Partida Rol por web

el enemigo ya había llegado, por lo que no me quedaba otra que lanzar ataques, por lo que primero hago es lanzar un ataque sobre el primer no-muerto que se me hacerco.

La abrumadora carga de los esqueletos no os dejó opción a responder si queríais conservar el pellejo y proteger a vuestros amigos. En primera línea, Buri y Marius aguantaron lo peor, deteniendo su avance mientras que tan solo tres consiguieron pasar a donde estaba esperándolos Luis, que con gran rapidez pudo cortar la cabeza de uno de ellos y defenderse del resto.

Lentos y torpes, los esqueletos solo contaban con su número superior para sobrepasar a su enemigo. Ya habían caído tres de quince, con vuestra habilidad y la armadura de Buri, era cuestión de tiempo que cayesen todos.

Algo que no pasó desapercibido al Cosechador de Almas, el cual utilizando a su propia tropa, se acercó a vosotros sin ser detectado hasta que estuvo tan cerca que el ataque os pilló por sorpresa.

Con furia desatada, el Cosechador de Almas lazó un ataque en zig zag que Buri se vio obligado a detenerlo con su escudo si no quería ser golpeado.

Pero el caos es traicionero y vil. Conociendoos supo que vosotros érais aquellos del barco que le derrotásteis. Lo que no os imaginábais es que El Cosechador de Almas ¡¡era Kargun!!

Vuestro antiguo compañero había sido poseído por ese demonio y su presencia os causó un gran impacto. Su cuerpo, cabeza y brazos eran los del enano gruñón que recordábais, pero la parte inferior parecía la de un pulpo de color ocre oscuro, con tentáculos llenos de baba y venenosas ventosas.

No podía creer lo que veían sus ojos. ¡Kargun se había convertido en el Cosechador de Almas! Aquello casi le paralizó, pero en el último momento decidió que debía seguir peleando. Primero por su propia vida y la de sus compañeros y segundo, para liberar a Kargun de aquella carga que suponía ser un mutante.

El gladiador se abrió paso entre los esqueletos. Si querían acabar con aquel combate, debían eliminar al cerebro. Tenía que matar al Cosechador, tenía que matar a Kargun. Sólo así, quizás, acabarían aquella pesadilla y podrían sobrevivir a aquella pesadilla. 

Lanzó un ataque con su fiel mangual. Tenía que acertar en el impacto y Sigmar así lo quiso y el golpe dio en el blanco. No con toda la fuerza que me hubiera gustado, pero al menos hizo impacto.

- ¡Centraos en el Cosechador! - Les gritó a sus compañeros.

Buri no creía en lo que sus ojos veían. Su camarada caído ahora convertido en un engendro mutante del caos que manejaba a los no muertos que amenazaban con matarlos como si fueran marionetas en las manos de un perverso titiritero. La visión causaba innumerables sensaciones dentro de la psique asediada del enano, y ninguna de ellas eran buenas.

Apenas el enano pudo realizar un débil murmullo atropellado por la terrible furia del ataque de su antiguo compañero. Intentó levantar el brazo con el escudo a tiempo, pero sus músculos parecían no responder a pesar de la fuerza de bombeo a la que actuaba su corazón. Estaba paralizado en el sitio... Y pronto recibiría el castigo por ello.

los esqueletos estaban cerca, y lo que era peor, Kargun, nuestro antiguo compañero, no solo no había encontrado la paz en la muerte, sino que el maldito nigromante lo tenia reanimado, "Maldito hideputa" exclamo por lo bajo mientras lanzo un par de rapidos tajo como el anterior, pero al estar distraído por lo sucedido, no doy en mi objetivo.

-¡AArrg! ¿Tú otra vez gladiador?- El impacto no casó demasiados daños en la criatura, pero pareció molestarle bastante distrayéndole de su ataque hacia Buri, al cuál golpeó pero no pareció herir de gravedad al enano.

-Tendré que quitarte esa fea costumbre de atacar por un flanco.- Su hacha se balanceó de improviso desde el escudo del enano hacia el gladiador como un péndulo enorme, efectuando un corte de abajo a arriba casi imposible de detener.

Los esqueletos se concentraron en los atacantes a distancia, corriendo hacia ellos.

-Cómete esta y deja en paz a mis amigos, demonio.- Eldillor lanzó dos flechas al cosechador. Una no acertó en el objetivo y la otra rebotó contra la armadura.

Mordrak todavía se sentía abrumado. Aunque pudo concentrarse en reunir los vientos mágicos, no pudo concentrarse en las palabras apropiadas.

La cantidad ingente de enemigos que se abalanzaban sobre ellos y que Kargun estuviera poseído por el demonio le desconcentraban.

No me había dado cuenta, pero el cosechador había ocupado el cuerpo del matador, algo en mi se sentía aliviado, no era kargun, solo su cuerpo, por lo que siguiento a mi camarada Marius, lanzo un par de ataques rapidos sobre el nigromante que ocupaba ese cuerpo "Sal maldito hideputa, dejad a los muertos en paz"

Marius logró esquivar el ataque demoledor del Cosechador de Almas, casi de milagro. Iba con tanta fuerza, que de haberle alcanzado, ahora estaría reuniéndose con sus antepasados. Pero Sigmar quiso que siguiera luchando un poco más.

Y eso hizo. De nuevo golpeó con su bola armada contra el deforme cuerpo de caos. La bola golpeó con fuerza e hizo saltar algo de carne y sangre negra coagulada. 

- ¡Vamos, seguid así! - Alentó a sus compañeros.

-JAJAJAJAJAJA- La risa del demonio era como una lija raspando una pizarra. Hacía daño solo escucharla pues nada bueno presagiaba.

-Ilusos. ¿Creéis que vuestro amigo enano vovlerá si me derrotáis?. Yo escaparé a la muerte, pero el cuerpo al que estáis hiriendo sigue siendo, ¡EL SUYO! JAJAJAJA.-

Aquel combate estaba sacando lo peor del enano. La visión aterradora de su compañero poseído se adentraba tan a fondo en su psique que incluso en la envolvente oscuridad de los párpadeos podía ver el rostro malformado del ahogado Kargun. No, del Cosechador de Almas.

La visión le daba ganas de vomitar.

Arrojó el hacha hacia adelante entre veloces ataques, contando con la ayuda de su grupo no podría aguantar muchos ataques antes de que su carcasa poseída se desplomara como un títere al que le cortan los hilos.

—Kargun... —dijo con la voz hecha un susurro—. Serás vengado.

Los ataques estaban siendo débiles, pues el Cosechador ya sabía cuáles eran vuestras defensas y puntos fuertes al haber luchado contra vosotros antes. Eso hacía que se anticipara a vuestros movimientos y no expusiera sus puntos débiles como  la otra vez, sin embargo, tener estúpidos esqueletos controlados como soldados tiene sus desventajas.

Durante el combate los esqueletos que rodaban los barriles de pólvora siguieron la última orden que recibieron de su señor, seguir adelante, y eso hicieron. El que iba primero rodó el barril hasta que cayó al agua. El chapoteo del mismo atrajo la atención del Cosechador de almas que percibió su error distrayéndose del combate y abriendo un hueco en su defensa.

Mientras, el resto de esqueletos llegaron hasta Eldillor y Mordrak que se vieron superados y obligados a retroceder en una lucha cuerpo a cuerpo brutal contra un enemigo muy superior.

Los ataques del Cosechador fueron lentos y torpes. Marius pudo evitarlos con facilidad. No dudó en volver a golpear contra el cuerpo de Kargun. El impacto fue directo al corrompido enano, aunque no con demasiada fuerza, pues Marius estaba agotado por la pelea y eso se notaba.

Miró a Buri y Luis. No dijo nada, pues no hacía falta. Simplemente aquel gesto bastó para comunicarles que era el momento de golpear fuerte y con rabia. Era el momento de darle golpe de gracia a aquel ser maldito salido de las entrañas del caos.

Buri siguió con su táctica de acabar cuanto antes, pues, sabía por experiencia que el Cosechador de almas manejaba a los esqueletos y por tanto, "muerto el perro se acabó la rabia".

El primer golpe fue un arco horizontal a la altura del estómago que rebotó en la armadura del demonio, pero el segundo ataque fue directamente hacia los tentáculos que le mantenían en pie, cortando algunos y derribando al monstruo.

-Te dije que serías vengado.- Fueron las escuetas palabras de callado enano.

el ser le quedaba poco para morir, por lo que sigo lanzado ataques, 

El elfo se vio libre y rápidamente atacó con su arco lanzando dos certeras flechas.

Mordrak seguía afectado por lo sucedido sin poder concentrarse adecuadamente.

La desconcentración del demonio sobre sus marionetas tuvo serias repercusiones que acabaron con sus planes. Por instinto de supervivencia ante los ataques combinados de Marius, Buri y Luis, el demonio dejó de controlar a sus esqueletos, y por lo tanto, estos cayeron al suelo desperdigándose con un ruido como de tubos huecos al chocar contra el suelo.

Eldillor reaccionó y alcanzó con dos flechas al cosechador de almas que se clavaron profundamente. El mangual del gladiador golpeó la parte baja del ser y la afilada punta del estoque estaliano atravesó puntos vitales, pero fue el hacha del enano quién, con un grito de rabia, atravesó la coraza del ser abriendo el pecho de vuestro amigo en dos.

Como la otra vez, una sustancia negruzca rezumó por las heridas mientras corría por el suelo como si de agua se tratase, pero esta vez el demonio no pudo atrapar a nadie herido de gravedad como estaba.

-Os perseguiré, a vosotros y a vuestros descendientes para comérmelos vivos mientras mirais impotentes como les arrebato su pobre y mísera vida. Los demonios no morirmos.- Dijo en una velada amenaza. -Encontraré la forma de volver a este mundo y vengarme....

Un negro destello devolvió a Kargun su humanidad. La sangre que manaba era roja, no negra, y aunque murió por vuestras armas, murió contento y con una sonrisa en los labios, de haber sido salvado por sus amigos.

                                                                                  FIN

Después de eso, durante muchos años  se habló de como el emperador, en una estrategia relámpago, venció a las tropas Norses que asolaban la costa del imperio y como eso le granjeó mucha popularidad yamigos, aunque también nuevos enemigos dentro de sus propias filas.

Mucho tuvo que reconstruirse desde entonces aunque Hargendorf, tan aislada del resto del imperio y con enemigos rodeándola, no volvió a ser nunca como antes....

....pero esa es otra historia.