No le costaba saber qué quería de un incorpóreo, para Xanthe la velocidad lo era todo.
-Ninguna- dijo con una sonrisa de satisfacción en los labios.
Artax hilvanó sin problemas la imagen y las características de los que podrían ser los pequeños componentes de su cuadrilla incorpórea personal. Rápidos, silenciosos, letales; tanto como él mismo podía llegar a ser.- Hecho.- dijo, satisfecho con el resultado.
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Maxi aplaudió con entusiasmo cuando vio a los incorpóreos de sus compañeros, enseguida los suyos desaparecieron en la oscuridad y miró a ambos, con un poco de seriedad esta vez.
- Bien chicos, tenemos que ir a ese mundo y intentar encontrar pistas de como Inox ha llegado a ese estado... También sabemos que los sin-corazón están en todo el mundo, al menos eso informan algunos de los exploradores, tendremos que probar a vuestros incorpóreos antes.-Chasqueó los dedos y dos Umbríos aparecieron- Bien, luchad, solo con los incorpóreos.
De momento podéis invocar uno, vuestro poder es aún débil.
Para luchar por ellos debéis tirar como Ataque Incorpóreo, de momento solo sera un dado, a medida que subais de nivel le añadiréis modificadores, yo os avisare de el que subirle.
Xanthe estaba orgullosa de su creación, tan rápida como ella podría llegar a ser... pero sin la limitación del arco, sería perfecta para encarar a los enemigos mientras la Encapuchada se encargaba de asaetearlos.
-Adelante-musita complaciente estirando la mano en un movimiento fluido y suave, como abriendo un abanico invisible que ondea frente a ella.
Motivo: Ataque Incorpóreo
Tirada: 1d20
Resultado: 18
Aún complacido por la apariencia de su nuevo aliado, que parecía adecuarse a la perfección a sus expectativas, Artax no se dejó llevar por la misma emoción que parecía embargar a Xanthe. El incorpóreo, que había acudido presto a la llamada del encapuchado, asumía en cierta manera parte de la gélida conducta de su invocador y se limitaba a levitar en el aire, próximo a él, con la picuda cabeza dirigida volteada en su dirección como si estuviese esperando una señal.
- Ve.- dijo, acompañando la orden con un leve gesto de la cabeza que apuntaba al esbirro de Maxi. Con un sutil gesto afirmativo, el Acechador se lanzó contra su presa.
Motivo: Ataque Incorpóreo
Tirada: 1d20
Resultado: 9
Maxi observaba con la boca abierta la velocidad del incorpóreo de Xanthe, no tardo nada en destrozar a los Umbríos, eran realmente rápidos y eficaces casi como lo podría ser la misma Xanthe a distancias largas, serían un grupo eficaz.
El Incorpóreo de Artax tardo mas en acabar con sus enemigos, tenía la misma forma gélida de actuar que su dueño e incluso parecía que ni se inmutaba por las provocaciones de los umbríos antes de destrozarlos, a este se le escaparon 2 a tiempo.
- Bien, a partir de ahora ellos serán vuestros aliados mas cercanos usadlos con cautela y sabiduría- las palabras de Maxi sonaron serias, demasiado antes de que saltara cual niño, y sonriendo-bueno chicos, es hora de llegar a nuestro nuevo destino, pasad por aquí.
El portal de la oscuridad se abrió tras de él y les invito a entrar, con una sonrisa.
Xanthe echó a andar confiada hacia el portal de Maxi, echándose de nuevo la capucha sobre la cabeza pero sin cerrar la túnica de la organización.
La gélida mirada de Artax no perdió detalle alguno de las maniobras de su incorpóreo personal. Sin prisa alguna, parecía acechar a sus contrincantes, como si estuviese advirtiéndoles sobre cual iba a ser el resultado de la batalla. Su actitud, precavida y indiferente hacia los diferentes lances a los que hacía frente, cuajaba a la perfección con la del joven; motivo que logró complacerle sumamente. Asintiendo afirmativamente, ordenó al Acechador que se marchase con el objetivo de recuperar fuerzas mientras se calaba la capucha para hacer aún más incipiente el manto de sombras que ocultaban sus facciones.
Una vez listo, se introdujo en el portal.