Partida Rol por web

El clima ligeramente fresco para el mediodía era sofocado el sol que irradiaba rayos de luz desde lo alto. El traqueteo de la carreta había empezado varias horas atrás, al levantar el campamento, la pequeña comitiva de 2 carros tirados por caballos con mercancías hacia la ciudad de Albino había recogido a la pequeña Mishana tras aceptar una pequeña suma de dinero por parte de sus padres.

La pequeña no entendía muy bien porque tenia que ir a aquella nueva ciudad, lo único que sabia es que tenia que entregar una carta que llevaba a buen recaudo a una tal Nifta. Sus padres habían realizado todo lo necesario con cierta prisa y la subieron al carro. Sus únicas pistas eran una taberna llamada “Los 3 muertos” y la carta.

Sentada en la parte delantera de uno de los carros tirados por dos caballos cada uno agitaba los pies por el exterior con inocencia. Su acompañante, un hombre entrado en edad conducía el carromato sin prestar mucho caso a la muchacha. Mishana se asomo hacia el carro de atrás, en el un muchacho joven de unos veinte o treinta años conducía junto a una anciana la carreta. Eran una familia bastante amable en la que el joven se encargaba de montar y desmontar el campamento por las noches mientras el anciano amansaba a las monturas y las cuidaba y la esposa preparaba un fuego y cocinaba para la noche y el día siguiente. Aparte de ellos había un hombre ataviado con una capa con capucah de color rojo, bajo la cual ocultaba aun mas su rostro con lo que parecia una mascara.El hombre o mujer, no había llegado a hablar en todo el viaje, haciendo que habitualmente la familia se olvidase de que se encontraba con ellos.

Habían pasado mas de tres días desde que la comitiva había partido. Estaba siendo tranquilo por el momento, tranquilidad que empezó a enturbiarse cuando se empezó a distinguir a lo lejos una gran cantidad de humo. El humo ennegrecía los cielos, aun os preguntabais cual seria la razón de este cuando por el camino en el que avanzabais apareció una comitiva de personas. Todos a pie, la tristeza se distinguía en sus rostros desde lo lejos.

Poco tardasteis en finalmente encontraros, serian cerca de una veintena de personas, todas ellas cargados con mas o menos cosas a sus espaldas. El anciano que te acompañaba había ido bajando el ritmo de la carreta hasta quedar parado y preguntar a aquella comitiva.

-¿Que ocurre adelante?¿ A ocurrido algo en Albino?.- Sus palabras sonaron dudosas como si ya tuviese un pensamiento recorriéndole la mente sobre el origen del humo.

Uno de los transeúntes lo miro con incredulidad y respondió exasperado.-La maldita purga, maldito sea el príncipe Fabian. Escupiría sobre toda su estirpe, este año ha quemado incluso las casas de la gente que había pagado el tributo…-Antes de que siguiera hablando una mujer le agarro y le hizo avanzar por el camino, quizá temiendo que desatara mas improperios sobre el rey.

El anciano medito unos instantes una vez la comitiva ya se alejaba por el camino y sin mucha premura dirigió el carro a un lado del camino.-Pararemos aquí.- dijo informando al grupo mientras bajaba del carro. Todo sucedió con normalidad, cada uno se encargaba de sus labores como era habitual.

Ya estaba atardeciendo cuando el anciano hablo de nuevo hacia todo el grupo.- No iremos a Albino. Mañana daremos la vuelta, he oído hablar de la purga y estoy seguro que no es buena para el negocio, no creo que podamos rentabilizar el cargamento que queríamos vender.- Miro a la pequeña con cierta lastima y le hablo con cariño, lo siento pequeña, no podrás llegar a donde pensabas, pero volverás a ver a tus pad…-

Antes de que acabara la frase el hombre encapuchado hablo por primera vez en el viaje.- Albino debe de quedar a una jornada de día andando, quizá un poco mas si es una niña. Yo seguiré hacia allí, puede venir conmigo si quiere.- Las palabras secas, pero con resolución. El anciano se sorprendió al escucharle hablar. Su voz sonaba amortiguada por la mascara no pudienso saber su sexo.

Ah, claro, tu también te dirigías hacia albino.- Comento, era obvio que había olvidado su presencia una vez mas.- ¿Que dices pequeña? ¿Quieres ir con él?

Todo aquello había cogido a la pequeña Mishana de sopetón y en apenas unos días, sus padres habían conseguido enviar a la pequeña muchacha a la ciudad de Albino.
No entendía el porqué y aquello solo hizo que se ofuscara, y de alguna forma, enfadara con sus padres, aunque, sin duda alguna, esperaba volverlos a ver. Sin duda alguna lo esperaba. -Nos vemos en Albino, cocodrilos- Fueron las últimas palabras que les dirigió sin saber cual iba a ser el destino de todo aquello más que ella iba a Albino.

Pese a la separación, Mishana no demostraba signos de tristeza, aunque en el interior estaba destrozada, se mantenía firme siguiendo la esperanza de que prontos volvería a verlos, animándose con el viaje que estaba haciendo, con la novedad que era salir de su querido hogar.
Ella canturreaba y miraba a los alrededores detenidamente, sin llegar a mostrar la verdadera exaltación que aquello le producía debido a los sentimientos internos que se habían formado.

Mishana no entendió de que hablaba la gente cuando se cruzaron con un grupo de personas que circulaba en dirección contraria a la que la comitiva en al que ella viajaba lo hacía. Simplemente miró haciendo ver que comprendía.

No tardó demasiado en responder a la pregunta del anciano. Tenía bastante claro su objetivo y debía cumplirlo. Era lo único que tenía y se lo habían proporcionado sus padres. Así que seguiría con ello. -Pues claro. Papa y Mama querían que Mishana fuera a Albino. Entonces Mishana ira a Albino.- Dijo Mishana saltando del carromato con sus pocas pertenencias. -Gracias por todo.- Hizo una pequeña reverencia. -Tengan mucha suerte.- Volvió a hacer una pequeña reverencia y tras esto se colocó al lado del individuo encapuchado. Empezó a colocarse toscamente las cosas, mostrando una falta de destreza típica de su edad, haciendo colgar la gran mochila sobre su espalda y la pequeña bolsa por delante, atando a su fiel compañero de peluche con un trozo de tela a la asa de la mochila.
Se colocó bien el inmenso sombrero, agarró el bastón con su mano derecha y se dispuso a buscar algún lugar donde agarrarse a aquella misteriosa figura la cual iba a acompañar hasta Albino, ya fuera su mano, la manga, o un trozo de tela, como si Mishana fuera una niña perdida.

-¿Tiene algún inconveniente en que Mishana se sujete a usted? Mmmm... ¿señor?- Acabó preguntando, añadiendo un género para intentar descubrir si se trataba de una mujer o un hombre.

Acababa de amanecer y tan pronto como lo hizo el grupo se separo ante las palabras de la joven el enmascarado bajo la mirada hacia la pequeña quizá enfadado, quizá alegre, no se podía saber con aquel trozo de cerámica cubriéndole. Su voz sonó una vez mas ahogada por la mascara.- Puedes llamarme… mmm… Chaser, ven dame la mano si quieres.- Dijo mientras tendía una mano enguantada a la muchacha. La estatura del encapuchado no era mucha asi que Mishana no tuvo problemas para cogerle la mano, llevándola en parte levantada, pero sin que llegase a resultar incomodo para ninguno de los dos.

Mishana cogió la mano del extraño y juntos emprendieron el viaje. Tal y como Chaser habia dicho la ciudad no quedaba lejos, pronto se pudieron distinguir las primeras casas. Durante el camino el enmascarado no parecía tener interés en iniciar ninguna conversación pero cuando parecía que la muchacha empezaba a impacientarse por tan silenciosa compañía se escucho su voz de nuevo.- Entonces, ¿que es lo que le hace a una niña tan pequeña iniciar un camino hasta tan lejos sola?

El individuo resultaba extraño en muchos aspectos. Quizás demasiados, pero Mishana no le daba vueltas a aquello. Su educación le había enseñado que meterse en los asuntos de los demás no estaba del todo bien. A fin de cuentas eso podía conllevar problemas.
No hizo preguntas acerca del extraño atuendo, mascara y guantes del individuos, simplemente disfrutó en silencio de la compañia.
Mishana era una muchacha tranquila capaz de pasarse horas sin decir una sola palabra, ya fuera por respeto o por no haber la necesidad de ello.

Mishana parecía sorprendida con la vista. No había salido nunca de su ciudad. Ahora por primera vez descubría el mundo. Mishana intentaba ocultarlo, pero el balanceo de la mano con la que cogía la de Chaser la delataba.

-Mmm… Papa y Mama apañaron las cosas para que Mishana fuera allí. Así que Mishana, como una buena niña ha de ir a Albino… a un lugar llamado ¿Los 3 Muertos?- Añadió Mishana extrañada sin acabar de comprender aquel nombre con tan poco encanto. -Y allí Mishana esperará por Papa y Mama.- Eso era lo que Mishana creía, que si esperaba allí se reencontraría con ellos. Quizás era cierto, quizás no. Mishana tampoco lo sabía.

-Vamos a ver- Murmuró, lamiéndose los labios, mientras se acomodaba todo su equipaje otra vez, agarrando debidamente la mano de Chaser. Lo hizo con fuerza y confianza, quizás sorprendiendo a su acompañante. Era una reacción ante la llegada a aquel lugar. Nervios, miedo, emoción.
Mishana no miró a Chaser. Simplemente presionó y prosiguió al ritmo que su cuerpo le permitía, acompañándose con el ritmo de su bastón.

-Y a usted, señor Chaser ¿qué es lo que le hace iniciar un camino hasta tan lejos solo?- Al preguntar, imitó la pregunta que Chaser le había hecho. Mishana había dado por sentado que se trataba de un hombre.

Chaser pareció tener algún tipo de reacción al escuchar el nombre del sitio al que te dirigias.- Realmente no es un sitio donde una niña espere.- Comento despacio, casi dudoso de que la niña hubiese entendido correctamente el lugar al que le mandaban sus padres.- Aunque bueno, si se ha realizado la purga… será de los pocos sitios que siga en pie.- Su tono de voz no dejaba entrever mucho mas que lo que querían expresar sus palabras.

Cuando Mishana le hizo casi la misma pregunta al hombre este se limito a responder escuetamente.- Volver al hogar supongo.

Mientras caminaron llegaron a una de las primeras casas, o mas bien lo que quedaba de ella, únicamente una de las paredes estaba en pie, el resto se había convertido en cenizas que se extendían hasta el camino, haciendo que a cada paso que los dos viajeros daban se levantaran volutas de polvo negro.  Según se aproximaban a los exteriores e la ciudad encontraban mas y mas casas en ese estado. Parecía como si únicamente quedaran los restos de una gran pira de fuego.

Este año se han pasado…- El comentario en voz baja de Chaser se hizo notable para la muchacha, dicho comentario no parecía de pena, si no mas bien de sorpresa.

Continuaron andando y al poco rato el enmascarado volvió a hablar.- Supongo que si te dejara sola no tendrías mucho problema en encontrar el lugar al que te diriges, pero tengo algo de tiempo antes del anochecer… y tengo cierta curiosidad acerca de porque te diriges a dicho sitio…-No lo había dicho, pero parecía ofrecerse para acompañarla a la taberna de los tres muertos.

-Mmmm... ¿Volver a casa...? Que suerte- No hacía demasiado que Mishana había dejado su hogar, sin embargo, ya lo echaba de menos, sobretodo a sus padres.

El camino empezó a hacerse algo perturbador a ojos de la pequeña muchacha en el momento que alcanzaron las primeras casas de lo que era la ciudad de Albino o lo que había sido. No comprendía muy bien. Todo estaba chamuscado, quizás eran los barrios pobres, pero Mishana no entendía. Lo que veía era extraño.

La mano de Mishana volvió a presionar con fuerza la de Chaser. Mihshana miró al individuo cuando esté murmuro algo. No preguntó. Dejó pasar el comentario como si no hubiera dicho nada.

-¿Seguro que quieres acompañar a Mishana?- Se detuvo mientras preguntaba aquello, mirando con los ojos bien abiertos a su acompañante. -Si dices que podría llegar sola, a Mishana no le importa ir sola.- En realidad se sentía más segura acompañada de aquel individuo, pero el se estaba metiendo en los asuntos de Mishana. 

Chaser agito la mano contraria a la que te sujetaba en una expresión intentando quitar importancia.- Me pilla de camino, además, el propietario es un viejo amigo. O al menos antes lo era.- Comenta con cierta duda en su voz.

Empezaron a caminar por los exteriores de la ciudad, cuando llevaban un pequeño tiempo caminando el mar se empezó a ver por la lejanía, el sol, tímidamente empezaba a esconderse detrás del horizonte, haciendo que sus rayos se despidieran lentamente de todos aquellos que dirijeran su mirada a los reflejos del agua azul.

Era una sensación extraña, a un lado la naturaleza del mar hacia pensar en su maravillosa vista, al otro lado una gran cantidad de casas maltrechas y quemadas por el fuego hacían acto de presencia mientras algunas volutas de humo aun se elevaban.

Finalmente llegaron a una zona en la que el paisaje casi cambiaba súbitamente, junto a bastantes edificios quemados se podía ver un único edificio en pie sin tener ni una marca de hollín en sus paredes. Encima de la puerta un cartel siniestro cuelga, retratando una cabeza ahorcada sin el cuerpo, una daga clavada en la frente y una cuerda enrollada debajo del cuello. Este se bambolea ligeramente por el viento que sopla en la ciudad, removiendo cenizas y levantando un olor dulce de carne y madera quemada.

Finalmente, aun de la mano del enmascarado le sigues hacia el interior. El piso inferior esta casi vacío, solo unas pocas mesas tienen clientes, que al entrar miran hacia vuestra dirección. En la barra el dueño del local limpia calmadamente una jarra con un trapo el cual no parece muy limpio. El individuo de unos dos metros levanta la vista de su trabajo y os mira.

-Bueno pequeña, este es el lugar que dijiste, intenta no meterte en problemas.- No lo tienes muy claro, pero casi se podía decir que el enmascarado intenta ahogar un tono divertido en sus palabras.

Sin mucho reparo te suelta de la mano y empieza a caminar hacia la barra.- ¿Que tal va el negocio Sarj?.- Le pregunta a el tabernero, un hombre de casi dos metros y una cara de pocos amigos.

Bastante mejor desde que dejaste tu el tuyo Nifta.- Pronuncio el hombretón con un tono bastante grave que se podía interpretar como una molestia.- Espero que no vengas a molestar de nuevo, la ciudad ya tiene bastantes problemas. No sabia que ahora te encargabas de cuidar niñas.

Agita la mano intentando hacer como que el ultimo comentario nunca hubiese existido.-Si… eso he visto.- Comenta Chaser mientras se lleva la mano a la cabeza y se quita la mascara. Desde tu posición te es imposible verle el rostro, pero ahora hablando sin aquella pantalla su voz se ve distinguida como de mujer, no muy mayor.-Ya te he dicho que deje ese nombre y el oficio hace tiempo, no hay porque ser tan agresivo. ¿Que demonios ha pasado este año? Habitualmente no quemaban tantas casas.

Puff. Ni idea, simplemente incendiaron todas las casas hubieran pagado o no el tributo, este año incluso había un inquisidor con ellos.- Dice mientras sigue limpiando la jarra dando una sensación de que lo hace mas por tener sus manos ocupadas que por obligación.- ¿Bueno entonces vas a tomar algo?

-Un inquisidor ¿eh? Pero tu veo que sigues saliendo indemne.- dice mientras suelta una pequeña carcajada.-Bueno, bueno, directo al negocio eh? Supongo que no tendrás una de esas tostadas que bebíamos antaño no?

El tabernero simplemente emitiendo un gruñido se va hacia unas escaleras de detrás de la barra y deja de vérsele. Chaser mientras tanto apoya las manos en la parte de atrás del taburete y se reclina un poco mientras espera.

Aquel lugar se había transformado de lo que hubiera podido ser, en ahora un tétrico cementerio de edificios calcinados que provocaba una sensación de incomodidad y de ansiedad en la niña. Algo en todo aquello no estaba bien. Mishana no lo entendía, no acababa de comprender. Su ser le gritaba que ahí fallaba algo, pero su inexperiencia y su retorcida otra mitad impedían que lo comprendiera.  Sin embargo, todos aquellos pensamientos que podían cruzar la cabeza de Mishana desaparecían con la visión del maravillando a la pequeña chiquilla hasta el punto de quedarse completamente absorta en la hermosa vista que presenciaba. Era la primera vez que veía el mar.

Así fue como pasó el trayecto que quedaba hasta la mencionada taberna, absorta admirando el mar, distraída de la desgracia que había caído en aquel lugar, prestando ínfima atención a lo que podía decir su compañero.

Tras aquello y alcanzar el objetivo, se dirigieron al interior de la taberna donde su acompañante se puso a charlar con lo que parecía el duelo de la taberna. Al parecer se conocían.

-_{No, no me voy a meter problemas-} Susurro como si respondiera a otra persona a parte de Chaser.

Luego se quedó entretenida escuchando la conversación intrigada por la voz de la que ahora parecía ser una mujer, intentando situarse de alguna forma para poder observar bien el rostro de esta.
Cuando terminaron de hablar, Mishana intentó hablar con el hombre que había estado conversando Chaser, sin embargo, este desapareció por la petición de la mujer.

-… Mishana tendrá que esperar- Dijo Mishana alcanzando el taburete con su pequeña altura y subiendo con algo de esfuerzo. Una vez sentada, se colocó mirando a su acompañante y le sonrió.

_{Si… meterse en problemas seria malo, y no queremos problemas… ¿o si queremos problemas?}- Responde una voz en tu mente cuando contestas a Chaser.  Intentando ignorar a la voz te sientas en uno de los taburetes cercanos a Chaser intentando echar un vistazo a su rostro, y sea dicho esperar a que vuelta el tabernero.

Chaser se gira para mirarte y simplemente sonríe, parece bastante mas alegre de lo que aparentaba con la mascara puesta, que ahora descansa colgada de su cinturón.- Si buscas a alguien deberías preguntarle a Sarj, no hay nadie que el no conoz…- Interrumpe su frase al ver al tabernero volver con una gran jarra de madera llena de lo que parece cerveza tostada.- Ohh, bien te queda, y veo que no escatimas en la cantidad.- Dice mientras se relame y coge la jarra con ambas manos. Sus piernas se mueven alegremente debajo del taburete, finalmente se cruzan cuando se lleva la jarra a la boca y da un buen trago.- Ahhh, estas cosas son las que echo de menos, algún día tengo que colarme en tu sótano y…

Ni lo sueñes.- Corta el posadero con firmeza.- Y espero que no la dejes a cobrar como la ultima.

Ah… eso… ¿te acuerdas eh? No se te escapa una.- Dice mientras ríe alegremente.- Si tengo dinero.- Dice mientras saca una pequeña bolsita de cuero y la coloca en la barra. Obviamente la bebida no debería valer tanto pero la bolsita se queda en la barra.- Bueno y que se cuenta por la ciudad, ¿Qué tal le va a mi sucesora?

El posadero mira con recelo a la muchacha y coge la bolsita, después de ojear el interior un poco empieza a hablar.- Es curioso que preguntes por ella. Murió durante la purga.

¿¡Que!? Eso es imposible, no creo que la cogieran en una purga.- Exclama Chaser interrumpiendo su trago de la bebida.

Durante la purga, pero no por esta… Por lo visto le pareció buena idea entrar en la sala del rey.- Dice con cara de pocos amigos finalizando una conversación que parecía incomodarle. Dicho esto miro a Mishana y se inclino sobre la barra.- ¿Quieres algo pequeña? Este no es sitio para niñas.

_{-No, no queremos problemas. Y ahora no es el momento.-} Mishana se reafirmó, susurrando ligeramente más fuerte haciendo callar la voz.

Los pies de Mishana colgaban del taburete apenas llegando a media altura, así que se entretenía balanceando los pies mientras esperaba, mirando hacia ellos moviendo el cuerpo de un lado al otro siguiendo el ritmo que sus extremidades llevaban al moverse hacia adelante y atrás.
Cuando reapareció el hombre que al parecer era el dueño de la taberna, Mishana paro súbitamente el vaivén de su cuerpo y miró directamente al individuo, colocando sus manitas sobre sus rodillas, manteniendo el cuerpo erguido con la esperanza de poder ahora hablar. Mishan escuchaba a Chaser, pero está se interrumpió para prestar atención al hombre.

Mishana hincho los mofletes unos segundos a modo de berrinche, aunque no le sirvió de nada, así que tuvo que esperar a que la conversación que habían iniciado Chaser y Sarj acabara. Escuchaba atentamente. No era algo que comprendiese. No tenía ni idea de que hablaban, pero la palabra “purga” era algo que empezaba a repetirse demasiado en todo lo que la gente hablaba sobre la ciudad de Albino y empezaba a producir cierta curiosidad a la niña. _{-Sí, sí, ahora preguntaré, espérate…-} Susurró. No hacía falta que lo volvieran a repetir. Aquello ya había captado su atención.

Cuando acabaron de hablar para lo que Mishana era una conversación la mar de mundana, el hombre se dirigió a Mishana.

-Buenos días, señor.- Mishana se puso de rodillas sobre el taburete y le tendió la mano saludándolo. -Me llamo Mishana Solinana Vedana, un placer.- Empezó a revolver sus cosas en busca de la carta y cuando la encontró, se la tendió al hombre. Mishana no creía necesario dar más información por el momento.

-Ah, por cierto ¿Qué es la purga?- Añadió.

Sarj no emitió mas que un gruñido mientras le tendías la carta, la cogió quizá con demasiada fuerza, haciendo que el papel se arrugara entre sus manos. Cogió de detrás de la barra un cuchillo y rasgo una de las partes del sobre. Introdujo dos de sus dedos y dos papeles pulcramente doblados, uno de ellos con una gota de cera y sellado. Tras unos breves momentos desplego la nota simple y empezó a leer.

Después de unos momentos que casi se hicieron eternos para la muchacha, el tabernero empezó a reír con una voz bastante grave. Miro el sobre que estaba en la mesa  y mas tarde a Chaser.- ¿Entonces de que conoces a la muchacha?.-Pregunto con lo que parecía un tono de broma que solo el comprendía. Al poner Chaser cara de interrogante no comprendiendo sus palabras el tabernero siguió hablando.- Por lo visto sus padres conocen a Nifta… la pregunta es cual de las dos... La envían aquí para evitar un problema allí donde vive, no explica nada mas, aunque supongo que esto dirá algo mas.- Dijo mientras enseñaba la carta cerrada con cera.- Bueno,¿ entonces que hacemos?, no sabría como contactar con ella.- Dice mientras vuelve a coger una de las jarras y se dispone a limpiarla.

Tras un momento en el que la cara de Chaser ha quedado congelada finalmente sale de su ensimismamiento y mira a la pequeña.- Esto… ¿Mishana? ¿Podrías decirme el nombre de tus padres?

Mishana estaba algo ansiosa esperando una respuesta pero no podía hacer otra cosa que esperar siguiendo de rodillas sobre aquel taburete. Observaba con presunta tranquilidad el lugar, aunque por dentro, Mishana estaba estaba ansiosa mostrando aquel aspecto por los rápidos movimientos que producía cuando examinaba el lugar y de vez en cuando posaba su mirada sobre el tabernero y Chaser, a quien le dedicaba una sonrisa cada vez que esta la miraba. 

_{-Si, yo también espero que respondan.-} Por el momento no recibió respuesta acerca de la purga. Mishana volvería a insistir más adelante, sin embargo, ahora, cuando Sarj volvía a hablar Mishana reaccionó ante algo muy obvio. Nifta, aquel nombre venía en la carta, y con anterioridad, había llamado a Chaser de esa forma. Mishana se giró extrañada hacia la mujer, algo enfadada consigo misma por no haber caído en ello. _{-Me podías haber avisado.-} Susurró como si hablara para si misma castigando a su mente por ser tan poco perceptiva ante ese aspecto. No era su mente y quizás solo lo había hecho para entretenerse.

Antes de que Mishana pudiera llegar a decir o hacer nada, Chaser se dirigió a ella. -Erm... Esto, ¡Si!- Dijo algo descolocada. -Megrilo Solinanana Santorini es el nombre completo de papa. Vergerita Vedana Dulacard es el de mama.- Se quedó mirando a Chaser. -¿Tú eres Nifta?-  Observaba con los ojos bien abiertos a la mujer esperando una respuesta afirmativa. No sabía que tenía que ver quien fuera Nifta con todo aquello, pero si tenía que hacerse cargo de Mishana, Chaser parecía una buena opción. Sonrió mientras la miraba fijamente.

Es… difícil de explicar.- Empieza a hablar Chaser, o Nifta, aun no es seguro.- Digamos que “era” Nifta, es el apodo que se le da a un rango dentro de… nuestro oficio.- Dice con voz suave mientras te mira.- Aun asi creo que la carta es para mi, Vergerita, Verita… digamos que hice negocios con ella en el pasado.- Dice mientras se inclina hacia la parte posterior de su taburete dándose aires pensativos.

Finalmente se reclina y coge de la barra la carta. La mira con cierta reticencia y finalmente se quita un guante para poder quitar la pequeña gota de cera con facilidad. La despliega sin mucho entusiasmo y tras unos momentos de leerla la vuelve a doblar y la deja sobre la barra. Vuelve a coger su jarra en un gesto casi automático y la inclina sobre sus labios hasta darse cuenta que esta vacía. Después de un suspiro de resignación la deja sin entusiasmo y mira a Mishana.-No se en que estaría pensando tu madre… es extraño. Estuve tantos años intentando hacer que se uniera ya que queria alguien con sus “habilidades” en la banda… y ahora me envía a su hija.- La voz de Chaser no es de emoción, si pudiera expresarse en una sola palabra seria perplejidad.

Tengo que… pensarme esto, en teoría ya no me dedico a… bueno, sin embargo…- Se gira directamente hacia tabernero.- Sarj, esto… supongo que sabrás si hay próxima sucesora ¿no?- Ante la pregunta Sarj se encoje de hombros.- Necesito… tiempo para pensar, ¿el dinero que te he dado alcanza para una habitación de trato… durante una noche?- Pregunta de nuevo al tabernero el cual esta vez responde con un gruñido y un movimiento hacia su pantalón.

Después de un ligero tintineo una llave es colocada en la barra por el gigantón.- Piso de arriba, cuarta puerta a la izquierda. Una sola noche.

Nifta recoge la llave, carta y demás objetos y mira a Mishana.- Ven pequeña voy al menos hoy no dormirás a la interperie…- Después de cogerte de la mano y acompañarte por unas escaleras llegáis a una habitación con unas puertas robustas de madera  después de abrir y mostrarte una habitación en la cual una mesa hace de centro en la estancia con una cama en uno de los extremos que parece haber sido usada pocas veces. -Tengo que averiguar unas pocas cosas, duerme mañana vendré a recogerte y te responderé.

Mishana no entendió y lo mostró abiertamente ladeando la cabeza acompañando el movimiento con la expresión inocente de una niña pequeña. No había entendido que era Nifta. ¿Era una persona? Así era como lo entendía, pero quien antes se había hecho llamar Chaser le había atribuido otro significado o más bien clasificación. De todos modos, bien afirmó que aquella carta iba dirigida para ella, aunque no sacó de Mishana las dudas que tenía. -¿Entonces usted es Nifta?- A Mishana no le importaba sonar repetitiva. Mishana solo esperaba que dijera textualmente que era Nifta. Si no MIshana acabaría más confundida de lo que ya estaba.

Aún y con la confusión que tenía, Mishana intentó seguir el resto de la conversación, respondiendo como podía. –Pero papá y mamá me enviaron aquí… Si la carta va dirigida a usted ¿Señora Nifta?¿No debería hacerse cargo?- No sonaba arrogante, simplemente sonaba como una inocente niña de ocho años perdida y alejada de su hogar que había encontrado el objetivo que le habían asignado. Miraba con ojos bien abiertos a la mujer, mostrándose, sin quererlo, como un gatito perdido, como un cordero degollado.

Siguió atenta al resto de la conversación. No parecía que por el momento fuera a haber una respuesta afirmativa a aquello, pero al menos le iba a dar un lugar donde dormir.

­-Aún es muy pronto para irse a dormir…- Miró por la ventana. –Es… apenas mediodía…- Aunque la dejará ahí dentro sola, Mishana se las apañaría. Mishana era una niña responsable, pero sus deseos de explorar y descubrir el mundo a veces la superaban acarreando consigo consecuencias devastadoras.

La voz de su cabeza estaba ansiosa. Quería divertirse.

Nifta mira extrañada a la pequeña cuando comenta la hora, pero sin simplemente suelta una escueta frase de despedida para después lentamente cerrar la habitación. La pequeña empieza a dar pasos y a buscar por todos los rincones hasta finalmente aburrirse.-_{Es demasiado pronto… ¿porque no salimos a dar una vuelta?}- Incitaba sin dar cuartel a la voz en la cabeza de la muchacha. La llave lucia brillante desde el interior, tan solo girarla y podría salir de la habitación.

Finalmente un pequeño clic de la cerradura continuado por el pequeño crijir de madera vieja hizo que la pequeña saliera de la habitación contenta de sus proezas, alabada por aquel ser que habitaba en su interior. Tan pronto como lo hizo y empezaba a andar por el pasillo la puerta contigua a la de su habitación se abrió con un sonoro estruendo y una persona acabo en el rellano, dando un golpe contra la pared.- Puedes abandonar el lugar, si no te gusta lo que pagamos puedes ir a devolverle esa mierda a quien sea que se lo hayas robado.- Resonó una voz desde el interior de la habitación. El hombre medio calvo que habia sido sacado de la habitación temeroso se levanto y bajo las escaleras presuroso.

Desde abajo una voz se escucho.-Espero que no hayáis roto nada.

Finalmente un chaval de pelo blanco, bastante joven pero desgarbado salió de la habitación y grito desde arriba.- No… nada…- Cuando se dio la vuelta se encontró con la pequeña Mishana que, curiosa no había podido resistir la tentación de mirar dentro de la habitación y ver como una mesa estaba partida en dos. El muchacho la miro primero a ella y después a la mesa. Se llevo un dedo a los labios y le guiño un ojo.- No digas nada, no tiene por que enterarse… Bueno… ¿y tu eres?- pregunto curioso mientras intentaba hacerse a la idea del que hacia una niña en aquel lugar

Mishana miró algo perpleja al muchacho que acababa de salir de la habitación, intentando procesar lo que acababa de ver y oír. Tras pensar aproximadamente unos ocho segundos, Mishana reaccionó.

-Uno se presenta primero, luego pregunta.- Mishana miró con cara de desconfianza a aquel chaval. –¿Y por qué Mishana no debería decir nada? Has roto la mesa. Mentir no está bien… Bueno… Eso es lo que decía mama.- Mishana se llevó un la mano al mentón reflexionando sobre lo que había dicho como si tuviera dudas acerca de la veracidad de lo que ella misma había mencionado, como si no tuviera del todo claro si mentir estuviera realmente bien o mal. Mishana le sacó la lengua como si aquel chaval la hubiera ofendido.

-Es más ¿Qué estabais haciendo ahí dentro?- Se acercó inquisitiva al muchacho. –¿Vas a decirle a Mishana que estabais haciendo?- Se plantó delante del chaval con la intención de entrar en la habitación de aquel chico. Mishana había salido de allí debido a su aburrimiento, y parecía que había encontrado la manera de entretenerse.

-Es más, que pasaría si Mishana te delatase.- Mishana empezaba a comportarse como una pequeña extorsionadora animada por la voz de su mente. _{-¿Seguro que esto está bien?-} Murmuró apartando su mirada del chico. _{-Si tú lo dices-} Mishana volvió la mirada otra vez al chico, mirándole directamente a los ojos mostrando confianza. –Bueno, pues eso, preséntate y contesta.- Dijo imperativa.

Los ojos del muchacho se entrecerraron ante tremenda falta de respeto de la chiquilla.- Chica, solo por eso no pienso decirte mi nombre, y eres libre de ir corriendo a decirle lo que quieras a Sarj, aparte, ¿No te han dicho que no debes meterte en asuntos que no son de tu incumbencia?.-Dice el chico en un tono bastante molesto mientras se colocaba entre la pequeña y el interior de la habitación.- Bah, paso de esto, si no fuera por quien ha entrado contigo en la posada…- Dice mientras cierra la puerta desde fuera y se dirige hacia las escaleras. Escuchas como baja los escalones lentamente de camino a el piso inferior.

El pasillo queda de nuevo vacio, algunas voces se pueden escuchar en el piso inferior  podrías bajar y salir a la calle, aunque bien te has dado cuenta que el muchacho parece no haber cerrado la puerta con llave.