Partida Rol por web

Entonces no perdamos mas el tiempo

Eva está totalmente decidida y ya quiere abrirse paso... el elfo la detiene con respeto, levantando una mano mientras mira por la rendija. Por favor, sólo dame un segundo, quiero ver a qué nos enfrentamos, quizá nos ayude a definir alguna estrategia de combate que no sea la propia de trasgos*. 

[...] quizá nos ayude a definir alguna estrategia de combate que no sea la propia de trasgos.

Lentamente giro la cabeza hasta el elfo, con una expresión pétrea y mirada poco amistosa(*). ¿ Tu ?. Estúpido descerebrado. ¿¡ Tu me vas a hablar a mi de estrategias propias de trasgos !?. Pienso para mis adentros. Conteniéndome, no sin esfuerzo, de arrancarle al tira flechas esos dos ojos apagados y sin llamas. No Eva. Este no es el momento.

Doy un paso hasta colocarme enfrente de Karún y le apartó de la puerta de malas maneras con un golpe seco de hombro. - Tu no tienes ningún otro plan.

Empujo la puerta para que podamos entrar.

En cuanto Eva agarra la puerta él hace lo mismo con ella, agarrándola por debajo de los hombros. ¡Por todo el panteón! De acuerdo de acuerdo... al menos déjame abrirla a mi, quizá sea más suave que tú. 

Dayereth se mantenía en guardia mientras sus compañeros planeaban lo que podían hacer con los enemigos mas próximos. No era una situación agradable y estaba claro que aquello podía acabar con ellos.

A pesar de todo, recordaba lo ultimo que había pasado y temía que la suerte se le hubiera acabado. Había estado próximo a morir en el estomago de una bestia y no quería repetir el suceso.

La puerta es grande y tosca y solo al empezar a abrirla ya cruje. La mascota que tienen los gigantes gruñe enseguida cual perro guardián y los gigantes en el interior de la sala se ponen en guardia.

En cuanto se abre la puerta Karún no lo piensa más y empieza a disparar flechas a diestro y siniestro contra el enemigo más cercano, un gigante que mira entre asombro y rabia a los nuevos invitados. E Una de las flechas tumba al gigante más cercano y la otra se dirige al siguiente enemigo plantado detrás de su compañero, haciéndole caer en el acto. Luego mira a la extraña criatura que hay en el fondo de la sala, la estudia y susurra unas palabras asesinas que tensan el ambiente entre ambos.

Las dos flechas de Karun son certeras y se clavan en la frente de ambos gigantes, estos caen como muñecos rotos.