Partida Rol por web

Aire!!!

Mis pulmones lo necesitaban más que nada en ese momento. Y justo cuando noto que el agua empieza a colarse por mis fosas nasales sin que nada lo impida, noto aliviado que vuelvo a respirar. 

Era como un peso que no podía evitar. Al principio pensé que alguien me habría empujado por detras y me ponía su mano en mi nuca para una vez mas volver a sumsumergirla. Pero después supe que algo me pasaba. Y ese hombre era yo mismo... De alguna manera era yo mismo el que me sumergia una y otra vez.

Cuando por fin pude respirar, ese peso ya no existía.  Sólo cuando Casmir me habló,  comprendí,  primero que mi borrachera con el agua y el shabia había desaparecido.  Y después , estaba claro , que de alguna manera ese hombre me influencian. 

Externa habilidad.

Cuando me invito a subir al tejado dude. Mucho. Era ágil  y había dormido  mil veces en tejados y árboles.  La altura no me asustaba... si dependiera de  mi solo. Pero ese hombre podía hacer que saltará al vacío en contra de mi voluntad.

Sentí miedo.

Pero ya no podía negarme. Había hecho cuanto me pedía . Si lo rechazaba ahora, a las puertas, no seria más que un fracasado.  Y Miguel Brian Aranda no era tal cosa.

Me subí al alfeizar con cierto temor. Y una vez allí leultima. 

-Espero, señor, que la única muerte que no contemple sea la mía. - comente esperando  que  no me la volviera a jugar.  

Podría ser la última. 

El hombre en cierta forma parece complacerse de tu obediencia.

Con ironia dice mientras te ve en el borde de la ventana mirando al abismo.

Podría obligaros a saltar en cualquier momento,  vuestra vida no es más que una corta llama de una vela de las manos

Por un momento te preocupas, hay un momento de tensión, y más cuando dice:

Ha llegado el momento que salteis a la boca que se abre...

Pero justo cuando piensas que todo esta perdido y que te obligará a caer, aparece un criado en la puerta: "La cena esta lista" dice en voz alta. Un cierto alivio hay en tu interior cuando el hombre dice:

Bueno... quizas salteis después de la cena.

El intempestivo asalto de furia destructiva había puesto sobre alerta a ROMANOV, que aguardaba con los nervios crispados a que algún sirviente los interrumpiera de un momento a otro. Sin embargo, aún con sus sentidos en estado de alarma y todo su cuerpo en tensión, aquel golpe había tomado al joven completamente por sorpresa.

Lo cual, ciertamente, era para destacar. Pues no muchos conseguían tomar al precavido muchacho con la guardia baja. De todos modos, aún más extraño era que consiguieran desparramar a aquel fornido corpachón cuan largo era...

Así, todavía atontado por la contundencia del golpe (y aún mucho más por la confusión de la sorpresa), al gigante le costó unos largos instantes recomponerse. Y a duras penas procuró ponerse en pie, trastabillando y tropezando con sus miembros todavía laxos y sin control. Varias veces terminó derrumbándose torpemente sobre su costado, o apoyándose en alguna superficie inestable que solo sostenía por unos breves instantes su portentosa anatomía antes de devolverlo otra vez al suelo.

- Como te atreves !!! - balbuceó en un susurro apenas inteligible, consiguiendo modular algunas sílabas mucho antes de que el resto de su cuerpo comenzara a responderle - Por muy bravo que parezcas... juro que te haré pagar por esto...

Estaba claro que el fornido joven no era rival para tan avezado guerrero. Y mucho menos en aquel estado, todavía aturdido por el golpe recibido. En algún lugar de su obnubilada conciencia, ROMANOV lo sabía. De hecho, tenía la plena certeza de ello.

Pero, por supuesto, como ocurría a menudo con el indómito muchacho, tal nimiedad no iba a amilanarlo...

Los guardias te agarran en el acto bajo la mirada sonriente del bravo, por dignidad  no dices nada ante los guardias quien  bajan contigo las escaleras. “El Bravo” al parecer tenía una jerarquía superior porque los mismos no dudaron en  hacerle caso y apresarle, en últimas era la palabra tuya contra la de él y tú tenías todas las de perder.

Entran contigo al gran salón y te presentan ante el señor de la casa, el señor Giovanni.

Marchetus dice con cierto cinismo, Lo encontré destrozando sus cosas, intente detenerle, pero no atendía razones.

El dueño de casa muestra creerle al militar, y te dice con enfado: ¡¿Cómo te atreves hacer esto?!- te dice  amenazante… ¿Hay alguna razón por la cual no debería arrancarte el corazón ahora mismo y recrearme en tu sangre?

En ese momento te da la oportunidad de hablar, pero justo en ese momento entra Lothar y le dice: “Señor, la cena esta lista”

Giovanni  hace una señal con la mano de que se aleje y te dice, creo que tienes una oportunidad de vivir, ya decidiré que hacer contigo después de cenar.

Los guardias proceden a indicarte una silla dentro de la mesa, no sin antes  revisarte y quitarte cualquier arma, por si la tuvieras… mientras  tanto sientes que “El bravo” te mira en tono de burla, no te habías aún salvado de ser  injustamente castigado, pero quien sabe que sucedería después de la cena.

Entonces  se escucha que la cena esta servida,

Se ve como todos  van a la mesa,

De una u otra forma.