-Zoex, siempre ess como tú dicesss. Protesto con un mohín casi infantil, sin mucho ímpetu detrás. Estaba claro que era el menos impulsivo de todos nosotros y al final todos le acabábamos haco caso. -Solo decía de ir aprovechando lo que encontremoss ssobre la marcha, ¿De qué nosssirve un hacha dentro de la mochila?? Pero bien, claro. Ssse hará como digass. Y es que el elfo me proporcionaba la sangre fría que a veces me faltaba, que la Peste Soberana de Lermont había arrrebatado a mi clan y a la que no podía recurrir tanto como desearía. Demassiado Vissceral, dicen.
Tras romper aquel otro recipiente, Skarlkja pudo soportar el diluido efecto de su veneno, descubriendo entre los restos de la cerámica que una vez había sido un icono reptiliano otro esqueleto de serpiente, un pergamino de cenizas que se hizo polvo bajo el peso de los restos y un collar de oro, pequeño, con un simple cordel.
Cuando curiosearon en el cuarto en el que habían tirado la esculturilla del anillo, comprobaron que el veneno ya se había disipado, dejando en el suelo una naturaleza muerta similar a la que terminaban de ver: fragmentos de cerámica imprimada en tonos verdes, con restos de escamas, un esqueleto de serpiente lleno de espinas en torno a sus vértebras centrales, un amuleto de oro con colgante del chino... Y el anillo negro que antes portaba el icono, ahora liberado.
En la cuarta habitación del pasillo, volvieron encontrar una vez más un recinto polvoriento, d piedra basta con frescos con motivos reptilianos y un sarcófago en su centro. Al comprobar una vez más que no había trampas en el lugar, abrieron el ataúd para encontrar la cuarta esculturilla serpentina del día.
Si no os importa acelero un poco la escena descubriendo el contenido de la escultura del cuarto con la serpiente y el decantador en la puerta y el contenido de la cuarta habitación, muy original como podéis ver. No narro lo que hay en la esculturilla por si no la queréis romper ;P
—Venga, rompamos la última. Ocupará menos.—afirmó Fette con rotundidad.
—¿Vamos por el túnel que descubrísteis?
Lo dijo con una exagerada sonrisa. Sabía que el motivo principal por el que no habían ido aún era él, pero le parecía gracioso provocar un poco a Zoex. Siempre sin maldad, más que la típica de un ser juguetón.
-No- contesto poniendo la estatuilla en mi zurrón -Esssta me la quedo por ssi me atacan pequeñass criaturass como.. goblins. El veneno en su interior era ridículamente flojo, pero era mejor que nada. Agarro el anillo y me lo pongo. -¿A que sstoy guapa? Jah, jah. Pero habían quedado en hacer un fondo común, bah! Y lo vuelvo a dejar.
-Sssi, vamoss por esse túnel.
Otro suspiro se escapó de los labios del elfo, ahora sí guardaban una para defenderse y el otro quería ir hacia el lugar que había sugerido anteriormente Zoex.
—Venga, andando—no le respondió y dijo algo más—. Siempre estás linda, solo que el peligro no te lo quita nadie y tú...
Señaló al mediano.
—Ya te vale, ya te vale. Te la perdono, pequeño cabron.
Ahora sí, podrían ir al lugar donde quería estar el elfo. Eso le dió un buen impulso y ganas. No le apetecía seguir hurgando nichos.
Era el momento de cambiar de tercio o al menos, esperaba que así fuera cuando siguiéramos nuestro camino por el otro túnel. De todas formas, a saber qué grande sería aquel lugar... ¿seguiríamos encontrando caminos por los que continuar?
- Bien. Pues vamos.
Apoyé el palo de mi hacha en el hombro y comencé a caminar con mis compañeros hacia la entrada que habían descubierto.
- ¿Creéis que este lugar esconde algo útil de verdad?
La verdad es que a mí un anillo no me parecía un gran tesoro, pero vamos, quizás fuera porque era incapaz de calcular cuantas monedas acabarían en mi bolsa con uno de aquellos. Así a simple vista, no tenía ni idea de cuánto podría valer.