El iniciado se lanza en un fiero ataque contra el mutante de tres ojos que acaba de lanzarle un estocazo con una espada herrumbrosa.
El golpe de Wolfgang es seco, directo y brutal. Le destroza la mitad del cráneo, desparramando sus sesos por el puente, con la fuerza del golpe todavía logra golpear el hombro de la criatura, lo que provoca un sonido sordo cuando el hueso se parte, dejando el hombro medio descolgado cuando se desploma al suelo, inherte y sin vida.
La furia y el odio del futuro sacerdote frente a las abominaciones del Caos es indudable...
El padre Dietrich sigue a su compañero de tantas aventuras e intenta golpear con su enorme martillo al mutante herido por el mago, cargando contra él por encima del cadáver del mutante abatido.
Pero su golpe pasa sin tocar al mutante, que le devuelve el ataque. La maza es esquivada por el veterano sacerdote, quedando dispuestos uno frente a otro, en un combate a muerte.
Tirada: 1d100-10
Motivo: Ataque Dietrich
Dificultad: 38
Resultado: 76-10=66
Tirada: 1d100-10
Motivo: Ataque Mutante cuernos
Dificultad: 31
Resultado: 46-10=36
Padre Dietrich carga.
Mutante cuernos apunta y ataca a Dietrich.
La situacion esta asi: Dietrich vs Cuernos, Wolfgang vs Tres ojos.
Dafhgaran esta en la entrada del puente, y le toca a él.
El Mago articula unas palabras arcanas pero al realizar el último gesto algo no ha funcionado. Frunce el ceño mirando al joven sacerdote como pidiéndole que le eche una mano, o mejor dicho un buen martillazo.
Tirada: 1d100
Motivo: Canalización
Dificultad: 37
Resultado: 48
Tirada: 1d10
Motivo: Dardo Mágico
Dificultad: 6
Resultado: 5
Ataco al mutante de tres ojos, golpenadole.
Tirada: 1d100-10
Motivo: Impactar
Resultado: 28-10=18
Tirada: 1d10+3
Motivo:
Resultado: 5+3=8
Media accion: apuntar
Media acción atacar
(Le he hecho 5 heridas, suponiendo que tiene resistencia 3 claro esta, por cierto se me ha olvidado poner el motivo)
El combate no dura mas que unos segundos. El padre Dietrich lanza un martillazo potente y preciso que destroza el torax del mutante herido por el mago, dejandolo tendido en el suelo. Su pupilo, enzarzado en el combate con el tercer mutante, aprovecha el momento de descuido provocado por el impacto del dardo mágico para reventarle, literalmente, la cabeza al engendro, que muere instantaneamente.
Tras la caida del tercer cuerpo todo queda tranquilo, silencioso. Solo se escuchan los gritos lejanos de los habitantes de Untergard, todavia confusos e invadidos por el miedo.
El padre Dietrich mira con orgullo a Wolfgang.
Te has convertido en un gran guerrero, amigo mio. Yo, sin embargo, empiezo a estar mayor para estas cosas...
A los pocos segundos llegan dos guardias, acompañados del Capitan Schiller y de una anciana, la curandera del pueblo, que Dahfgaran ya conoce como "Nana" Moescher. Es la lugareña mas vieja y el contrapunto politico al capitan, dirige sus esfuerzos a reconstruir las granjas y retomar una vida normal.
Pronto llegan a vuestro encuentro, Nana comprueba que no estais heridos, y elcapitan os dedica unas palabras:
Grandes combatientes han llegado a Untergard. Magnifico trabajo padre. Dice mientras apoya tambien una mano amistosa en el hombro del mago elfo.
Colgaremos esas cabezas como advertencia.
La gente que sigue en la plaza comienza a congregarse a vuestro alrededor cuando cruzais de nuevo el puente. Parecen muy alterados y nerviosos, escuchais frases como "Debian tener un rifle largo de Hochland, nada más puede disparar desde tan lejos" "Tal vez aquella parte este plagada de francotiradores" "Unos de esos monstruos me resultaba familiar, nos van a matar a todos mientras dormimos"...
En mitad de todo el alboroto, otro vigilante se acerca corriendo para hablarle al capitan:
Señor, durante la confusion se han aprovechado para atacar la puerta principal. Por suerte los guardias no abandonaron su puesto y hemos repelido la incursion, pero Maltus ha muerto, señor. El ataque del puente parece que solo fue una distraccion...
Acompañais al capitan y al guardia hacia la puerta de la "muralla". De camino escuchais un grito que procede de vuestro destino. Teminendo un nuevo ataque correis hacia alli, acompañado por varios pueberinos que agarran sus armas para proteger Untergard.
Al llegar descubris que no es un ataque, sino un hombre corpulento, barbudo, al que sigue un grupo de personas, con miedo en sus miradas y pocas pertenencias a la espalda. Schiller os explica que se trata de Hans Baumer, el guardabosques de Untergard.
La puerta se abre y el capitan y Nana, salen a recibir a Hans y a los refugiados. Una vez dentro de la seguridad del pueblo, el guardabosques comienza a hablar:
He estado explorando el campo circundante y recogiendo rezagados. Estos que vienen conmigo son supervivientes. Proceden de aldeas de todo Middenland. Mientras los trais de vuelta encontre un rastro de hombres bestia al sur de aqui. Parece una manada grande, de mas de doscientos efectivos, y se dirigne hacia Untergard. Me he apresurado a regresar para avisaros. Es decisión del Capitan Schiller, pero yo abandonaria Untergard antes de que lleguen. No creo que podamos combatirles, y o recibiriamos ayuda a tiempo. Hace seis dias estuve en Griminhagen, y está hecha pedazos, y mientras la ciudad estaba siendo saqueada, el Graf Sternhauer se escondió en su fortaleza y sobrevivió.
Al mencionar al Graf todos abuchean y maldicen.
Tras unos segundos comienza un acalorado debate sobre qué hacer, si marcharse del pueblo o quedarse y combatir.
Hans encabeza la facción que desea marcharse, apoyado por Nana Moescher.
El padre Dietrich, como nuevo sacerdote del pueblo, tambien participa en la discusión, expresando que Untergard debe quedarse y luchar, combatir a las fuerzas del Caos.
Os mirais, observando la situación.
Tras el combate, miro a mi Padre:
No digais esas cosas, aun os quedan muchos años de guerrear, hoy simplemente he tenido suerte. Todo lo que se me lo enseñasteis vos.
En cuanto a la discusión sobre que hacer si quedarnos o no, dirigiendome hacia mi padre especialmente y hacia el resto de la gente:
Pienso igual que mi Padre; ¡Somos los hijos de Sigmar, ningún engendro del Caos nos obligará a huir de esta cuidad!. ¡Aquellos que no quieran quedarse que se vayan! Eso si, si al final decidimos quedarnos, tenemos que ponernos a trabajar ya: construir barricadas, repartir armas a los hombres del pueblo y también a las mujeres (Sigmar no hace distinciones, y toda muerte honrosa en batalla le incha de orgullo), también tendriamos que enviar un mensaje al cuartel de tropas estatales mas cercano, o incluso alguna orden de caballería local cercana a aquí.
Y si alguien tiene alguna noticia de una partida de iluminados flagelantes, que nos lo diga y yo o mi padre los convenceremos de que sus agoniosas plegarias serán más utiles aquí que en cualquier otro lado.
Tirada: 1d100
Motivo: Carisma
Resultado: 9
Si necesitas que tire de carisma lo hago tranquilamente. (Pues si logicamente habiendo sacado un 9 no es que los inspire, es que tienes un ataque epileptico inducido por mis palabras, jajaja)
Ves el desarrapado aspecto de los lugareños, sus armas y las fortificaciones de Untergard y solo piensas en que jamas conseguireis derrotar a esos hombres bestia. Con tu nivle actual no, si al menos hubieras conseguido descifrar y aprender todo el grimorio podrias planteartelo, pera ahora mismo y con los recursos de que disponeis, sería poco menos que un suicidio.
Tu fe no es como la de estos sacerdotes, eres racional y práctico, y conoces tus limitaciones y las de Untergard. Lo sensato seria huir. El capitan escucha a las partes, a la espera de tomar una decision. Sabes que tomara la correcta, porque es un hombre sensato. ¿Pero y si las palabras del iniciado y del sacerdote llenan su cabeza de fantasias vistoriosas? Debes hacer algo, convencerles de que huir es la unica opción si desean conservar su misera vida...
Reflexiono durante horas en mi habitación. Estoy confuso, mi cabeza me dice que debemos salir del pueblo pero mi corazón no puede olvidar lo que los hombres bestias harán con ella. Hablo con el Capitán Schiller e intento hacerle entrar en razón que ciudades más importantes han sucumbido a los hombres bestias y que hay muchas vidas de inocentes en juego. Propongo partir hacia Middenheim con las mujeres, niños y campesinos pues son la presa más fácil. Una vez allí esperar la bondad del Conde Todbringer y hacer frente a los Hombres Bestias. En cuanto a los sacerdotes y guardias del pueblo pueden hacer tiempo, resistir por Sigmar y esperar unos refuerzos que solicitaremos de Middenheim que tal vez nunca lleguen. Pero su sacrificio, Señor, será el que nos permita salvar a esta pobre gente y sus hazañas serán narradas y recordadas por los mejores bardos del Viejo Mundo.
Una vez he hablado con el Capitán me dirijo hacia las cuadras para hablar con los sacerdotes. Bienamados sacerdotes, vuestra presencia aqí llenó nuestros corazones e hizo que brotase nuevamente la flor de la esperanza. Pero en esta ocasión nos enfrentamos al mayor peligro ante el que se ha visto sometido esta ciudad milenaria. Esta situación podría significar el fin de esta gente, el Caos ha azotado el Imperio de Norte a Sur en múltiples ocasiones, pero sinembargo sus planes demoníacos siempre fracasaron pues aunque aniquilen ciudades enteras sus gentes sobreviven, resisten por una fe más poderosa que el mismísimo colmillo rúnico de nuestro Emperador. Partirán las mujeres, niños, campesinos hacia Middenheim guiados únicamente por el Capitán Schiller, Nana y por mí. Solicitaremos asilo al gran Conde Todbringer y volveremos con refuerzos a salavar Untergard. Así que valientes iluminados hijos de Sigmar lo que nos dareís con vuestra épica batalla junto a nuestros agerridos guardias será tiempo, tiempo para salvar a esta gente y tiempo para regresar con refuerzos que aniquilen a esos inmundos Homres Betias y así será salvada Untergard y vuestras acciones serán cantadas y versadas por los mejores bardos del Viejo Mundo. Para vuestra resistenci prepararemos Untergard. Nuestro enemigo es brusco y torpe y haremos del pueblo un fortín inespucnable con fuetes barricadas y fortificaciones, crearemos un foso alrededor de las murallas y en las almenas arqueros. Todo esto más vuestra fe serán más que suficiente para parar a esos engendros. Así que no perdamos más tiempo y hagamos los preparativos. ¡¡¡ Por Untergar y por Sigmar¡¡¡¡
Muchas gracias taumaturgo, por cierto, ¿sabe usted si disponemos de polvora? con un par de barriles bastará...
El discurso enforverizado del iniciado parece haber convencido a los lugareños de que la victoria y la gloria son posibles. La gente grita mientras el mago parece susurrar algo al oido del veterano militar, líder de Untergard. El capitan Schiller observa la escena, no muy convencido con la esporadica intervencion del elfo, y decide tomar la palabra, no sin antes carraspear para aclararse la garganta y lanzar una iracunda mirada al mago que con tanta ligereza a tomado una decisión por él. Levanta la mano, acallando a todo el mundo tras unos segundos. El respeto que infunde es total...
Me temo que no los necesitara, sacerdote. He oido a ambas partes y he tomado una decisión. Nos iremos todos al amanecer. No dejare a ningun soldado, ninguno, -repite mirando al mago elfo- en Untergard, para que sea masacrado por las bestias del Caos. Y espero que los sacerdotes sigan a nuestro pueblo como guías espirituales y líderes.
Tras una pausa para acallar a los lugareños, continua:
La guerra está terminando, probablemente el conde ya ha derrotado a las tropas del Caos y repelido su ataque en Middenheim. Los grupusculos de supervivientes enemigos como el que llegara mañana aqui no deberían ser un problema para nuestras tropas. Este pueblo ya ha sufrido demasiado, no dejare que ninguno más de sus habitantes muera por el Imperio, el sacrificio de Untergard ha sido enorme y más que suficiente. Iremos a Middenheim y volveremos dentro de unas semanas, cuando todo esté más seguro, para levantar esta ciudad de sus cenizas y demostrar a los poderes del Caos que nada ni nadie detiene la grandeza del Imperio. Tenemos preparativos que hacer y oraciones que lanzar a nuestro amado Sigmar. ¡Pero seran preparativos para salvar nuestra vida, y plegarias para que las almas de nuestros amigos esten en gloria y pasen a la historia de nuestro gran Imperio!
La gente aclama al capitan Schiller, algunos muestrna una cara de descontento, tras despertar del sueño prometido por el sigmarita de gloria y victoria. Pero la decisión está tomada y todos parecen acatarla.
El vaterano militar se acerca a los sacerdotes.
Como he dicho, espero que sea la luz de vuestra fe la que nos ilumine, pero no en una batalla perdida, sino en el camino hacia la esperanza de Middenheim.
Se queda mirandoos, como esperando una respuesta.
Tirada: 1d100
Motivo: Carisma Schiller
Dificultad: 51
Resultado: 45
Miro a mi padre... miro a los ciudadanos... miro al capitán con cara de desilusión.
Me dirijo hacía mi padre:
Padre, usted ya sabe mi postura, lo dejo en sus manos. De todos modos me gustaría añadir una cita de Sigmar, por si le sirve a la hora de tomar su decisión: "Antes la muerte en batalla, que la vida en derrota".
A ver si cuidamos un poco la caligrafía/ortografía taumaturgo, que me he tenido que leer tres veces el post para entenderlo.
Los parrafos y las comas son nuestros amigos...
El padre Dietrich posa amablemente su mano sobre Wolfgang.
Recuerdo cuando tenía tu impetu, tambien deseaba batallas y gloria. Pero con el tiempo ves que el deber mas importante de un sacerdote ya no es guiar a la batalla a los creyentes, sino proteger al pueblo en todo momento. Ademas- dice mirando al capitan- siempre se deben acatar las órdenes de nuestros superiores... Partiremos al amanecer, protegiendo a los habitantes de Untergard.
La caravana que sale al amanecer desde Untergard esta compuesta por tres carretas tiradas por bueyes, una de ellas dirigida por la propia Nana, encargada y tutora de los huerfanos del pueblo, que tras la guerra se acrecentaron.
Serán unas 85 personas en total y la caravana avanza lentamente.
El capitan ha establecido un orden de vigilancia estricto, tres guardias al frente, tres en la retaguardia y cuatro repartidos en los flancos. Hans se adelanta al grueso para explorar el bosque.
Cuando acampais por la noche, cinco guardias se quedan de guardia.
No existe un camino directo a Middenheim, por lo que debeis dar un rodeo a traves de Griminhagen e Immenschled. El viaje durará seis dias, y la comida no sobra precisamente...
A mitad del segundo día llegais a Griminhagen, como Hans os advirtió, solo quedan las ruinas. Lentos y silenciosos pasais a través de ellas, no habrá ayuda para los habitantes de Untergard aqui...
Os dejo que pongais si kereis hacer algo en especial y si no proseguiremos el viaje mañana.
El día siguiente de vuestro paso por Griminhagen transcurre tranquilo, sin contratiempos importantes. Al ocultarse el sol comienzan de nuevo las mayores preocupaciones, los guardias ansiosos se disponen en sus puestos, prestos para la defensa de la caravana.
Los hombres bestias descubiertos hace unos días son la mayor amenaza, no saber por donde rondan supone un desconcierto para todos, pero la fe y la confianza parece haberse aposentando en los sufridos supervivientes de Untergard.
Dormis tranquilos, pues el capitan Schiller ha dispuesto todo para las guardias.
Poco despues de acostaros podeis escuchar algunas voces de los niños por el campamento:
¿Nana?, ¿Nana?, ¿Donde estas?.
Parece que la anciana ha dejado a sus niños durmiendo en la carreta y se ha marchado sin decir nada a nadie.
Leeros las dos paginas que yevabamos para que sigais la historia.
Demosle brio al tema.
Proseguimos el rolete?? Venga, animaos a postear y sigamos esto.