Partida Rol por web

JAh jah jah, pequeña ssbcriatura - la agarro de la nuca y la empujo hasta que su cara toca el suelo. -No dbsste atacarnoss, perdisste tu oportunidad de hacernoss un favor. Dime por qué ssstais aquí, qué comeiss, por qué no salisss de la tumba.  Y más importante de todo.  Loss tessorss, ¿donde sstan?  Sse bueno o dejaré que mi amiga Lagakh juege un poco contigo antss de hacer de tí un cebo para trampass.

- ¡Ganabuyah pertei! ¡¡¡GANABUYAH PERTEI!!!- Mascuyó la temblorosa cosa verde temblando entre los dedos de Skarlkja.

- Ganefa TROYAIH gutta belumpeh RAGÜL.- No nos engañemos, está completamente aterrada, sangrando por el agujero que el proyectil de Zoex le ha abierto en el hombro y a merced no solo de unos extraños si no de las criaturas más grandes y horribles que ha visto en mucho tiempo.

- Gale munoh afrirampo hey hey!- El problema no es que los goblins sean tontos, no lo son, pero nunca se han visto en la necesidad de aprender la lengua común para subsistir. No aprendes un idioma nuevo para robar, saquear y matar. Puede que lo aprendas para trabajar, pero no para la goblin way of life.

- Manute gondrias paphin!- Así que por mucho que sepa que la vida le puede ir en ello, y mientras mira en todas direcciones buscando una manera de hacerse comprender o alguna forma de huir, el goblin no puede más que suspirar y escupir al suelo, como si simulase la firma de algún tipo de juramento, pero eso sigue sin solucionar nada a los aventureros.

Muy curioso le pareció al elfo hablar ver a su compañera hablar con el goblin y que este le responda. Así que atento desde su "escondite" se mantuvo todo el tiempo con su flecha apuntando al pequeño bandido mientras veía a la mujer orco preguntándose qué hará realmente ahora que lo tenía ahí. 

Era de agradecer algunas ubicaciones, pero el dilema que se planteaba allí era entenderles. Así que negó con la cabeza y se mantuvo paciente, esperando a ver si lograba entenderse con la mujer reptil o a hostias, de alguna manera obtendrían algo más. 

—Uh, míralo. Habla igual que mi tío Schwein cualquier noche de luna llena tras el segundo banquete nocturno—y el mediano se rio con ganas de su ocurrencia.

Secándose alguna lágrima que había asomado en sus ojos, no sabía si por el hediondo gas o por su gracieta, Fette se acercó al cuerpo de la criatura más silenciosa... o silenciada, y lo registró con la esperanza de encontrar algo útil, o al menos algo que poder cenar. 

Y mientras Fette palpaba al goblin, que solo portaba un carcaj con tres flechas de aspecto bastante desagradable y poco fiable y un ovillo de tanza, todo el pasillo se llenó con un estruendo ensordecedor.

El ídolo de piedra que atrancaba la puerta comenzó a vibrar y dar tumbos hasta volatilizarse en medio de una tupida nube de polvo que hizo estornudar a todos los presentes, pero al menos el obstáculo había sido eliminado. A todos les pareció escuchar un golpe seco bastante fuerte cerca, muy cerca...

Quien se asomase a la habitación contigua vería una sala de, aproximadamente 10 metros de ancho, 20 de largo y 3 metros de altura (Porque un buen aventurero acaba por tener un ojo así de preciso).

El olor imperante seguía siendo el del polvo, ahora aderezado con notas de hueso y moho.

Todo el contorno estaba cerrado por paredes de piedra basta, cubierta por frescos resquebrajados que representaban paisajes de un lugar imposible en el que solo un reptiliano se podría sentir como en casa.

Contra la pared norte reposaban tres sepulcros, dos laterales, más pequeños y humildes, y uno central, dorado y más suntuoso, cubierto por dibujos de serpientes aparentemente dormidas.

En la pared sur se abría un pasillo hacia otra sala, aparentemente más pequeña.

-No sssbess hablar, genial - levanté a la pequeña criatura que, recordaba, nos había atacado sin provocación previa y la empuje hacia la sala que se mostraba ante nosotros (A menos que reventar puertas y activar trampas mortales fuese algo ofensivo para ellos ) -​​​​​​-Veniaiss a ssquear loss cadáverss de unoss pobress aventurerosss y vaya ssopressa. Estaban vivoss, jah jah.

-Ve ahí, ahí - chasqueé los afiliados dientes y señalé el sepulcro dorado.  ​​​​​​- Comsiguenosss oro y te dejaremss huir​​​​​

Usar de cebo al goblin siempre era una buena opción, así que sonrió de lado el elfo y se preparó para comprobar la reacción de aquel lugar. También había otra sala que le estaba llamando la atención, pero ya imaginaba que podía estar llena de trampas si es que en esta se activaban algunas. Pero como todo, la impaciencia y la inquietud de Zoex lo llevan a continuar avanzando por ese pasillo hacia la sala más pequeña. 

Quería ver que podía encontrar allí. 

El goblin volvió a la sala de la que había salido, empujado por Skalkja, caminando alrededor y girándose hacia ella continuamente, como tratando de mostrar que era cooperativo y que allí no había trampas, peor al ver como la serpentina le señalaba el sepulcro dorado, comprendió lo que pedía y se volvió hacia ella chasqueando la lengua, asomándola y dejándola caer somo si indicase alguien muerto antes de volver a la normalidad y sacar la lengua repetidas veces, escupiendo, como si tratase de imitar a una serpiente. Él mismo señaló a los sepulcros de uno en uno y masculló un melodramático - Nu nu nuuuuu sssssssss nu... UMMMMMuh.- Casi lloriqueando como un niño.

Aparentemente no, no había trampas en aquella sala.

Por su parte, Zoex descendió hacia la habitación al sur de la estancia, mucho más pequeña, ocupada por una estatua de una aterradora divinidad serpiente, rodeada de ofrendas podridas y restos de velas, incienso petrificado y otras quincallas sin valor. El olor a moho era casi insoportable. Allí tampoco parecía haber una trampa, pero curiosamente, por la pared del fondo, tras el ídolo, descendía agua que parecía deslizarse por debajo de la misma, como si hubiese una rendija bajo ella.

-Eh, eeeh!! - hago señas al ¿goblin?¿Góblina? para que se acerque al sepulcro central.  -​​​​​​¿No? ¿Nooo? - no entendía nada de lo que me decía.  ¿Se burlaba? No lo creía, pero tampoco lo descartaba, la gente que me conocía sabía lo fácil que era tomarme el pelo las escamas.  Me acerco tras la pequeña criatura, la honda cargada y preparada en una mano, la cimitarra en la otra. Mucha presencia serpentina pero hasta Fette me podía pegar una paliza si quería.  Estos mamíferos...

«Interesante... »

Pensó aquel elfo al comprobar que mas allá de la estatua aterradora y el mal olor general, un poco de agua se filtraba. Pero a diferencia de su compañero mediano, no tocó aquello y se inclinó para observar más de cerca de donde provenía esa caída por si había algún pasadizo secreto más allá de ser una rejilla.

Incluso posó sus dedos sobre el agua y la olió, por si tenía algo extraño.

—Oye, Skarlkja. Ven.

Al tocar la superficie de la pared húmeda tras la escultura, Zoex comprobó cómo esta parecía ceder, casi como si de una puerta se tratase, pero parecía atrancada y le iba a hacer falta la ayuda de más gente para empujar.

-Ssi, Zoexs - Algo en la voz del elfo compelía a la mujer serpiente a dejar de inmediato lo que estaba haciendo y prestarle atención. Quizá era la frialdad en su voz, puede que tantos años de mazmorreo conjunto le hiciera confiar instintivamente en él.  Me acerco a su posición, descargo la honda y la dejo cuidadosamente anudada en mi cinto.

-Parece una puerta. Apsstossa y húmeda pero una puerta.  Entiendo que no esss una puerta para invitadosss, jah jah - croé con alegría.  Nadie dijo que tuviese un aguzado sentido del humor, me agaché junto a la trampilla. -Empuja, Zoexx. Empuja..mueve ess trassro elfico!

​​​​​

—¡Eh!—dijo Fette a sus compañeros al verles intentar echar la puerta abajo—¿Qué pasa con este pobre infeliz?

El infeliz era el goblin que habían usado de detector de trampas. La tensión en la cuerda de su arco, por una flecha bien colocada, dejaba claro que el mediano no se fiaba de una criatura tan taimada y vil.

—Además, ¿no deberíamos abrir los sarcófagos? Quizás el goblin nos ha señalado algo importante... o no. Pero tenemos que verlo igualmente.

- Vamoss a abrir esta puerta, despejarla por sii tenemoss que sslir corriendo. - miro a Fette, tan rollizo y tan blandito con ojos inescrutables - Haced lo que queráiss con el gobbo, que vaya abriendo ssarcifagoss, ssi.  Essso es buena idea, sssi.

Tras empujar entre los dos la falsa pared húmeda, cubierta de musgo, Skarlkja y Zoex se encontraron con un pasadizo al que ya no llegaba la luz exterior, que les había acompañado en mayor o menos medida hasta ese punto. Aquel largo camino descendía hacia la oscuridad y desde aquel punto inicial no podían deducir cuán lejos llegaba. 

El olor a moho seguía siendo el imperante, el techo era algo más bajo y diversos charcos se formaban en los desperfectos del suelo, en los que también se veía la acumulación de líquenes, hongos y musgos.

Sin dudar hizo fuerza para abrir aquella especie de trampilla y miró con una sonrisa divertida a su compañera mientras el mediano quería hacer algunas cosas. Así que estuvo muy de acuerdo con Skarlkja. 

—Hazlo tu o pon al goblin, estamos con esto—tras responder, preguntó a la mujer—. ¿Entramos? Sé que estos escondites te gustan. 

Y a la espera de aquella mujer reptil, estaría más que dispuesto a ingresar por ahí para descubrir que se escondía en ese lugar secreto. Quizás había un jugoso tesoro escondido, nunca se sabe.

Fette parecía algo enfadado por lo que pasaba. Como siempre cuando se enfadaba se ponía colorado, más de lo normal, y su voz adquiría un tono más agudo y chillón que le hacía parecer más a un mozalbete que a un mediano adulto.

—¡Pero bueno! Que estamos dejando atrás un montón de sitios que explorar. Además, tampoco hemos asegurado la entrada de este... hediondo lugar para que nadie nos ataque por detrás. Vayamos por partes, ¿os parece?

Miró al asustado goblin, percatándose de que parecía querer huir de la cripta. Usando el arco como si fuera una porra, amagó con darle en la cabeza.

—¡Tú, zascandil! Abre los malditos sarcófagos si no quieres que te convierta en salsa para estofado de conejo, ¿me entiendes? ¡Arreando, bicho!

Fette era el único de los cuatro que podía llamarse cauto.  Puede que por eso de tener los pies más cerca del suelo o porque su insaciable apetito requería de una fuente constante de ingresos. Me vuelvo hacia él, rodando los ojos de manera dramática.

-Vaaale, Fette - muestro mis dientes afilados de manera perturbadora. Era una sonrisa de aprecio por el mamífero de acelerado metabolismo.  -Veamss primero lsss ssarcifagoss.  Pero te recuerdo que la tumba no va a sstar por sssiempre aquí.  Prefiero gssstar mi tiempo en meterme hssta el fondo - me empiezo a poner poética - En tragarmelo todo sssin massticar, ssin penssar, dejándome llevar hassta lo hondo...jah.. de imaginar tssoross esss que me pongo!

Me giro hacia el elfo. - Vamoss a mirar lss sarcófagoss.  Luego me apretujo contigo en essse pasadizo húmedo.

Suspiró ofuscado. 

—Voy con una condición, que este no ponga un dedo encima que ya por impulsivo terminó inhalando vaya a saber que y rompió algo. No conviene así. 

Tras aceptar aquello, caminó junto a la mujer serpiente ya dejando la advertencia al mediano. Por apurado, le había sucedido algo, así que había dentro de lo posible que ser cauto. 

-Ya hass oido, Butter. - me acerco sinuosa - Hay trampass muy hijaputss, trampass comtra las que no ssse puede sstar prevenidos, pero hay que ssser prudente. No hay que ir con la ssangre caliente por un lugar asssí.​ ​​​​​​No era algo nuevo que le diese la razón a Zoex, como un Loro.