Y el cordero de Dios será sacrificado por su nombre.
Y habitará en él, como él habita en nosotros.
El dilema de la muerte de Japhet afecto a muchos. Un cordero que se sacrificó ante el inminente peligro. Su alma no fue contenida, pero no por ello Giovanni no habia logrado destruir a los capadocios, había creado una nueva linea de sangre, pero el poder supremo del cual se temía iba adquirir con la muerte de Japhet se le escapó de las manos en forma de paloma, ahora era contenedor de la sangre de un antiguo, su generación había disminuido y su fuerza crecido.
Los otros conspiradores fueron atrapados. Jean Baptiste y Relicta habian sido encarcelados por su apoyo, pero posteriormente entregados a la Duquesa. Su suerte la marcarian ellos mismos, pues posteriormente se perdieron del panorama. Todos sabian que escaparian, y era lo mejor. Fueron todos victimas aunque tomaran distintas decisiones.
Fue entonces cuando empezó el juicio, y los fundadores se reunieron para saber que decisión tomar.
Las intermiables discusiones de qué hacer con él se hicieron evidentes en el castillo de Hardestadt, una vez lo tuvieron custodiado, y el dilema principal era si matarlo o dejarlo vivo. Claudius insistia en ser liberado, mientras Hardestadt en colera manifestaba
"Nunca aceptaremos vuestro clan, siempre seran unos renegados y los perseguiremos hasta el fin del mundo"
La Dama Fanchon representante tremere interviene diciendo que tampoco podian aniquilar una linea de sangre, que eso se haría si se mataba a Giovanni.
Entonces Hardestadt molesto ante dicho análisis responde:
"Tampoco debimos aceptarlos nunca a vosotros, tras vuestro amaranto del cretino de Saulot"
Varias noches despues un grupo de Giovannis se presenta ante Hardestadt y pide que le entreguen a Claudius. Negocian su salida con el compromiso de que su clan apoyaran a los fundadores.
Hardestadt a regañadientes les entrega a Claudius y comienza hacer los preparativos para convocar a todos los antiguos clanes en la primera reunión de la camarilla.
FIN