Se aproxima al cadaver de Falere, disgustado.
-Estupidos +comenta en tono seco+ Lo han matado demasiado deprisa ... Hubiera sido muchisimo mejor atraparlo y torturarle. Sacarle la informacion sobre la Camarilla que tuviera... y luego los intestinos. Pero no...
Menea la cabeza. Le dieron al traidor el final mas noble, una muerte rapida y practicamente indolora... Encoje los hombros, ya no hay nada que hacer, pero igualmente examina los restos de Falere con atencion...
Busco la lengua, asi como los dientes que queden. Si tengo que tirar algo dime.
Ehhh sí, digo del mejor modo mientras saco piedras, ¿pero y que querías?, el sujeto casi me vuelve un tanque agujereado, igual, ya sabes lo que nos dijo Murray, matarlo, aunque estoy de acuerdo, m e hubiera gustado torturarlo lentamente... pero, puedes llevarte a su criado. miro al sujeto enterrado. para hacerlo, ¿no?
Vámos ayudenme que seguro, les pondra felices salir de esta posilga.
Abres su quijada, y le ves la lengua y los dientes, se los sacas poco a poco, bien sabes como hacerlo.
Nada de dados, este te lo regalo por estar a punto de finalizar.
Me acerco al cuerpo de Fallere y por primera vez hago un gesto de satisfacción. Trabajo hecho por lo que a mí respecta, al ser el último en atacar me considero que fui yo quien le dio muerte, mi sire estará complacido y yo tendré algo para el ritual. Al parecer los dos sabbats tienen sus motivos para torturar a este hombre, a mi no me importa torturarlo, sólo me importa cumplir mi misión, y dado que lo hice, me voy. Le hago una sonrisa coqueta a la hermosa peliroja Leticia y le digo. ¿no estuvo mal, no crees?, me gustaría verla después.
Me acerco Roberts y comienzo ayudarle a sacar piedras.
Sangre...la sangre del traidor.
Es un momento esperado, aunque no perfecto.
Max se acerca al cuerpo de Fallere y le corta la lengua y le saca los dientes, signo que hacen los sabbats a los traidores.
El olor de la vitae de Fallere inunda todo el lugar, y los cuerpos sin vida de los otros están regados en el piso.
Fallere parecía tenerlo todo, menos sentido común, se hizo de enemigos, que no les importaba matarlo para cobrar venganza.
Ben y Adam comienzan a sacar las piedras. Ben lo hace con sus látigos de sombra lo que es más rápido, y pronto todos pueden oler el aire fresco de la calle.
Uno a uno, van saliendo de la mansión de manera rápida y encontrando una hermosa destrucción en el camino. Dos camionetas 4*4 los esperan a la salida, saben que Murray se las ha mandado para que puedan escapar, y es así como este equipo que trabajó una sola noche se disuelve.
Sólo quedan las despedidas.
último posts señores y terminamos.
Arroja la lengua a Ben. Como le habia prometido, le corresponde. El se queda con los dientes... siempre son decorativos.
El disgusto no desaparece de su expresion, sin embargo. Aunque el objetivo fuera cumplido, disto mucho de ser el castigo ejemplificador que debiera. Solo una masacre mas... las cuales no tienen nada de malo pero quedan cortas en estos caso... Por si fuera poco, el "buen" Rosco ya no estaba con ellos... No es que tuviera sentimientos tales como amistad o aprecio por el nosferatu, pero era un compañero util y con el que podia trabjarse bien... En cambio han sobrevivido algunos de los indeseables, desgraciadamente... Si bien al menos la mujerzuela resulto medianamente entretenida en algunos momentos, tambien fue la causa de que la pelea empezara antes de lo debido. Y los otros dos...
Con un encojimiento de hombros termina esta elucubraciones. Lo hecho, hecho esta, y ahora todo ha terminado. Sin decir nada, hace un gesto de saludo con dos dedos a los "independientes", y una señal con la cabeza a Ben, para tomar una de las camionetas y largarse de alli.
Salgo con mis manos llenas de tierra, y miro alrededor la destrucción causada, observo que Max me lanza la lengua de manera enfadada, la recibo con una sonrisa y los guardo en el bolsillo, se despide de los demás no en los mejores modos. Mi rostro se ilumina a ver el cielo, y al observar cómo las estrellas están siempre ahí a pesar de la carroña, les regalo una última mirada a los compañeros de misión, parece que al fin de cuentas Max está disgustado con la pelirroja inútil, se lo dije, y no me hizo caso..
Adios, les digo sin mucha emoción. Adios Rosco... murmuro
Camino detrás de él, nos tomaremos una camioneta para los dos, es mejor hacer las diferencias y las líneas deben ser claras.
Sabes Max, se que estás molesto con el resultado, ¿pero sabes?, podemos, no se, ir a divertirnos, hay una niña muy linda que estoy seguro que te gustará deformarle la cara.
Sin más, y antes de recibir una respuesta entro al auto, y le digo al encargado que conduzca, no esperamos a nadie más.
Antes de que los Sabbats empiecen su carnicería particular me hago con alguno de los objetos personales del recién cadáver. Me levanto y me sacudo el polvo del traje. Saco el móvil de un bolsillo de la gabardina. Debo informar del éxito de la misión...
¿Víctor?...
Sí...
Si, todo ha salido como esperábamos.
Aha...
Si, le traigo un recuerdo. Espero que sea suficientemente personal para llamarle.
¿Y como está Carolina?...
Muy bien, pues nos vemos en una hora... Ciao.
Cuelgo el teléfono mientras veo de reojo como los sabbats se marchan con sus trofeos. Apenas se despiden de nosotros y finalmente se suben a uno de los furgones.
Yo también me dispongo a subir en el otro vehículo. Mi coche esta en la mansión de Murray así que acompañaré a los otros dos integrantes en el camino de vuelta.
Espero que no se vuelvan a repetir episodios como este en una buena temporada. Con una noche al año en compañía de los sabbat ya tengo suficiente.
Señorita... digo abriendo la puerta caballerosamente para que suba antes.
El final le fue supremo. Sus iris teñidos de carmesí percibían el mundo más lento, algo que siempre extendía el placer durante el último momento. La explosión que le bañó en vitae fue la mejor manera para acabar el trabajo. Estaba embriagado de disfrute, eufórico. Aún no deseaba retirarse, pues sentía la necesidad de extender aquel momento para siempre. Se descuidó. El encargo había finalizado, y ya no quedaban más que "aliados". Así que sonrió, torciendo el rostro en una mueca demencial.
El aroma de Falere era distinto, así como el de su sangre. Era mejor que el del ganado, más poderoso. Superior al de sus lacayos vampiros incluso. Verdadero alimento. Lo deseaba. Casi cayó de rodillas junto al cadáver para así drenarlo de su potencial líquido, pero el aroma que parecía hacer que la vitae incluso corriera por sus venas, pronto empezó a enfermarle. La maldición pesaba sobre su cabeza. Se mostró disgustado ante la sensación, pero supo consolarse. Tal vez en unos siglos más. Unos siglos más, y los Tremere ya no tendrán poder sobre nuestra sed.
Se alejó del cuerpo, creyéndolo mejor así. No dejaría la marca de su clan. El Assamita nunca estuvo allí. Mientras removía piedras, relamiéndose los labios cubiertos de sangre humana, pensaba en eso. Se sentía como un heroinómano que acababa de recibir su dosis. Podía recostarse en el suelo por días a saborear su victoria. Tal era su estado de embriaguez que lanzó un gesto lascivo a la Ravnos. Para cuando se dio cuenta, se alegró de superar una barrera tan patética. Pero depender de la vitae como un hombre dependía del alcohol para acercarse a una mujer no fue suficiente para deprimirle.
Decidió que todos se merecían al menos una inclinación de cabeza como despedida. Al fin y al cabo, funcionaron como un conjunto, y lo hicieron bien, aunque la idea de volver a trabajar en grupo no le enloquecía. Observó como uno a uno se metían en las camionetas, distrayéndose con el contoneo de Leticia a lo último. En otros tiempos, habría sentido un escalofrío. Solitario, sonrió de lado, mientras daba unos pasos parsimoniosos hacia los vehículos. ¿Cuándo dejaría de pensar en las viejas sensaciones? Respiró el aire del exterior. Probablemente nunca.
Dos por uno, Leticia había cumplido las dos encomendaciones que traía de sus superiores sin a penas sufrir daños.
- Y, ahora, ¿quién me va a arreglar esto? Era el único traje medio arreglado que tenía - dice finjiendo resignación. Al fin y al cabo, estaba tan contenta por el resultado de su misión que lo del traje no era más que un comentario vanal fingiendo simulando sencillez sobre lo que acababan de hacer.
Enhorabuena, chicos.
Siento no haber podido postear hasta hoy.
Aunque esto está acabado, por si queda algo para el futuro, Leticia intentaría recuperar la bolsa de 'tesoros'. Si no antes de huir, luego volvería a por ella.
:)
Buena partida, máster.