Partida Rol por web

Haciendo caso omiso de sus palabras, el resto del grupo se vuelve a ayudar a Vasir, en el fondo Isl lo agradece porque dudaba en poder ella sola con Vasir en medio de todo el combate.

Ayuda a Laryn a coger bien a su compañero herido y justo cuando se lo pasa a Laryn ve como uno de los imperiales les esta apuntando con su arma, intenta dispararle pero ve como su disparo pasa a bastante distancia del imperial !!Mierda!!

-!!Mierda!! no puede reprimirse y decirlo en voz alta, un fallo ahora puede traer consecuencias terribles para alguno de ellos...o para todos.

Mira habia la puerta y calcula la distancia...que lejos parece ahora desde aqui.

Haciendo caso omiso de Isl, empezamos la marcha con la cabeza gacha y el láser en la mano libre por si una cabezita imperial asoma cerca. Vamos tío que la puerta está cerca, aguanta...

Me muevo hacia adelante unos pocos metros y vuelvo a disparar a un imperial, haciendo camino para que el herido pueda moverse comodamente y el fuego se centre en mi.

Aldor sigue tratando de cumplir con su doble función: avanzar con el grupo y cubrirlo. Vuelve a apuntar a uno de los supervivientes de la patrulla tras avanzar unos pocos pasos medio agachado y dispara contra él.

Laryn descuida su arma para concentrarse en cargar a su compañero. No es momento de dejar a nadie atrás.

Laryn y Annibal agarraban con todas sus fuerzas al sudoroso Vasir. Este intentaba aguantar la consciencia y andar apoyando su pierna buena, aunque el dolor era intenso de momento aguantaba. Kooth y Aldor protegía al grupo con sus disparos certeros. Los dos soldados cayeron al suelo tras traspasarle el haz de luz de los blaster de los dos tiradores. Islhara intento acabar con el tercer soldado que les impedía el paso hacia la puerta, pero su disparo salio desviado por poco. No obstante el soldado cayo al suelo por sus severas heridas del anterior combate. Ante vuestros ojos visteis como el escuadrón que vigilaba la mina a caído.

Los Tiranudeins intentan acabar con uno de los AT-AT pero sus lanzas, flechas y cuchillos, no son lo suficiente fuertes para ni siquiera arañar el poderoso blindaje de aquellas maquinas y acaban aplastados debajo de sus poderosas patas de metal. El grito de dolor de aquellos pobres se escucho claramente en todo el desierto de Garos IV. El segundo AT-AT vuelve a disparar un rayo mortal que
acaba con tres arqueros y con su endeble cobertura. Ante esa escena, aunque lamentáis la perdida de esos pobres arqueros os alegráis de haberos movido de las rocas.

Los imperiales deciden acabar con esto y comienzan un ataque en punta de flecha contra las mermadas fuerzas aborígenes. Los capitanes de los batallones Imperiales movilizaban a sus tropas para la formación de ataque, los bravos soldados corrían de un lado a otro demostrando su gran entrenamiento. Tirano se dio cuenta de lo que tramaban el ejercito Imperial, y aunque seria negativo para ellos, vio en este momento la oportunidad de facilitaros el camino a la entrada de la mina. Wgoark zumkrull!!. Un grupo de tiranudeins se alejo de los demás atacando al batallón de soldados mas cercano a vuestra posición.

El comunicador de Kooth petardeo unos instantes hasta escuchar una fuerte voz proveniente del campo de batalla. Aprovechad que están distraídos con nosotros e ir a ayudar a vuestro amigo. Suerte!, y decidles a mis camaradas que los rescataremos!!... El comunicador vuelve a petardear quedándose momentos después en silencio.

Me acerco a la puerta de la mina y una vez en ella, y despues de echar una miradita rapida dentro, hago rapidos gestos con la mano a mis compañeros instandolos a que entren rapidamente por la puerta, lo que acentuo susurrando por el comunicador -rapido rapido! ya estamos! Permanezco a la espera en la puerta cubriendoles y esperando a que todos esten dentro.

El sonido de la voz de Tyrano resuena aun en mi cabeza y las imagenes de los tiranudeis muertos desfilan delante de mis ojos Cuanta muerte alrededor nuestro...y a pesar de todas las bajas intentan distraer a los imperiales para facilitarnos la entrada a la mina...no podemos fallarles!!

Me adelanto junto a Kooth a la entrada de la mina, echo un vistazo a dentro pero rapidamente me vuelvo para vigilar a los que faltan y cubrirles en el caso de que seamos descubiertos entrando. Por ahora parece que nadie nos ha descubierto asi que decido no disparar para no llamar la atencion sobre nosotros.

-Chicos, venga rapido con Vasir. Ya os quedan solo unos metros y estaremos dentro de la mina. !Rapido! les animo por el comunicador.

Me vuelvo hacia Kooth Yo los cubro desde aqui, ¿ves algo interesante dentro de la mina? necesitaremos un lugar donde poder escondernos...o alguna puerta que lleve a otra sala que no sea la principal.

Los sentidos de Aldor están, ahora que llegan a su objetivo, en alerta máxima. No hay que desperdiciar lo que ese pueblo valiente ha dado al grupo en forma de distracción para que pueda llegar hata aquí.

Avanzando a trompicones casi legamos a la entrada. Vamos amigo una vez en un escondrijo Isl podrá mirarte la pierna-le digo mientras intento avanzar lo màs rápidamente posible. __No te preocupes si mueres, seremos màs a repartir la recompensa. Digo intentando animarle, aunque no se si lo conseguiré

Os encontráis delante de la gigantesca puerta metálica de la entrada de la mina, un droide vigía surge de un agujero oculto de la puerta mirándoos con su gran ojo mecánico. Uhla djawan!! Retumba la aguda voz del droide Acto seguido una docena de cañones blaster surgen ante vuestra mirada atónita... Vasir cae al suelo agotado tras su disparo en la pierna. Lo siento chicos, no lo e conseguido… su voz se desvanece al quedarse sin sentido.

Escucháis unas palmadas detrás de vosotros. (plas plas plas). Muy conmovedor… Rodead les!. Dos escuadrones de cinco hombres cada uno os estaban apuntando con sus rifles blaster mientras os rodeaban. Lanzar las armas! dijo un soldado sin dejar de apuntaros con su arma. El semicírculo se abrió por el centro para dejar pasar el jefe del escuadrón. Su armadura relucía mas que la de los demás y se distinguía por su hombrera derecha de color naranja.

Dejo de dar palmas para quitarse su casco de batalla. Su rostro era el de un hombre curtido en batallas por las cicatrices que podían verse en su ojo izquierdo y en la boca. Su mirada era fría como el hielo, sus ojos eran tan claros que parecían blancos como la nieve. Su ronca voz sonó fuerte entre disparos y gritos de los tiranudeins. Os estábamos esperando. Detectamos vuestra nave cuando entrasteis en la atmósfera de Garos IV, y solo era cuestión de tiempo que nos viéramos las caras. Os doy las gracias. No se como habéis convencido a los aborígenes para que nos ataquen, pero bueno, ahora que están aquí sera fácil apresarlos a todos... los que sobrevivan. Se aparta la larga melena que le cubría parte de su cara para clavar su mirada en vosotros. No se que habéis venido a hacer aquí, ni me importa, de eso ya se encargara el droide de interrogatorios, pero entre vosotros hay alguien a quien buscábamos desde hace tiempo. Sonrie y se da media vuelta. Prepararlo todo para el... a los demás llevároslos a los calabozos. Se pone el casco y vuelve al fragor de la batalla.

Los gritos de los Tiranudeins habían menguado, por lo que podíais ver menos de la mitad seguían resistiendo. Tirano, Nodril y Sibil•la corrieron en sus Nimrods a ayudaros. El rey de los nativos encabezaba la marcha, quitándole la vida a aquel que osaba interponerse en su camino, Sibil•la y Nodril también demostraban su gran habilidad para el combate, pero una vez mas el capitán imperial se interponía en vuestros planes. Un rayo de energía salio de su rifle impactando directo en el Nimrod de Tirano, haciéndole caer de bruces…

Los soldados que os retenían se os habían acercado sin daros cuenta un fuerte golpe en la nuca es lo único que notasteis. La caída del rey de los Tiranudeins y de toda su raza pasaba lentamente ante vosotros antes de caer inconscientes contra la fría arena del desierto.

Mientras caes tu mirada se congela mirando a Sibil•la. Esta rodeada de tres soldados de asalto, pero sus ojos te miran con tristeza. Logras leer en sus labios Te quiero Aldor… aunque luchas para aguantar unos segundos mas consciente, tu mirada se nubla y caes inconsciente sin poder evitarlo.

Los últimos pensamientos de Aldor antes de caer inconsciente son para una de las pocas mujeres que ha logrado tocar su corazón.

- Adiós, Sibila...

Asombrado miro al Capitán de mierda de los imperiales. Vale tranquilos no opondremos resistencia...-Digo mientras dejo caer el bláster que tengo en la mano delante de mi  y miro a mis compañeros para animarles a que hagan lo mismo. Es màs fácil escapar de una prisión que sobrevivir a este pelotón de fusilamiento, espoero que a nincguno se le de por hacerse el héroe.

Auch! Siento un golpe en mi nuca, empiezo a ver todo borroso y caigo de rodillas,, extiendo una mano y finalmente caigo inconsciente.

Sorprendida aun por la aparicion de los dos escuadrones, veo como Annibal tira su arma. Intento evaluar la situacion, pero parece claro que estamos acorralados. Lo unico en lo que pienso es en los tiranudeins...todos los que han muerto para que al final no lo consigamos Corred, corred y salvaros los que podais digo mentalmente al escuchar las palabras de quien parece ser el que esta al mando de los imperiales.

¿Droide de interrogatorios? Un escalofrio recorre mi espalda ¿como que hay alguien de nosotros a quien estaban esperando? Sus palabras resuenan en mi cabeza "Prepararlo todo para el... a los demás llevároslos a los calabozos" No...nos van a separar, a uno de nosotros lo van a separar del resto!!! No podemos dejar que eso pase!!

Antes de poder articular palabra a mis compañeros un golpe seco en mi nuca me hace caer hacia adelante. Un manto blanco cae sobre mis ojos y siento como caigo como un fardo al suelo.

En sus febriles pensamientos durante el tiempo inconsciente, una frase martillea la mente de Aldor: "Entre vosotros hay alguien a quien buscábamos hace tiempo...". Sólo es capaz de asociar al bothan con esa frase de sus captores.