con el príncipe de Rubí o con uno de los gobernadores que supervisan muchas regiones diferentes de la nación. Cada miembro del Consejo representa una de las principales ciudades de Osirion y está encargada de los asuntos cotidianos del gobierno nacional, tales como forjar acuerdos, establecer la política financiera, la asignación de fondos para las fuerzas armadas, y el mantenimiento de puertos de la nación, las calles y los ríos. Los asuntos regionales quedan en gran parte bajo el gobernador de cada región. Establecido en 4610 AR, el Consejo se reúne en cámaras bajo la Cúpula Negra de Sothis e inicialmente se aseguró que los partidarios próximos de Khemet sean oídos por el Forthbringer. Los miembros del Consejo deben abogar por las necesidades de sus electores, pero pasan más tiempo persiguiendo sus propios objetivos. El Faraón puede revocar sus cargos en cualquier momento, aunque generalmente lo hace sólo si él descubre que los miembros del Consejo se enriquecen excesivamente a expensas de la nación.
Cinco miembros del Consejo del Sol y el Cielo son elegidos para servir en el consejo provenientes de las filas de un segundo cuerpo deliberativo, el Consejo de Esclavos Liberados. Este Consejo de 63 personas, compuesto enteramente de ex esclavos e hijos de esclavos, está encargado de supervisar el bienestar de la población esclava de Osirion, pero tiende a abogar también por los pobres nacidos libres del país. Los extranjeros pueden encontrar extraño elevar a los libertos a asientos próximos al gobierno, pero han demostrado un compromiso para con Osirion como nación de tradiciones ancestrales frente a los cambios del mundo moderno.
La esclavitud es uno de los pilares culturales más profundamente enraizadas de Osirion (después de todo, los esclavos construyeron muchas de las estatuas monumentales y edificios del antiguo Osirion), y a pesar de que la esclavitud no es tan común como lo era hace un siglo, sigue siendo una práctica común en la tierra de faraones. Inspirada en la fundación del estado de Andoran en 4669 AR y su declaración de la Norma Común en la que se abolió la esclavitud en todas partes, los esclavos de Osirion se levantaron y exigieron reformas similares, no contentos con servir bajo los azotes de sus amos.
Atrapado entre el potencial daño económico permanente que plantea la perspectiva de la abolición y las rebeliones de esclavos que amenazaban con derribar el gobierno de su padre, Khemet III instituyó las Leyes de Uso Equitativo en el año 4679 AR. Estas leyes abolieron la esclavitud hereditaria, establecieron las directrices bajo las cuales el gobierno podría poner alguien en esclavitud como castigo por una actividad criminal, prohibieron el áspero maltrato de los esclavos, matarlos y obligarles a casarse contra su voluntad y se constituyó el Consejo de los Esclavos Liberados. Este compromiso acabó con las rebeliones de esclavos y restauró el orden en Osirion. Los esclavos de Osirion hoy son mejor considerados que sus contrapartes en otras naciones esclavistas como Cheliax y Katapesh.
Las fuerzas militares del país están bajo el mando directo del príncipe Rubí a través de un cuerpo de alto rango llamado los Guardias Resucitados, de cuyas filas se seleccionan los oficiales superiores del ejército. El ejército de Osirion tiene su sede en Ipeq a lo largo de la Frontera Brazen, mientras su armada tiene su sede en el puerto de Totra. El Príncipe Rubí ha ampliado la marina y el ejército de Osirian considerablemente en los últimos diez años, pero todavía tiene que explicar el motivo que hay tras esta acumulación de fuerzas.
Las fases de crecimiento económico de Osirion en los últimos años ha despertado el interés de muchas naciones de la región, y Absalón, Cheliax, Andoran, Qadira y Taldor en particular están ansiosos por aumentar sus relaciones diplomáticas y comerciales con la tierra de faraones. El Príncipe de Rubí ha tratado la mayoría de las investigaciones de estas naciones con marcada indiferencia, sin embargo, mantiene sus verdaderas intenciones geopolíticas a buen recaudo en su mente.
Los humanos de Osirion son principalmente de ascendencia Garundi y Keleshita, con un puñado de Vudrani que viven en Sothis y en los asentamientos más pequeños en la Costa del Escorpión cerca de su patria de la isla de Jalmeray. A pesar del domino del país durante más de 3.000 años, los Keleshitas constituyen menos de un quinto de la población humana. Bajo los califas Keleshitas, a los Garundi se les negaron los mejores puestos y contratos de comercio, y a pesar de que este prejuicio ya no afecta a la política nacional desde hace más de un siglo, el legado de discriminación ha dejado muy ricas a muchas de las familias Keleshitas de Osirion, mientras que los Garundi aún constituyen más del 90% de los pobres del país.
Osirion alberga una población considerable de nativos enanos Phamet, que viven en pequeñas comunidades fuera de los centros metropolitanos más importantes y generalmente se mantienen a sí mismos. Las zonas urbanas de Osirion suelen ser hogar de medianos, que han vivido en esta nación desde su fundación hace 8.000 años. Eran buscados sirvientes y esclavos de los antiguos faraones y la nobleza; y aún hoy continúan sirviendo con la misma capacidad, aunque en mucho menor número. Los medianos en gran parte viven integrados en las ciudades humanas, aunque en casas que se ajustan mejor a sus pequeñas medidas.
HISTORIA
La gente de Garundi se asentó primeramente a lo largo de la orilla sur del mar interior en los años ahora olvidados de la Edad de la Angustia. Nómadas que viajaban en clanes de familias relacionadas, finalmente echaron raíces permanentes para convertirse en agricultores y pastores a lo largo de las orillas fértiles del río Esfinge, pero conitnuaron sus guerras unos contra otros hasta que un hombre llamado Azghaad llegó al poder. Azghaad había conocido a un misterioso extraño llamado Nethys, un ser que aún no era un dios, pero en posesión de inmenso poder, que había imbuido a Azghaad con su magia y le enseñó cómo unir a los clanes en pugna. Aunque los clanes se resistieron inicialmente, cuando Azghaad, canalizando todo el poder de Nethys, destruyó Ulunat, el Horror de Rovagug que tuvo aterrorizados a Casmaron y al norte de Garund durante cientos de años, los clanes proclamaron a Azghaad su primer Dios-rey o Faraón. Azghaad ordenó a los clanes que trabajaran juntos para construir una nueva ciudad a la sombra del caparazón de Ulunat, que serviría como un recordatorio constante del poder de un verdadero gobernante. Él llamó a la ciudad Sothis, después el osiriani antiguo la llamó Cynosure, la estrella del norte.
Durante su Primera Edad, los faraones de Osirion marcharon sobre lo que hoy es Katapesh, Nex y Geb con poca oposición, con la intención de expandir su influencia y poder por toda la región. Conocieron su primer desafío militar significativo cuando fueron hacia el oeste y se encontraron con la Liga de Tekritanin, una serie de asentamientos y tribus nómadas que les ofrecieron una alianza contra el más antiguo y poderoso Imperio de Jistka Imperium, más al oeste. El Imperio resistió con éxito el avance de Osirion hasta que el Faraón de las Plagas Olvidadas capturó a un comandante efreeti poderoso. Los nigromantes de Faraón, conocidos como el Usij, transformaron el genio en un ghul no-muerto y lo enviaron de vuelta al hogar para llevar una enfermedad diseñada por arte de magia llamada la Peste de la Noche que sólo tenñia como objetivo las casas nobles de Jistka. Con el liderazgo de la nación en ruinas, el poder de los Jistkan decayó en los siglos siguientes.
Después de derrotar a todos sus rivales principales en la región, Osirion entró en su primera edad de oro, se construyeron inmensas estatuas y pirámides para conmemorar a sus líderes y se expandieron desde Sothis para fundar las ciudades de Totra, Ipeq, Tephu y Wati. Este período duró todo el reinado de An-Hepsu XI, que fue violentamente depuesto del poder el año -1768 AR. Osirion declinó rápidamente después de eso, dejando a su gente sufriendo a través de siglos de pobre liderazgo, invasiones extranjeras y luchas internas.
El siguiente gran momento de la nación llegó en-1498 AR cuando los Cuatro Faraones de la Ascensión, cada uno de los cuales controla una pequeña parte del país, decidieron aunar su fuerza y poder como uno, marcando el comienzo de la Segunda Edad del Osirion. Los cuatro restauraron mucho de sus glorias anteriores, trasladaron la capital a la recién construida ciudad de Tumen y finalmente derrotaron a la Liga Tekritanin. Después de casi 70 años de gobierno ilustrado, murieron juntos como habían jurado. Lamentablemente, sus sucesores fueron incapaces de construir sobre sus logros y la nación cayó una vez más en el estancamiento.
Las dinastías se alzaron y cayeron en los muchos siglos que siguieron, pero ninguna fue capaz de igualar los logros de la Primera Edad, o de la energía y el buen gobierno de los Faraones de la Ascensión. Cuando el Dios Aroden marcó el comienzo de la Edad de la Entronización y fundó la ciudad de Absalón, la antorcha de la innovación pasó a otros países, dejando al Osirion otrora poderoso en un estancamiento cultural y político.
Al percibir la debilidad de Osirion, la nación de Qadira, la satrapía más occidental del poderoso imperio de Kelesh, tomó el control de Osirion en un golpe incruento en 1532 AR y forzó al exilio al último Faraón garundi de la Segunda Edad, Menedes XVII. Durante 700 años, los sátrapas de Qadira gobernaron Osirion desde su capital de Kazir, instalando reales visires en Sothis para manejar los asuntos locales. Miles de Keleshites migraron a través del océano de Obari a buscar su fortuna en esta tierra antigua, y por primera vez Osirion se convirtió en una nación de dos tradiciones distintas. Estos inmigrantes trajeron su culto a la diosa Sarenrae, y que irónicamente fue un miembro de esta religión el que finalmente provocó la caída de los gobernantes extranjeros de Osirion.
Una secta militante de Sarenite llamada el culto de la Flor del Amanecer mató al sátrapa gobernante en el 2253 AR, y lo reemplazó con un sultán local y proclamando Osirion como un reino independiente de Kelesh. Esta nueva nación hizo menos para reprimir las ambiciones de la población nativa Garundi, llevando a un gran florecimiento de la cultura tradicional de Osirion hacia el final del siglo XXIII AR. Estos acuerdos políticos continuaron relativamente sin cambios durante los siguientes 2.300 años.
La muerte del Dios Aroden el 4606 AR condujo a desastres naturales generalizados y pánico a lo largo de la región del mar interior, y Osirion no fue inmune a estos trastornos. Terribles tormentas azotaron sus costas por semanas y el Esfinge, el Asp, y el Crook se desbordaron desastrosamente, lo que trajo una grave escasez de alimentos. El califa y su familia murieron a causa de un inmenso tornado que devastó Sothis.
Con ningún líder claro en el lugar, los miembros de una organización garundi llamada los Hijos de Uadyet tomaron el poder en nombre de un clérigo garundi de Abadar de Absalom, conocido simplemente como Harun de Abadar. Los Hijos afirmaban que Harun era un descendiente directo de Azghaad, el primer Faraón de Osirion, cuya familia había estado viviendo en el exilio durante generaciones. El gobierno y ejército Keleshita, aún en medio del caos de los desastres que sucedieron a la muerte de Aroden, pudieron hacer poco para oponerse a este elegido líder cuando él puso un pie fuera de la nave en el puerto de Totra el 4608 AR y fue recibido por una multitud de Osirianis agradecidos y dispuestos para cualquier tipo de estabilidad.
Se sucedieron meses de protestas en cada ciudad importante de Osirion, exigiendo la abdicación del gobierno Keleshita y su disolución, pero no fue hasta que Harun navegó hasta Sothis, flanqueado por cientos de obedientes cocodrilos hetkoshu y un gran contingente de leales soldados Garundi, que el gobierno cedió. Harun tomó el nombre de Khemet I en su coronación y el orden fue restaurado rápidamente por toda la tierra, convirtiéndose en el primer Faraón Osiriani en sentarse en el trono en 3.000 años.
Khemet I, que llegó a ser conocido como el Portador de Futuro, gobernó sabiamente y restauró muchos de los monumentos faraónicos que se habían borrado o destruido bajo el dominio de los keleshitas, inculcando en sus súbditos un orgullo en su país y su cultura. Él decretó que habría represalias contra los miles de keleshitas osirianis que aún vivían en su país, muchos de los burócratas y otros funcionarios del anterior gobierno para retener sus posiciones. También hizo pactos secretos con varios clanes elementales del desierto y forjó alianzas con otros poderosos seres del más allá para restablecer la estabilidad en su nueva nación.
Cuando Khemet I murió el año 4649 AR, su vara y cetro pasaron a su hijo, Khemet II, que carecía del enfoque y del talento de su padre para el gobierno, prefiriendo sus muchos harenes al trono. A pesar de estas deficiencias, Khemet II logró gobernar la nación durante casi 30 años, dejando las decisiones más importantes en manos de asesores competentes.
El hijo mayor de Khemet II ascendió al trono en el 4678 AR. Khemet III, que llegó a ser conocido como el Príncipe Rubí, se asemeja a su abuelo en temperamento y mantiene muchos de los pactos extra dimensionales y acuerdos que Khemet había forjado, además de elaborar los suyos propios. Sus ambiciones para Osirion continuando el crecimiento y expansión requieren una enorme nueva afluencia de capital y el príncipe Rubí abrió las fronteras y las incontables tumbas de la nación a exploradores extranjeros en el año 4707 AR. Desde entonces Osirion ha visto una afluencia de nuevos visitantes deseosos de saquear las antiguas sepulturas de olvidados faraones.