Partida Rol por web

Llúcia permanece pensativa. Escucha a todos exponer su parecer, y al final, habla.

- Pues yo pienso que deberíamos ir a la ciudad a ver a Federick Reich - gira hacia sus compañeros - No sé qué puede estar haciendo en Camberra pero, si lo que sé sobre él es cierto, es una oportunidad absoluta. Si logramos llegar hasta él, no lo lamentaremos, tengamos armas o no - termina, dirigiéndose primero a Paolo y luego a Edgar - Estoy segura que no podremos salir de aquí hasta que se aclare de algún modo la situación, así que si intentamos salir de Camberra ahora mismo, van a terminar con nosotros. Cualquier bando lo haría, pues no pertenecemos a ninguna parte del conflicto. Si Reich está en Camberra, tiene que ser por algo muy importante, y posiblemente tenga que ver con lo que está sucediendo. Luego de verlo seguramente tendremos muchas más posibilidades de salir que intentándolo ahora mismo.

Se da vuelta a Lina.

- Lamento que estén envueltos en esta cacería de brujas. En ella, no puedo hablar por mis compañeros, pero estoy totalmente con ustedes - Llúcia mira a Martin y a Sony, para luevo volver a su interlocutora - Han dicho que para ir a la ciudad son tres cuartos de hora en vehículo. ¿Dispondrían de alguno para prestarnos? - hace una pausa, como cayendo en la cuenta de algo - Y de poder entregar el mensaje, ¿cómo podrían ayudarnos a salir de la ciudad?

El intercambio de información, y peticiones de cada una de las partes continúa sin que yo haga otra cosa que asimilar todo lo que pueda desde mi posición. Daniel y Paolo continúan sin ofrecer excesiva colaboración a los Pander, mientras que LLúcia y Edgar parecen más propensos a hacerlo.

Si están esperando a que yo me decante hacia algún lado lo llevan claro... Ayudaré a estos tipos, al fin y al cabo parecen ser nuestra única vía de salvación, pero no mostraré mi posición; no por ahora.

Al parecer ese tal Reich es alguien conocido... Bueno, entonces también puede servirnos a nosotros

Veamos. - Digo a Llúcia.- Han estado a punto de matarnos por un malentendido, como tu bien dices no es una buena idea tratar de salir de la ciudad hasta que las cosas no se aclaren pero ir a la boca del lobo tampoco me parece una solución. Lo suyo sería tratar de hablar con algún intermediario pero no creo que ese tal Reich sea la solución, a pesar de que tu digas que es la clave aun no sabemos nada de él.

Me parece mejor idea ocultarnos durante un tiempo, conseguir un refugio, armas si fueran necesarias y, una vez que tengamos una visión más clara de cómo están las cosas, actuar. No es que desconfíe de nuestros amigos Pander. - Digo sarcasticamente un poco mas bajo. - Pero es el único punto de vista que conocemos por ahora y como bien sabemos todos, los de nuestra especie tendemos a manipular a los demás, ¿cómo sabemos que ellos no lo están haciendo con nosotros?

Linais frunce el seño...¿Panders? ...¿nosotros?... Mira al Autista. ¿Qué demonios les dijiste?

Sony mira de reojo a la mujer asustado y responde algo sin mucho sentido. Ellos me van a pegar. Sigue dibujando. Boto dijo que no me mataría.

Linais como quien no comprende nada niega con la cabeza. Mientras Martin  hace un signo amenazante a Sony. Por decir estupideces es que nos metes en problemas tonto, más de los que ya tenemos!, ahora  puede que venga el sherrif a matarnos porque estas diciendo que somos Panders, y si viene te entrego a ti, pedazo de idiota!

Yo no dije eso. Dice Sony asustado.

¡Ambos se callan! Linais se muestra nerviosa. Y Martín no lo insultes. Hace un signo de respirar como si estuviera tratando de calmarse, es más algunos pueden ver que tenía una pinza mecánica en la mano que con la tensión y la fuerza la ha deformado.

 Dice lo siguiente como tratando de no estallar.

No somos Panders, aunque supongo que poco les importa lo que seamos. Mira a Llucia, Les podemos prestar un vehiculo para que vallan al Eliseo, mira al Nosferatu, no es obligación que nos colaboren, sea lo que sea los ayudaremos a salir de la ciudad una vez esto termine.

Niega la cabeza, voy a buscar la carta.... Murmura con rabia... Panders, lo que nos faltaba

Poco después les traen un vehículo. Nos es una maravilla, pero sirve.  Le entregan una  carta a Llucia sellada, para Federick Reich, adicionalmente le dan las llaves del vehículo a Edgar.

Entonces no son Panders...ese chico definitivamente es idiota Y señalo a Sony Yo por mi parte estoy de acuerdo en visitar al Principe y hablar con el..desde un principio me he mantenido en esta posicion Y camino al automovil esperando a los demas

Edgar permanece callado durante la escena que forman Linais, Joffe y Sony, como quien permanece lejos de una discusión en donde ni su opinión ni su presencia son requeridas.

Parece que ahora tenemos más problemas de los necesarios - dice el hombre, como reflexionando, mientras mira la llave del auto que le han dejado. - ¿Vamos a ver a ese tal Reich? - esta pregunta iba dirigida a Llúcia y Saul. - Parece que es la única manera de salir de este embrollo, y darnos conocer al príncipe...

Edgar no espera respuesta de ninguno de los dos para moverse. Sabía muy bien cual era su decisión: quería entregar esa carta, hacerles la segunda a esos cainitas que le habían recibido, y, así, cruzar los dedos para encontrarse cada vez más cerca de regresar a su país. Cerrando los ojos, recuerda su barrio, a su familia, a sus amigos... toda la vida que extrañaba desde que se había visto en esa cárcel.

Así que al final sales tú ganando - le dice Edgar a Daniel, una vez que éste se acerca al automóvil. - ¡Vamos a ver al famoso príncipe! Espero que estés feliz - Una sonrisa media burlona se le dibuja al hombre en el rostro mientras abre la puerta del automóvil.

Llúcia asiente hacia Edgar, mientras se guarda la carta sellada entre sus ropas. Daniel ya se dirigía hacia el auto, seguido por su mirada de reojo. Insistía en ver al príncipe, pero Llúcia no estaba para nada de acuerdo con él. Le podían dejar a su suerte en el Elíseo, sí, ¿por qué no? Algo niega dentro suyo, ferozmente. No, dejar a un compañero no. Habría que intentar hacerle entender. Bien, eso ya lo verían. Ahora tocaba razonar con Saul y Paolo, a ver si conseguían ponerse de acuerdo en, al menos, dirigirse a la ciudad.

- No lo vamos a saber a ciencia cierta, como tampoco podemos saber si uno de nosotros desde adentro no ha estado manipulando nuestras acciones desde el principio - dice, respondiendo a Paolo -  Tenemos que confiar en determinadas cosas primero para poder continuar. De cualquier modo nos estamos arriesgando. Desde aquí en la periferia, a tanta distancia, no conseguiremos hacernos una imagen adecuada de cómo están las cosas. Ya sabes, esto es política. Si no estás adentro, no te enteras en verdad de qué van los tiros.

Se pone de pie. Edgar y Daniel ya están al lado del automóvil, esperando.

- Sí estoy de acuerdo contigo en que quizás deberíamos retirarnos por un par de noches, pero si buscamos un refugio, tiene que ser en el centro, no tan lejos. Justamente aquí dependeríamos de intermediarios para ver qué sucede, y es mucho más fácil que la información se distorsione. Como has señalado perfectamente - Llúcia se vuelve hacia Saul - ¿Vienes, Saul? ¿O también prefieres quedarte en la periferia?

Antes de hacer algo más, se vuelve hacia Linais, Martin y Sony. Les escruta con los ojos un momento.

- No sé cómo se han enterado que Reich está en la ciudad, pero si de alguna forma imaginan o tienen idea de en qué parte se encuentra, o tienen modos de averiguarlo, nos será más fácil intentar llegar a él - se mantiene pensativa un momento y luego se dirige a Lina - ¿Pueden facilitarnos un teléfono móvil? Por si cualquier cosa, nos sería muy útil.

Tengo otros planes. Digo a los demás, sin mucho interés de que me convenzan que valla con ellos. No me es útil ir al Eliseo. No tenemos que ir cinco estúpidos a entregar una carta. Mientras ustedes van en el auto, yo iré por mi cuenta, volveré por acá con información. Necesito probar suerte. Camino hacia la alcantarilla más cercana, y sin mucho protocolo entro a ella.

 Teniendo en cuenta la repentina despedida de Paolo, todos se suben al auto. Esperando traer buenas noticias. Les dan indicaciones de como llegar al Eliseo.

Se respira algo de tensión, no saben que van a encontrar.