- Alain, dicen que apagues esa cosa, que nos guiarán, por lo visto les molesta la luz - mientras sus compañeros asimilan sus palabras y toman una decisión Heskan se vuelve hacia los seres escamosos
- Más os vale no jugarnosla, Heskan es rencoroso con los traidores y quitapenas también - dice señalando con el pulgar al enorme hacha que cuelga en su espalda - todo sea dicho con respeto y esas chorradas, digo esas cosas, no soy muy bueno en esto de las negociaciones - acaba con un encogimiento de hombros.
Vayamos allá pues, Alain,prepara un conjuro de luz, el más potente que tengas, por si nos la juega. Yo iré primero.
Y tras decir esto, Erick encabezó el descenso a la ciudad subterránea.
El grupo accede a las demandas de los reptilianos y bajan a las alcantarillas de la ciudad. El último de los hombres lagarto cierra la trampilla, haciendo que la poca luz de la luna desapareciera y oscureciera el tunel.
El grupo avanza, siguiendo lo que suponen que es la silueta de su guía mientras a su espalda se oye el murmullo de los hombres lagartos que los seguían. De haberlo querido el grupo habríasido presa fácil pero, a pesar de todo, estas lamentables criaturas tenían algo de honor.
Fin del capítulo 4
Edito: Aun podeis hacer un ultimo post que será el principio del escenario 5.
Erick se adelanta, y aunque no sabía si en este sitio le serviría de algo, incó la rodilla en el suelo como señal de respeto y comenzó a hablar.
- Mi nombre es Erick, paladín al servicio de Erathis. Ellos son Heskan y Gaaki, valientes y habilidosos guerreros, Alain, respetado mago y estudioso, y Damaia, nuestra noble capitana.Antes éramos un mas: Pock, nuestro alegre bardo, pero desgraciadamente no sabemos su actual paradero. Hemos venido a parar a esta isla por accidente, pues nuestro barco se fué a pique, y desde entonces hemos estado combatiendo y huyendo, ya sea de los diversos tipos de gigantes animales salvajes, o de los ataques de algunos hombres lagarto.
No obstante, no venimos con intenciones hostiles, buena prueba de ello es que no hemos atacado a vuestros amigos ahí fuera y hemos aceptado entrar en esta ciudad con todo lo que ello implica, custodio.
En cuanto a por que olemos distinto, no podría alcanzar a explicarlo.
Y acto seguido, Erick guardó silencio, esperando la respuesta de su interlocutor, esperando haber sido lo suficientemente convincente en cuanto a sus intenciones. Si los hombres lagarto los querían matar allí abajo, no lo tendrían muy difícil.