Partida Rol por web

El garrapato aguanto la embestida como pudo, y de puro nervio ante la posible amenaza de los enanos salto con sus poderosas zarpas hacia la nada. El salto parecia que lo habia sacado de lo peor pero al llegar al borde del precipicio una ola y la grabilla que circulaba le hizo perder zarpa, precipitandolo al vacio y desapareciendo de la vista de todos.

La cuerda volo por encima de las cabezas de los enanos y una mano tras otra la agarraron con fuerza, aquellos guanteletes hubieran partido la cuerda antes de soltarla. El joven Garrim volo sobre sus pies, para alcanzar a su lider temiendo lo peor. La fuerte tromba cogio desprevenido al fuerte barbahierro que inco una rodilla. Pero su tenaz espiritu hizo que no sucumbiera a las aguas y se perdiera para siempre en las sombras del pozo. Mientras salia del torrente de agua por su propio pie, un intrepido musico aparecio para ayudarlo a salir de aquel torrente. Aunque se dio cuenta de inmediato que no le hacia falta. Saludo con un entrechochar de manos mirandose a los ojos, esa senal fue entendida por el grupo que era el momento de tirar con todas sus fuerzas, y asi fue como un barbahierro y un musico recorrieron en segundos cuatro metros de gruta, evitando todo mal inmediato. La cara azaroza de Garrim y la cara inexpresiva de Kurdrim hablaban por si solas, pero ninguno espero ese tiron tan decidido.

El grupo viendo a salvo a su veterano y musico, se alegro de aquella pequena victoria, olvidandose por un momento de que el agua comenzaba a negarlo todo. Haciendo que la ropa comenzara a pesar. Excepto para los rompehierros que parecian poseer la misma movilidad, aun con el agua hasta los tobillos de los mas bajitos lo cual ya era una ironia. Era un buen momento para innundarse de ideas, pero todos miraban a un lado y a otro. Subir a aquella cabernas era sinonimo de nada, ya que el agua salia por unas y otras. Cruzar todo el pozo seria como poco imprudente, pero permanecer quietos seria una muerte segura.

El agua se desparramaba en mas abundancia por las paredes, clandose por cada porosa fisura de las paredes. El caudal no parecia disminuir y pronto anegaria toda la estancia, las olas amenazaban con engullirlos a todos y hacer que perdieran pie. El grupo miro sus posibilidades.
 

Miro a Kudrim y digo:- Bienvenido Kurdrim, a sus ordenes para pasar este torrente que nos complica el paso. Si vamos en formación y con los escudos bajados en la posición que viene el agua, quizás podamos evitar que piedras, gravilla, o la misma fuerza del agua no nos tire. Dicho eso espera a que Kurdrim de la orden y avanzara como le indique, este o no este de acuerdo, eso si, poniendo el escudo en la dirección en que se aproxima el torrente y apoyándolo en el suelo para que la fuerza se vaya por los lados y no directamente a mi eje de equilibrio.

Por pura tozudería me puse en pie y empuje haciendo que los músculos se hincharan mientras salía, pulgada a pulgada, fuera del torrente principal de agua notando como poco a poco la fuerza de la corriente disminuía. Encorvado por el esfuerzo acabé saliendo del flujo acuoso justo cuando la figura de Garrim, atado a una cuerda por la cintura cual cordón umbilical, me daba un efusivo saludo antes de apretarme la mano y notar como el grupo al completo nos daba un fuerte tirón, haciendo que prácticamente voláramos hacia ellos

Bajo la máscara de gromril sonreí al ver a los otros expresando su alivio y preocupación, más no pude por menos que poner rápidamente orden en el asunto dada la precaria situación en la que nos encontrábamos

Buen movimiento Garrim, pero ya está bien de abrazos. Tanto amor os lo dejo para cuando intiméis con los orejas picudas- les dije serio pero dejando entrever un deje de guasa en el tono, mientras el brillo de los dientes asomaba momentáneamente bajo mi barba - Lo peor aun no ha pasado y esto me huele demasiado a artimaña grobi. Hay que salir de aquí cuanto antes- añadí mientras observaba rápidamente los puntos de acceso y salida de la gruta

Entre tanto el agua empezaba a acumularse en la sala dado que el precipicio central, por donde se había despeñado el garrapato, no daba a basto para desaguar semejante cantidad de líquido

Anudaros la cuerda entorno a los cinturones, solo una vuelta y pasáis el cabo al compañero. Solo el último - dije señalando a un curtido veterano de la unidad - y yo mismo llevaremos la cuerda atada. El resto solo llevaréis una vuelta de modo que podáis moveros con libertad sin arrastrar al resto- empecé a indicar a toda prisa mientras me ataba una punta de la cuerda al cinturón, asegurando bien el nudo, y pasando el resto a Gurkan

Escuché entonces la sugerencia de Girthal y asentí, conforme

Ya habéis oído al rhunki. Escudos firmes y abajo, en diagonal. Formaremos una cuña. Que cada enano desaloje el agua hacia los vértices de la cuña. Aquellos que no dispongáis de escudo o de armaduras más ligeras situaros en el interior de la cuña. Vosotros tres, os quiero en el centro. YA- añadí señalando a Girthal, Dorg y Bemlir - Gurkan y Garrim, a mi derecha e izquierda. Superpuestos en mi espalda. Desplazaremos el agua en dirección al sumidero y dejaremos la pared a nuestra derecha, de modo que la fuerza del agua la encauce hacia el desagüe natural sin arrastrarnos. Vamos, en marcha!

Por unos instantes el joven Garrim se perdió entr la espuma de la corriente de agua. Temí que el muy necio no se hubiese atado y ahora estuviese nadando allí abajo, pero un fuerte tirón en la cuerda dejó claro que fuese lo que fuese que había pasado era el momento de tirar. Casi a una, pegamos un fuerte tirón que hizo saltar a los dos enanos, un poco mojados hasta nuestra posición. El comentario jocoso de Kurdrim, dejaba claro que a pesar de haberlo pasado mal estaba feliz de estar allí…

- Todos sabemos que el único que ha podido entablar “amistad” con un “Comeflores” eres tú… - sonreí por debajo de mi barba, colocándome nuevamente a su lado.

Pero no era momento para demasiadas alegrías ya que el nivel de agua subía muy rápido…demasiado deprisa para mi gusto. Ya el agua nos llegaba por encima de las rodillas y de seguir en aquella posición acabaríamos ahogados. Las palabras del Runkhi sonaron por encioma del tumulto provocado por la corriente de agua. Kurdrim no tardó en dar las órdenes adecuadas. Guardé nuevamente el estandarte pues no estaba dispuesto a perderlo por un estúpido chapuzón. Tras aquello, coloqué la cuerda como habían indicado a mi alrededor y preparé el escudo para aguantar mi posición e iniciar el cruce de aquella improvisada corriente de aguas bravas.

Una vez todos colocados, apoyé mi mano en el hombro del Barbahierro y a modo de confirmación de que estábamos listos tras echar una mirada atrás, golpeé un par de veces.

- No tenía previsto bañarme hoy…Brrrr!!! Pero al parecer los dioses han olido el tufo que tú echas!!!! – bromeé mirando al barbilampiño Garrim. – No te preocupes joven Garrim!!!! Asienta bien los pies, mantén el escudo en posición y el culo prieto!!! Esto es coser y cantar!!!! – intenté bromear para calmar los nervios del joven… y ya puestos, de mi mismo.

Aunque nunca se me ocurriría jamás reconocerlo en ningún momento ante absolutamente ningún otro enano en ningún momento de mi vida, la situación me estaba sobrepasando. A mi alrededor no dejaban de suceder cosas sin que yo pudiera hacerme una ligera idea de que estaba pasando, charcos, garrapatos, extraños olores, trombas de agua, ¿qué sería lo próximo?

Y lo próximo no tardó en llegar, hasta ese momento me había salvado de los peligros, pero ahora notaba como la fuerza del agua comenzaba a arrastrarme.

Una vez tonos juntos, pegados a una de las paredes de la roca. El barba hierro recordo el amor que podian dispensar a ciertos elfos, pero que de momento aquel entuerto era la prioridad. El grupo hizo una inteligente cuña, que le dio unos aparentes segundos de tranquilidad. Pero amarrados como estaba y esperando a ver quien era el primero que perdia el pie, acosados por el agua por todos lados, aquello se pintaba negro.

El agua no dejo de subir, y no dejo de ganar en fuerza el centro de la estancia comenzo ha hacer un remolino y un desesperante sonido de subción comenzo a poner nerviosos a todos, las opciones eran escasas y aunque alguno ya aguantaba simplemente por la idea de la cuerda, el grupo al completo fue siendo arrastrado, hasta el último Kurgan que con el estandarte enarbolado aguantaba el aluvión y el peso de sus compañeros, pero hasta este tozudo enano sucumbio ante aquella marea.

Perdidos en el agua y dando vueltas mientras se golpeaban, contra ellos mismos, y con cosas que arrastraban la corriente fueron engullidos por el sumidero de aquella estancia. La sensación de vacio bajo sus pies fue terrible, y el miedo se dibujo en la cara de cada uno de ellos, el salto de agua parecio durar horas pero un fuerto golpe y el ser tironeados hacía abajo, los llevo a la desesperación buscando donde asir la mano. El golpe fue terrible, el jalón de la cuerda hizo que algunos se doblaran por el esfuerzo, sobre todo aquellos que no tenian armadura y una fea marca así lo atestiguaba. El golpe siguio de otro, y a su vez de otro, y ya cuando se fueron detuviendo sus cuerpos no albergaban vida la caida hubiera roto al mas grande, hubiera quebrado al mas decidido y aquel grupo de combate aunque unido había perecido por una inclemencia del todo extraña.

Ahí estaban todos, tratando de frenar en seco la carga mas brutal a la que se hayan enfrentado jamás.

Estoy seguro que si alguien cuenta este episodio, algún juglar o poeta se encargará de ponerle épica. Pero primero tenemos que salir de aquí...

Los gritos del Barbahierro le sacaron de su letargo, y nuestro músico, apretando sus dientes y echándo todo su peso hacia adelante (después de fijarse la cuerda, obviamente), Clavó el escudo en el suelo y se encomendó a sus dioses.

El torrente de agua chocó contra su escudo de manera que casi sale volando, pero aguantó estoico notando como el agua fluía hacia uno de los lados de la cuña que acababan de formar. 

Joder... No voy a aguantar mucho mas...

La fuerza del agua seguía empujando, y se movían lentamente hacia su objetivo. Iban atados, así que esperaba estuvieran cerca de alguna zona alta por la que escapar...