Partida Rol por web

Andet irrumpió en la conversación animosa que parecían mantener sus compañeros, su figura apareció súbitamente junto al tronco de un árbol, mesándose la barba, con cara solemne.

Seguir el rastro dejado por nuestros difuntos enemigos no parece ser algo complicado, para no decir que son demasiado brutos para pasar desapercibidos. Dio unos cuantos pasos Sin embargo podemos decidir acampar en las cercanías antes de ir Winterhaven, o explorar las zonas aledañas por más de este tipo de engendros.

Levantó una ceja ¿Qué decís?

¿Qué decís?

Acampamos. Que descansen los caballos y mañana seguimos. - Me levanto no sin esfuerzo, apoyando ambas manos desnudas sobre las rodillas para ayudarme. Una vez de pie sigo exponiendo mi opinión, sin mirar a nadie directamente a los ojos, pero con el aplomo de quien ya conoce el agridulce sabor del mando y toma de decisiones. - Lord Warden teme que se este orquestando una invasión de gigantes. Esto que hemos encontrado no es una prueba suficiente, pero si un potente indicio de que sus sospechas podrían ser acertadas. Ahora mas que nunca, urge llegar a Winterheaven, confirmar su situación e informar de inmediato a Fallcrest.

Al terminar levanto la mirada, hasta que mis ojos escarlata se encuentran con los del encantador. Casi desafiándole a decir que estoy equivocada.

No podemos perder el tiempo persiguiendo un puñado de gigantes por las colinas. Tareas mas importantes nos reclaman.

Al terminar levanto la mirada, hasta que mis ojos escarlata se encuentran con los del encantador. Casi desafiándole a decir que estoy equivocada.

No podemos perder el tiempo persiguiendo un puñado de gigantes por las colinas. Tareas mas importantes nos reclaman.

Oh, Lady Eva, tambien es cierto que los gigantes de las colinas no se mueven simplemente por el amor de su voluntad si verdaderamente sus hermanos mayores están orquestado algo. Le sostuvo la mirada, si hay algo con lo que solía lidiar era con la voluntad de otros. Al centrarse allí, no encontró más que inquietante vacío. Desagradable encontrar fuego y oscuridad en un lugar dónde supuestamente no debía haber más que nada.

Pero os doy la razón, no hay verdadera evidencia de que vayamos en contrar más que una pandilla de orcos y ogros saqueadores. Finalizó de manera tranquila, no dándole lugar a esa enviada del averno a intentar suscitar discordia.

Luego de aquél intercambio se dirigió tranquilo a buscar su caballo para hacerle beber agua antes del descanso.

El clerigo tras la plegaria vuelve con el grupo y escucha de pasar la noche antes de proseguir.
No se si este sera un buen lugar para pasar la noche, quizas deberiamos tambien dejar los cuerpos de los ogros y gigantes fuera de la vista, para que crean que este lugar ya ha sido arrasado, por si vuelve alguna patrulla de ellos. Por desgracia, no tengo rituales en estos momentos que nos puedan dar ocultacion para guardar la noche tranquila, por lo que tendriamos que hacer guardia a la vieja usanza. Si hace mucho frio en este lugar, si que puedo preparar unos que nuestros cuerpos se aclimate mejor a las condiciones extremas y no suframos tanto.

Los cuerpos de los gigantes simplemente pesaban demasiado para moveros, pero quemarlos y causar un cráter para enterrarlos dentro se hacia un poco mas fácil. Para aquellos que no les molestaba ensuciarse las manos.

La noche pasó sin incidencia alguna y el sol empezaba a amanecer tiñendo el cielo de rojo cuando los pájaros os despertaron con su habitual cantar. Era momento de seguir el viaje.

Esos cuerpos mutilados y parcialmente carbonizados me parecen una hermosa señal para sus homónimos. Sigo creyendo firmemente que incinerarlos es dedicarles una atención que no se merecen. Pero estoy demasiado cansada para discutir. Dejando tan pesada labor para quien le importe, me dedico a buscar algún rincón confortable y resguardado de la vista y que pueda ser fácilmente defendible si se da el caso.

Durante la cena y la noche, me mantengo abstraída en mi misma e intentando no pensar demasiado en quienes me acompañan. Disfrutando de los pequeños placeres.
Una hormiga se ha subido a mi mano y ha empezado a corretear por entre mis dedos, como si buscase alguna cosa con mucha urgencia. Se detiene de vez en cuando, tantea el aire con sus antenas y vuelve a retomar su frenética y caótica marcha. Juego con ella durante un largo rato, girando la mano una y otra vez para seguir sus movimientos, hasta que al final, que acabo por devolverla al suelo cuanto tengo la sensación de que ya la he martirizado lo suficiente.

La noche transcurre sin problemas. Durmiendo acurrucada, tapada por completo con mi capa, de espaldas a una roca y siempre con mi puñal firmemente agarrado cerca del pecho.

Por la mañana, me despierto pronto. En el horizonte se empieza a ver la luz del sol. Pronto va a amanecer y si partimos pronto, deberíamos de llegar a Winterheaven antes de que oscurezca.

Cuando hubieron instalado el campamento, Andet se adelantó a cualquier pedido que pudiese hacer Sizzly, pues no tenía ganas de tratarla nuevamente como una hija, y se dispuso a contarles una historia, que él mismo decía que era verdad. Realmente era bueno inventando medias verdades, juntando partes de cuentos populares, experiencias personales e impresiones que él mismo tenía de la audiencia del momento. Era un arte que había cultivado en su compañía con bardos vagabundos, y era algo que disfrutaba ya que le permitía manipular a la gente descaradamente sin poner en evidencia sus intenciones ni tener que esconderse.
La historia que relató es la de una jovencita valiente, que intentando salvar al villorrio en el que vivía de los lobos que los acechaban en el frío invierno, termina ella convirtiéndose en lobo y devorando a su enamorado. El cuento, por supuesto, tenía una moraleja al final, que hablaba de como la impetuosidad y desmesura de aquella muchacha, le jugaron en contra y temrinó perdiendo mucho más de lo que inicialmente parecía tener en juego.
En cuanto terminó con el relato, se encerró a descansar en una de las tiendas, aprovechando la tranquilidad para hacer algunas anotaciones de sus experiencias del viaje y memorizar sus hechizos con parsimonia.

A primera hora ya estaba listo para partir, sobre su caballo ya ensillado.

Sizzly guardó silencio esa noche y dejó que sus compañeros hablasen, mientras todos se servían de su cesta de las raciones interminables. Esa noche guardó mas silencio de lo que venía siendo normal en la jovial muchacha. Se limitó a escuchar las historias de sus compañeros, sus opiniones y a asentir con la cabeza con una sonrisa que, aunque cansada, era sincera. Cuando todos decidieron irse a dormir aguantó unos minutos despierta, disfrutando del silencio de la noche y ojeando su libro de hechizos.

Cuando terminó con el libro lo dejo a su lado y se tumbó en su manta cerca del fuego. Antes de dormirse estuvo hablando en susurros con Krew en una lengua extraña. Aunque lo hacía para no molestar a sus durmientes compañeros aquel idioma resultaba algo inquietante y el tono de la voz sonaba a complot para quienes estuvieran cerca escuchando, pero la realidad era que la mujer estaba interrogando al diablillo sobre su pasado.

Despues de un descanso, rezo en los primeros rayos de luz y preparo su equipo.
Partamos pues entonces.