La venganza es un plato que se come frio.
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Ni siquiera los gritos de dolor hicieron que el mal parara. El ataque a la mansión del toreador tuvo muchas reacciones, pero en últimas ninguna importó.
Falere era un espía doble, trabajaba con fuego y se quemó... posible no contaba que su vida estaba marcada para morir esa noche.
A los toreadores se les llamó rosas por su belleza, pero todas las rosas tienen espinas y ciertamente algunas inyectan veneno; pero para flores peligrosas, unas tijera con filo pueden cortar las raices.
El sabbat no olvida, y ciertamente no tiene piedad,
Un assamita no descansará hasta cumplir su cometido,
Meterse con un Guiovani es meterse con todo el clan,
Para un ravnos, lo peor es que alguien trate de saber sus secretos.
Mataron al toreador y a las hermosas mujeres que lo custodiaban, y al final como siempre sólo había cenizas, y la venganza de la traición de la rosa fue pagada con sangre.
Todos siguieron sus caminos, no volvieron a encontrarse nuevamente, decidieron mantener la distancia propia de aquellos que no creen en lo mismo. Los compañeros sabbats siguieron con su no vida, valorando la crueldad de ser hijo de la oscuridad y luchando por la manada. Los compañeros de clanes independientes siguieron con su existencia sin meterse en los asuntos de los otros.
Posible sea mejor así, en este mundo oscuro no hay tiempo para amistades, y sí los hay, es propio esperar un golpe de puñal en la espalda.
La bestía se manifestará en cualquier momento, y demostrará que los hijos de Cain son fieras instintivas capaces de matar y deborar el alma de sus enemigos. La yihad está latente.
FIN