Partida Rol por web

El viaje hacia Karak-a-Karaz fue tremendamente lento, y Kurdrim dejo atras a su grupo de amigos con una despedida formal, inclusive al jovenzuelo Adalberto que abrazo como un camarada. Aquellos humanos servian bien a los suyos, pero temia que murieran rapidamente como solian hacer los humanos para no volver a ver. Con una carta bien sellada y un adios entre los labios partio por una ruta que bien conocia, habia salido de alli hacia mas de un año y medio, y ahora encontro a un grupo de sus compañeros de campaña que tambien venian a pasar el invierno en los salones del Karak con noticias frescas del norte y del Imperio. La charla se produjo seca y pausada mientras caminaban las avenidas que les llevarian hasta su nuevo hogar.

Y es que Kurdrim habia viajado con mucho de los suyos para prestar ayuda al Gran Rey en el norte, aunque realmente eran de cerca de Karak-Zhufar, por debajo del asentamiento de "Martillo de Roble" muy cerca de la "Asamblea". Desde allí prestaban la estimable ayuda que podian, y mas de 50 martilladores, 350 guerreros enanos otros 100 ballesteros muchos montaraces y 20 rompe hierros, junto con sus señores enanos y sargentos. Habia partido con la obligación de formarse como buenos guerreros y volver a casa con riquezas y conocimiento, por el tiempo minimo de 50 años, la vida de un hombre. Y es que el clan "cejo`fruncido" se tomaba muy al pie de la letra, todo lo que hacian. Gracias a lo cual habian conseguido afianzar un baluarte "la torre de hierro" en medio de tierras gobis donde instalarse y progresar, extrayendo Gromril y criando cerdos.

Kurdrim viajo casi en solitario hasta llegar a su señor Barbapartida para informarle de su viaje, entrego la misiva que le habia entregado el humano jefe de Otto Schröeder. En esta carta contaba la inestimable ayuda que habia portado aquel enano al grupo de novatos, y que llegaria en breve un obsequio para los de su clan a modo de doblones de oro de media onza cada moneda no menos de 100. Ademas añadia una recomendación y un futuro acuerdo. El señor de Kurdrim quedo muy impresionado por sus andanzas en el norte, no solo por portar la armadura de un compañero herido todo el viaje, si no ademas el ayudar a unos humanos de manera desinteresada le habia traido una recompensa que no esperaba. Esta terqueda alegraba a su señor que le pidio que fuera a descansar los siguientes tres días, y que el cuarto pasara por la armeria a buscarlo.

En este tiempo Kurdrim despejo su mente, y descanso sus musculos. No solo con una dura cama como gustaba tener si no ademas con cerveza, que corrio buena y en cantidades obscenas a cuenta de su señor. Aunque temia que aquellos doblones habia alibiado su mano, era algo mucho mas serio aquella muestra de gratitud. Tenia una pequeña sala apenas era un hogar con un mueble pequeño para guardar medio barrilete y algunas jarras, un sitio donde reposar y otro donde dejar sus armas y armaduras colgadas de una piedra decorada con motivos guerreros, hecha por él mismo hacia muchos años. En una estancia aparte habia una habitación con un lecho donde dormir, con la opción de traer un brasero para dar luz al lugar. Así paso los días, tranquilo y disfrutando de volver a estar entre los suyos.

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En otra zona del Karak se estaba movilizando a la tropa, llevaban días preparando solo la salida, aunque lo que pocos sabian es que llevaban años preparando aquello. El detonante y las prisas parecio ser un grupo de humanos que llego con malas noticias, a apremiar al fuerte caracter enano intentando llenarlo de compasión con oro Imperial, si fue así o no, no lo sabremos nunca pero muchos de los allí reunidos hablaron largo y tendido frente a los fuegos, mientras degustaban una buena cerveza.

Los rompe hierros de Brag, habían quedado huerfanos de lider al parecer este en un combate singular habia hecho frente a un demonio y todos pudieron ver como este hacha en mano arremetia contra el barbahierro que paraba los golpes mientras intentaba hacer mella contra su roja piel. No fue asi, y un tremendo golpe de hacha desinflo al enano lo que nadie esperaba es que el enano con sus últimos extertores y con el hacha clabada entre sus costillas agarrara el tremendo arma que le quemaba entre las manos, y que lentamente fundia su armadura de gromli. Gracias a este último esfuerzo una bola de cañon bien dirigida y una carga de los rompehierros que quedaron consiguieron devolver al demonio a lo mas lejos del inframundo. Con esto en mente los restos de la unidad originariamente 20, había quedado muy menguada así que el señor del clan barbapartida pidio levas al Rey de karak-a-Karaz para volver a hacer funcional aquella unidad.

Al cuarto día Kurdrim llego a la armeria, se sentia realmente bien, habia entregado la armadura como prometio de su compañero caido y se sentia como nuevo, hablo con una sacerdotiza de Valaya sobre varias visiones y sobre el busto de enano blanco que vio. Todas estas sensaciones hicieron que su espiritu guerrero se hiciera mas sabio y supiera tener cierto temple que antes encontraba con mas dificultad.

Alli miro a su señor y a un grupo de guerreros acorazados hasta las cejas, alguno aun estaban terminando de colocarse la armadura y no era facil si uno no tenia la practica necesaria la ayuda de otro hermano Dawi siempre era bien venida, cuando su señor lo acerco hasta una armadura de rompe hierro Kurdrim dudo por un instante, no tenia clara su carrera pero aquello era una responsabilidad.

-No pretendo que la portes toda la vida, pero a esta unidad le falta un barbahierro y tú eres el mas indicado- dijo dejando en el aire la frase con cierta habilidad mientras el resto de compañeros clavaban la mirada en él. La armadura era realmente increible, sabia de una manera que solo los enanos podian entender y por lo tanto venerar, le recordaba mucho a alguno de sus orgenes y aunque se veia arreglada por varios sitio en concreto por el pecho que parecia completamente reparado con una linea que lo cruzaba. Vio como los dawi allí reunidos miraban con recelo, ya que aquella armadura había sido de Brag su fallecido barba hierro -Así lo hare señor- dijo Kurdrim ante aquel honor, llevar aquella armadura era una responsabilidad pero elegirlo a él era algo de lo que podia estar orgulloso. -Esta es tú unidad, se llamaran Groz-Kudrim*- dijo sin mover ni un pelo de la cara mientras los allí congragado llevaban su mano al pecho y saludaban marcialmente, para ir a dar golpes en la espalda de Kurdrim a mado de alegria y bien venida, como solian hacer en "la torre de hierro" haya en su tierra.

El grupo de 12 Rompehierros miraban desde debajo de sus cascos esperando las ordenes, esa misma mañana comenzaron a practicar la formación, como romper filas y como hacer una huida simulada, Kurdrim le cogio rapido el valor de aquellas maniobras ya que ahora podia tratar a los hombres como una formación, este era su primer encuentro como barbahierro llevando a una unidad, ya no podia solo pensar en si mismo ahora tenia que moverse, pensar y respirar como 12 enanos completamente enfundados en metal.

Estuvieron un rato en la armeria, el señor del clan fue presentando a unos y otros Kurdrim ya conocia algunos de su asentamiento pero del grupo original de 20 rompehierros, solo quedaban unos cuantos asi que la unidad habia obtenido algunos "refuerzos" de última hora para una misión bastante especial dirigida por el Gran Rey a la que habia que prestar mucha atención.

Pasaron las horas, y terminaron en un salon bastante grande con una mesa de piedra enorme donde se sentaron una veintena de enanos, casi todos eran guerreros pero también habian venido un ingeniero y un señor de las runas, como su vestimente y sabiduria dio a entender.

-El Gran Rey ha pedido que llevemos esta incursión en persona, a quedado contento como asi demostro con un asentimiento de cabeza que el maese Kurdrim sea el que dirija y proteja personalmente a Girthal para que lleve su cometido. Segun sus palabras deberan recorrer unas galerias, subterraneos y pasarelas aconsejados por maese Borinson minero de profesión, el busco junto con otros minerales en esa zona. La misión es doble debereis llegar hasta el último recuerdo de maese Borinson descendiendo mucho en las galerias, allí debereis buscar una runa en concreto, en una sala en concreto, en un lugar secreto y olvidado. Olvidado por todos menos por algunos pocos enanos, una vez recuperado este secreto traereis todo lo de valor que podais portar y a la vez deberia estar muy cerca uno de los antiguos caminos cerrados y gastados por las alimañas de camino a Karak-Zhufbar. El rey en su incansable trayectoria procura restrablecer las rutas entre los karak como antaño, no da pasos de gigantes pero desconfiar que lo conseguira es de estupidos- dejo de hablar por un segundo mientras servia un poco mas de cerveza y bebia largamente para aclararse la garganta -ademas el gremio de ingenieros se ha empeñado en enviar a uno de los suyos ya que pagan parte de la espedición y mandan como prenda a maese Mordrimsson, he explicado que no podremos asegurar su supervivencia ademas se a negado a portar una armadura mejor que la que lleva- dijo mirandolo perplejo -si a eso podemos llamarle armadura-
 

La marcha hacia Karaz-a-Karak se estaba haciendo eterna. Ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que el dichoso carro se había quedado atascado en el lodo o en una grieta y nos había tocado empujar con ganas para sacarlo. Los caballos no eran mucho mejores y trastabillaban con la gravilla del camino a medida que las altas montañas se alzaban cada vez más cercanas... y eso que todavía no habíamos iniciado el ascenso por la antigua carretera.

Resoplé malhumorado

Hacía un mes que viajaba en compañía de los humanos y, aunque gracias a su número habíamos evitado la mayoría de encontronazos con enemigos, estaba convencido de que podría llegar a Pico Eterno en la mitad de tiempo si viajara solo en vez de acompañándolos.

Un grito ahogado llegó de la parte trasera de la comitiva cuando uno de los tipos que custodiaban el carro alerto que una de las ruedas se había quebrado al pasar por encima de una piedra. Maldije en voz alta, huraño y hastiado, al acercarme y comprobar junto con el resto que aquello llevaría un buen rato solucionarlo, con lo que perderíamos prácticamente toda la jornada en cruzar aquel baldío inhóspito.

Es suficiente. Desde aquí no hay perdida posible hasta Karaz-a-Karak y no puedo demorarme tanto en este insulso viaje donde solo nos han asaltado media docena de veces, y encima sin un ápice de convicción en el ataque - rezongué viendo de reojo como Borki asentía ante mi diatriba, más que de acuerdo a mis palabras - Me adelantaré y avisaré de vuestra llegada y podré atender mis quehaceres allí sin nadie que me incordie- concluí con el ceño fruncido ante la sorpresa marcada en el rostro de los humanos

Asintiendo en silencio unos, quejándose otros de la pérdida del guía, me despedí de mis antiguos camaradas de correrías lanzándome al camino en solitario con el fin de llegar a la capital enana antes de que acabara la semana; a mi lado Borki se colocaba el petate al hombro de un fuerte tirón mientras iniciaba la marcha a mi lado.

- Por fin dejaremos atrás el lastre- comentó con un tono de reproche

- Si, pero eran tipos de fiar. Esperemos que lleguen de una pieza

- Eso ya no nos concierne. Tu cumpliste tu parte, no vas a ser su niñera de por vida

- Cierto, no recordaba que ahora me tocaba hacer de niñera de ti- reí jocosamente, para desconcierto de quienes me veían marchar en completa soledad, dando la impresión que había gastado una broma a alguien que ellos no podían ver

...

El viaje hasta la fortaleza fue tranquilo y reconfortante, dejando por el camino los cadáveres de las alocadas criaturas que habían visto en mí un manjar o un botín sobre el que hacer presa. 

Bromgar, uno de los martilladores del Gran Rey y portador de la llave de la Cámara del Rey, encabezaba la marcha mientras nos acercábamos al Gran Salón de Pico Eterno, Sede de los Grandes Reyes. Era un gran honor para el martillador y lo llevaba con estoica fortaleza y absoluta gravedad

El guardián de la puerta lo había recibido en la imponente entrada a la fortaleza: un bastión inexpugnable de piedra que desafiaba los estragos de las eras. Había estado aguardando allí mientras me aproximaba por el camino de Pico Eterno, avisado por los guardias del camino. Parecía un enano insignificante ante el edificio de roca y hierro.

Una serie de atalayas secretas situadas en los riscos más altos ofrecían una vista panorámica a lo largo de muchos kilómetros y permitían dar un fácil y rápido aviso cuando alguien se acercaba. Un grupo de ballesteros montaba guardia en las dos últimas atalayas que flanqueaban la puerta exterior. Estaban trabajadas en forma de enormes estatuas de los antepasados y los Grandes Reyes de la antigüedad; los imponentes centinelas miraban fijamente a todos los que se aproximaban. La venerable imagen de Gotrek Rompeestrellas se encontraba entre ellos, sosteniendo en alto la Corona del Fénix de los elfos, un trofeo que había ganado en tor Alessi y que aún estaba en Karaz-a-Karak como recordatorio de la victoria de los enanos en la Guerra de la Barba

En la muralla superior más alta se podía ver el destello de los guerreros con armadura patrullando. La puerta propiamente dicha era una estructura colosal. Medía unos ciento veinte metros de alto y parecía perderse en el cielo y las nubes. La gran puerta que conducía al interior de la fortaleza era tan sólida e imponente que era como si estuviera tallada en la mismísima ladera de la montaña. La runa de Valaya aparecía grabada sobre ella con una letra enorme

...

Nunca había visto tal belleza e inmensidad. A mi lado Borki sonreía satisfecho mesándose la barba con parsimonia, asintiendo en silencio ante lo que veía

La sala de audiencias se alzaba formando un enorme techo abovedado sujeto con arcos de oro y bronce. Columnas de piedra, tan gruesas y grandes que un enano tardaría varios minutos en rodearlas, surgían hacia ese techo y resplandecían con las imágenes enjoyadas de reyes y antepasados. Un imponente puente, de mil barbas de ancho y cubierto con un mosaico que representaba las antiguas hazañas de Pico Eterno, se extendía sobre un enorme abismo que descendía hacia el corazón del mundo. Llevaba a una ancha galería bordeada por un auténtico ejército de estatuas de oro, cada una de las cuales era una representación perfecta de los antepasados reales de la fortaleza. Karaz-a-Karak era tan maravillosa que incluso mi habitual talante refunfuñón quedó en el más absoluto silencio, anonadado.

...

Las noticias, rumores y andanzas por tierras de los hombres ya se habían trasladado a mi señor del clan y ahora ya solo restaba una cosa por hacer: dar digna sepultura a Borki para que pudiera sentarse a la mesa de los ancestros por toda la eternidad.

Entré en el templo de Valaya, donde una amplia comitiva aguardaba el inicio del ritual. Sobre un pedestal plateado, con ribetes de oro, descansaba pulcramente pulida y remendada la vieja armadura de mi camarada caído. Bajo esta se encontraba un estandarte del clan. Me acerqué al altar, tomando posición en primera fila frente al pedestal y asentí con la cabeza, mientras mis mejoras galas lucían resplandecientes en señal de respeto hacia mi gran amigo

-Aquí yace Borki Pie Firme del clan Cejo`fruncido, que Valaya lo proteja y Gazul guíe su espíritu hasta los Salones de los Antepasados- declaró la sacedotisa de Valaya, llamada Emelda, que oficiaba el sepelio - Gazul Bar Baraz, Gazul Gand Baraz- entonó la enana, honrando al Señor del Inframundo y suplicándole que cumpliera su promesa de guiar a Borki hasta la Cámara de la Puerta

El ritual transfería el alma del enano a su armadura y, cuando estuviera en la tierra de sus ancestros, Borki atravesaría la cámara y se le permitiría entrar en los Salones de los Antepasados propiamente dichos. Sólo en momentos de extrema necesidad se tomaba tal medida. Puesto que el cuerpo había sido enterrado lejos de su tierra y de las montañas. Éste era el único modo en que Borki pudiera encontrar la paz

Dando un paso al frente, al tiempo que una pareja de robustos enanos levantan de forma ceremonial la armadura y la depositaban en una urna, Emelda dio un paso atrás en señal de respeto con la cabeza inclinada

Mi rostro, con la larga barba trenzada y anudada pulcramente con bandas de cobre y oro, mostraba una expresión de solemnidad cuando abrí la boca y entoné un lamento fúnebre con sombría voz de barítono a la vez que la pareja de enanos hacían descender la urna a las criptas mediante un ingenioso sistema de cadenas y poleas

"En la antigüedad cuando la oscuridad dominaba la tierra,

Grimnir se dirigió al norte con su hacha en las manos.

Hacia las inmensidades asoladas, como estaba escrito,

para matar demonios, bestias y dioses malignos muy odiados.

El trueno habló y la tierra se estremeció,

pero Grimnir el Intrépido con todas sus fuerzas luchó.

Con los dioses de la destrucción alzándose a su alrededor,

con rhun y hacha Grimnir los abatió.

Cerró la temida puerta y selló la oscurida dentro

para que sobre Karaz Ankor no volviera a caer su manto.

Ve ahora, valeroso dawi, ve si puedes

a la mesa de Grungni: te está esperando.

En los Salones de los Antepasados con honor en el corazón,

tu última morada te está esperando.

Mira, ahí se extiende la hilera de los reyes,

tu lugar entre ellos está asegurado: te están esperando

Ve ahora, valeroso dawi, los martillos anuncian tu defunción,

 el clan se reúne en la planta, Gazul tu alma guardará.

Ve ahora, valeroso dawi, envuelto en gloria,

en los Salones de los Antepasados se te recibirá"

Mientras terminaba así de hablar los restos de Borki se hundieron en la oscuridad de las criptas ocultas donde las solicitas sacerdotisas velarían generación tras generación de ellos hasta que la mismísima montaña se deshiciera en el fin de las eras.

- Y así, Borki hijo de Frengar, miembro del clan Cejo`fruncido, pasa a la Cámara de la Puerta para aguardar a sus antepasados - dijo Emelda -Que sea recordado

Que sea recordado- contestaron al unísono todos los presentes con tono sombrío, tras lo cual el Custodio del Saber inscribía su nombre en el libro de los recuerdos mientras dos enanos mantenían el enorme libro en alto.

Con un suspiro de alivio y resignación me giré a tiempo de ver como, con una amplia sonrisa de agradecimiento en los labios la figura de Borki se despedía de mí, desvaneciéndose lentamente en el aire para no volver jamás. Como si me quitaran una losa de encima noté un gran alivio y una paz interior que hacía mucho no notaba, sitiendo como la mente se me despejaba, igual que si un soplo de aire fresco se llevara lejos un girón de nube que enturbiara un cielo de verano

Descansa en paz, viejo amigo

El Gran Rey Thorgrim Custodio de Agrabios llevaba un buen rato callado, su ayudante explio largo y tendido las complicaciones de la misión. Se nombro la aparición de unos humanos que venian en representación de su propio lider el Emperador Karl Franz y que portaban regalos y agasajos que de una manera indirecta habian surtido su efecto aunque en realidad no lo hubieran reconocido nunca. La paciencia del Gran Rey era finita y muchos pudieron hablar entonces. Para dar su punto de vista mientras tanto muchos barriles fueron servidos, y carne y fruta fue pasando de bandeja en bandeja mientras los ayudantes de camara se afanaban en que no faltara de nada ni el mas minimo detalle, proveer a tal grupo ya era una tarea ardua. Cuando los animos se caldeaban el Gran rey sabio como era, levantaba una mano y hablaba el mismo con un hilo de locura apunto de estallar y partir la mesa que ocupaban en dos.

Los asuntos de la guerra fuera de estar listos, quedaron en segunda posición llevaban mas de 14 años preparando aquella empresa y desviar todos los recursos a otro asunto era un gran dolor, pero había información que faltaba y que no todos conocian, aunque solo el Gran Rey era el que lo suponia. Un grupo buscaria el antiguo Undgrin* para restablecer un camino seguro para poder empezar los trabajos hacia Karak-Varn esa era su principal misión pero aprobecharian el lugar para buscar una antigua runa en una sala escondida en una gruta desaparecida, en un paso intermedio entre lo que serian las mazmorras y las últimas galerias del Karak mucho mas abajo de lo que hacia tiempo nadie bajaba, aunque estos se supusieran territorios enanos, no tenian la suficiente fuerza como para tenerlos limpios de lo que fuera que habitaba ahí abajo. Tenia que ser un grupo reducido, para no llamar la atención de estas criaturas que suponian que habitaban en aquellos profundos lugares, un grupo de valientes sin lugar a dudas.

Ya pasaba de largo la noche sentados en aquellas duras sillas el alcohol brillaba en los ojos de los presentes. Se había decidido ya algunos puntos importantes de la partida de guerra, su numero total cinco mil enanos y no menos de 50 piezas de artilleria, la incursión no era muy lejos de Karaz-a-Karak y podrian abastecerlos facilmente y reponer lo necesario. Ademas la presencia de humanos aliviaria la carga de la batalla para los enanos, si era verdad que aparecieran despues del invierno, aun tenian sus dudas. Para el segundo grupo habian contado con la presencia de 12 rompehierros, un señor de las runas y un minero que habia escapado junto con unos pocos de unas prospecciones en la zona. La discusión comenzo al poco, como si alguno hubiera insultado al clan de los ingenieros mascullando por lo bajo, así que la inclusión de un ingeniero fue necesaria ya que el gremio aportaba parte de la financiación de la misión, también aportaria a uno de su gremio y ya no hubo mas discusión posible.

Estuvieron un rato en la armeria, el señor del clan fue presentando a unos y otros Kurdrim ya conocia algunos de su asentamiento pero del grupo original de 20 rompehierros, solo quedaban unos cuantos asi que la unidad habia obtenido algunos "refuerzos" de última hora para una misión bastante especial dirigida por el Gran Rey a la que habia que prestar mucha atención.

Pasaron las horas, y terminaron en un salón bastante grande con una mesa de piedra enorme donde se sentaron una veintena de enanos, casi todos eran guerreros pero también habian venido un ingeniero y un señor de las runas, como su vestimente y sabiduria dio a entender, y un minero con cara de asutado ya que era el único conocedor de adonde iban a ir.

-El Gran Rey ha pedido que llevemos esta incursión en persona, a quedado contento como asi demostro con un asentimiento de cabeza que el maese Kurdrim sea el que dirija y proteja personalmente a Girthal para que lleve su cometido. Segun sus palabras deberan recorrer unas galerias, subterraneos y pasarelas aconsejados por maese Borinson minero de profesión, el busco junto con otros minerales en esa zona así que no le sera dificil volver. La misión es doble debereis llegar hasta el último recuerdo de maese Borinson descendiendo mucho en las galerias, allí debereis buscar una runa en concreto, en una sala en concreto, en un lugar secreto y olvidado. Olvidado por todos menos por algunos pocos enanos- dijo mirando al señor de las runas, que a si vez asintio- una vez recuperado este secreto traereis todo lo de valor que podais portar y a la vez deberia estar muy cerca uno de los antiguos caminos cerrados y gastados por las alimañas de camino a Karak-Varn. El rey en su incansable trayectoria procura restrablecer las rutas entre los karak como antaño, no da pasos de gigantes pero desconfiar que lo conseguira es de estupidos- dejo de hablar por un segundo mientras servia un poco mas de cerveza y bebia largamente para aclararse la garganta -ademas el gremio de ingenieros se ha empeñado en enviar a uno de los suyos ya que pagan parte de la espedición y mandan como prenda a maese Mordrimsson, he explicado que no podremos asegurar su supervivencia ademas se a negado a portar una armadura mejor que la que lleva- dijo mirandolo perplejo -si a eso podemos llamarle armadura- dijo sabiamente viendolo cargado de artilujios de poca monta a los que iban dirijidas miradas de desconfianza.

Era un grupo pequeño, pero con mucho potenciál podrian bajar y subir sin armar mucho revuelo. En ese momento el señor de las runas pidio la palabra.

-Devo aclarar que la sala que buscamos esta muy cerca del Undgrin* hacia karak-Varn no sere una carga una vez que lleguemos al lugar, solo necesitare unas horas para extraer información y podremos partir mi trabajo necesita un tiempo que hay abajo sera precioso, pero sera raudo- dijo con tono apagado. No queria ser una carga en un momento como aquel clavados en un lugar que no conocian y viendo pasar el tiempo sin nada mejor que hacer.

Zanjado el asunto, tuvieron un descanso hasta el día anterior que volverian ha practicar la formación hasta que saliera perfecta, en este caso con la inclusión de 3 enanos que no aportaban demasiado a la formación pero que debian proteger. Asi estuvieron diéz días con maratonianas rutinass de trabajo, cargar con toda aquella armadura no era el problema aunque pareció en el primer momento, el problema era conseguir que todos hicieran caso al músico en sus notas para moverse como uno, mientras los invitados reconocian aquellas notas para no perderse. Hablaron largo y tendido sobre el tema de la luz, y se llego a la conclusión de que una linterna para el primero de ellos y otra linterna ciega para el fin de la unidad seria suficiente, ya que el camino estaba despejado y no querian llamar la atención de nada. Igual Kurdrim se guargaba para él la decisión de encender mas luz si lo veia necesario.

Miembros del clan cejo'fruncido y sus origenes.

Son una rama de la familia del rey de Karark-Zhufar con lazos por parte de tio-abuelo de miembros mineros de Karaz-a-Karak. Las dos fortalezas asesoran y ayudaron a la posesión de la "torre de hierro" por parte de este clan, con la perspectiva de ir haciendo caminos hasta Karak-Varn y en un futuro volverla a tomar.

De momento como muestra de gratitud, dan un 10% de todo el material que sacan de las minas de Gromril. Ademas el clan a visto un filón en la producción de cerdos por lo que el tributo a las fortalezas va bien surtido de jamones y animales vivos para alimentar a la tropa. Ademas como parte de sus tratos, han mandado un nutrido grupo de soldados con ganas de hacerse un renombre en aquellos karak y volver como verdaderos heroes.

En la "torre de hierro" se encuentra un nutrido grupo de clanes, mas un 40% de la población son mineros, que acompañados de un numero insultantemente bajo de rompehierros van limpiando los accesos a las minas cercanas a la torre. De momento en los escasos 90 años de establecimiento, un grupo de ballesteros y montaraces recorren las montañas y los bosques cercanos manteniendo limpios la zona de goblins y hombres bestias para poder aumentar el numero de cerdos que crian. Han hecho muy buenas migas con "la asamblea" con la que hacen ocasionales tratos comerciales ademas de participar en una de sus festividades de verano, donde montan un mercadillo al aire libre y al que todos son bien venidos.

Había sido una patrulla difícil. Ya desde el primer instante habían surgido problemas con las continuas refriegas en los túneles. Aquellas malditas ratas se movían rápido y uno nunca sabía por que lado te iban a salir. Demasiada velocidad y demasiada imprevisibilidad. Aún así las habíamos mantenido a raya, luchando espalda contra espalda en apretadas formaciones. La limpieza de los túneles de aquella ala abandonada había sido ordenada por alguien y diligentemente, habíamos emprendido la tarea. Kurdrim iba a mi lado, pero ya entonces, estaba claro que en su vida aspiraría a algo más. Desde siempre lo había llevado en la sangre. Tenía algo especial a pesar de su mal genio. Por aquel entonces éramos más jóvenes e impetuosos pero sabíamos luchar. Y llevábamos tiempo haciéndolo juntos.

Cuando el muro a nuestra derecha cedió, casi no nos dio tiempo de cambiar la formación. Varias enormes y despreciables rata ogro aparecieron lanzadas en una carga devastadora guiadas por aquellos que se hacían llamar maestros con sus látigos… Casi consiguieron hacernos perder la compostura. Pero los gritos de Arzgun, nuestro barbahierro en aquel entonces, nos hizo recuperar parte del terreno perdido. Por dos veces las hicimos retroceder y por dos veces volvieron. La segunda seguidas de una multitud de Skavens chillones y sedientos de sangre.

A duras penas vi venir el golpe de una de las ratas ogro. Mientras que cientos de estrellas saltaban en mi vista ante el brutal impacto, noté como volaba por los aires poco antes de chocar contra la dura roca y soltar el resuello que llevaba aguantando. Separado de la formación, herido y caído delante de una enorme rata gigante y negra como la noche, no tenía nada que hacer. Solo podía poner mi escudo delante y aguantar y rezar a los dioses para que me acogieran en sus salones cuando cayese.

El primer golpe me hizo rechinar los dientes ante el dolor que me recorrió el brazo fracturado por el golpe inicial. El segundo hizo que mi escudo resultase destrozado por el enorme puñetazo propinado por la rata ogro, saliendo disparado hacia la oscuridad del túnel y golpeándome en la boca. Sangrando y un poco desorientado, conseguí focalizar a aquella enorme masa de músculos y pelo, desafiante, sin temor a la muerte, pero enojado conmigo mismo por caer de aquella forma tan poco honorable, sin poder plantarle cara. El tercer golpe y definitivo ya venía sobre mi, pero un cuerpo se interpuso. Recio y duro como una roca Kurdrim había venido en mi ayuda, y tras desviar el golpe inició una rápida sucesión de fintas y movimientos que acabaron con las entrañas de aquella criatura del infierno en el suelo. Con la mirada encendida y chorreando sangre por todos lados era la imagen viva de un dios enano de la guerra. A pesar de las heridas que surcaban su cuerpo, sonrió mientras estiraba su brazo para ayudarme a levantar. En unos segundos de tranquilidad, pudimos observar el caos reinante.

Acosados por varios lados los enanos se defendían en una clara retirada. Cada paso que daban dejaba un montón de cuerpos de Skaven, aunque cada vez quedaban menos Rompehierros. Arzgun había caído en algún momento, envuelto por una marabunta de ratas sefientas de su sangre y nuestro estandarte estaba siendo pisoteado por las garras de las ratas mientras algunas se deleitaban con la carne del anterior portaestandarte. Con un grito de rabia uy desafío que nos salió casi a la par, nos abalanzamos hasta él. Kurdrim abría camino segando vidas de ratas mientras yo las empujaba con mi corpulencia. Nada parecía detenernos. Ya al lado de nuestro estandarte, me agaché  y lo recogí con el brazo bueno, gritando con todas fuerzas a la reagrupación en torno a él. Mientras, Kurdrim me cubría y comenzaba a bramar órdenes al resto de la unidad que sin rechistar las acataba con una eficacia inusitada. En numerosas ocasiones recibí ataques que aguanté estoicamente, aunque consiguieron herirme nuevamente. Pero el estandarte permanecería en pie, o yo moriría con él. El resto de Rompehierros, comandados por un feroz Kurdrim, empezó a recuperar terrerno… Aquel día murieron muchos valerosos Enanos, pero el túnel aguantó y nosotros salimos victoriosos.

Desde aquel día hice el juramento de servir y proteger a Kurdrim. Fue ascendido, pero ni nuestra amistad disminuyó ni mi deber por cumplir la promesa realizada delante de los dioses. Por tres veces me había salvado la vida y por tres veces debería de devolvérsela aunque fuese a costa de la mia.

Los esclavos se movian inquietos al rededor de la atenta mirada de sus amos, aquellos oscuros enanos de mascaras relucientes, las cuales no daban un brillo como respuesta a la luz de las antorchas.

El Hechicero de Cashut se habia concentrado para encontra a aquella corazonada, y había dado sus frutos una pequeña partida había conseguido llegar hasta el corazón del Undgrim pero ni siquiera sabía lo que buscaban, parecian dudar a cada paso que andaban y aquello lo llenaba de gozo. Serian buenos esclavos una vez entendieran, y portarian noticias frescas del Karaz. Subido sobre su trono de piedra y acero, con sus porteadores mirando mal a cualquiera que pasara, el Hechicero parecia lleno de gozo, triunfal ante su momento de gloria. Pero algo rompio aquel momento, una duda, no podia ser había un herrero runico en el grupo un conocedor de las runas. Lo supo porque el señor de las runas intento evitar su sondeo, intento contrarestar su magia, sin tener ninguna posibilidad, pero eso no significaba nada. La miríada de preguntas que lleno la cabeza del Hechicero, hizo que su barba se crispara soltanto el estandarte de inmediato. Y mirando furioso a la nada.

El torbellino de maldiciones he improperios que solto después a su guardia fue terrible, y todos sentian aquellas palabras como un dolor físico, mas que psicológico. Aun así alguno penso que había valido la pena, desentumecer los brazos contra aquellos garrapatos. Cuando termino, hizo girar su trono sin ninguna orden y dejo a su porta estandarte terminando de arreglar aquello. El tenia cosas mas importantes que arreglar y no pensaba mover un dedo mas de lo extrictamente necesario, bastante tenia con lo que tenia. Ademas, que problemas podia causar unos pocos enanos perdidos entre sus propios tuneles.

La vuelta a las entrañas de la tierra lo llenaban de un sentimiento extraño, no solo era que había estado allí en otra epoca, si no que el mismo había colaborado ha hacer los cierres de algunas de aquellas puertas que se habían perdido en la memoria y el tiempo, menos para alguíen excepcional como él. El hechicero de Hashut volvio a pensar en tercera persona, regodeandose de su victoria, hasta que llegaron noticias que no le hicieron la mas minima gracia. El grupo de enanos no solo no había muerto, habían escapado como de la nada produciendo un derrumbamiento para tapar su sucia huida, si esto no fuera poco habían fracasado en encontrar lo que buscaban la sala estaba vacia, apenas con unos pocos tesoros que nadie había echado demenos en los últimos 300 años. Solo quedaba una sala en que buscar, y no seria facíl llegar hasta ella.

Los pensamientos del Hechicero se arremolinaban en rapida sucesión, aun tenian suficiente fuerza para aguantar allí pero tenia duda, dudas que lo incomodaban en lo mas profundo de su ser, dudas que lo desconcetraban de su tarea. Con un gesto de mano recogio un mensaje, vaya parece que las cosas no iban tan mal después de todo penso para si mismo. Tiro unos huesos y colmillos talismanicos sobre una tablilla de piedra de obsidiana, leia con calma los augurios y decidio seguir redoblanco el esfuerzo de todos, si fracasaban serian dolorosamente castigados, si triunfaban se colmarian de un honor que no recordaba la piramide negra en muchisimos siglos.

Llevaban casi dos días aguantando la penuria del combate, matar skaven subía la moral de la tropa podían estar así durante horas, viendo como morian y apostando alguna cerveza sobre en que zona vital impactarial el siguiente virotazo. Entre risas pasaron las horas, en realidad esperaban a algunos mineros en las proximas horas y no seria de extrañar que algún grupo de rompehierros pasara por aquí buscando un merecido descanso, pero esto era del todo imposible aquel ataque era concienzudo y constante y en 40 horas no habían parado de arrojar muerte al enemigo y este de contestar con vientos de muerte, magía de la peor calaña y sucios trucos.

"El guardían de la piedra" volvio a vociferar algo por encima de la defensa -no desperdicies munición, aun quedan muchas por matar no desespereis ... SI! HAY PARA TODOS!! ...aJAAJAJJJAJAAA!!- reia con una risa ciertamente demente, pero aquel enano llevaba 4 turnos seguidos inspeccionando a las ratas y supervisando la defensa del lugar, apenas había tomado dos barriletes de cerveza enana, y había compartido con algunos enanos uno de ellos, esto no solo mantenia la moral, aquellos enanos aceptarian cualquier orden al instante por absurda que pareciera, hacía que los enanos se apretaran el sinturón y buscaran sangre skaven, sangre de un enemigo irreconciliable, sangre que buscarian con tozudez enana.

(Continua...)

El Gran Rey Thorgrim Custodio de Agravios meditaba. Podía sentir que el mundo estaba cambiando, y no para mejor. En lo alto de su trono, enclavado en el gran salón de Pico Eterno, estaba absorto en la lectura de informes, que le traían de manera incesante cada hora. Todos eran noticias de funestos presagios, y el enfado crecía bajo su magnífica barba.

Los Enanos habían sido siempre una raza adusta, y un semblante sombrío era tan parte de su carácter como el hábito de considerar decadente todo lo sucedido desde los días de sus antepasados. Sin embargo, incluso una raza que gusta de encontrar defectos se encontraba sorprendida por lo siniestro de aquellas señales, la emboscada Skaven había sido infructuosa pero no dejo de ser sorprendente en el último momento toneladas de litros de agua se fueron por el desague, y la pregunta seguía siendo la misma como habían conseguido poner tanta agua en un solo sitio sin ser detectado. Aquello daba que pensar, aunque destrozar a una rata que akaudillaba a aquel grupo daba una ligero respiro, dormir sabiendo que faltaban miles de seres llenos de pobredumbre que se descomponian lentamente en espera de la siguiente pira de fuego. La tarea que les quedaba a los enanos dentro de sus propios dominios no era poca, pero las amenazas que llegaban desde los cuatro costados del mundo no alegraban en lo mas minimo.

(continua...)

Epilogo.

Iba a romper el limite, monto en el girocoptero sin ninguna gana pero era la forma mas rapida !si que lo era!, el viaje fue corto pero intenso con algun giro que no le gusto nada, aunque asi apenas perdio la perpendicularidad. Aquel endemoniado aparato llego al karak por una rampa dispuesta en medio de un acantilado del que no podia ver el fondo, se paro de manera brusca pero no se movio nada cuando toco la dura piedra. Salto del aparato despidiendose del ingeneniero del aparato con una ceja fruncida, era mas que suficiente. Iba en direccion a la sala del rey, le indicaron el camino cuando encontro al sargento de guardia y explico brevemente que ocurria.

El gran rey Thorgrim Custodio de Agravios y el señor de las runas Kragg el gruñón estaban sentados amistosamente en una larga mesa junto con el porta estandarte personal del gran rey, en otra época nobles y maestros de gremios atiborrarian la mesa mientras espitaban barriles de oscura cerveza y repartían animales enteros asados con gruesa leña. Ahora decoraba la mesa un gran tomó, unas jarras vacías y frutos secos desperdigados en una bandeja que a nadie interesaba. La decadencia dawi llegaba a su fin, aunque se resistiera a los años a base de venganzas.

Girthal entró sucio y mal herido, aún no se había cambiado y no había parado de luchar psíquica y físicamente por traer la runa al rey y sólo a el, era un descubrimiento realmente increíble y empezaba a no tener dudas de que la misma Valaya había forjado ese metal de las estrellas. Cuando el gran rey Thorgrim Custodio de Agravios cogió la runa se le humedecieron los ojos al igual que a Kragg el gruñón. En ese momento entró Kargon el tio-abuelo de Girthal. Observando pasmados todos vieron que era algo realmente maravilloso, por primera vez y bajo la luz de los fuegos que hacercaron todos contemplaron la obra. Colocaron la placa sobre un tapete de duro cuero, y bajo la atenta mirada de todos Kragg el gruñón tocó la runa señalando pequeñas runas adicionales, muescas que no entendían y filigranas finamente talladas en el duro metal gromlin. Allí quedó absorto intentando entender aquel nuevo misterio. Aquello no era la obra de un barbilampiño y si no fue la misma Valaya quizás Grungni. Era algo realmente peculiar, en ese momento Girthal habló sobre sus aventuras en el Undgrim , sus dificultade, las de sus compañeros, sobre los parientes perdidos seguidores de Hashut y su sucia magia, como la runa iluminaba el Undgrim de forma que ninguna leyenda o runa conocida podía explicarsobre Kurdrim y sobre todo de sus visiones:

"Mientras manipulabas la runa visiones de tus antepasados te obnubilaron los sentidos, y te dejaste llevar por ella sabiendo que era algo bueno, el presente se convirtio en el pasado y perdiste la noción del tiempo de una manera que solo habías sentido bebiendo alguna potente cerveza enana, aunque en comparación eso había sido solo un parpadeo. Viste los origenes de la raza enana, como la mismisima Valaya grababa runas solo en las mejores piezas, y como maestros herreros con perdidos martillos grababan runas con un poder que hoy en día eran un mal eco del pasado. Viste esta sala, un lugar donde remendar cotas de malla, o cascos muy magullados y como la mismisima diosa colocaba la runa. Supiste por un segundo que la misma runa te enseñana con sus visiones la manera de sacarla sin daño. Valaya coloco la pieza en su vertice superior derecho, luego encajo la pieza entera y la rodo apenas unos milimetros hacia la derecha también, haciendo que la piedra se convirtiera en parte de la misma mampostería. Pudiste ver su sonrisa de orgullo" (vision de Girthal)

(runa de Valaya, aunque no encuentro la que creo que es la original)

Todos quedaron en silencio durante unos pesados segundos, no era para menos tras aquellas revelaciones. Aquella runa era del todo genuina y era la primera vez en décadas que nadie tenía la opción de tocarla y de disfrutarla para gozó del pueblo dawi. El rey hizo llamar al servicio, y mando mensajes a algunos nobles y maestros de gremios. El adusto rey entregó una espumeante jarra a Girthal y con su dura voz - te la has ganado, descansa un instante tú trabajo aun no ha acabado- dijo esto mientras le clavaba la mirada, Girthal encontró sorpresa en los ojos del Gran rey, pero también admiración y respeto. Intento anadir antes de sentarse -Siempre a su servicio Gran Rey ...- pero dejo la frase caer ante la poderosa mirada del Rey. En este momento Girthal se sentó y sintió heridas que le agijoneaban, un dolor intenso de cabeza y flojera en las carnes. Cansado hasta la extenuación sólo pudo beber a pequeños sorbos la jarra que le dio el gran rey, con lo que recuperó parte de su cordura hasta terminarla y pedir que se la llenaran.

Kragg el gruñón sacó una daga,con la que normalmente comían algunos enanos, estaba finamente decorada y tenía una funda de cuero con años de uso, pero bien conservada colocó la daga en vertical sobre la mesa y la runa con la placa justo encima, esta se acomodo y se sujeto medianamente bien.- esta runa se complementa con otro objeto, tendré que estudiarla con más mesura- dijo bajo el asentimiento del gran rey. Escuchó como el rey daba órdenes y sus subordinados las cumplían sin cabilar había un plan en la cabeza de aquel enano y ni las montañas conseguirían parar aquella firme voluntad.

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(Dias despues)

Kragg el gruñón anadio a lo que llevaban un rato hablando -si parece ser que el porta estandarte que mataron esta en el libro de los agrabios, si ha muerto podemos tachar varios pasajes una pena que no mataran al hechicero no tienen los huesos duros como los enanos de antes- no pudo sonreir aquel vil ser habia echo muchisimo dano a sabiendas a la raza dawi - he descubierto en mis pergaminos mas antiguos donde se encuentra el baston de Valaya esta lejos y tengo mis reservas, ya he mandado un mensaje a un conocido mio pero sera algo dificil de conseguir sera mejor que vayan con lo puesto - el gran rey se removio inquieto aquello era lo mas importabte que habia ocurrido desde los ultimos 1000 anos, aun habia muchos agrabios que saldar pero conseguir aquello era ponerlos en contacto con sus dioses ancestros, era el sueno de cualquier dawi, y llevaban toda la tarde organizando un plan tras largos dias de estudio y preparativos. Kragg el gruñón asintio -ya lo he mandado llamar, Girthal es un buen enano aunque algo joven, pero tiene una simbiosis con la diosa que nunca vi es nuestro enano, Kurdrim tambien tiene esa simbiosis pero de menor calibre al igual que los demas, tengo mis reservas- sentencio para alegria de Thorgrim, aunque no lo manifestaba aquellas duras palabras le agradaban. Habia hablado con la expedicion, escuchando sus relatos y repartiendo buenos consejos y un justo premio a cada uno, algunos de ellos no terminarian con vida la proxima primavera, pero lucharian hasta la extenuacion para orgullo de su nacion.