Partida Rol por web

Bueno no parece nada más que una biblia de color negro, pensó Suso al ver el grueso libro que el Cables llevaba. Acto seguido, un sonido que puso los pelos de punta al grupo se dejó oír en el cuarto de al lado. De nuevo la incertidumbre, de nuevo los nervios. Todo el buen rollo que había hacía escasos minutos al traste por un ruido muy muy extraño...

Pff que mal rollo chavales.. Después del niño, ya no se que más puede haber en está maldita casa...

Mientras decía esto, todo su cuerpo se estremeció con un espasmo difícil de controlar y notó como le llegaba un ligero mareillo. Maldita sea, el porro no me ha sentado nada bien, pensó Suso. Acto seguido, oyó que Charlie le llamaba para investigar ese maldito ruido.. Cogió la linterna que milagrosamente seguía dando luz como si no hubiera sido usada antes y se encaminó a la puerta de la habitación.

Mas ruidos, los nervios de Miguel están a punto de saltar como una cuerda de guitarra demasiado tensada. Tiene que hacer un esfuerzo cuando nota que Charlie se apoya en su espalda para no salir corriendo. Ya no mira al interior de la casa, ni al libro. Sólo tiene ojos para la salida.

-¡A la mierda tíos!- dice Miguel en un tenso susurro -Yo os espero fuera.-

Y dicho esto se encamina a la puerta y hacia la libertad.

Me acerco a la mesita donde esta la biblia.
Chicos chicos, dejadme examinarla un poco. - digo mientras cogo la biblia y la comienzo a abrirla por el capítulo marcado -

Si pasa algo salimos por la puerta ke esta a medio metro o menos y listo.
Que cosa mas interesante....

Me acerco a la puerta de salida, y me siento acomodando la espalda en la pared.
Voy a ojearlo un poco, no os import, verdad?.
Veamos que tiene de interesante el capitulo marcado....

- ¡Vuelve aquí puta nenaza! -dice Charlie medio gritando al escuchar las palabras de El Cables- ¡Ahí fuera estás peor que con nosotros, gilipollas!

Charlie está en completa tensión y con las manos sudorosas de tanto apretar su maza. No podía soportar que la gente se separase tan a las buenas y sin preocuparse por los demás y no piensa salir a buscar a Miguel hasta que se vayan. Que se acojone ahí fuera y nos eche un poco de menos, por gallina.

Mira con desaprobación la salida del cables

-Charlie, pese a que sea un cabrón por adelantarse, ¿no crees que deberíamos irnos?

Sonrie divertido:

-Todavía tengo cosas que hacer antes de mañana, no entra en mis expectativas palmarla

Me pego a Ricky aún más y llevo mi boca a su oreja.

Ricky... los chicos me dan miedo, han matado al pobre niño y... ¿y si se vuelven locos? ¿Por qué no nos vamos tu y yo?

Le paso una mano por el cuello.

Y así me enseñas lo del beso de nuevo... cuando salgamos de aquí incluso podríamos salir juntos...

-Dhalia... aquella... cosa, no era un niño, tú lo viste tan bien como yo... esto es muy extraño, además yo no puedo pelear como Suso o Charlie, además, no estoy seguro de que ahí fuera estemos mejor que aquí. Eso es lo que creo, pero si vas a salir, no te dejaré sola.

Mientras el Cables sale de la casa Dhalia y Ricky murmuran junto a la puerta. Ajeno a ellos y algo furioso Charlie avanza unos pasos hacia la puerta de la izquierda. La puerta estaba entreabierta y la luz de la linterna permitía ver, rompiendo la oscuridad y el polvo como una lanza, una mesa decrépita y varias sillas ajadas a su alrededor. Una suerte de comedor, sin duda, que en otros tiempos debió lucir para los invitados. Ahora no era más que una habitación amortajada. Algo refleja la luz de la linterna, cegando casi a Chals. Joder. Es una sopera de plata. En medio de la mesa. ¿Una sopera de plata abandonada durante 10 años?

Iker examina con curiosidad la Biblia.

Los ojos codiciosos de Iker recorren el texto de la biblia. No es muy antigua, aunque se nota que ha sido usada y tiene historia. También es mal rollo el pasaje concreto que está marcado es el del Nuevo Testamento: Juan, Capítulo 11. Los versículos del 38 al 44 están subrayados.

Cita:

Miguel se aleja unos metros de la puerta para tener una mejor perspectiva de la mansión.

- ¿Cobarde? No, lo que no estoy es loco. - Hace caso omiso de los insultos de sus colegas. Prefiere sentirse despreciado que tener que enfrentarse a lo que quiera que habite en ese lugar. - Ya no es el hecho de meternos en una casa abandonada que se nos puede caer encima en cualquier momento, o que puede estar habitada por cualquier demente. No, hay algo muy raro ahí dentro y sea lo que sea está jugando con nosotros. -

Cuando tiene suficiente perspectiva para contemplar toda la fachada se para y gira en redondo para observar la casa mientras deja que el aire fresco de la noche limpie de sus pulmones el polvo acumulado en el interior de la casa.

Miguel mira la casa con cierta aprensión. Está casi junto al muro, cerca de la furgoneta salvadora. La casa, con sus ventanas tapiadas, lo observa como a un intruso no deseado. El Cables retrocede un poco más hasta el muro con la intención de meterse en la furgoneta, ya que amenaza con llover.

¡La furgoneta! ¡No está! El Cables mira sorprendido el vacío donde antes estaba la furgoneta. ¡Alguien se la ha llevado!

Con temor a no encontrarlas, Miguel examina el camino buscando las huellas de los neumáticos alejándose que le confirmen que simplemente ha sido algún mangante el que se ha llevado la furgoneta y no la casa la que la ha hecho desaparecer.

Con un suspiro de alivio Miguel comprueba que el suelo embarrado conserva las huellas de la furgoneta que ha ido hasta la carretera de gravilla y luego... Luego a saber. Mira alrededor pero solo hay monte y foresta. Tras el primer momento de tranquilidad por encontrar una explicación lógica a la desaparición la indignación atrapa al Cables. ¡Les han afanado la furgoneta! ¿Pero que coño pintan unos manguis en esta desolación a estas horas?

Miguel vuelve corriendo a la casa mientras grita:

- ¡Eh tíos! ¡Que nos han mangado la furgona! -